Esta semana les traigo un bello cuento publicado en la Antología Relata (Antología de la Red de Escritura Creativa, del Ministerio de cultura).
Su autora es Luisa Fernanda Mesa Franco, una escritora de la que ya hablamos con ocasión de su libro 33 Razones para honrar mi vida. También publicamos uno de los textos de dicho libro (ver el amor tiene muchas formas)
Lección aprendida
Cae el sol en picada sobre las cabezas. Es medio día en el centro de la ciudad. Lo que me gusta y no me gusta del centro confluye a esta hora y se apretuja en las calles. Miles de personas afanadas estrujan y alegan mientras buscan una sombra pequeña en una ciudad que ha condenado históricamente sus árboles a morir engullidos por el cemento: Innovar, le llaman ahora.
Trato de no estorbarle a aquellos que tienen mas prisa y miro fascinada los colores y los gestos de la gente, mientras imagino conversaciones y situaciones, como tratando de leer un libro entre líneas, lentamente, distraída –con el bolso bien cerrado, por si acaso–.
Me llama la atención una voz infantil que dice categóricamente: –Todavía no, mamá.
Dirijo la mirada a la fuente sonora, y encuentro un cuadro poco común: un niño se ha quedado atrás solo, mientras su madre, unos metros mas adelante y con la mano estirada, trata de atraerlo, con un gesto, hacia ella.
En un punto intermedio entre madre e hijo, sin interrumpir el contacto invisible entre el brazo extendido y el niño con los brazos cruzados en gesto universal de rebeldía, hay un hombre de unos setenta años, barbado, andrajoso, que se está comiendo una empanada en una servilleta y un vaso con jugo color rosado.
–Pedro, vamos, pues, ¡vamos! –exclama la señora– Ya nos tenemos que ir.
–No mamá, todavía no –dice Pedro mientras cruza más las manos sobre su pecho y hace pucheros.
–Ya le diste un poco de comida al señor. Él se la está comiendo. Hicimos lo que querías, ya nos podemos ir –nuevamente le estira la mano.
–No, todavía no –responde Pedro y le increpa– No es bueno comer solo, tu me lo dices a diario.
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Luisa Fernanda Mesa Franco.
Médica Especialista en Rehabilitación. Amante de la lectura y la fotografía. Aprendiz en el arte de la escritura. Pertenece al taller de escritores de la cooperativa Comedal en la ciudad de Medellín, bajo la tutela del escritor Luis Fernando Macías.
Fantástico, sensible, cálido relato. Felicitaciones!
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