Este fin de semana iba con mi hija y pasamos junto a una taberna llamada Diógenes. Dentro de la conversación llegamos a la curiosa mención de que, según la historia, Diógenes andaba con una lámpara buscando "un hombre (justo)". Quizás eso era lo que buscaban los comensales allí reunidos. Sobre todo, porque dicha taberna tiene fama de que allí los hombres van a buscar hombres.
Pero hablando seriamente quiero hoy hablar un poco de Diógenes de Sínope, también llamado Diógenes el Cínico. Fue un filósofo griego perteneciente a la escuela Cínica. La historia dice que nació en Sínope en el año 412 a. C. y murió en Corinto en el año 323 a. C. Al parecer llegó a Corinto como esclavo. Allí fue comprado por Xeníades quien le concedió la libertad y lo nombró tutor de sus dos hijos.
Quiero mencionarles dos de las anécdotas que le conté en esa ocasión a mi hija. Dos anécdotas que muestran la grandeza de Diógenes.
Se dice que Alejandro Magno (Alejandro de Macedonia) una vez le encontró desnudo y tumbado a orillas de un río. Alejando montaba su corcel, ostentando poder, y le hizo la siguiente proposición.- Tu, Diógenes el Cínico, pídeme cualquier cosa. Ya sean riquezas o monumentos, que yo te los concederé.A lo que Diógenes respondió.- Solo te pido que te hagas a un lado. Me estás tapando el Sol.Al parecer algunos seguidores de Alejandro comenzaron a reír mientras otros increpaban a Diógenes porque creían que no sabía quién era el personaje que tenía adelante. Todos callaron cuando Alejandro dijo:- Si no fuera Alejandro, hubiera querido ser Diógenes.
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Otra anécdota que traigo es la de un ministro del emperador que encontró una vez a Diógenes comiendo lentejas (que en ese entonces era un plato para pordioseros).- Ay, Diógenes. Si aprendieras a ser más sumiso y adularas más al emperador, no tendrías que comer lentejas"Diógenes contestó.- Si tu aprendieras a comer lentejas, no tendrías que adular tanto al emperador.
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Espero que mi hija haya aprendido al menos esto de Diógenes.
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