"SOMOS ENANOS EN HOMBROS DE GIGANTES" (Bernardo de Chartres - S. XII)

miércoles, 24 de junio de 2020

La leyenda de Isolda

Medellín está llena de leyendas.

Aqui va una:  La de Isolda Echavarria, contada por Javier Castaño.


Esta historia entrelaza castillos europeos, la familia Tobón Uribe (la del famoso Pablo Tobón Uribe), la historia de Alejandro Echavarría Misas, Bernardikta Zur Nieden y por supuesto la misma Isolda.  Escucharán la historia de El Castillo en Medellín y de Ditaires. Una historia muy interesante. 
Aquí se combina varios mitos universales con nuestra historia local.





Este mito es común en varias culturas y se repite en varias ciudades, tanto de américa como de Europa. Para quienes gustan de historias de misterio, les recomienda otra lectura adicional: Amelia Espero la disfruten.

Hasta la próxima semana.

miércoles, 17 de junio de 2020

El instinto de negatividad

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La Ley de Murphy dice claramente:  
"Cualquier cosa que pueda salir mal, saldrá mal"

Y en el libro, hay otro corolario: 
Optimista es aquella persona
que no ha entendido el problema.

Pero contrario a lo que se ha creído, pensar en positivo no siempre es beneficioso. A veces, quien espera lo peor, está más preparado para enfrentar los peligros y los problemas. 

En la década de 1990 surgió la llamada Psicología Positiva que trataba de luchar contra la costumbre muy humana de ver lo negativo. Esta tendencia positivista iniciada por Martin Seligman y continuada por Mihály Csíkszentmihályi (intenten pronunciarlo) y Jonathan Haidt, se centra en los aspectos positivos, la creatividad, el buen humor, la sabiduría y la felicidad.


En la actualidad, cientos de entrenadores personales (autonombrados "coach"), consejeros, y conferencistas en todo el mundo hablan de las ventajas de esperar siempre lo positivo en la vida. Cientos de libros se venden en almacenes, librerías y semáforos tratando de estimular el pensamiento positivista en las personas. 

La madres modernas tratan de enseñar a sus hijos el poder que tienen los pensamientos positivos en la vida, corriendo el riesgo de que cuando estén adolescentes, descubran que no era suficiente con esperar lo mejor, y que había que luchar muy duro para conseguir buenos resultados. Quizás esta sea una de las causas de los problemas de depresión, ansiedad y estrés en nuestros jóvenes. 

Independiente del valor que se le dé al negativismo, la naturaleza ha dotado con ella, a nuestra especie, de un gran mecanismo de autoprotección. Este mecanismo, llamado por algunos Sesgo de negatividad, puede ser una excelente preparación para la supervivencia. 

Nuestra mente reacciona más profundamente a los estímulos nocivos que a los benéficos. El mejor ejemplo es cuando estamos viendo una película y de repente algo malo sucede (aparece un asesino con un cuchillo, o salta una víbora desde una alacena); los espectadores brincaremos en nuestras sillas, nos agarraremos del compañero del lado, y hasta podemos derramar nuestra bebida, sentimos taquicardia y respiramos más agitadamente. Biológicamente, eso quiere decir que estamos preparados para la acción. Por el contrario, si al protagonista de la película le ocurre algo bueno, la respuesta no será tan profunda e intensa. Quizás los mas románticos dejen escapar una lágrima, pero su cuerpo no se preparará para actuar. 

El sesgo de negatividad puede parecer un lastre biológico, pero tiene pleno sentido evolutivo. La hiperreactividad cerebral automática (más rápida que la toma de decisiones consciente) es lo que nos permite salvar la vida ante cualquier potencial amenaza, aunque a menudo sean falsas alarmas, como en el ejemplo de la película, o cuando nos cambiamos de acera porque se acerca un desconocido en la noche. Todos corremos cuando estamos pasando la calle y escuchamos un fuerte y desagradable pito. Si escucháramos música agradable, nadie se pondría a salvo.

El cerebro carece de un sistema similar para reaccionar ante lo bueno y placentero, porque ello no nos pone la vida en peligro. El que lo negativo prevalezca sobre lo positivo en la mente es lo que hace que el dolor por una pérdida económica sea mayor que el placer de una ganancia y que las emociones que suscita una mala noticia sean más fuertes, persistentes y difíciles de inhibir que las buenas noticias.

Hace algun tiempo en este mismo blog presenté una conferencia del epidemiólogo sueco Hans Rosling, (ver acá) que muestra como los humanos, con bastante frecuencia, solemos pensar que todo está mal y que la situación tiende a empeorar. Con estadísticas, el investigador mostraba que nuestro cerebro propende a la negatividad. Cada vez hay menos muertes violentas en el mundo, cada vez hay menos analfabetismo, cada vez hay menos pobres, cada vez hay mas libertades individuales... pero nuestro cerebro siempre se inclina a creer lo contrario. 

Precisamente el periodismo contemporáneo se alimenta de la natural inclinación humana a la negatividad. Por eso las malas noticias son las que se riegan más rápidamente. La normalidad nunca será una noticia. De esa misma manera, los lideres mundiales se aprovecha ese miedo innato a que todo tiende a ir peor para ganar adeptos. Todos los medios hablaban del agujero en la capa de ozono. Muy pocos hicieron bulla cuando el agujero comenzó a cerrarse. 

De la misma forma, las redes sociales son un caldo de cultivo para difundir el temor y el miedo. Las noticias malas (reales o falsas) son las que más rápido se difunden. 

El común de la gente cree que en el mundo hay más muertes violentas, menos niñas escolarizadas, unas tasas de vacunación más bajas, menor acceso a la electricidad y a Internet, más especies en peligro de extinción… de las que realmente hay. Ahora hay menos inequidad social que hace cincuenta años, menos racismo, menos machismo, pero tendemos a creer que estamos peor. En estas épocas de pandemia, se muestran más las cifras de muertos que las de las personas que se han recuperado. 

Rosling atribuye este instinto de negatividad, a la desmemoria sobre nuestro pasado, al sentimiento de que mientras las cosas estén mal, es inhumano reconocer que mejoran, y a la imagen distorsionada que transmiten los medios de comunicación y los activistas. Para ello solo hay una respuesta: la información correcta y adecuada. Algo que muy pocos hacen cuando reciben una falsa noticia. La mayoría de las personas reenvían los mensajes y cadenas, en especial los que contienen malas noticias, desastres o advertencias de peligros, sin verificar la información y ello genera más angustia. 

Como ocurre con todo lo humano, hay una gran variabilidad entre personas en la escala optimismo-pesimismo, que tiene una fuerte base genética.

Independiente de si se tiende a ser optimista o pesimista, hay una cosa que si es muy clara. El individuo que mayor posibilidad tiene para sobrevivir en un ambiente hostil, es quien logra adaptarse al cambio y la mejor forma de hacerlo es tener la información correcta.

Mi invitación no es a que dejemos el pesimismo. Es a que nos documentemos bien de los datos confiables. Esperemos lo mejor, pero estemos preparados para lo peor. 

A continuación les comparto este video del doctor Rosling que habla de la tendencia a creer que todo está peor, cuando realmente las cosas están mejor. 

Si quieren ver otro entretenido video del Dr. Rosling y su hijo, les sugiero ver este enlace Gapminder y el proyecto ignorancia

Lectura recomendada:  El instinto de negatividad





miércoles, 10 de junio de 2020

Verdad o realidad

En internet hay tres tipos de información.

1.  Las que muestra datos y hechos reales para que cada individuo se haga una idea de las cosas. 
2.  La que muestra lo que yo creo
3.  La que está equivocada porque dice lo contrario a lo que yo creo. 

Muy pocas personas consumen información del primer tipo. 

La mayoría consume información del segundo tipo y casi nadie lee las del tercer tipo, las que van en contra de lo que creen. 

Lo peligroso de todo esto, es que la gran mayoría de las informaciones de segundo y tercer tipo, es que están conformadas por algunos datos reales (del primer tipo) para que la gente crea que son confiables. 


En época de pandemia se ha desatado una verdadera Infodemia, en la cual los puntos de vista compiten por ganar adeptos. Muy poca información disponible en los medios es imparcial. Casi todo lo que se muestra trata de ratificar puntos de vista, con el peligro de que utilizan datos reales para apoyar sus opiniones. Es frecuente que se utilicen términos como "científicamente comprobado", o "estadísticamente demostrado" cuando en realidad no se ha comprobado nada mediante un método científico y mucho menos se haya demostrado a través de estadísticas bien diseñadas y analizadas con criterio imparcial, lo que se está afirmando. 


La gente discute creyendo tener la verdad y muy pocas veces ve la realidad. 

La realidad es lo que existe o es. La verdad es una interpretación subjetiva en la que se conjugan conocimientos, creencias y opiniones.

Los invito a mirar la siguiente imagen. 


Para ustedes ¿qué es la imagen que ven estas dos personas?  ¿Es un seis? ¿Es un nueve?  

...

Si yo fuera un soldado de la antigua Roma, les diría que ambos están equivocados:   

El seis se escribe "VI" 
y el nueve se escribe "IX".

Si fuera un comerciante de la antigua cultura maya, les diría que ahí no hay ningún número: 

el numero seis, para un maya 
es una raya con un punto encima
 "  .  
y el número nueve es con cuatro puntos 
".... "

Pero vayamos más lejos. Supongamos que estos personajes están a la entrada de un almacén donde, en lo alto, hay un letrero que dice: 

 Almacén Baratón: pa ue menos 
y compre más


¿Sigues creyendo que la figura en el piso es un "nueve" o un "seis"?

Quizás no recordabas que el seis para los romanos era "VI", y a lo mejor no sabías que los mayas lo graficaban con una raya y un punto encima. Muy probablemente no consideraste que la figura podía tratarse de una letra "g".

La verdad es subjetiva. La única realidad posible que están viendo estos dos personajes del dibujo es que hay una figura que muestra una especie de círculo con una "cola" curva. 

Esto lleva a una conclusión:  mientras más conocimiento tengas de algo, mientras más fuentes diferentes de información busques, menos probabilidades tienes de formarte una idea errónea de la realidad. Sin embargo, puede haber excepciones. Algunos eruditos suelen desestimar la información que es contraria a lo que ellos creen. (eso se llama sesgo de información).

Lo importante aquí, es estar abierto a todo tipo de información y analizarla imparcialmente:  Si solo conoces los números "6" y "9" te engañaran fácilmente. Si conoces los números romanos, los números mayas, y las letras del alfabeto, posiblemente tendrás más criterios para ver las cosas en perspectiva. Una cosa es la realidad, y otra muy diferente lo que las personas llaman "verdad". 

Cuando consumas información de internet, analiza muy bien si se trata de información real e imparcial o si se trata de una opinión disfrazada de información. Busca otras fuentes, revisa otros puntos de vista, mantén abierta tu mente a otras posibilidades y dale a cada argumento el valor preciso. 

Aquí van algunos consejos. 



Desconfía de toda noticia que empiece diciendo:  "Revelador informe...", "Lo que las (multinacionales, gobierno, etc.) no quieren que sepas..." "Milagrosa cura... " "No lo vas a creer..."

Si quieres profundizar en el tema te recomiendo leer....


También te recomiendo revisar mi sección sobre Pensamiento Crítico 









miércoles, 3 de junio de 2020

El nuevo decameron

Esta semana quiero compartir con ustedes un texto que escribí, muy relacionado con los miedos y temores frente a la Pandemia que atravesamos, y con el que participé en la Convocatoria de Estímulos Especiales UNIDOS POR LA VIDA 2020 del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia (ICPA). El jurado ha tenido la deferencia de concederme el premio.

La convocatoria proponía enviar un texto relacionado con la pandemia por COVID-19 y que tuviera una extensión entre dos y cinco páginas. Mi propuesta, que me place compartirles a continuación, es un pequeño relato con varios microcuentos, que espero sean de su agrado. 

EL NUEVO DECAMERON

Carlos Alberto Velásquez Córdoba ©

A las 4:50 pm comenzaron a conectarse los primeros y a aparecer en las pantallas. Algunos muy bien peinados y pulcramente vestidos, otros, por el contrario, con camisetas raídas y el pelo desordenado. Pero no importaba. Como todos los jueves desde hacía más de cinco años, acudían a su taller semanal de literatura. Ni siquiera la cuarentena obligatoria los había hecho renunciar; solo que habían tenido que recurrir a la tecnología para poder reunirse en forma virtual en los últimos dos meses.
Una vez cumplidos los saludos de rigor, el moderador, buen escritor y mejor profesor, dio por iniciada la sesión.
—Bueno, comencemos que ya son las cinco.  ¿Quién empieza leyendo su texto?
—¡Yo!—, respondió Carlos, a lo que el moderador apagó los otros micrófonos

LA PESTE NEGRA
La peste había llegado por el mar y entró al país para quedarse. Las ciudades caían por decenas; nobles y campesinos morían por igual. La gente de las ciudades veía cómo La Muerte se llevaba a sus familiares y luego regresaba por ellas.  Algunas ciudades levantaron empalizadas y construyeron murallas para evitar que La Muerte entrara a sus casas.
Entonces el rey y sus cortesanos se aprovisionaron de víveres y decidieron cerrar el acceso al castillo. Con grandes vigas y largos clavos aseguraron todas las puertas. La madera de las mesas sirvió para tapar cualquier ventana al exterior. No dejaron ningún resquicio por donde pudiera entrar La Muerte. Adentro, iluminados con velas y antorchas, el rey y sus cortesanos comenzaron a bailar, a beber y comer hasta hartarse convencidos de que La Muerte no podía entrar al castillo.
Después de unas semanas, la alegría se volvió aburrimiento. A los primeros días de desenfreno siguieron otros de tedio y tristeza. Estaban cansados de sentirse encerrados.
Todos murieron adentro. Sin embargo, La Muerte nunca entró al castillo. Por una rendija, sin que nadie se diera cuenta, se les había escapado La Vida.

“Muy bien, Carlos”, aclamaron algunos cuando se habilitaron los micrófonos. Alguien dijo que le recordaba un cuento de Poe, varios sugirieron alguna que otra corrección. En los monitores de todos se veía la cara de orgullo de su autor.
—¿Quién sigue? —dijo el profesor luego de dar su concepto y redondear algunas ideas.
—¡Sigo yo! —Dijo Santiago, y comenzó a leer su cuento—. Se titula pandemia. 

 PANDEMIA
Un día la Muerte llamó a su amiga la Epidemia, y le dijo:
—Hay muchos humanos en el planeta.  ¡Son más de siete mil millones!  Quiero que inventes una pandemia que solo los afecte a ellos y que los vaya matando hasta reducir su número.
Semanas después, la Muerte regresó.
—¿Qué pasa? ¿Por qué aún hay tanto humano vivo? Necesito que mueran muchos más.
—Mi señora —respondió Epidemia—, esos humanos son muy listos.   Descubrieron que si se esconden en sus casas la enfermedad no los encuentra. Y es que tuvieron ayuda: Hygeia, la diosa griega les enseñó sobre el lavado de manos y el aislamiento como forma de prevenir su contagio.
—...mmm.  Tenemos que hacer algo. Aún son muchos. ¿Sabes qué?  Llama a la otra griega, Panacea, y dile que invente una vacuna.
—Pero señora, eso antes lograría el efecto contrario.  ¡Podrán prevenir la enfermedad!
—Te equivocas Epidemia. Conozco a los humanos desde mucho antes de que fueran creados. Les daremos solo un millón de vacunas. Con la ayuda de Egoísmo y Miseria, ellos mismos se matarán entre sí por conseguirlas. 
—¿Y si no funciona? ¿Qué tal si Panacea decide hacer vacunas suficientes para todos los humanos?
—Entonces les enviaremos a la Mentira y la Ignorancia.  Los mismos humanos se encargarán de que nadie se vacune. Morirán de todos modos.

“Magnífico”, respondió Sonia; “Me gustó tu cuento”, dijo Javier. Y así, fueron participando cada uno. Era notorio que aquellos hombres y mujeres, acostumbrados a escribir de todo, habían coincidido en el mismo tema. Tal era el efecto que la pandemia y la cuarentena había producido en ellos en solo unos meses. Alberto, por su parte, leyó otro texto titulado:  "Como las arenas del desierto"

 “COMO LAS ARENAS DEL DESIERTO”.
Se dice que cuando Sem, el hijo de Noé, estaba limpiando el Arca, encontró tras unas tablas un pequeño cofre que al parecer tenía escondido su padre. Picado por la curiosidad iba a abrirlo, cuando un grito lo sobresaltó.
—¡No lo abras!
—¡Qué susto me diste, padre!  ¿Qué guardas aquí?
—Es algo que me fue confiado. Y no debe ser abierto por ahora.
—Pero, ¿y qué es?
—¿Recuerdas que Dios le dijo a nuestro padre Adán “¿Sed fecundos, creced y multiplicaos, como las arenas del desierto”?
—Claro, eso es lo que nos has enseñado; a mí y a mis hermanos.
—A mi muerte, elegiré a uno de ustedes para que guarde el cofre, y que así se haga de generación en generación. Y un día, cuando seamos tantos como las arenas del desierto, llegará el momento de abrirlo.
—¿Pero ¿qué hay adentro?
—No lo sé, hijo mío.  Y espero que nunca llegue el día de saberlo.

Luego de elogios y críticas, cada uno fue leyendo su texto. Sonia, una comedia sobre una ciudad que fue maldecida por un indigente, originando una epidemia. Ángela, sobre una trágica violación en un hogar durante el confinamiento. Cada uno leía y los demás opinaban. El último en leer fue Jacobo.
—El mío también es un cuento corto. —anunció—. Lo titulé "orfandad" 

ORFANDAD
Riiing,  Riing
—¡Aló?
—Buenos días, estoy buscando al señor Fredy Tangarife —dijo una voz femenina.
— ¿Quién lo necesita?
—Estamos llamando del Hospital General de Medellín. Necesitamos hablar con el señor Fredy Tangarife.
—¿Para qué lo necesita?
—¿Es usted don Fredy? El que busco está casado con Sofía y es padre de Clara, Roberto y Juan.
El hombre prefirió guardar prudente silencio. La mujer que llamaba tenía información muy concreta y sintió curiosidad.  La voz de la mujer continuó.
—Es con respecto al señor José Restrepo.
—¿Quién?
—José Restrepo.
—No, no lo conozco.
—Mire, soy Mónica, una de las enfermeras que atendió a don José. Desde hace una semana estaba hospitalizado por Coronavirus. Se agravó y unos minutos antes de su muerte me dio su teléfono y me pidió que lo llamara. Dijo que quería disculparse por haberlo abandonado en el orfanato, hace cincuenta y un años, luego de la muerte de su madre.
—Creo que hay un error. Yo no tengo padre.
—Entonces, ¿usted sí es Fredy Tangarife, y quedó huérfano de niño?
—Se trata de un error, señorita. Por favor no vuelva a llamarme. No soy el que busca…
—En la semana que estuve cuidándolo, Don José me habló mucho de usted— insistió la mujer—. Me contó por qué lo había llevado al Orfanato San José donde permaneció usted hasta que cumplió los catorce años y fue trasladado a un centro juvenil. Que se casó a los 22 y tuvo tres hijos: Clara, Roberto y Juan. Me habló de los tres nietos que usted tiene, los de su hijo Roberto; que Clara se casó hace diez años y aún no tiene hijos, y que Juan todavía está en la universidad. Me contó que Usted aún trabaja en la fábrica de empaques y que hace un año lo ascendieron como supervisor. Don José estaba muy orgulloso de que usted se hubiera convertido en un hombre de bien y quería decírselo algún día, pero le faltó valor. Deseaba que usted supiera que siempre estuvo desde la sombra, acompañándolo y cuidándolo.
—No señorita.  Está hablando con la persona equivocada. Yo no soy ese, a quien usted busca.
—Pero, don Fredy... Necesitamos saber qué hacer con el cuerpo, y con las pocas pertenencias de su papá...
—¡Ya le dije que se trata de un error!
—Pero, don Fredy... Entiendo que pueda usted estar confundido, pero…
¡Clic!
—¡Maldita Pandemia! —dijo Fredy en voz baja, aun con el auricular en la mano —, dejarlo a uno huérfano por segunda vez...

Cuando el moderador abrió nuevamente los micrófonos para que opinaran sobre el texto leído, fue el mismo Jacobo quien apagó el suyo. 
Algunos se apresuraron a dar sus impresiones, pero poco a poco fueron callando al descubrir que Jacobo, sin percatarse de que la cámara de su portátil permanecía encendida, lloraba desconsoladamente como si fuera un chiquillo.



Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia (ICPA).
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miércoles, 27 de mayo de 2020

Perspectiva

Una excelente reflexión para los que creen que estamos en una crisis.

El texto es sacado de una publicación del muro de Facebook de Steven Powell y me lo compartieron. Desconozco quién fue verdaderamente su autor.

Nota: el texto original estaba en inglés. La traducción al español que trascribo acá es automática. Solo he hecho unas pequeñas correcciones.


Perspectiva.

"Imagina que naciste en 1900. En tu cumpleaños número 14, empieza la Primera Guerra Mundial, y termina en tu cumpleaños número dieciocho. 22 millones de personas perecen en esa guerra. Más tarde en el año siguiente, una epidemia de gripe española golpea el planeta y corre hasta tu cumpleaños número veinte. 50 millones de personas mueren de eso en esos dos años. Sí, 50 millones.

En tu cumpleaños número 29, la Gran Depresión comienza. El desempleo llega a 25 %, el PIB mundial cae 27 %. Eso corre hasta que tienes 33. El país casi se derrumba junto con la economía mundial. Cuando cumples 39, empieza la Segunda Guerra Mundial. Ni siquiera has superado la colina todavía. Y no trates de respirar. En tu 41º cumpleaños, Estados Unidos está totalmente tirado en la Segunda Guerra Mundial. Entre tu 39º y 45º cumpleaños, 75 millones de personas perecen en la guerra.

A los 50, empieza la Guerra de Corea. 5 millones perecen. A los 55 comienza la guerra de Vietnam y no termina en 20 años. 4 millones de personas perecen en ese conflicto. En tu 62º cumpleaños tienes la crisis de misiles cubanos, un punto de inflexión en la Guerra Fría. La vida en nuestro planeta, tal como la conocemos, debería haber terminado. Grandes líderes impidieron que eso sucediera. Cuando cumples 75 años, la Guerra de Vietnam finalmente termina.

Piensa en todos los nacidos en el planeta en 1900. ¿Cómo sobrevives a todo eso? Cuando eras un niño en 1985 y no creías que tu abuelo de 85 años entendía lo difícil que era la escuela, y lo malo que era ese chico en tu clase. Sin embargo, sobrevivieron a través de todo lo que figura arriba La perspectiva es un arte increíble, refinado a medida que pasa el tiempo, y esclarecedor como no creerías."

Intentemos mantener las cosas en perspectiva.....

miércoles, 20 de mayo de 2020

Las pestes: aprendiendo de los Romanos.

Esta semana les traigo al historiador Andrés Nadal, que nos habla de la historia de las pandemias y epidemias y de cómo los romanos se enfrentaron a ellas. 

Nos habla de Galeno, de Marco Aurelio, de la Peste Antonina, y nos muestra como hace dos mil años hubo emperadores que supieron hacer lo necesario para proteger a su pueblo, que supieron anteponer el bien común al bien particular. 

Una buena reflexión para estos días en que la gente no le importa huir de las ciudades un fin de semana sin importarle que pude contagiar a toda una población. 

miércoles, 13 de mayo de 2020

La generación "copo de nieve"

Hace algún tiempo alguien le preguntaba a un curtido profesor universitario cuál era el principal problema de la Constitución Política de Colombia y el hombre respondió que era el haber fraccionado al pueblo colombiano.
-¿Como así? -preguntamos algunos.
-Sí, claro. Nos convirtió en una mayoría blanca y un montón de minorías... Dejamos de ser un solo país para convertirnos en una colcha de retazos, con un montón de gente que cree que tiene más derechos que los demás por ser minoría. 

Yo jamás lo había pensado, pero cuando nos habló de la Constitución de los Estados Unidos, analizamos que empezaba como una comunidad homogénea: "Nosotros, el pueblo de los Estados Unidos, a fin de formar una unión..."

Aunque nuestra constitución vigente (la del 91) también empieza hablando del Pueblo de Colombia, más adelante comienza a diferenciar unas minorías, como si, por su propia naturaleza fueran inferiores y requirieran mayores derechos que la gente "Normal". En la constitución el adolescente tiene derecho a la protección y formación integral. ¿Acaso no es un derecho de todos? Los indígenas deben ser protegidos. ¿Eso no es un derecho fundamental para cualquier persona de cualquier etnia incluyendo la predominante? Las mujeres gozarán de especial cuidado. ¿No deberían todos los colombianos gozar de especial cuidado, independiente de si son mujeres o no?

¿Que nos está sucediendo? ¿Por qué hay que tener igualdad de cargos en puestos públicos ente mujeres y hombres? ¿Acaso es que consideran a las mujeres tan inferiores que deben promulgar leyes para que ocupen cargos? En lo que a mi respecta, una mujer está tan capacitada como un hombre para ocupar los cargos públicos. Puede lograr cualquier puesto administrativo o académico que deseen. Crear una ley proteccionista a favor de la mujer da una mala señal: Los legisladores pensaron que una mujer nunca podría por sí sola  llegar a un cargo por sus propios medios. 





Esta generación se considera ofendida por todo. Cualquier cosa que se diga puede ser considerada una agresión para ellos. Decir "la juez", es una ofensa porque para ellos debe ser "Jueza". Ya las mujeres que lideraban algún proceso o grupo se consideran ofendidas si se menciona que son excelentes "líderes". Ya las "líderes" no existen. Hay que decir "Lideresa". Lo que uno se queda pensando es si un líder puede liderar algo, entonces, ¿una "lideresa" deberá "lideresar"? La estupidez ha ido tan lejos que hasta la RAE ha permitido dicha palabra para no ofender a las mujeres. Hasta los dibujos animados han sido blanco de una generación que no soporta ninguna situación que sea medianamente "agresora" con ellos

Hace poco una amiga, Patricia Celín, me compartió este interesante video de un filósofo chileno, muy polémico por cierto, que habla de la generación "copo de nieve". Debo confesar que yo nunca había escuchado ese término, pero coincidí en casi todo lo que dijo. Cada vez nos enfrentamos a una sociedad en la que se autovictimiza. 

Se acostumbraron a buscar la forma de manifestarse ofendidos por todo y buscan desesperadamente un agresor real o ficticio que los legitime como víctimas que requieren ser protegidas y salvadas. Para ellos ser "víctimas" es la única forma de salir adelante. Solo siendo víctimas y revictimizándose logran el reconocimiento que no obtienen por sus propios medios y de paso, obtienen el castigo para quienes no están de acuerdo con ellos.

Según la Wikipedia, "Copo de nieve" (en inglés snowflake) es un término peyorativo originario del idioma inglés de la década de 2010 que caracteriza a una persona con un elevado sentido de la singularidad, vulnerabilidad emocional, que se ofende fácilmente, es incapaz de lidiar con opiniones opuestas, y escasa resiliencia. 

Pero dejemos que sea Axel Kaiser el que nos cuente su punto de vista.



Así se ofendan, tengo que decirlo:   


¡Qué generación tan pendeja!


Posdata. 
El video ya no está disponible.  Quien sabe cuál "víctima" se ofendió. 

Intenten con el siguiente enlace, que muestra un fragmento de una entrevista hecha al autor.  






miércoles, 6 de mayo de 2020

Ítaca. Constantino Cavafis

Luego de la guerra de Troya, en la mente de Ulises solo hay un pensamiento. Volver a Ítaca, a Penélope, a Telémaco... a los suyos. 

Pero su viaje de retorno tarda más de siete años, debiendo afrontar cientos de peligros y múltiples vicisitudes.

A continuación, les comparto una poesía del griego Constantino Cavafis, donde nos muestra de forma magistral cómo a veces lo importante no es el destino sino el camino que nos lleva a él. 

En esta ocasión les comparto un gran trabajo. Por un lado un gran poema, con una excelente traducción. Por el otro, un recurso gráfico impresionante; el poema escrito como una tira cómica: Una verdadera obra de arte. 

Doy los créditos correspondientes. 

Poema:  Constantino Cavafis
Traducción: Pedro Bádenas de la Peña
Diseño gráfico:  Zen Pencils 


ÍTACA 

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.

C. P. Cavafis. Antología poética.
Alianza Editorial, Madrid, 1999.



______________________

Constantino P. Cavafis. (1863-1933)
Poeta griego, nacido y fallecido en Alejandría (Egipto) una de las figuras literarias más importantes del siglo XX y uno de los mayores exponentes del renacimiento de la lengua griega moderna. Fue periodista, escritor y funcionario. Se considera el poeta en idioma griego más importante de los últimos dos mil años.

Nota: Este poema se basa en el personaje Odiseo (Ulises), inmortalizado por Homero en la Odisea.


miércoles, 29 de abril de 2020

Gracias, Marcos Mundstock

La primera vez que escuché a Les Luthiers fue por allá en 1978, gracias al acierto de mi profesor de música José Manuel Arango. Con Les Luthiers aprendí a distinguir una cantata de un bolero, una balada de una contradanza, un Canon de una milonga. 

A lo largo de toda mi vida he sido un fiel seguidor de sus obras. He reído de sus chistes y ocurrencias y he disfrutado de su música. Me enseñaron que la vida, hay que acompañarla de música y humor. 


La reciente partida de Marcos Mundstock, al igual que la de Daniel Ravinovich en 2015 me ha producido tristeza, no solo a mí, sino a una generación que nos criamos escuchándolos y viéndolos. 

Como ustedes saben mi blog siempre ha estado dedicado en abril al mes del idioma.  

Como un homenaje a este hombre maravilloso, y teniendo en cuenta el mes del idioma, les comparto la videoconferencia que dio Marcos Mundstock en el VIII Congreso Internacional de la Lengua Española, realizado en Argentina en marzo de 2019).

Esta fue una de sus últimas apariciones en público.

Gracias Marcos. 


______________


Marcos Mundstock (1942-2020)

Locutor profesional, redactor publicitario, actor y humorista argentino, integrante del grupo de música y humor Les Luthiers.

Enlaces sugeridos

miércoles, 22 de abril de 2020

Médicos con miedo al coronavirus

Hace unos días un colega con muchos años de experiencia, manifestaba en un foro su miedo a enfrentarse a pacientes con COVID-19. Y eso que, en ese entonces, aún no había salido el famoso decreto 538 de 2020 en el que el gobierno obligaba a todo el personal de salud (así estuviera retirado), a prestar sus servicios durante la pandemia.  

A lo largo de la historia miles de médicos se han enfrentado a la muerte, al horror, y a las enfermedades más contagiosas. Algunos han salido victoriosos, otros han muerto con honor, cumpliendo su juramento, y uno que otro ha sucumbido por descuido o ignorancia. 

El miedo es una reacción completamente humana. Hay que desconfiar del médico que no teme enfermarse y morir, porque ese es, en definitiva, un necio o un ignorante. Sin embargo, el conocimiento permite vencer el miedo o por lo menos aminorarlo. Para eso nos formamos: Para entender los procesos biológicos y anticiparnos. Estudiamos para reducir los riesgos y enfrentarlos con ciencia y entendimiento.  

Al contrario del médico del foro, (que está en pleno derecho de estar con pánico), yo me siento muy honrado de haber vivido en este tiempo y poder pasar a la historia como uno más de los miles de colegas que han combatido la enfermedad y el dolor en tiempos de epidemia. 

A los que sienten ese miedo, quisiera compartirles el final del libro EL ASCENSO DEL HOMBRE de Jacobo Bronowsky, uno de los polímatas del siglo XX. Cada que tengo que enfrentarme a un reto, recuerdo esta anécdota, tanto, que he llegado a aprenderme de memoria su último párrafo, (que he señalado en negrilla).

Dice Bronowsky en su último capítulo: 

Inicié esta serie en el valle del Omo del Africa Oriental, y ahora regreso a él debido a que algo acontecido en esa oportunidad ha permanecido en mi mente desde entonces. La mañana del primer día en que íbamos a filmar las escenas para el primer programa de televisión, una avioneta despegó de nuestra pista con el camarógrafo y el ingeniero de sonido a bordo, estrellándose unos segundos después del despegue. Por algún milagro, el piloto y los dos pasajeros resultaron ilesos.
Pero, naturalmente, tan lamentable acontecimiento dejó una profunda impresión en mí. Me disponía a descorrer el velo del pasado, y el presente calladamente ponía la mano en las páginas impresas de la historia, mientras decía: «Está aquí. Es ahora». La historia no consta de sucesos, consta de gente, y no es sólo gente que hace remembranzas, es gente que actúa y vive el pasado en el presente. La historia es el instante del acto decisivo del piloto, el que cristaliza todo conocimiento, la ciencia toda, todo lo aprendido desde la aparición del hombre.
Hubimos de aguardar durante dos días en el campo, esperando otra avioneta. Y yo dije al camarógrafo, amablemente, aunque quizás no con mucho tacto, que tal vez él preferiría que fuese otra persona quien se encargara de las tomas aéreas. El repuso, «He pensado en eso. Voy a tener miedo cuando vuele mañana; pero yo me encargaré de la filmación. Es lo que debo hacer».
Todos tenemos miedo: por nuestra seguridad, por el futuro, por el mundo. Tal es la naturaleza de la imaginación humana. Y, empero, todo hombre, toda civilización, han seguido adelante al sentir que tienen la obligación de hacer lo que es preciso hacer. El compromiso personal del hombre con su destreza, el compromiso intelectual y el compromiso emocional amalgamados en uno solo, han realizado el ascenso del hombre.
Jacobo Bronosky.  

(Lodz- Polonia 1908- Nueva York EEUU 1974). 

Matemático polaco de origen judío, nacionalizado británico.  Fue escritor, poeta, inventor, y humanista, gran divulgador de la ciencia. Publicó 11 libros sobre matemáticas, biología, ciencia e historia. Se hizo famoso por su programa de televisión El Ascenso del Hombre, (presentado en Colombia hace unos años por RTI),  a partir del cual publicó un libro con el mismo título, en el que describe la historia de la humanidad. 

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