"SOMOS ENANOS EN HOMBROS DE GIGANTES" (Bernardo de Chartres - S. XII)
Mostrando las entradas con la etiqueta Opinión. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Opinión. Mostrar todas las entradas

martes, 19 de noviembre de 2024

Euler y los poliedros

Hace algunos meses en este mismo blog les decía que Dios era matemático y me declaraba creyente de 𝞹 (PI) (ver entrada acá). 

¿Y cómo no creer en un poder supremo que tiene reglas inviolables? ¿Cómo ignorar que hay una lógica y una razón en el universo que tal vez aún no comprendemos?

Quienes me conocen saben de mi fascinación por la lógica y la matemática. Hace poco encontré (o reencontré) la fórmula del poliedro de Euler. Sé que a muchos, de niños, nos pusieron a contar cuántos lados tiene un cubo, cuántos  ángulos y cuántas aristas.  

Lo fantástico de esto es que hay un patrón que se repite en los poliedros regulares y que es otra ley universal que será cierta haya o no humanos; exista o no, el planeta Tierra.  Es una verdad innegable auque no hubiera humanos que la promulgaran. Dios simplemente "ES". Igual que lo que ocurre con la matemática. (ver Dios es matemático)

Imagina que sostienes un cubo, o una pirámide.  A simple vista tiene caras, bordes y vértices.  Lo mágico de todo es que la relación entre las caras (superfices), bordes (aristas) y angulos, tienen una norma general que entra en el terreno de lo asombroso. 

Euler la descubrió y la formuló de esta manera. 

V-A+C = 2

Donde: 

  • V es el número de Vértices (esquinas)
  • A es el número de Aristas (borde de cada superfice) 
  • C es el número de Caras o superficies. 


Por ejemplo un cubo tiene 8 vertices, 12 aristas y 6 caras 

Euler descubrió que si tomamos los vertices le restamos las aristas y le sumamos las caras, tendremos por resultado el número 2. 

  • V-A+C= 2   
  • 8-12+6 =2

Pero si lo hacemos con un tetraedro será igual. 

4-6+4= 2


A este teorema que se cumple en los poliedros convexos se le conoce como característica de Euler o Característica de Euler-Poincaré.

Aunque lo conocía desde hacía varios años, lo recordé porque ayer me encontré un video que mostraba dicha singularidad de una forma muy bien explicada  y quise compartirlo con ustedes. 

Como ya lo expuse en otras entradas, la magia de las  matemáticas son para mí la prueba irrefutable de que en el universo hay un orden establecido que no depende ni siquiera del universo mismo.  Es una ley inmutable, en cualquier lugar o época en que se plantee. Lo mismo ocurre con la relación entre la circunferencia y el número 𝞹 

Las leyes matemáticas no dependen del tiempo o del espacio. Están ahí desde mucho antes del inicio de los tiempos y estarán ahí cuando el último humano haya desaparecido. De manera que si alguien me pregunta si creo en Dios, mi respuesta siempre será que sí. Creo en Dios, como creo en PI. 

Vea también. 



miércoles, 30 de octubre de 2024

No, Halloween no es satánico, es una celebración de vida, de humanidad.

Así como lo están leyendo: Halloween no tiene nada que ver con lo satánico, sino todo lo contrario: Es una comemoracion de la esperanza ante la oscuridad que llega.  

Imaginemos las  primeras tribus del norte de Europa.  Acaban de pasar el equinoccio (23 de septiembre) y los humanos de entonces descubren que, como el año anterior, el día durará mucho menos y la noche se prolongará cada vez más. Las hojas de los árboles empiezan a caer,  las cosechas se malogran, las noches se vuelven más frías, el sol se oculta más temprano, los animales empiezan a pasar mayor tiempo en las madrigueras intuyendo la llegada del invierno. 

La naturaleza entera comienza a morir (otoño) para dar paso al invierno. La oscuridad cada dia gana más terreno y vence a la luz. 

Los humanos saben que vienen tiempos duros, de escacez, de menos alimentos, de penurias. Quizas muchos de su tribu no sobrevivan. Lo único que pueden hacer es guardar provisiones. Sólo queda la esperanza. 

Entonces aquellos hombres y mujeres hacen un pacto con la naturaleza. Hacen ofrendas a los espíritus de la oscuridad para mantenerse con vida. Saben que en algún momento vencerá la luz sobre las tinieblas, así ha ocurrido por siglos, pero por ahora toca prepararse para la llegada de las sombras. 

Eso es Halloween: una celebración para ponerse en paz con la oscuridad que viene, y suplicar su merced. Se hacen fiestas, se disfrazan, cuentan mitos sobre brujas y seres del mas allá que tomarán el control del mundo que conocen. 

Cada día será más corto y las noches mucho más largas llegando a su mayor expresión el 21 de diciembre, cuando la oscuridad será la más extensa de todo el año, (solsticio de invierno). Así mismo, el día será el más corto de todos.  Aquellos primeros humanos se aferraban a ritos y sortilegios para poder sobrevivir hasta que la luz volviera a reinar sobre la oscuridad. Es el triunfo de la esperanza frente a la muerte.

Y ocurrirá un milagro más o menos el 25 de diciembre: los sobrevivientes notarán que el sol está venciendo, que nuevamente el día esta durando más tiempo y la oscuridad está siendo vencida.

No es una coincidencia que la iglesia católica celebrara el 01 de noviembre la fiesta de los muertos. Esta fiesta se celebraba mucho antes de la llegada de Jesucristo. No era para celebrar el mal, ¡Todo lo contrario!, era para protegerse del mal y tratar de sobrevivir. La iglesia, se apropió de dicha fiesta para volverla cristiana. Igualmente en diciembre cuando en Europa se celebraba la fiesta del sol vencedor, la iglesia tomó la fecha para celebrar el nacimiento de Jesús. De hecho, casi todas las religiones coincide en que su deidades nacieran el 25 de diciembre para poder mostar el poder de la luz sobre la oscuridad. 

Profundicemos sobre lo que significa Halloween y la navidad.  Ambas fiestas son complementarias y vienen de la naturaleza misma. 

A continuación explico la  evolución de dichas fiestas: 

Festividad celta de Samhain. 

En sus orígenes Halloween proviene de la festividad celta de Samhain.  Los antiguos celtas en Irlanda, Escocia y Gran Bretaña celebraban el Samhain alrededor del 31 de octubre al 1 de noviembre para marcar el fin de la cosecha y el inicio del invierno, la época más oscura del año.  Se creía que durante esta noche, el velo entre el mundo de los vivos y el de los muertos era más delgado, permitiendo a los espíritus cruzar al mundo terrenal. Las personas encendían hogueras y usaban máscaras para ahuyentar a los espíritus malignos.  Se acostumbraba dejar comida y ofrendas fuera de sus hogares para apaciguar a los espíritus, y realizar rituales para honrar a sus antepasados.


Celebración romana de Feralia y Pomona

Cuando los romanos conquistaron tierras celtas (alrededor del 43 d.C.), integraron sus propias festividades a Samhain.

Feralia: Una festividad romana de finales de octubre para conmemorar a los muertos, que se fusionó con algunos aspectos de Samhain.

Pomona: Los romanos también celebraban a Pomona, diosa de los frutos y los árboles, cuya símbolo era la manzana. Se cree que de esta tradición surgieron algunos juegos típicos como el de "bobbing for apples" o atrapar manzanas con la boca.

Epoca Cristiana:  Día de Todos los Santos y Día de los Difuntos

En el siglo VII, la Iglesia Católica intentó reemplazar o asimilar las festividades paganas y estableció el Día de Todos los Santos el 1 de noviembre para honrar a los mártires y santos. La víspera, el 31 de octubre, se convirtió en la Víspera de Todos los Santos o "All Hallows' Eve", que finalmente derivó en "Halloween."

En el siglo X, también se añadió el Día de los Difuntos el 2 de noviembre para recordar a los muertos, dando un marco cristiano a las celebraciones.

Marketing. Halloween en Estados Unidos

Los inmigrantes irlandeses y escoceses llevaron la celebración de Halloween a Estados Unidos en el siglo XIX, popularizando prácticas como el "truco o trato" ("trick or treat") y los disfraces.

En Estados Unidos, Halloween evolucionó hacia una festividad secular y comunitaria, llena de disfraces, dulces y decoraciones de fantasmas, brujas y calabazas talladas. La calabaza tallada (Jack-o’-lantern) tiene origen en una leyenda irlandesa sobre "Stingy Jack", un hombre que engañó al diablo y fue condenado a vagar por la Tierra con un nabo iluminado. En América, este nabo fue sustituido por la calabaza.

Halloween y su relacion con la navidad

Por su parte, el halloween, que marca el inicio de la oscuridad (en el sentido de la naturaleza), culmina con la victoria de la luz el 25 de diciembre. 

Veamos:

Cristianismo - Jesús: En el cristianismo, se celebra el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre. Aunque no hay evidencia bíblica que indique esta fecha como su cumpleaños real, se escogió probablemente para sincronizar con festividades romanas, como la de Sol Invictus, permitiendo una transición de la religión romana al cristianismo.

Mitología Romana - Sol Invictus: Los romanos celebraban el nacimiento de "Sol Invictus" (el Sol Invicto), un dios que representaba el renacimiento y la victoria de la luz sobre la oscuridad. Fue declarado un día festivo en el Imperio Romano bajo el emperador Aureliano en el 274 d.C. Coincide con el solsticio de invierno, momento en que el día empieza a alargarse, simbolizando el retorno de la luz.

Mitología Persa - Mitra: En el culto a Mitra (o Mithra en Persia), dios de la luz y la verdad, se celebra el 25 de diciembre como su nacimiento. Mitra fue particularmente adorado por soldados romanos y otras poblaciones del imperio, y muchos consideran que este culto influyó en la adopción de esta fecha por el cristianismo.

Mitología Egipcia - Horus: En algunos relatos, se considera que Horus, el dios egipcio del cielo y la protección, nacido de la diosa Isis, también pudo haber sido asociado a la fecha del 25 de diciembre en interpretaciones posteriores, aunque esto no es parte de las creencias egipcias originales.

Mitología Nórdica - Yule y Frey: En la mitología nórdica, el festival de Yule, una festividad germánica pagana que marcaba el solsticio de invierno, celebraba el retorno de la luz. Durante esta festividad se hacían sacrificios y celebraciones en honor a dioses como Frey, el dios de la fertilidad y la prosperidad.


Como pueden ver, aqui no hay nada demoniaco ni satánico. 

Halloween es una fiesta donde se celebra la vida. Halloween es un canto de esperanza frente a la oscuridad que llega.  Es  un pacto que hacemos los humanos con la naturaleza, mientras esperamos que la luz que venza a la oscuridad. 


miércoles, 16 de octubre de 2024

Niveles de lectura

Aclaración: El siguiente texto hace parte de una serie de reflexiones personales sobre el arte de la escritura. Se deja constancia que no he cursado ningun programa universitario sobre literatura por lo que mis opiniones no son "verdades académicas"; solo son el producto de muchos años de lectura y de "rumiar" ideas. Siéntanse con la libertad de acogerlas o rechazarlas: son solo opiniones.




Niveles de lectura

Por Carlos Alberto Velásquez Córdoba

  

En su libro “Cómo escuchar la música” Aaron Copland propone que hay cuatro componentes de la música: El ritmo, la melodía, la armonía y el timbre. Cada componente tiene sus características específicas y pueden ser estudiadas por separado sin que la música pierda sus propiedades.

Ahora, bien: todos estamos capacitados para escuchar música, pero solo muy pocos son capaces de abstraerse de la reacción visceral que ella produce y analizar y escuchar la música teniendo consciencia de sus componentes. Recordemos que analizar es fragmentar algo en partes menores para estudiarlo mejor. Cualquiera puede escuchar música, pero un verdadero melómano puede escucharla en cuatro canales simultáneos y diferenciar cada uno de ellos. Igual pasa con la literatura.

Recuerdo que hace muchos años conversaba con la escritora Sonia Emilce García sobre la forma de leer un texto. En ese entonces yo tenía una hipótesis sobre los niveles de lectura y hoy quiero explicarla más detalladamente.

Desde mi punto de vista existen cuatro niveles de lectura:

1. El contenido. (De qué trata el texto).

2. El significado (La intención del texto - Qué quiere decir el autor)

3. El intertexto, el subtexto y el hipertexto (que relaciones ocultas tiene el texto)

4. La estructura (Cómo está construido el texto).




Nivel 1. El contenido (De qué trata el texto)

El nivel más simple de toda lectura es el contenido y se basa en una pregunta sencilla: “¿De qué trata el texto?  ¿Qué historia cuenta?”. Cuando comenzamos a leer, nos dejamos atrapar por la trama. Caperucita roja es engañada por un lobo que se la quiere comer, La isla del tesoro es una historia de piratas buscando un cofre lleno de oro, Cien años de soledad narra la historia de la familia Buendía, etc.  

No se trata de aprender. Se trata de un nivel que tiene como objetivo lo visceral. Entretener, emocionar, ilusionar, asustar, llevar al lector a otro mundo y hacerlo partícipe de una historia o una aventura. Aquí es donde podemos influir para que los niños amen la literatura porque es un tipo de lectura que atrae y no pone retos mayores. De hecho, cuando a un niño un profesor le pone a analizar un cuento, deja de tener encanto para aquel. El nivel básico es para sentir la aventura, para prestar atención a la trama, al argumento, a lo que se cuenta. Es un error que en los primeros años de vida se obligue al niño a leer para aprender. Hay que dejar que los menores lean para divertirse. Pronto se darán cuenta de que a la vez que lo hacen también aprenden, y ya no habrá que obligarlos a leer: ellos mismos buscarán lecturas y aprenderán de ellas, sin darse cuenta siquiera, de que lo están haciendo.  

A este nivel de lectura debería llegar toda persona como mínimo: entender lo fundamental del texto y comprender de qué se trata. Ello aplica para una noticia, para una novela, para un poema o para un manual de instrucciones. El lector básico debe haber entendido sobre qué trata el texto.

 

Nivel 2. El significado: (la intención del autor)

En este nivel el lector no solo se divierte con la trama (contenido) sino que saca conclusiones propias que parecen expuestas por el autor. En Caperucita roja puede intuir que la moraleja es que no se debe hablar con extraños, en La Isla del tesoro, comprender el valor de la honestidad y de la lealtad, etc. Cada texto tiene su enseñanza. Si bien en el nivel básico un libro de historia cuenta conquistas, y batallas, (entretenimiento) en este viene un análisis de causas y efectos. Un texto que narre el descubrimiento de América tiene una lectura básica sobre la aventura de Colón y sus carabelas. En el nivel siguiente el lector debe poder intuir las causas o consecuencias. Puede haber autores que presenten el hecho como una gran aventura y un descubrimiento épico, mientras que otros pueden enfocarlo desde el punto de vista de un mundo que fue invadido. El hecho narrado es el mismo, pero el lector puede interpretar la intención del autor, y estar o no de acuerdo con su punto de vista.

Aquí ya no se trata de dejarse llevar por la historia de Blanca Nieves y la bruja malvada, sino de encontrar personajes con los que se identifica y con los que no. Quien lee más allá del relato interpreta la motivación del autor y entiende que el cuento tiene un tipo de intención (explicita o no), y que no deja lugar a dudas porque es directa. La reina malvada está celosa y quiere ser la más bella del reino sin importar lo que deba hacer.

Ningún lector puede negar que Romeo y Julieta murieron a causa de un caprichoso amor adolescente y los odios irracionales entre los Montesco y los Capuleto. La historia en un primer plano narra la tragedia de dos jóvenes enamorados que no pueden ser felices porque sus familias son enemigas. En el segundo nivel viene la reflexión. Es evidente que Shakespeare quería mostrar lo que sucede entre dos grupos que mantienen viejas rencillas. Un buen lector sabe que no se trata solo de familias de Verona, sino que la historia puede asimilarse con otras situaciones: dos empresas rivales, dos universidades, dos ciudades enfrentadas, etc. Es evidente que Romeo y Julieta son el pretexto para reflexionar sobre las consecuencias del odio entre grupos de personas.

Después de comprender el contenido y las intenciones del autor, el lector puede profundizar más sobre lo que está implícito o relacionado con otros textos, lo que nos lleva al tercer nivel de lectura

 

Nivel 3. El subtexto, el intertexto y el hipertexto.

Este tercer nivel de lectura requiere de una mayor profundidad y una atención especial a las relaciones que el texto tiene tanto consigo mismo como con otros textos y contextos. Aquí nos adentramos en capas más sutiles de significado que pueden no estar explícitas en el contenido o en la intención del autor, pero que surgen a través de la intertextualidad, el subtexto y el hipertexto.

El subtexto se refiere a lo que está "debajo" de la superficie del texto. En otras palabras, “leer entre líneas”.  Aquí importa el significado implícito, lo que no se dice de manera directa pero que el lector puede inferir a partir de las palabras, las acciones o el comportamiento de los personajes. En el caso de Caperucita Roja, por ejemplo, el subtexto puede sugerir temas relacionados con el despertar sexual o los peligros de la ingenuidad en un mundo adulto y amenazante. El lector en este nivel interpreta no solo lo que está escrito, sino lo que está insinuado. ¿Es el Pinocho de Collodi una crítica al sistema educativo de su tiempo? ¿O tal vez una parodia al régimen político de la época?

El intertexto, por otro lado, consiste en las referencias que el texto hace a otros. Todo texto se enriquece con las lecturas previas de su autor y, por lo tanto, guarda diálogos ocultos o explícitos con otras obras literarias, históricas, filosóficas, etc. En Cien años de soledad, por ejemplo, encontramos alusiones bíblicas (el diluvio, la creación), elementos de la historia latinoamericana y referencias a otras obras de la literatura universal. El lector entrenado en este nivel reconoce esos ecos, esas conexiones, que añaden una dimensión adicional de comprensión al texto.

Finalmente, el hipertexto es una categoría que ha cobrado fuerza en la era digital, pero que también puede aplicarse a textos escritos en papel. Se refiere a los enlaces que un texto puede tener con otros textos y documentos, incluso, películas, videos, fotografías, ya sea de manera explícita o sugerida, formando una red de significados que puede expandirse a través de conocimientos o lecturas paralelas o asociativas. En la obra Don Quijote de la Mancha, por ejemplo, los textos caballerescos a los que hace referencia el propio protagonista son hipertextos, en el sentido de que influyen directamente en la interpretación de la obra.

En este nivel, y sin importar las subclasificaciones, el lector está constantemente buscando estas relaciones que no siempre son obvias, y que dependen de su bagaje cultural, histórico y literario. Un buen lector en este nivel es capaz de identificar influencias, alusiones y contrastes entre obras, y de ver cómo un texto no existe de manera aislada, sino como parte de un diálogo más amplio con el mundo literario y cultural.

 

Nivel 4. La estructura (Cómo está construido el texto)

El último nivel de lectura se centra en cómo está construido el texto. Aquí, el lector no solo se detiene en el contenido, el significado o las relaciones intertextuales, sino que presta atención a la forma en que el autor ha decidido organizar sus ideas y estructurar su relato. Este es el nivel de análisis más técnico y literario, que examina los elementos formales del texto: su narrador, su punto de vista, el tiempo narrativo, la disposición de los capítulos, el estilo del autor, el uso de figuras retóricas, entre otros.

En este nivel, el lector puede notar, por ejemplo, cómo en Cien años de soledad el tiempo no sigue una línea cronológica, sino que se despliega de manera cíclica, reflejando una concepción del tiempo distinta de la convencional. O cómo en Ulises de James Joyce, el autor utiliza diversas técnicas narrativas (monólogo interior, parodia, estilo directo, entre otros) que desafían las formas tradicionales de contar una historia.

También permite entender por qué ciertos autores eligen contar una historia de una manera particular. ¿Por qué usar un narrador en primera persona? ¿Por qué empezar la narración in media res, es decir, en medio de la acción? En Crónica de una muerte anunciada, García Márquez nos revela el final de la historia desde el principio, pero lo que atrapa al lector es el cómo se llega a ese final inevitable. La estructura misma del texto se convierte en parte de su significado.

En resumen, este nivel es para aquellos lectores que desean ir más allá de la historia, del mensaje y de las relaciones entre textos, y que disfrutan de desentrañar las decisiones estilísticas y formales que dan vida al mismo. Es aquí donde se aprecia verdaderamente el arte del escritor, y donde la literatura se revela no solo como contenido, sino como forma y técnica.

Para ser buen lector no se requiere llegar a este nivel. Sin embargo, si se quiere ser buen escritor, es necesario entrenarse en reconocer la técnica y el estilo de los otros. Cuando uno conoce los secretos de los grandes es más fácil dar los primeros pasos.

 

Carlos Alberto Velásquez Córdoba ®

El blog de los lagartijos

calveco@gmail.com

 

miércoles, 18 de septiembre de 2024

El cuento de la historia clínica

Los seres humanos somo contadores de historias por naturaleza, contamos lo que nos sucede y lo que ha sucedido a través del tiempo, incluyendo la historia de nuestras enfermedades, lo que se conoce como historia clínica.

Toda enfermedad, como en un cuento literario, tiene un inicio, un nudo y un desenlace.

Tiene, además, un protagonista (paciente), unos personajes secundarios (familia, cuidadores, etc), un villano (la enfermedad o el trauma). Tiene una trama compuesta de inicio, nudo y sesenlace. Como cualquier novela tiene una época y un entorno.

Les comparto un artículo publicado en la revista Anales de la Academia de Medicina de Medellín, que explora la capacidad del ser humano de contar historias y plantea la semejanza de la historia clínica con el cuento literario.

El médico que hace una historia clínica debe saber investigar el inicio y desenredar el nudo, para ayudar a escribir el mejor desenlace posible.

Los invito a leer el artículo directamente de la fuente, y de paso, conocer la revista de la Academia de Medicina de Medellin. No es solo para médicos. Es de gran valor para el público en general.


Haga clic en la imagen para abrir el artículo




Haga clic en la imagen para leer la revista completa


miércoles, 7 de agosto de 2024

Educación moderna.

Hace varios años alguien me compartió este video. 

En ese entonces pensé que estaban exagerando. Ahora, no estoy tan seguro de ello.  ¡Esta es la realidad!



miércoles, 24 de julio de 2024

¿Que se requiere estudiar para ser escritor?

Algunos me conocen como escritor. Otros me han conocido como médico. Algunos me conocieron por mi habilidad de coger goteras de los techos o por mi oportunidad como mensajero. Unos cuantos me han conocido como profesor  de reanimacion y trauma o dictando cursos de creatividad y cultura general. Los profesores de mi universidad me conocieron como alumno. 

Además de ser bueno contando historias y diagnósticando enfermedades, también sé algunas cositas sobre electricidad, plomería o albañileria. Unos pocos me identificaban como el que les arreglaba el computador cuando se les dañaba, y cuando era joven solía ser el que se encargaba de los cerdos en la finca de un tío. En algunos casos he pintado casas.  Sin lugar a dudas, mi familia y amigos más cercanos me conocen por ser buen papá y buen esposo. Estos dos son para mí los principales oficios y los que me llenan de mayor orgullo. 

Es increible la cantidad de cosas que puede hacer alguien y todas las formas que existen para uno ganarse la vida. 

Nadie es exclusivamente médico o piloto, obrero o gerente.  Todos tenemos muchas facetas en las que podemos desempeñarnos. 

Recientemente he dictado talleres sobre literatura y  una participante me dijo que queria estudiar literatura para ser escritora. Eso es como decir que se quiere estudiar historia antioqueña para saborear un sancocho.  

No estoy denigrando de los que estudian literatura. De hecho, quiero estudiarla (formalmente) algún dia. Pero no creo que para escribir bien se deba estudiar literatura. Oscar Wilde  solia decir:  "No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir, y decirlo".

Creo que no se equivocaba. Sin embargo, debo admitir que no todo el mundo es Oscar Wilde y muchos no son capaces de decir, lo que quieren contar. Pero ello no se aprende en una universidad. Se aprende conversando, hablando, oyendo y escribiendo... ah, y no olvidemos, revisando y corrigiendo. 

Muchos me han escuchado decir que escribir es más fácil que hablar. Cuando uno habla dice las cosas como se le ocurren.  Escribir te permite revisar cada palabra, cada frase, cada idea para que cuando llegue al destinatario llegue perfecta.  

¿Cuántas veces en una conversación decimos algo y luego lamentamos haberlo dicho de una u otra forma? ¿Cuántas, nos arrepentimos de no haber dicho otra palabra diferente o haberlo expresado en distinta forma?  Escribir nos da esa oportunidad: de escoger cada palabra, cada frase, cada idea y revisarla, una y otra vez, hasta tener la certeza de que eso era EXACTAMENTE lo que  queríamos decir. 

Eso no lo enseñan en la universidad. Lo aprende el que quiere, y lo deja pasar el que no. 

Es fantástico escribir un texto y luego tener la capacidad de analizarlo desde el punto de vista filológico. Saber que lo que salió fue una sinecdoque, o que se hizo una paronimia, o que la figura utilizada fue un oxímoron. Pero para escribir que "su frialdad quemaba mi corazón" no se  requiere saber qué figura literaria es. Se requiere tener algo para decirlo y expersarlo de la mejor forma posible. 

A mis alumnos de los talleres los invito a que escriban.  No importa si el texto es una crónica, un relato, una estampa, un cuento o una anécdota.  Eso, que lo definan los críticos.  La creacion literaria es libertad.  Si un excelente texto no encaja en un género literario específico, ¿que importa? Tal vez se  haya creado un nuevo género.  

¿Qué importa saber si el narrador es autodiegético o heterodietético cuando la historia está bien contada y no tiene grietas en su estructura?  Es bueno saber la teoría, pero distinguir un narrador en primera persona de uno en tercera persona no te hace buen escritor. Saber cómo se cuenta la historia para que sea clara y atrayente es lo que cuenta.  

La mayoría de los grandes escritores escribieron lo que se les ocurría.  Muchos no eran egresados de una universidad, y menos doctorados en idiomas.  Algunos estudiaron después de ser famosos escritores para perfeccionar lo que ya sabían hacer bien.  

Nadie necesita estudiar literatura para escribir buenas historias. Sin embargo, quien deciden estudiar literatura entenderá mejor la forma como se puede escribir, y perfeccionará su arte. 

¿Quieres escribir bien?  Estudia al ser humano, estudia la naturaleza... estúdiate tu mismo.  Conversa, escucha, lee... Vive la vida y crea las vidas que quieres contar. 

Para que reflexionen, a continuación les comparto un texto que encontré en la red. 

____________


¿Qué estudiaron los grandes escritores? Esta es una pregunta inquietante ya que el genio y el éxito humano muchas veces son relacionados con los estudios. En la literatura los resultados son bastante disimiles. Compartimos aquí los estudios universitarios que realizaron algunos de los grandes escritores de la historia:

• Edgar Allan Poe: Se enroló en el ejército y pasó brevemente por la Academia militar de West Point, pero no realizó estudios universitarios.

• Ernest Hemingway: No realizó estudios universitarios. Tras graduarse de la secundaria consigue puesto como conductor de ambulancia durante la Primera Guerra Mundial.

• Fiodor Dostoievski: Estudió Ingeniería en la escuela de Ingenieros Militares de San Petersburgo.

• Franz Kafka: Estudió Química en la Universidad de Praga, pero se retiró a las dos semanas. Después intentó estudiar Historia del Arte y Filología Alemana. Finalmente se doctoró en Leyes.

• Gabriel García Márquez: Estudió Derecho aunque no terminó sus estudios. Tras interrumpir sus estudios de derecho se convirtió en periodista pero no estudió para esto.

• Haruki Murakami: Estudió Literatura y Teatro griego en la universidad de Waseda.

• Isaac Asimov: Estudió Bioquímica en la Universidad de Columbia.

• Jorge Luis Borges: No realizó estudios universitarios.

•James Joyce: Estudió lenguas y quiso estudiar Medicina (no lo hizo por razones económicas).

• Juan Rulfo: No realizó estudios universitarios.

• Julio Cortázar: Se formó como Profesor en Letras y obtuvo título como Traductor Público, título que logra en 9 meses cuando el tiempo normal era 3 años. El esfuerzo le provoca síntomas neuróticos.

• Julio Verne: Estudia Derecho pero de inmediato se dedica a escribir.

• J.R.R. Tolkien: Se tituló en Idioma Inglés con énfasis en Lingüística inglesa y Literatura.

• León Tolstoi: Estudió Derecho en la Universidad de Kazan pero abandona los estudios.

• Roberto Bolaño: No realizó estudios universitarios. Se desempeñó en variados oficios como lavaplatos, vigilante nocturno, camarero, en el servicio social de un Ayuntamiento... antes de lograr establecerse como escritor.

• Stephen King: Estudió Inglés en la Universidad de Maine.

• Mark Twain: No realizó estudios universitarios. Fue piloto de barco en el río Mississippi y trabajó en una imprenta, lo que influyó en su carrera literaria.

• Virginia Woolf: No asistió a la universidad, pero recibió una educación informal en casa, aprovechando la vasta biblioteca de su familia.

• Charles Dickens: No realizó estudios universitarios. Trabajó en una fábrica de betún para zapatos a una edad temprana y posteriormente como reportero parlamentario.

• William Faulkner: Asistió brevemente a la Universidad de Mississippi, pero no se graduó.

• Agatha Christie: No realizó estudios universitarios. Recibió educación en casa por su madre y luego asistió a escuelas privadas en París.

___________


¿Y tú? ¿Cuál es tu pretexto para no escribir?

miércoles, 3 de julio de 2024

El miedo a la inteligencia artificial

He escuchado a muchas personas hablar en contra de la inteligencia artificial, personas que considero inteligentes.  

Aquí va mi opinión sobre el tema:  

La inteligencia artificial es una herramienta. A unos les causa miedo, a otros les da esperanza. Pensemos en cuántas herramientas se consideraban peligrosas a lo largo del tiempo: 

La biblioteca de Alejandría fue quemada varias veces porque era un peligro; atentaba contra las creencias predominante de la época.  La electricidad se consideró muy peligrosa: mataba a la velocidad de un rayo o dejaba quemaduras en quien la manipulaba sin el debido cuidado. De los Rayos X, ni se diga... producían enfermedades a quienes se exponían a ellos, hasta que se convirtieron en la base de muchos diagnósticos en medicina. 

Los carros impulsados por vapor o gasolina eran peligrosísimos (hasta el punto de que no podían andar a más de 8 kms por hora y un hombre tenía que ir adelante con una bandera para que la gente se quitara del camino).  

Muchos se opusieron, en su momento a que los carruajes de tracción animal fueran reemplazados con aquellas máquinas aterradoras. Pero en la medida en que aprendemos a usar correctamente las herramientas, el temor desaparece. El fuego que pudo aterrorizar a los primeros humanos se convirtió luego en una fuerza transformadora.

Aquí el problema no es la inteligencia artificial, sino la estupidez humana que usa mal la herramienta.

La inteligencia artificial nos facilita la vida, y no solo ahora sino desde hace muchos años: nos propone correciones en textos que escribimos, nos sugiere compras de cosas que necesitamos (o tal vez no). Es la que nos muestra nuestros contactos más comunes para que no perdamos tiempo buscando un teléfono o un correo entre cientos de ellos. Es nuestra inteligencia la que decide si ponemos la coma, si cambiamos la palabra, si marcamos ese número o si compramos lo que nos ofrecen.  

En medicina la inteligencia artificial calcula por nosotros fracciones de eyección, porcentajes de perfusion en un órgano o probabilidades de que un tumor sea maligno en una imagen diagnóstica o en una prueba de laboratorio. Las herramientas están ahí y la inteligencia humana es quien decide finalmente como se ha de utilizar. 

Es cierto que aún muchas personas no saben usar la tecnología y no tienen criterio para distinguir lo real de lo ficcional. Todavía hay una gran mayoría que replica todo lo que aparece en redes sociales sin confirmar lo que recibieron. Basta mirar la infodemia que ocurrió durante la pandemia COVID-19. Pulularon miles de mensajes con informaciones falsas, incluso compartidas por personal médico que se suponía que debía usar el método científico y comprobar la información antes de compartirla. La inteligencia artificial puede ser utilizada para engañar personas o para mejorar el mundo. 

Llegado a este punto, mi opinión es que la AI una herramienta es tan útil como la inteligencia de quien la usa. 

Cuando alguien se escandaliza por el riesgo que la inteligencia artificial plantea, pienso en aquellas personas que creían que el carro de motor era un invento del demonio y consideraban que debía prohibirse. Si lo pensamos bien, aun hay muchas personas que fallecen atropelladas por autobuses. Pero eso no es razón suficiente para que se prohiban; son más los beneficios que los daños. 

Necesitamos que haya personas con banderas que vayan adelante hasta que todos sepamos usar la herramienta, pero nunca atacar la herramienta. 






miércoles, 19 de junio de 2024

El cuento: Arte de narrar historias. Carlos Alberto Velasquez C

Hace algunos días tuve el honor de ser invitado a un conversatorio sobre cuento por parte del Centro Cultural Casa Tomada. 

En primer lugar debo decir que tuve la grata sorpresa de que el lugar donde fue el conversatorio era un lugar mágico. Se trataba del restaurante Agua Dulce, una vieja casona ubicada en la carrera Girardot, en pleno parque del Periodista, lugar que desde hace muchos años se ha asociado con el ambiente bohemio y cultural del Centro de la ciudad. 

Por otra parte no pude tener mejores interlocutores. Por un lado mi amigo Wilfer Pulgarín, periodista y escritor, y por otro, Fernando Rivillas, director de Casa Tomada, colega médico y gran amante de las letras. 

A continuacion les comparto la grabación que se hizo del  conversatorio. Disculpen los problemas de audio del inicio, que fueron superados a los pocos minutos. 


Posdata.  Algunos seguidores se me acercaron con el ánimo de pedirme explicaciones de por qué había dicho que era más fácil escribir una novela que un cuento. A muchos les pareció muy polémica esa frase. 

Como dije en el transcurso de la entrevista, era mi opinión personal. No es que yo considere a la novela como un género inferior al cuento. De hecho, algunos la consideran superior a un cuento. Lo que ocurre es que en una novela es "permisible" que haya fragmentos de menos calidad en el texto. En una novela hay momentos de alta tensión y momentos menos interesantes. En el cuento, por el contrario todo lo escrito debe mantener la tensión. 

En una novela, un lector puede "perdonar" que el autor baje un poco el nivel narrativo porque sabe que más adelante se volverá nuevamente interesante la historia. En un cuento hay que tener al lector pegado a la historia para no perderlo. Si una novela tiene un capítulo tedioso, muchos lectores continuan leyendo esperando la redeción. Por el contrario, si un cuento se vuelve aburridor, el lector lo dejará definitivamente, y pasará a otro cuento que para él sea más entretenido.

De ahí que muchos pueden ser novelistas, pero un buen cuentista no es tan fácil de encontrar. 

Espero haber respondido la pregunta, y aclaro que en todo caso es mi opinión personal y nada más. Incluso, no descarto que yo esté equivocado.  (Me gusta darme ese lujo: equivocarme, sin tener que sentirme culpable).

Aprovecho para agradecer a los que siguieron esta conversación por las redes sociales y a los que estuvieron con nosotros ese día.  Les recomiendo conocer el lugar. 



miércoles, 5 de junio de 2024

Las leyes universales de la estupidez: Carlo Cipolla

Facundo Cabral decía que le tenia miedo a los imbéciles porque son muchos, y hasta pueden elegir presidente. 

Independientemente de lo gracioso que parezca, muchos han estudiado "la estupidez humana" y han llegado a unas conclusiones interesantes. 

Ya en otra entrada les hablé de Dietrich Bonhoeffer y su teoría de la estupidez. 

Esta semana les quiero hablar de las Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana, propuestas por  Carlo Cipolla.


Carlo M. Cipolla, fue un renombrado historiador económico italiano, conocido por su obra "Las leyes fundamentales de la estupidez humana", un ensayo que, aunque escrito en tono humorístico, ofrece una perspectiva profundamente seria y penetrante sobre el comportamiento humano. Cipolla define y desentraña la naturaleza de la estupidez a través de cinco leyes fundamentales, revelando cómo este fenómeno universal influye en nuestras vidas de manera significativa y a menudo subestimada.

Segun Cipolla, existen cuatro tipos de personas:  

Los inteligentes: que benefician a los demás obteniendo beneficio propio.  

Los incautos:  que generan beneficio ajeno en detrimento de su propio beneficio.  

Los malvados: que obtienen beneficio propio a costa de perjudicar a los demás. Generalmente apoyados por estúpidos que creen en sus engaños. 

Los estúpidos: Que no se dan cuenta de que están siendo manipulados y causan daños a los demás y a sí mismos, sin percatarse de que están siendo utilizados por los malvados para conseguir sus objetivos. Son el grupo más peligroso, e infortunadamentem el más numeroso. 

Para Cipolla existe una simbiosis muy particular entre estos dos últimos. Los malvados se aprovechan de los estúpidos para lograr sus metas. Y los estúpidos les ayudan porque, precisamente, son estúpidos. Funcionó con Hitler, con Mussolini, con Stalin, con Castro,Chavez, y Maduro, y con muchos otros politicos locales y mundiales. A mayor cantidad de estúpidos, mayor alcance tendrá un malvado. 

Pero, ¿qué define a un estúpido? 

Cipolla estudió a fondo el comportamiento humano y estableció cinco leyes para la estupidez humana: 

Primera Ley: Siempre e inevitablemente todos subestiman el número de individuos estúpidos en circulación. Esta afirmación es provocadora pero astuta: la estupidez es omnipresente y su prevalencia siempre se subestima. No importa cuántos individuos estúpidos se perciban, siempre habrá más de los que se espera. Esta primera ley sirve como una advertencia universal para no caer en la trampa de asumir que la estupidez es una rareza.

Segunda Ley: La probabilidad de que una persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona. En esta segunda ley, Cipolla postula que la estupidez es democrática y no discrimina. Independientemente de la educación, estatus social, raza o género, la probabilidad de que una persona sea estúpida permanece constante. Este principio subraya la imprevisibilidad de la estupidez y su capacidad para manifestarse en cualquier contexto. Hay estúpidos en cualquier nivel cultural, desde analfabetas, hasta profesores con doctorado. 

Tercera Ley: Una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener un beneficio para sí misma, e incluso, llegando a perjudicarse a sí misma. Esta irracionalidad es lo que hace que la estupidez sea tan peligrosa y difícil de manejar.

Cuarta Ley: Las personas no estúpidas subestiman siempre el poder nocivo de las personas estúpidas. Esta subestimación lleva a menudo a situaciones en las que los estúpidos pueden causar daños significativos debido a la inacción o la falta de preparación de los no estúpidos. La cuarta ley resalta la necesidad de estar siempre alerta y consciente del poder destructivo de la estupidez.

Quinta Ley: La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe. Finalmente, Cipolla concluye con una afirmación categórica: la estupidez es más peligrosa que la maldad. Mientras que una persona malvada actúa en su propio interés y es predecible en su egoísmo, una persona estúpida es impredecible y sus acciones pueden tener consecuencias devastadoras tanto para ella como para los demás, y lo peor, creen genuinamente que están haciendo lo correcto.

A continuación les comparto un video con las teorías de Carlo Cipolla. 

Si quieren leer el libro hagan clic acá

miércoles, 22 de mayo de 2024

El dragón en el garaje. Carl Sagan

El siguiente texto fue publicado por Carl Sagan en su libro "El mundo y sus demonios: La ciencia como una luz en la oscuridad" (en inglés, "The Demon-Haunted World: Science as a Candle in the Dark"). Este libro, publicado en 1995, explora la importancia del pensamiento crítico y del escepticismo científico frente a las creencias y afirmaciones pseudocientíficas. La analogía del "dragón en el garaje" se utiliza para ilustrar la falacia de las afirmaciones no comprobables y cómo deben abordarse con escepticismo.

En un mundo donde hay tanta noticia falsa, tanta creencia sin fundamento y tanta ideología que se quiere sobreponer a la ciencia y la razón, se hace cada vez más necesario aprender a discernir sobre la realidad y lo que no es verdad. 


El dragón en el garage

Carl Sagan.


"En mi garaje vive un dragón que escupe fuego por la boca". Supongamos que yo le hago a usted una aseveración como ésa. A lo mejor le gustaría comprobarlo, verlo usted mismo. A lo largo de los siglos ha habido innumerables historias de dragones, pero ninguna prueba real. ¡Qué oportunidad!

—Enséñemelo —me dice usted.

Yo le llevo a mi garaje. Usted mira y ve una escalera, latas de pintura vacías y un triciclo viejo, pero el dragón no está.

—¿Dónde está el dragón? —me pregunta.

—Oh, está aquí —contesto yo moviendo la mano vagamente—. Me olvidé de decir que es un dragón invisible.

Me propone que cubra de harina el suelo del garaje para que queden marcadas las huellas del dragón.

—Buena idea —replico—, pero este dragón flota en el aire.

Entonces propone usar un sensor infrarrojo para detectar el fuego invisible.

—Buena idea, pero el fuego invisible tampoco da calor.

Sugiere pintar con spray el dragón para hacerlo visible.

—Buena idea, sólo que es un dragón incorpóreo y la pintura no se le pegaría.

Y así sucesivamente. Yo contrarresto cualquier prueba física que usted me propone con una explicación especial de por qué no funcionará. Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre un dragón invisible, incorpóreo y flotante que escupe un fuego que no quema y un dragón inexistente? Si no hay manera de refutar mi opinión, si no hay ningún experimento concebible válido contra ella, ¿qué significa decir que mi dragón existe? 

Su incapacidad de invalidar mi hipótesis no equivale en absoluto a demostrar que es cierta. Las afirmaciones que no pueden probarse, las aseveraciones inmunes a la refutación son verdaderamente inútiles, por mucho valor que puedan tener para inspirarmos o excitar nuestro sentido de maravilla. Lo que yo le he pedido que haga es acabar aceptando, en ausencia de pruebas, lo que yo digo.



miércoles, 1 de mayo de 2024

La danza de las palabras: Libia María Ortíz Tejada

El siguiente texto fue presentado en el Taller de Crea-Acción literaria por la escritora Libia Ortiz. Un texto bellísimo que nos pone a reflexionar sobre la importancia de la lectura y la escritura.


LA DANZA DE LAS PALABRAS

Libia María Ortiz Tejada.

La lectura y la escritura, dos actividades exclusivamente humanas; son parte de nuestra historia desde tiempos inmemoriales: Puertas que se abren hacia mundos nuevos, experiencias inexploradas y conocimiento infinito. Ambas ofrecen un placer inigualable, una danza de palabras que nos transporta a lugares lejanos y nos permite vivir vidas que nunca imaginamos. Sin embargo, detrás de este placer se esconde una serie de desafíos que enfrentamos en nuestro viaje hacia la comprensión y la expresión.

El placer de la lectura es indiscutible. Sumergirse en las páginas de un buen libro es como adentrarse en un universo paralelo donde el tiempo se detiene y solo existe la historia que se despliega ante nuestros ojos. Cada palabra es una nota en la sinfonía de la imaginación, cada página un lienzo en blanco sobre el cual se dibujan paisajes y personajes que cobran vida. La lectura nos permite experimentar emociones intensas, reír, llorar, enamorarnos y reflexionar, todo dentro del espacio seguro que proporcionan la intimidad de la obra. Es un placer solitario pero compartido, ya que los lectores encontramos nuestra propia conexión con la historia y, al mismo tiempo, nos unimos a una comunidad de mentes ávidas de conocimiento y aventura.

Sin embargo, este placer no está exento de desafíos. La barrera del acceso a la educación y a los libros puede ser insuperable para muchos, privándolos del placer transformador que la lectura puede ofrecer. La falta de tiempo en un mundo cada vez más acelerado puede dificultar la dedicación necesaria para sumergirnos verdaderamente en esta experiencia. La atención dividida entre dispositivos electrónicos, redes sociales y responsabilidades cotidianas puede restarle importancia como actividad central en nuestras vidas y, la sobreabundancia de información puede llevarnos a la superficialidad, privándonos de la oportunidad de explorar textos de manera profunda y significativa.

Por otro lado, la escritura también ofrece un placer único y transformador. Es el acto de dar forma a nuestros pensamientos, emociones y experiencias a través de las palabras, creando un puente entre nuestro mundo interno y el exterior. Es un proceso de descubrimiento y autoexpresión que nos permite reflexionar sobre nuestras vidas, explorar las pasiones y compartir las ideas con el mundo. Escribir nos empodera, nos da voz y nos conecta con otros seres humanos a nivel emocional e intelectual.

No obstante, la escritura conlleva sus propios retos. La autoexigencia y el perfeccionamiento pueden convertirse en obstáculos que nos impiden comenzar o terminar un texto. El miedo al juicio y a la crítica puede paralizarnos, haciendo que dudemos de la valía de nuestras palabras y nos censuremos. Así mismo, la falta de práctica y de retroalimentación constructiva puede dificultar el desarrollo de las habilidades como escritores, dejándonos atrapados en un ciclo de insatisfacción y estancamiento.

Ciertamente, la lectura y la escritura son actividades que nos brindan un placer incomparable, abriendo puertas hacia la imaginación, la reflexión, la conexión con los demás y el mundo que nos rodea. Sin embargo, no podemos ignorar los desafíos que enfrentamos en nuestro camino hacia el disfrute pleno de estas, siendo necesario reconocer y abordar estas dificultades para que podamos experimentar el placer transformador que nos ofrecen. Solo entonces, podremos seguir danzando entre las palabras, explorando nuevos mundos y descubriendo el poder de nuestras propias historias.

_____________

Libia María Ortiz Tejada:

Licenciada en Didáctica y dificultad del aprendizaje escolar de la Fundación Universitaria CEIPA, Magister en Educación de la Universidad de La Sabana. Investigadora de los elementos comunes en los diarios de campo de las estudiantes de pedagogía infantil y coinvestigadora en los procesos de la educación hospitalaria.
Se desempeñó como docente en diferentes niveles y ha trabajado en la formación de profesores a nivel nacional con la implementación del modelo CIDEP, promovido por el Ministerio de Educación Nacional y la Universidad de La Sabana; asesora pedagógica en jardines infantiles de la Secretaría de Integración Social de la ciudad de Bogotá, y directora de jardines en la primera infancia en el sector privado.

La experiencia de enseñar la llevó a un doble rol, el de ser orgullosamente maestra de los niños y formadores de los niños en los niveles de preescolar, y el de ser aprendiz y cómplice de proyectos maravillosos cargados de fantasía, donde por principio de vida, respetó el ritmo de aprendizaje de quienes quieren aprender.
El gusto por los cuentos lo tomó desde niña, cuando a través de la radio escuchaba programas para niños en los cuales las descripciones de personajes y situaciones eran tan vívidas que llevaban al oyente a mundos asombrosos.
De su padre recuerda escucharlo contando las aventuras de él y sus amigos mientras cazaban; relatos que acompañaba muy bien con gestos y sonidos que la llevaban a vivir las emociones que sentían. Estas experiencias descriptivas de personajes y situaciones se reflejan hoy en los cuentos que le gusta narrar o escribir.
Participa como oyente y escritora del taller Crea-Acción Literaria dirigido por el médico y escritor Carlos Alberto Velásquez, de la Editorial Libros para Pensar, el cual disfruta y le permite saldar la deuda que aún tiene con la lectura de clásicos y otros más.

miércoles, 17 de abril de 2024

La navaja de Ockham. La belleza de lo simple.

Muchos hemos oido hablar de la Navaja de Ockham, pero muy pocos saben lo que significa. 

Y no estamos hablando de un barbero, aunque sí se trate de quitar lo que sobra y dejar solo lo importante. 

La Navaja de Ockham, también conocida como principio de parsimonia o principio de economía, es un postulado filosófico y metodológico que sostiene que “en igualdad de condiciones, la explicación más simple suele ser la más probable”. En otras palabras, cuando nos encontramos ante un problema o interrogante, la solución más simple es la correcta.

En medicina, la aplicamos mucho este principio. Si tienes mocos, tos y fiebre lo mas probable es que se trate de un simple resfriado. Ningún médico pensará en un síndrome raro cuando lo más probable es lo común. Si un paciente llega a urgencias con un puñal enterrado en el costado y dice que le duele el pecho, nadie pensará como primera instancia que el paciente tiene un infarto. La causa mas simple es generalmente la causa real. 

También pasa en la vida cotidiana. Si escuchamos un ruido de un animal escarbando en la cocina, y tenermos un perro, no pensamos que se trata de un oso siberiano que en pleno trópico entró por la puerta trasera. 

Sin embargo, para los humanos, lo simple se convierte en aburrido, y lo que es extraño y raro resulta atrayente. Por eso es que si se escucha un ruido a media noche en una casa vieja no faltará quien asuma que es un "alma en pena", cuando bien podría ser una rata, o la dilatacion de la madera.  El no tener introyectado el concepto de la navaja de Ockham hace que cualquier luz en el firmamento se vuelva un "ovni" o que cualquier coincidencia se convierta en un hecho mágico provocado por seres de otra dimensión. Todo en el mundo tiene explicación bajo la premisa de "causa-efecto". El hecho de que no la hayamos encontrado una causa concreta, no significa que no exista.  

El concepto planteado por Ockham establece que primero se debía "afeitar" todas las posibles alternativas y quedarse con la más evidente.  (Ello no es garantía de exito, pero nos reduce las probabilidades de fallo, eliminando alternativas poco posibles). 

Cuando buscamos una explicación a algo, generalmente la explicación más sencilla (causa) es la que genera el efecto, aunque nos guste creer en causas extraordinarias. 

Pongo un ejemplo: hace poco, en un taller literario puse a los participantes a escribir un texto de ficción en el que hubiera un encuentro con un autor famoso. Dos de ellos coincideron en una reunion de Borges que se daba lugar en Buenos Aires. Alguien propuso que había una causa cosmica para dicha coincidencia, invocando las teorías jungianas. Pero, ¿qué más podía esperarse, si el tema era escribir sobre un encuentro con un autor favorito?  Esa coincidencia no tenia nada de sobrenatural. Era la tarea propuesta y lo usual era que surgieran nombres como Borges, Cortazar, García Marquez o Cervantes. ¿Y, donde ubicar a Borges? Pues en Buenos Aires, la ciudad amada por el autor.  ¿Para que buscar conexiones cósmicas donde hay explicaciones terrenales simples?

Blanco es... gallina lo pone... frito se come... huevo, se llama. 

En el ámbito de la investigación científica, la Navaja de Ockham es muy útil: ayuda a los investigadores a economizar o simplificar en la formulación de teorías o explicaciones. Cuando un investigador se encuentra ante varias explicaciones posibles, la explicación más simple suele ser la correcta. Este principio se utiliza como una regla general para guiar a los científicos en el desarrollo de modelos teóricos. Sin embargo, la Navaja de Ockham no se considera un principio irrefutable y ciertamente no es un resultado científico. En ciertas ocasiones, la opción compleja puede ser la correcta.

¿Quién fue Guillermo de Ockham?

Guillermo de Ockham, también Occam, Ockam, (c.1285-9 de abril de 1347) fue un monje franciscano inglés, filósofo, lógico, teólogo, conocido principalmente por ser el representante más destacado del nominalismo frente a las escuelas tomistas y escotistas.

Oriundo de Ockham, un pequeño pueblo de Surrey, cerca de East Horsley (Inglaterra), fue miembro de la Orden Franciscana y pasó su vida en la pobreza extrema. Su doctrina fue sospechosa de herejía por las autoridades eclesiásticas al cuestionar muchos postulados de la teología tradicional, como la compatibilidad de la fe con la razón y la posibilidad de demostrar la existencia de Dios. Ockham también atacó los cimientos de la autoridad temporal del papa en sus escritos políticos, uniéndose al emperador Luis IV de Baviera en la lucha contra la Santa Sede. Murió a causa de la peste negra. 

En sus razonamientos hizo frecuente uso del «principio de economía», aunque no llegase a escribir la frase que se le atribuye: «entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem» (no hay que multiplicar los entes sin necesidad);​ por ello, aunque dicho principio es muy anterior a él —ya lo utilizaban los antiguos griegos y aparece en el Organon aristotélico—, fue bautizado como «navaja de Ockham», «con la que puso las barbas de Platón a afeitar». La formulación de esta máxima, conocida en el ámbito cultural anglosajón como principio de parsimonia, tal como la formuló Bertrand Russell (1946) en los Principia, establece que si un fenómeno puede explicarse sin suponer entidad hipotética alguna, no hay motivo para suponerla. Es decir, siempre debe optarse por una explicación en términos del menor número posible de causas, factores o variables.

En resumen, la Navaja de Ockham nos invita a buscar la claridad en la simplicidad, a despojar las explicaciones de lo superfluo y abrazar la elegancia de lo mínimo. En un mundo donde la complejidad puede ahogar la razón, este principio emerge como una brújula confiable en la búsqueda de la verdad.

En otras palabras, Si blanco es... gallina lo pone... frito se come..., no salgas con que "aguacate, se llama".

miércoles, 21 de febrero de 2024

¡Poetas!

Escribir poesía no es lo mismo que escribir adornado. Por el contrario, un buen escritor encuentra las palabras precisas cuando quiere decir algo. No se extiende innecesariamente ni da vueltas con el idioma, porque conoce el sentido exacto de cada palabra. 

Hace poco en internet alguien en un grupo lanzó un reto:  


Un escritor no diría:

"Quiero que te vayas. Estoy harto de verte".

Un escritor diría.....


La mayoría de los miembros del grupo se explayaron enviando parrafos y parrafos de lo que ellos creían que un escritor diría. Daban vueltas innecesarias para decir algo que se podría resumir en "¡Lárgate y no regreses!"

¿Por qué será que la mayoria de las personas creen que para ser escritor hay que dar vueltas con las palabras? 

Igual me sucede con un grupo virtual de escritores al que me invitaron, (donde hay muchos autonombrados "poetas") que para dar los buenos dias, tienen que ir hasta el olimpo, y hacer cabalgar a Apollo con su carruaje brillante sobre el éter abovedado. ¿Acaso no pueden decir "Buenos dias"?

En ese chat algunos "poetas" escriben cosas que a veces no se entienden porque les interesa más mostrar su erudición y su "enorme léxico" que decir lo que quieren decir. Me molestan esos falsos poetas que no pierden la oportunidad de armar frases con palabras rebuscadas; que buscan declamar sus obras en público, pero que no escuchan a los demás pensando sólo en lo que ellos van a decir. Que se deshacen en elogios al que recitó una retahila insufrible porque temen decir la verdad:  "No entendí lo que dijiste", o peor aún, porque temen que no los elogien luego a ellos cuando vomiten palabras inconexas. 

Odio aquellas reuniones donde se reunen poetas con la esperanza de vender sus poemas pero que no tienen la menor intencion de comprar algunos versos ajenos. Que su única motivación es que los conozcan. 

Pocas veces en los encuentros de poesía encontrarás un poeta bueno. Los verdaderos poetas no escriben mucho, no hablan mucho, porque la mayor parte del tiempo la pasan maravillados por la vida. Esos son los poetas imprescindibles. 


A continuación comparto un texto que encontré en las redes. Desconozco si fue un diálogo real del programa de Roberto Gomez Bolaños o si es un texto que se le atribuye a él. 

De todos modos está genial. 

______________________


"- Oye Lucas, ¿Tú crees que sea útil ser poeta?

- Claro que sí, Chaparrón, si no, ¿Qué pretexto vas a encontrar para morirte de hambre?

- Sí, pero yo quiero decir: ¿Tú crees que si hubiera más poetas la gente avanzaría con más seguridad por la vida?

- No, Chaparrón, para avanzar con más seguridad lo que hace falta es sincronizar los semáforos.

- Estás en lo cierto, pero de cualquier manera para algo deben servir los poetas…

- Bueno, yo los utilizaría para disolver manifestaciones.

- ¿Para disolver manifestaciones?

- Sí, Chaparrón, ¿No te has fijado en cómo se desbarata una reunión en cuanto alguien se para a declamar un poema?

- Estás en lo cierto.

- Además, en esta época, ¿A quién le interesa que la luna sea blanca?

- A los del Ku Klux Klan.

-  No, pero yo estoy hablando de gente no de animales. [..] Pero de  cualquier manera tú no debes darte por vencido. Acuérdate de que los poetas  no son los únicos seres inútiles que existen en el mundo. También hay  abogados, economistas, críticos de teatro, empresarios de boxeo; con el  agravante de que el abogado te manda a la cárcel, el economista te manda  a la bancarrota, el crítico de teatro te manda a la televisión y el  empresario de boxeo te manda al manicomio, si no es que al cementerio.  En cambio, los poetas a lo que más que pueden mandarte es al diccionario  para que averigües qué fue lo que quisieron decir".

📺 Los Chifladitos (1992)