"SOMOS ENANOS EN HOMBROS DE GIGANTES" (Bernardo de Chartres - S. XII)

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Medicina narrativa para una medicina mas humana.

¿Para qué sirve la medicina narrativa? ¿Por qué los médicos deben leer literatura?

Un médico recibe en su consultorio a un paciente que tiene una tuberculosis. Al conversar con él, el hombre le cuenta de sus accesos de tos, su esputo sanguinolento, su debilidad. Le relata de su sudoración nocturna. Posiblemente le hable de su temor de no mejorar o el miedo a contagiar a su familia.

Sin embargo, el contacto con su paciente solo será de unos pocos minutos. 

Al anochecer, el médico tomará el libro de su mesa de noche. Leerá sobre una mujer que tose y se cubre con un pañuelo. Descubrirá el miedo a que alguien más vea la pinta de sangre, leerá sobre la forma de cerrar su mano para que su acompañante no descubra la mancha roja. Entenderá sus mecanismos para distraer a los presentes y poder ocultar su pañuelo sin que nadie más lo note. El lector acompañará esa mujer en su angustia sobre el temor a morir; sus pensamientos de desesperanza, su dilema de contarle a su pretendiente y perderlo, u ocultar su enfermedad y hacerle un  daño mortal. Sentirá su temor a ser excluida de la sociedad y la ansiedad que le produce encontrarse en medio de una conversación cuando llegue un nuevo acceso de tos. Por eso la mujer casi no ha hablado en la reunión: cuando habla mucho la tos ataca con más facilidad. Todos los asistentes opinan que el silencio es una virtud. La mujer, por el contrario, sabe que calla porque teme caer presa de los espasmos de una tos.

El médico cierra por un momento el libro dejando un dedo entre las páginas. El paciente del consultorio ahora parece más real. En la media hora que estuvo con él, solo hablaron de un poco de su enfermedad y medicamentos. Pero en el libro, aunque solo ha leído una media hora, ha vivido por una semana con una mujer tuberculosa. ¡Qué enfermedad tan horrible!

Leer hace que la práctica médica sea más humana. 

Los invito a escuchar esta conversación sobre la medicina y la literatura. Les aseguro que les va a encantar. 

Quiero agradecer a mi colega y amigo, Sebastián Alba Ospina, fundador de Revive, entrenamiento médico, el haberme dado esta oportunidad de contar un poco, lo que es la Medicina Narrativa. 


Espero lo disfruten.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Insectos: cuento de Carlos Alberto Velasquez C

Del libro, Cola de Cerdo, el suicida fallido, esta semana les traigo uno de los cuentos, titulado:  Insectos. 

Espero lo disfruten. 





Este video fue posible gracias a la invitación de mi colega y amigo Emilio Alberto Restrepo y del canal regional Teledonmatías. 

Mi gratitud para ellos.

Si les ha gustado el video, denle "like" y compártanlo con sus amigos.

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Cola de cerdo, el suicida fallido


ISBN 978-958-49-1505-4
Autor: Velasquez Cordoba, Carlos Alberto
Editorial: Libros para Pensar
Prólogo a cargo de Luis Fernando Macías
Materia: Narración de cuentos
Publicado: 2021-02-07
Número de edición: 1
Número de páginas: 152
Tamaño: 14x21cm.
Encuadernación: Tapa blanda o bolsillo
Soporte: Impreso
Idioma: Español

Pedidos: calveco@une.net.co 

WhatsApp: 305 3997940

También puede ser adquirido en las librerías Resplandor (Centro Comercial Unicentro) y en Librópolis (Centro Comercial Orquídea Plaza), en el Instituto Tecnológico de Artes Eladio Velez (Itagüí) o directamente en la Editorial Libros para pensar.

 


miércoles, 10 de noviembre de 2021

¿Qué es, en realidad, la historia clínica?

Los médicos, y en general el personal de la salud, vemos a la historia clínica como una obligación. Creemos que luego de examinar el paciente, sentarnos a escribir es una pérdida de tiempo.  

Pero les tengo una noticia.  La historia clínica no es el hecho de sentarse a escribir en un papel o en un computador. 

La historia clínica es una investigación detallada que el profesional de salud hace para conocer la enfermedad que aqueja al paciente, las preguntas que hace, la información que logra sustraer y el análisis que hace de esa información.  

El papel o el archivo son tan solo la evidencia de que se hizo una historia clínica. 

La historia clínica es el arte de ver, oír, entender y describir la enfermedad humana.

Los invito a ver esta amena conversación que tuve con mi amigo el doctor Sebastián Alba Ospina, gerente de la empresa Revive.

Espero la disfruten



Si les gusta el video, denle "me gusta -like-" al video. Pueden dejar sus comentarios en youtube, o escribir sus opiniones en este blog. 

Hasta la próxima semana.   

miércoles, 3 de noviembre de 2021

El uso de mascarilla y la libertad individual

Usar mascarilla puede ser para algunos una forma de protegerse y proteger a los demás, pero para otros, puede ser una forma de opresión. 

La mascarilla facial (tapabocas) fue inventada por el médico Johannes Mikculicz Radecki como una forma de impedir que los médicos contaminaran las heridas de sus pacientes durante un procedimiento quirúrgico. Pero rápidamente se descubrió que la protección iba en ambos sentidos. No solo era el paciente el que se beneficiaba, sino también el médico evitaba enfermar cuando el ambiente estaba contaminado. 
Eso ya se conocía desde la antigüedad. Las máscaras de los médicos de la peste dan cuenta de eso. Con la epidemia de influenza de 1917, el uso de la mascarilla facial se popularizó, como forma de evitar la enfermedad. 


A principios de 2020, la epidemia por el virus SARS-Cov-2 mas conocido como COVID-19, hizo que la mayoría de los gobiernos reglamentaran el uso obligatorio de la mascarilla (tapabocas) cuando se estuviera en espacios públicos. La mascarilla no solo evita que quien tenga la enfermedad, la transmita, sino que también previene del contagio a quien la usa. Además impide que un virus alojado en la nariz de un portador sano se transmita a una persona susceptible, (pues aunque el individuo esté vacunado, de todos modos puede trasportar el virus en su nariz, lo que implica un problema de salud púbica). 

Las personas en occidente han visto con recelo el uso del tapabocas, mientras que en el oriente (en especial China y Japón), acostumbran usar la mascarilla como hábito, cuando hay contaminación o cuando se está enfermo. En el resto del mundo se ha visto su uso como una imposición que riñe con la libertad individual. 

Según George Sand, profesor de historia japonesa de la Universidad de Georgetown, “existe una falsa creencia de que los japoneses adoptaron esta medida porque sus gobiernos son autoritarios (…), pero no es así, lo hicieron porque confiaban en la ciencia”, precisamente en la recomendación científica dicha en un país que estaba en un proceso de industrialización, como la adaptación a un mundo moderno”. Y agrega que en el nuevo milenio, las mascarillas en Japón se volvieron omnipresentes, no tanto por directivas estatales sino por lo que se conoce como “estrategia de afrontamiento”, que abarca los recursos externos e internos que usa una persona para adaptarse a un entorno que lo estresa¹. 

Se podría decir que existen dos extremos en la forma de afrontar el uso del tapabocas: Por un lado, los que lo usan con la convicción de que con ello están protegiendo su propia salud y la de los otros, a pesar de las incomodidades que pueda generarles, y del otro lado, quienes se niegan a usarlo porque lo consideran una imposición arbitraria y autoritaria: Aquellos que pregonan a todo pulmón "no me pueden obligar". En el centro están las personas que consideran que una mascarilla es "un mal necesario" que le evita complicaciones mayores y la usan con desgano, porque no hay algo mejor. 

Cuando voy por las calles de mi ciudad y observo a las personas, puedo identificar fácilmente a aquellos que tienen una actitud transgresora y quienes están en sintonía con el bienestar de todos. Tengo que confesarlo. No quiero tenerme que enfrentar en ningún momento con una persona que se niega a usar mascarilla cuando todavía hay riesgo. Para mí, este tipo de personas están en el mismo nivel que los que se meten en la fila, los que se pasan los semáforos en rojo, los que parquean en lugares prohibidos, los que evaden impuestos o los que hacen trampa en los juegos. Son personas que acostumbran infringir las normas porque "nadie me puede obligar". Son seres que solo siguen "sus propias reglas" y se niegan a adoptar aquellas en las que hay que ceder la comodidad en favor de la convivencia. 

Cuando voy por la calle y observo tanta gente sin mascarilla, me duele la ciudad. Pienso en tanta gente que se identifica con el "no pueden obligarme" y me pregunto: ¿Qué nos espera como sociedad?