"SOMOS ENANOS EN HOMBROS DE GIGANTES" (Bernardo de Chartres - S. XII)

miércoles, 29 de octubre de 2014

Sobre el miedo al Ebola y otros demonios.

Cuando a mediados de los años 80s diagnostiqué mi primer caso de AIDS,  conocido actualmente como SIDA, las enfermeras de la sala de urgencias salieron corriendo despavoridas.  Minutos después el médico responsable de mi rotación por urgencias me "corrió" de la práctica porque yo era un alarmista. Era el tercer caso de SIDA diagnosticado en Antioquia.

Me tocó pedir otro sitio de  rotación porque en urgencias nadie quería a un estudiante de medicina que hiciera escándalo con una enfermedad que era de "Africanos o de norteamericanos homosexuales" y que algunos aseguraban, ni siquiera existía.  En esa época no había internet y las revistas médicas podían tardar meses en llegar a Colombia. Pocos había leido acerca del tema y la mayoría creían que la enfermedad era un mito.  

Una semana después inicié prácticas de medicina interna en el 9º piso de la Clínica León XII.   Ese mismo dia subí al décimo  piso a buscar algo, y vi que todo un pabellón estaba cerrado.   


 - "NO PASE" -  me gritaron a coro las enfermeras mientras señalaban una cajón de madera con cal en el piso, a la salida de una habitación.  -  Hay un paciente con una enfermedad muy rara y muy contagiosa. 

En ese preciso momento salió una persona con gafas de protección, mascarilla, un gorro en la cabeza, una pijama de plástico, guantes de caucho y un delantal también de plástico amarillo que llegaba por debajo de las rodillas donde empezaban unas botas de caucho.  

-  Ya salí -  Gritó mientras se paraba en la cal. 

Las enfermeras enviaron a otra (también vestida con plástico, mascarilla y guantes) que desde de un metro de distancia le lanzaba puñados de cal para combatir cualquier microorganismo que hubiera trepado a su extraño atuendo. 

Cuando  se quitó tal ropaje, me di cuenta que era la madre del paciente a quien le había diagnosticado el SIDA (AIDS) unos días antes.  Muy agradecida conmigo, me dijo que se habían confirmado mis sospechas.   

Como yo sí había leído sobre la "extraña" enfermedad, entré a la habitación sin ningún tipo de atuendo raro, saludé a mi paciente y le deseé lo mejor.  Sabía que el SIDA no se trasmitía por el aire ni por tocar la piel de la persona.

Al salir de la habitación ya se había regado el cuento: un estudiante de medicina había roto el "protocolo" y ya estaba contaminado con AIDS.  Desde una distancia de mas de 10 metros, mi nuevo profesor me volvió a echar de la rotación por miedo a que yo los contagiara.

Pasó mucho tiempo para que los médicos leyeran y estudiaran sobre la enfermedad a la que temían. 


Ahora estamos enfrentando otra enfermedad de la que conocemos poco: El Ebola.

Mientras la conocemos tenemos que seguir los protocolos hasta que podamos tener mayor seguridad en la forma de enfrentarla. 

A continuación les comparto la infografía que publicó el Instituto Nacional de Salud sobre el Ebola. 

http://www.ins.gov.co/documents/infografia%20ebola%20version%20digital.pdf


Aunque no hay evidencia que se transmita por el aire, el CDC de Atlanta sugiere usar éste traje para poder estar en contacto con los pacientes.



Esto me lleva a una reflexión:  

¿Será que Colombia está preparada para la atención segura de éstos pacientes?

Por ahora solo me queda aprovecharme del ingenio de algunos colegas y utilizar el traje que gracias a la mala gestión del gobierno, podemos usar: 


Si desean saber más sobre el Ebola, les comparto el documento oficial que tiene el Ministerio de Salud. 

EBOLA- Lineamientos del Ministerio de Salud 

Hasta la próxima semana... si el Ebola nos deja.








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