"SOMOS ENANOS EN HOMBROS DE GIGANTES" (Bernardo de Chartres - S. XII)
Mostrando las entradas con la etiqueta Historia. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Historia. Mostrar todas las entradas

miércoles, 10 de noviembre de 2021

¿Qué es, en realidad, la historia clínica?

Los médicos, y en general el personal de la salud, vemos a la historia clínica como una obligación. Creemos que luego de examinar el paciente, sentarnos a escribir es una pérdida de tiempo.  

Pero les tengo una noticia.  La historia clínica no es el hecho de sentarse a escribir en un papel o en un computador. 

La historia clínica es una investigación detallada que el profesional de salud hace para conocer la enfermedad que aqueja al paciente, las preguntas que hace, la información que logra sustraer y el análisis que hace de esa información.  

El papel o el archivo son tan solo la evidencia de que se hizo una historia clínica. 

La historia clínica es el arte de ver, oír, entender y describir la enfermedad humana.

Los invito a ver esta amena conversación que tuve con mi amigo el doctor Sebastián Alba Ospina, gerente de la empresa Revive.

Espero la disfruten



Si les gusta el video, denle "me gusta -like-" al video. Pueden dejar sus comentarios en youtube, o escribir sus opiniones en este blog. 

Hasta la próxima semana.   

miércoles, 8 de septiembre de 2021

El infinito en un Junco. Irene Vallejo

Un libro te permite conocer los pensamientos y la forma de hablar de alguien que existió cientos o miles de años atrás. 

Escribir te permitirá decirle a alguien al oído lo que piensas, lo crees, lo que sueñas, sin que ningún intermediario se lo cuente. Nunca será lo mismo que alguien te cuente lo que pensaba tu tatarabuelo, que leer lo que escribió tu ancestro, y que llegó hasta ti en la forma de una carta o un diario. 

La escritura es el invento más maravilloso que jamás podrá existir; el libro, el objeto más mágico y trascendental que se haya hecho en toda la historia de la humanidad. 

Esta semana les quiero recomendar un libro que habla de los libros:  El infinito en un junco, de la filóloga española Irene Vallejo.   

Trascribo aquí un pequeño fragmento para que se antojen de su lectura¹.  Un libro maravilloso que vale la pena conocer y disfrutar. 

_____________

33

 

Tú, que lees este libro, has vivido durante algunos años en un mundo oral. Desde tus balbuceos con lengua de trapo hasta que aprendiste a leer, las palabras solo existían en la voz. Encontrabas por todas partes los dibujos mudos de las letras, pero no significaban nada para ti. Los adultos que controlaban el mundo, ellos sí, leían y escribían. Tú no entendías bien qué era eso, ni te importaba demasiado porque te bastaba hablar. Los primeros relatos de tu vida entraron por las caracolas de tus orejas; tus ojos aún no sabían escuchar. Luego llegó el colegio: los palotes, los redondeles, las letras, las sílabas. En ti se ha cumplido a pequeña escala el mismo tránsito que hizo la humanidad desde la oralidad a la escritura.

Mi madre me leía libros todas las noches, sentada en la orilla de mi cama. Ella era la rapsoda; yo, su público fascinado. El lugar, la hora, los gestos y los silencios eran siempre los mismos, nuestra íntima liturgia. Mientras sus ojos buscaban el lugar donde había abandonado la lectura y luego retrocedían unas frases atrás para recuperar el hilo de la historia, la suave brisa del relato se llevaba todas las preocupaciones del día y los miedos intuidos de la noche. Aquel tiempo de lectura me parecía un paraíso pequeño y provisional —después he aprendido que todos los paraísos son así, humildes y transitorios—.

Su voz. Yo escuchaba su voz y los sonidos del cuento que ella me ayudaba a oír con la imaginación: el chapoteo del agua contra el casco de un barco, el crujido suave de la nieve, el choque de dos espadas, el silbido de una flecha, pasos misteriosos, aullidos de lobo, cuchicheos detrás de una puerta. Nos sentíamos muy unidas, mi madre y yo, juntas en dos lugares a la vez, más juntas que nunca pero escindidas en dos dimensiones paralelas, dentro y fuera, con un reloj que hacía tictac en el dormitorio durante media hora y años enteros transcurriendo en la historia, solas y al mismo tiempo rodeadas de mucha gente, amigas y espías de los personajes.

En esos años, fui perdiendo los dientes de leche, uno a uno. Mi gesto favorito mientras ella me contaba cuentos era menear un diente tembloroso con el dedo, sentirlo desprenderse de sus raíces, bailar cada vez más suelto y, cuando finalmente se partía soltando unos hilos salados de sangre, colocármelo en la palma de la mano para mirarlo —la infancia se estaba rompiendo, dejaba huecos en mi cuerpo y añicos blancos por el camino, y el tiempo de escuchar cuentos acabaría pronto, aunque yo no lo sabía—.

Y, cuando llegábamos a episodios especialmente emocionantes —una persecución, la proximidad del asesino, la inminencia de un descubrimiento, la señal de una traición—, mi madre carraspeaba, fingía un picor de garganta, tosía; era la señal pactada de la primera interrupción. Ya no puedo leer más. Entonces me tocaba suplicar y desesperarme: no, no lo dejes aquí; sigue un poquito más. Estoy cansada. Por favor, por favor. Interpretábamos la pequeña comedia, y luego ella seguía adelante. Yo sabía que me engañaba, claro, pero siempre me asustaba. Al final, una de las interrupciones sería de verdad, y ella cerraría el libro, me daría un beso, me dejaría a solas en la oscuridad y se entregaría a esa vida secreta que viven los mayores por la noche, sus noches apasionantes, misteriosas, deseadas; ese país extranjero y prohibido para los niños. El libro cerrado se quedaría sobre la mesilla, callado y terco, expulsándome de los campamentos del Yukón, o de las orillas del Misisipi, o de la fortaleza de If, de la posada del Almirante Benbow, del monte de las Ánimas, de la selva de Misiones, del lago de Maracaibo, del barrio de Benia Kirk, en Odesa, de Ventimiglia, de la perspectiva Nevski, de la ínsula Barataria, del antro de Ella Laraña en la frontera de Mordor, del páramo junto a la mansión de los Baskerville, de Nijni Nóvgorod, del castillo de Irás y No Volverás, del bosque de  Sherwood, del siniestro laboratorio de anatomía de Ingolstadt, de la arboleda del barón Cosimo en Ombrosa, del planeta de los baobabs, de la misteriosa casa de Yvonne de Galais, de la guarida de Fagin, de la isla de Ítaca. Y, aunque yo abriese el libro en el lugar oportuno, señalado por el marcapáginas, no serviría de nada, pues solo vería líneas llenas de patas de araña que se negarían a decirme una mísera palabra. Sin la voz de mi madre, la magia no se hacía realidad. Leer era un hechizo, sí; conseguir que hablasen esos extraños insectos negros de los libros, que entonces me parecían enormes hormigueros de papel.

__________

Irene Vallejo Moreu (Zaragoza, 1979) es una filóloga y escritora española. Ha recibido numerosos premios literario, entre otros, el  Premio Nacional de Ensayo 2020 por su libro El infinito en un junco.​

_________________

1.  Como ustedes saben, no suelo publicar textos ajenos sin permiso de los autores.  He enviado una solicitud a la autora de este bello fragmento, para compartirlo en el blog, pero no he recibido respuesta aún. He decidido publicarlo porque me gusta creer que alguien que ama tanto los libros no se negaría a compartir esta vivencia con otras personas. 


miércoles, 1 de septiembre de 2021

La historia de la Historia Clínica

La historia clínica siempre ha sido la cenicienta de la atención médica.  Los profesionales se quejan de tener que hacerla, como si la historia clínica fuera solamente escribir en un papel o en un computador. 

Pero en esta conferencia, veremos que la historia clínica es la protagonista, junto con el paciente, de cualquier atención en salud.  

Etimológicamente hablando, "historia" en griego significa "investigación", mientras que "clínica" hace referencia al "paciente" (del griego "kliné" que significa "cama"). En otras palabras, Historia clínica se refiere a todo aquello que se investiga ante la cama de un paciente. 

Insisto: la historia clínica no es solo lo que se escribe.  Es lo que se investigó, lo que se descubrió, y el registro completo y detallado de lo que le ocurre a un paciente, lo que se le hizo, y lo que habrá de hacerse. 

El papel o el archivo al que, erróneamente llamamos "historia clínica", es tan solo una parte: el registro, ⏤la evidencia⏤ de que se hizo una investigación completa y detallada.  

Como lo exponía Pedro Laín Entralgo, "la historia clínica es el arte de ver, oír, entender y describir la enfermedad de un paciente".  




Hasta la próxima semana. 




miércoles, 28 de julio de 2021

¿Todo tiempo pasado fue mejor?

¿Es cierto que todo tiempo pasado fue mejor?

Hace poco un amigo escribió un artículo en el que mencionaba que estábamos pasando por la peor crisis de la humanidad en los últimos 100 años. Me permití recordarle la segunda guerra mundial, la crisis de los misiles en Cuba, el advenimiento del SIDA ⎼que se creyó en su momento que acabaría con la humanidad⎼, el ébola, el SARS, la fiebre del Nilo, la AH1N1, la destrucción de la capa de ozono, la guerra fría y la amenaza de una destrucción nuclear masiva que tuvo al planeta en vilo por más de tres décadas.

Olvidamos nuestras crisis del pasado, porque las hemos superado, y magnificamos las que tenemos entre manos. Somos una especie apocalíptica que tiende a creer que nuestro problema actual es el peor, de la misma forma  que un hombre, hastiado de su novia, se queja de ella sin recordar las razones por las que dejó a la anterior.

A continuación les comparto una conferencia de Steven Pinker, que nos muestra con números y cifras cómo está nuestro mundo actual en comparación con el pasado. En la actualidad hay menos pobreza, menos analfabetismo, menos violencia, menos guerras y menos muertes que antes.  Pero los medios de comunicación y nuestros líderes hacen todo lo posible para hacernos creer lo contrario para poder manipularnos. 

Mis agradecimientos a la doctora Manuela Restrepo, quien me habló de esta charla.



Steven Pinker
es un psicólogo experimental, científico cognitivo, lingüista, escritor canadiense, y profesor en Harvard. Es conocido por su defensa de la psicología evolucionista y de la teoría computacional de la mente. Tiene varios libros relacionados con el lenguaje y el funcionamiento de los pensamientos. El más famoso es La tabla rasa. Otros de sus libros son: El instinto del lenguaje, Cómo funciona la mente, En defensa de la ilustración, El mundo de las palabras, Palabras y reglas, y Los ángeles que llevamos dentro
 

Si quieren conocer más sobre el tema los invito a visitar otras entradas de mi blog

miércoles, 30 de junio de 2021

Cementerio de San Pedro. Parte 8

El 24 de junio de 1935, Carlos Gardel, el "zorzal criollo", falleció en Medellín, en un accidente ocurrido en el "campo de aviación de las Playas", actualmente conocido como Aeropuerto Enrique Olaya Herrera. Durante algún tiempo, los restos de Gardel estuvieron enterrados en el Cementerio de San Pedro, para luego ser trasportados en una larga travesía hasta la Argentina. La cuidad de Medellín rindió y sigue rindiendo homenaje a este cantante de tangos. En el siguiente video se hablará de su tumba en el Cementerio de San Pedro y de cómo este personaje continúa influenciando la ciudad. 


Para ver la película que  narra el traslado de los restos del Gardel hasta Argentina pueden hacer clic en el siguiente enlace (La caravana de Gardel). 


También en este capítulo se muestra el homenaje a Francisco Antonio Zea, quien naciera en Medellín y fue uno de los próceres de la independencia. Se cuenta que fue uno de los que mandó fundir las campanas de la Iglesia de la Veracruz para hacer municiones contra los realistas. También fue embajador de Colombia y miembro del Congreso. 


Los invito a ver el último video de esta serie. 


Ver otros videos de la serie: 

Ver otras esculturas: 

(Créditos respectivos a los autores de las fotos)


Hasta la próxima semana, cuando hablaremos de un anestesiólogo y su nuevo libro, en el que nos contará sus travesuras en los pueblos de Antioquia. 



miércoles, 23 de junio de 2021

Cementerio de San Pedro. Parte 7

Hoy les tengo la séptima y penúltima parte de la serie sobre el Cementerio de San Pedro, una realización hecha por la Universidad Pontificia Bolivariana en cabeza del profesor Hernán Darío Gil Alzate.

En este capítulo el tema es Carlos E. Restrepo, quien fue presidente de la república. 


Además se hará una reflexión sobre la muerte en los niños y el area destinada a estos:  El pabellón de los niños. 


Los invito a ver el video


Hasta la próxima semana. Hablaremos de Gardel quien falleció el 24 de junio de 1935. 

Ver otros videos de la serie: 

miércoles, 26 de mayo de 2021

Cementerio de San Pedro. Parte 6

Esta semana damos continuidad a las historias sobre el  Cementerio de San Pedro, presentadas por el profesor Hernán Darío Gil Alzate.

En este capítulo se habla de la historia de Pedro Justo Berrío, y su importancia en la historia de Medellín y Antioquia.  Este hombre es el mismo al que se le bridó tributo en la Plaza Mayor (lo que ahora se conoce como Parque de Berrío).  

Además en el video se explicará el concepto de Justicia que heredamos de los griegos. 



También se habla de don Pedro Uribe Restrepo, quien fuera el fundador del Cementerio,  un hombre de la alta sociedad medellinense y que hizo muchas contribuciones al desarrollo de la ciudad.  

Espero lo disfruten


Hasta la próxima semana.


Ver otros videos de la serie: 

miércoles, 5 de mayo de 2021

Cementerio de San Pedro. Parte 5

Esta semana continúo con la serie de videos sobre la historia del Cementerio de San Pedro, de la mano del profesor Hernán Darío Gil Alzate.

En este video se habla de Luis Eduardo Yepes, fundador de Almacenes LEY (nombre tomado por las siglas de su nombre), y que llegó a constituir por mucho tiempo el almacén de cadena más grande de Colombia. Nótese que el mausoleo asemeja una caja fuerte. 



También se habla de homenaje que hay en el cementerio, a nuestro escritor Jorge Isaacs. Aclaro que no es su tumba, ya que sus restos mortales se encuentran en Cali. 
 

En este video también se habla del mausoleo más grande que tiene el cementerio: El de Pedro Estrada, con una de las esculturas más conocidas del cementerio, la de las tres mujeres. En este video el profesor Gil nos explica su significado. 






Hasta la próxima semana.


Ver otros videos de la serie: 

miércoles, 21 de abril de 2021

Cementerio de San Pedro. Parte 4

En esta semana, les traigo la continuación de la serie de videos sobre la historia del Cementerio de San Pedro, de la mano del profesor Hernán Darío Gil Alzate.

En este video conoceremos la historia del mausoleo de José María Sierra, más conocido como don Pepe Sierra, el arriero más rico del país, quien se considera uno de los genios de las finanzas públicas y privadas en Colombia durante de la Regeneración y los primeros años del siglo XX, notable por su enorme y pragmático ingenio para hacer y manejar grandes capitales. Don Pepe Sierra perteneció a una sencilla familia de campesinos. Su educación no sobrepasó las primeras letras, pero su prepotencia fue legendaria.  Se relatan en el video una serie de anécdotas curiosas del personaje.



Escucharemos la historia del mausoleo de  Pedro Nel Ospina, militar y político colombiano que fue presidente de Colombia (1922-1926), Ingeniero de minas, industrial, docente, periodista, escritor, militar y comerciante. Hijo del ex presidente Mariano Ospina Rodríguez, fue un gran promotor del cultivo del café en Colombia. 



Veremos también imágenes del Ángel de la Muerte ubicado en el mausoleo de la familia De Bedout. El ángel tiene la espada con la punta hacia abajo. Algunos dicen que en la noche ven que el ángel cambia la espada de posición.

Historias que se escuchan en el cementerio...

miércoles, 14 de abril de 2021

¿Es segura la vacuna contra el coronavirus?

Hay un adagio popular que dice que "es mejor prevenir que curar". 

Consecuente con eso, es mejor evitar una enfermedad que buscar una cura cuando ya nos ha dado. 

Desde hace miles de años, en el oriente descubrieron que si se tomaban las costras de la viruela de una persona infectada, se hacía un polvillo con ellas, y se soplaba en la nariz de una persona (Variolización), la viruela se presentaba en una forma benigna y se podía prevenir el contagio en el futuro con la consecuente muerte o secuelas que la enfermedad implicaba. 

Posteriormente, en 1776, el inglés Eduardo Jenner descubrió que quienes ordeñaban vacas que habían tenido viruela, eran inmunes a la viruela humana. De manera que hizo un bellísimo experimento. Tomó suero de una mujer enferma con viruela de vaca (por eso se llama "vacuna") y lo inoculó en una escara que hizo en el brazo de un niño. El niño desarrolló una viruela leve, y quedó inmune a la viruela humana. Lo más bonito de todo es que tomó el suero del niño y lo aplicó en otros, y descubrió que desarrollaban una leve enfermedad (sin secuelas y sin muerte), quedando inmunes a la viruela humana. 


A partir de entonces, se hizo una campaña mundial, inicialmente ordenada por el rey Carlos IV de España y dirigida por el médico español Javier de Balmis, para vacunar a todo el mundo contra la viruela.  (Ver Real expedición filantrópica de la vacuna contra la viruela). Esta fue la primera campaña mundial de vacunación de la historia, y fue financiada por el gobierno. 


Gracias a la vacuna y a miles de personas que vieron en esta estrategia una forma de combatir la enfermedad, se siguió con la investigación y el desarrollo de mejores vacunas hasta el punto de que la OMS en 1980 declaró que la viruela se había erradicado a nivel mundial. 

Se ha demostrado que la vacunación es la estrategia más costo-efectiva en la lucha contra las enfermedades infecto-contagiosas. Sin embargo a pesar de los avances tecnológicos y educativos en el siglo XXI, aún existen muchas personas que dudan de las vacunas.  

Esta semana me quiero referir al temor que muchas personas tienen frente al vacunación con la de AstraZeneca. 

Para quienes aun dudan de todas las vacunas, debo remitirlos a mi entrada del 2 de noviembre de 2020 en la que explicaba cómo era el proceso de hacer una vacuna y en qué fase se encontraba la investigación en ese momento.  (Vacuna contra el COVID-19)  

Entendiendo que las vacunas son la mejor estrategia, paso al siguiente punto: 

No hay duda de que una de las vacunas más controvertidas ha sido la de AstraZeneca. Se sabe que la vacuna fue suspendida temporalmente en varios países porque se encontró que estaba relacionada con 30 muertes por trombosis luego de su aplicación (en ese momento).

Tengo amigos que por esa noticia se niegan a dejarse aplicar esa vacuna, sin entender que una cosa es la asociación y otra la causalidad. Hasta la fecha, no se ha podido comprobar que la vacuna haya sido la que produjo las trombosis, dado que muchos de los fallecidos tenían riesgo de tener trombosis (aun sin la vacuna). Sí se sabe que la vacuna induce un estado de inflamación (como toda vacuna) que puede empeorar las condiciones pro-trombóticas en los individuos susceptibles. 

Pero la vacuna no es la única que potencialmente podría producir trombosis. Recuerden que hace un año, los medios de comunicación se rasgaban las vestiduras porque el SARS-Cov-2 (COVID-19) estaba produciendo trombosis.  

Ahora miremos con calma los números: 

  • Se sabe que el COVID-19 produce la muerte entre un 2% y un 3% de la población infectada (la mayoría de las muertes son por trombosis o falla ventilatoria). 
  • La vacuna AstraZeneca se asoció con 30 muertes, de un total de 17 millones de vacunados. (según los reportes iniciales)


Asumiendo, en el peor de los casos, que la vacuna sí haya producido esas muertes, eso implica que de cada millón de vacunados, menos de dos personas morirán por trombosis. 

Ahora comparemos: 

  • De cada millón de personas contagiadas por COVID, morirán 20.000 personas. 
  • De cada millón de vacunados con AstraZeneca, morirán menos de dos personas. 

Traslademos esos datos a Colombia. (donde he visto muchos renuentes a la vacuna). 

Imaginemos dos Colombias:  Una con 50 millones de contagiados, y otra con 50 millones de vacunados, y comparemos: 

  • En la Colombia con 50 millones de vacunados, tendremos 90 muertes provocadas por la vacuna.
  • En la Colombia con 50 millones  de contagiados por COVID, tendremos 1 millón de muertos. 

Las cuentas claras...

Alguien decía en estos días, que la culpa de que tantas personas no se quisieran vacunar, la tenían los medios de comunicación. 

Los medios han dado las cifras. Hasta ahí está bien. El daño lo han hecho los "opinadores oficiales" que son ignorantes del tema. Es común escuchar periodistas denigrando de la vacuna sin hacer un análisis juicioso de los beneficios y riesgos, incapaces de ver el asunto en perspectiva. 

La gente "del común" no interpreta las cifras en conjunto y deja que cualquier ignorante en este tema opine e influya en sus decisiones. 

Esto no se trata de un concurso de opiniones. Se trata de tomar los datos y analizarlos bien y sacar conclusiones propias. No podemos dejar que cualquier ignorante nos diga lo que tenemos que pensar. 

La información está disponible, y las cuentas están muy claras. 


Fuentes:  













miércoles, 7 de abril de 2021

Cementerio de San Pedro. Parte 2 y 3

Los humanos trasladamos nuestras creencias y anhelos a nuestros seres queridos cuando ya no están con nosotros. Por eso en la antigüedad se acostumbraba dejar en las tumbas objetos que habían tenido algún interés para el fallecido. También en ocasiones, tratando de entender la muerte como una nueva vida, se buscaba la forma de replicar el espacio donde el muerto había vivido para que permaneciera en un ambiente familiar. 

Por esta razón el cementerio de San Pedro replica la arquitectura de una ciudad como Medellín en una ciudad de los muertos (necrópolis). 

En esta semana les traigo los capítulos 2 y 3 de esta serie, donde entenderemos un poco la arquitectura del Museo Cementerio de San Pedro y su relación con la ciudad, y conoceremos las historias de algunos de sus "moradores" permanentes. 



Espero lo hayan disfrutado. En próximas semanas les compartiré nuevos videos sobre este magnífico e impresionante espacio. 

Ver primera parte. 




(creditos al autor de la fotografía)

.


miércoles, 31 de marzo de 2021

Cementerio de San Pedro. Parte 1

En 1842, cuando Medellín solo contaba con 9 mil habitantes,  y apenas habían transcurrido 16 años de haberse convertido en la capital de Antioquia, se gestó un movimiento de personas adineradas y prestigiosas de la renaciente ciudad y se decidió hacer un nuevo cementerio. 

La iniciativa fue liderada por Pedro Uribe Restrepo quien reunió a las familias más prestantes de la Villa de la Candelaria de Medellín, el 8 de julio de 1842 y acordaron la construcción de un nuevo cementerio ya que el anterior cementerio de San Lorenzo ya se hacía pequeño y no cumplía con las expectativas de una sociedad boyante y ávida de emular las costumbres europeas. 

El lugar escogido fue  al final del Camellón de El llano (conocido ahora como la carrera Bolívar).  A lo largo de los años el Cementerio de San Pedro se fue llenando de esculturas y ornamentos que lo convirtieron en un espacio mágico que combina movimientos y estilos artísticos de diversas corrientes. 


En 1997 el ministerio de Cultura lo declaró Patrimonio de la Nación y pasó a ser Parque museo Cementerio. 

Esta semana quiero, aprovechando la Semana Mayor, compartir el primero de una serie de videos que nos cuentan historias de este lugar mágico de la mano de Hernán Darío Gil Alzate, docente de la Universidad Pontificia Bolivariana. 



Espero lo hayan disfrutado. En próximas semanas les compartiré más datos sobre este magnífico espacio y un nuevo video sobre su historia. 


miércoles, 17 de marzo de 2021

Las Academias de Medicina: conferencia del doctor Mario Melguizo Bermúdez

Los orígenes de las Academias de Medicina

El siguiente video corresponde a la posesión como presidente de la Academia de Medicina de Medellín, del doctor Mario Melguizo Bermúdez durante el periodo 2021-2023.  

En los 30 minutos que dura el video el doctor Melguizo nos cuenta sobre la historia de las Academias de Medicina, desde sus orígenes hasta la época actual.  Una conferencia imperdible. 


Mario Melguizo Bermúdez (Medellín) es médico especializado en Cirugía General. Realizó sus estudios superiores en la Universidad de Antioquia y los de especialización en el Hospital Universitario San Vicente de Paúl (U. de A.). Es cirujano del Hospital Pablo Tobón Uribe y profesor de Cirugía y de Historia de la Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad Pontificia Bolivariana. Ha desempeñado los cargos de Jefe de Cirugía del Hospital Pablo Tobón Uribe y Jefe de la Oficina de Postgrados de la Facultad de Medicina de la Universidad Pontificia Bolivariana, institución que lo nombró Profesor Titular de Cirugía, Profesor Distinguido y Profesor Emérito.


Fue editor de la Revista Medicina UPB durante más de 25 años y en la actualidad es su Editor Emérito. Editor general de la Revista Música de la ciudad de Medellín. Es miembro fundador de la Sociedad Antioqueña de Historia de la Medicina, miembro de número de la Academia de Medicina de Medellín y forma parte de la Junta Directiva de la Asociación de Endoscopistas de Antioquia (ASENDA), de la cual es miembro fundador. Ha publicado los cuentos infantiles «Quintín» (1987, 1990, 1998), «El bolsillo de los sueños» (1994), «De viaje por la Luna» (2003), «Un chapuzón en el mar» (2008), «Un viaje a la nieves perpetuas (El mundo inscrito)» (2011) y «La isla de la niebla» (2015). Otras publicaciones suyas son «Conversaciones con la música» (2001, 2008), el manual académico «Cómo escribir un artículo científico» (2007), «Cuadernos de un profesor» (2011) y las novelas históricas «Un encuentro con el general José María Córdova» (2012),  «Sea como Zea» (2014) y  «Yo Porfirio» (2018).

miércoles, 3 de marzo de 2021

Salvemos nuestro Jardín botanico.

La historia de los jardines botánicos se remonta a miles de años.  Cuenta la leyenda que en Babilonia, Nabucodonosor II mandó construir  un jardín en sus palacios para complacer a su amada esposa Amitis, que añoraba el esplendor y el verdor de las montañas de donde era oriunda. 

Ya en el siglo XIX, fue Napoleón Bonaparte quien le regaló a Paris un espacio donde la gente pudiera conocer y admirar la vegetación y la fauna propia de los lugares conquistados. El jardín botánico de París fue uno de los primeros jardines sostenido por el estado para beneficio de los ciudadanos.   

En Medellín se tuvo un bosque llamado el Edén situado en las afueras de la ciudad (al norte) y que posteriormente fue llamado el Bosque centenario para conmemorar los 100 años de la independencia.  Poco a poco el lugar tomó el nombre de Bosque de la Independencia, (nombre con el que lo conocí muy niño y del cual tengo muy buenos recuerdos). 

Ahora se llama Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe y desde hace casi 50 años ha sido uno de los espacios más bellos que tiene la ciudad.  Hasta ahora, todas las alcaldías habían hecho sus gestiones para conservar el lugar. 

Con la actual administración, los paisas corremos el riesgo de perder este mágico lugar. 

Los invito a que nos unamos y salvemos este magnífico espacio. 

El jardín botánico es de todos. 

Para que conozcan un poco de esta historia y comprendamos el peligro que nos acecha, les traigo un video hecho por Pilar Velilla, una de las personas que mas ha hecho por este maravilloso lugar. 



El jardín Botánico tiene 13.2 hectáreas de extensión. Está ubicado en la zona Norte de la ciudad. 

Cuenta con la condición de ser centro de cultura y educación ambiental y botánica, de enorme riqueza florística, y alberga más de 1.000 especies vivas y 4.500 individuos.

miércoles, 6 de enero de 2021

Somos lo que soñamos.

No me canso de repetirlo: Somos una especie que tiene un don muy especial: Somos capaces de contar historias. 

Los humanos somos la única especie que puede soñar con el futuro y recordar nuestro pasado, hasta el punto de que a veces, lo inventamos para fundamentar nuestro presente. 

Somos, por naturaleza, una especie que trasciende más allá de la biología y nuestra relación meramente física con el mundo, para crear e imaginar nuevos mundos. 

Hasta ahora, no conocemos ningún otro ser en la naturaleza que pueda recrear el pasado e imaginar el futuro, y eso solo se logra a partir del arte; de la música, la literatura, el canto, el teatro, la danza. 

El siguiente video me emocionó.  Me hizo pensar que somos lo que somos, porque vivimos del arte y la cultura. No solo somos lo que comemos. Somos lo que creemos. 

Aunque el video fue inicialmente hecho para promocionar el regreso a los teatros, muestra muy bien, de lo que estamos hechos: Estamos hechos de sueños. 

Así pues que mi primer mensaje de este año es: Seamos humanos. Vivamos nuestros sueños. 

Por cierto, les quiero compartir una noticia que me llena de emoción.  Mi próximo libro de cuentos, Cola de cerdo, el suicida fallido, saldrá pronto.  

Espérenlo. 

_____________


Lectura recomendada:  

El arte de los muertos de hambre 





miércoles, 23 de diciembre de 2020

Feliz cumpleaños, genio de Bonn

Quienes me conocen saben de mi gusto por la música de Beethoven y la admiración que siento por ese hombre excepcional. 

Ludwig Van Beethoven nació hace 250 años, el 16 de diciembre de 1770.   

Infortunadamente, esta celebración pasó casi desapercibida. 

Esta semana quiero compartirles un video que me envió un profesor en el que se resalta la vida de este impresionante artista. 


¡Feliz cumpleaños Ludwig!


Además les comparto un análisis que hace Jaime Altozano sobre la melodía del ultimo movimiento de la 9a sinfonía del genio de Bonn



Lea también:


miércoles, 11 de noviembre de 2020

Sean Connery y el Nombre de la Rosa

Hace poco murió Sean Connery uno de los mejores actores del siglo XX.  Fue el primero en encarnar al Agente 007, personaje del magistral Ian Fleming. Trabajó en cientos de películas, entre las que vale la pena mencionar las primeras de James Bond, La roca,  Los intocables, Highlander, El nombre de la rosa, Indiana Jones y la última cruzada, La caza del octubre rojo, Descubriendo a Forrester, entre otras. 

Esta semana quiero recordarlo en una de sus mejores películas, El nombre de la Rosa, que fue basada en la novela de Umberto Eco. 

Desde la primera vez que leí el libro, en sus múltiples relecturas, y todas las veces que he visto la película, jamás he tenido duda de que Sean Connery es el mejor William de Baskerville que hubiera podido existir jamás. No imagino a otro actor en ese papel. 

Sin más preámbulos, los dejo con la película. Espero que la disfruten. 



___________________

Sean Connery (Thomas Sean Connery) Actor y productor de cine británico,  nacido en Edimburgo 1930, muerto en Nassau (Bahamas) en 2020. Ganador de un premio Oscar, dos premios BAFTA y tres premios Globo.  


Sobre la película:   El nombre de la Rosa (1986) es una película de drama y suspenso con tintes policiacos, producida entre Alemania, Francia e Italia, dirigida por Jean-Jacques Annaud. Trata de una serie de muertes sospechosas que ocurren en una abadía del norte de Italia durante el Medioevo. 


Sobre el libro:  El nombre de la Rosa. Es una novela histórica y de misterio escrita por  Umberto Eco, y publicada en 1980. Está basada en una serie de crímenes que ocurren en una abadía del norte de Italia en el año 1327 y hasta la cual llega el franciscano William de Baskerville con su novicio Adso de Melk. 

El libro es un documento histórico impresionante, ademas de crear una trama maravillosa de carácter policíaco, nos envuelve en una reflexion sobre el poder de los libros. A pesar de que la película esta muy bien lograda, no sería posible plasmar todo el contenido del libro, ya que el texto tiene un montón de datos históricos y descripciones que no pueden ser mostradas en una película. 

El nombre de la Rosa es un libro que recomiendo completamente. Pueden descargarlo haciendo click en este enlace. 


Nota adicional:  para que se animen a leer el libro, quiero trascribir un aparte del primer capítulo donde William (o Guillermo ) de Baskerville muestra toda su capacidad deductiva.  Esta escena con Brunello no aparece en la película. 


Mientras nuestros mulos subían trabajosamente por los últimos repliegues de la montaña, allí donde el camino principal se ramificaba formando un trivio, con dos senderos laterales, mi maestro se detuvo un momento, y miró hacia un lado y hacia otro del camino, miró el camino y, por encima de éste, los pinos de hojas perennes que, en aquel corto tramo, formaban un techo natural, blanqueado por la nieve.

—Rica abadía —dijo—. Al Abad le gusta tener buen aspecto en las ocasiones públicas.

Acostumbrado a oírle decir las cosas más extrañas, nada le pregunté. También porque, poco después, escuchamos ruidos y, en un recodo, surgió un grupo agitado de monjes y servidores. Al vernos, uno de ellos vino a nuestro encuentro diciendo con gran cortesía:

—Bienvenido, señor. No os asombréis si imagino quién sois, porque nos han avisado de vuestra visita. Yo soy Remigio da Varagine, el cillerero del monasterio. Si sois, como creo, fray Guillermo de Baskerville, habrá que avisar al Abad. ¡Tú — ordenó a uno del grupo—, sube a avisar que nuestro visitante está por entrar en el recinto!

—Os lo agradezco, señor cillerero —respondió cordialmente mi maestro—, y aprecio aún más vuestra cortesía porque para saludarme habéis interrumpido la persecución. Pero no temáis, el caballo ha pasado por aquí y ha tomado el sendero de la derecha. No podrá ir muy lejos, porque al llegar al estercolero tendrá que detenerse. Es demasiado inteligente para arrojarse por la pendiente…

—¿Cuándo lo habéis visto? —preguntó el cillerero.

—¿Verlo? No lo hemos visto, ¿verdad, Adso? —dijo Guillermo volviéndose hacia mí con expresión divertida—. Pero si buscáis a Brunello, el animal sólo puede estar donde yo os he dicho.

El cillerero vaciló. Miró a Guillermo, después al sendero, y, por último, preguntó:

—¿Brunello? ¿Cómo sabéis…?

—¡Vamos! —dijo Guillermo—. Es evidente que estáis buscando a Brunello, el caballo preferido del Abad, el mejor corcel de vuestra cuadra, pelo negro, cinco pies de alzada, cola elegante, cascos pequeños y redondos pero de galope bastante regular, cabeza pequeña, orejas finas, ojos grandes. Se ha ido por la derecha, os digo, y, en cualquier caso, apresuraos.

El cillerero, tras un momento de vacilación, hizo un signo a los suyos y se lanzó por el sendero de la derecha, mientras nuestros mulos reiniciaban la ascensión.

Cuando, mordido por la curiosidad, estaba por interrogar a Guillermo, él me indicó que esperara. En efecto: pocos minutos más tarde escuchamos gritos de júbilo, y en el recodo del sendero reaparecieron monjes y servidores, trayendo al caballo por el freno. Pasaron junto a nosotros, sin dejar de mirarnos un poco estupefactos, y se dirigieron con paso acelerado hacia la abadía. Creo, incluso, que Guillermo retuvo un poco la marcha de su montura para que pudieran contar lo que había sucedido. Yo ya había descubierto que mi maestro, hombre de elevada virtud en todo y para todo, se concedía el vicio de la vanidad cuando se trataba de demostrar su agudeza y, habiendo tenido ocasión de apreciar sus sutiles dotes de diplomático, comprendí que deseaba llegar a la meta precedido por una sólida fama de sabio.

—Y ahora decidme —pregunté sin poderme contener—. ¿Cómo habéis podido saber?

—Mi querido Adso —dijo el maestro—, durante todo el viaje he estado enseñándote a reconocer las huellas por las que el mundo nos habla como por medio de un gran libro. Alain de Lille decía que
omnis mundi creatura
quasi liber et pictura
nobis est in speculum

pensando en la inagotable reserva de símbolos por los que Dios, a través de sus criaturas, nos habla de la vida eterna. Pero el universo es aún más locuaz de lo que creía Alain, y no sólo habla de las cosas últimas (en cuyo caso siempre lo hace de un modo oscuro), sino también de las cercanas, y en esto es clarísimo. Me da casi vergüenza tener que repetirte lo que deberías saber. En la encrucijada, sobre la nieve aún fresca, estaban marcadas con mucha claridad las improntas de los cascos de un caballo, que apuntaban hacia el sendero situado a nuestra izquierda. Esos signos, separados por distancias bastante grandes y regulares, decían que los cascos eran pequeños y redondos, y el galope muy regular. De ahí deduje que se trataba de un caballo, y que su carrera no era desordenada como la de un animal desbocado. Allí donde los pinos formaban una especie de cobertizo natural, algunas ramas acababan de ser rotas, justo a cinco pies del suelo. Una de las matas de zarzamora, situada donde el animal debe de haber girado, meneando altivamente la hermosa cola, para tomar el sendero de su derecha, aún conservaba entre las espinas algunas crines largas y muy negras… Por último, no me dirás que no sabes que esa senda lleva al estercolero, porque al subir por la curva inferior hemos visto el chorro de detritos que caía a pico justo debajo del torreón oriental, ensuciando la nieve, y dada la disposición de la encrucijada, la senda sólo podía ir en aquella dirección.

—Sí —dije—, pero la cabeza pequeña, las orejas finas, los ojos grandes…

—No sé si los tiene, pero, sin duda, los monjes están persuadidos de que sí. Decía Isidoro de Sevilla que la belleza de un caballo exige «ut sit exiguum caput et siccum prope pelle ossibus adhaerente, aures breves et argutae, oculi magni, nares patulae, erecta cervix, coma densa et cauda, ungularum soliditate fixa rotunditas». Si el caballo cuyo paso he adivinado no hubiese sido realmente el mejor de la cuadra, no podrías explicar por qué no sólo han corrido los mozos tras él, sino también el propio cillerero. Y un monje que considera excelente a un caballo sólo puede verlo, al margen de las formas naturales, tal como se lo han descrito las auctoritates, sobre todo si —y aquí me dirigió una sonrisa maliciosa— se trata de un docto benedictino…

—Bueno —dije—, pero, ¿por qué Brunello?

—¡Que el Espíritu Santo ponga un poco más de sal en tu cabezota, hijo mío! — exclamó el maestro—. ¿Qué otro nombre le habrías puesto si hasta el gran Buridán, que está a punto de ser rector en París, no encontró nombre más natural para referirse a un caballo hermoso?

Así era mi maestro. No sólo sabía leer en el gran libro de la naturaleza, sino también en el modo en que los monjes leían los libros de la escritura, y pensaban a través de ellos. Dotes éstas que, como veremos, habrían de serle bastante útiles en los días que siguieron. Además, su explicación me pareció al final tan obvia que la humillación por no haberla descubierto yo mismo quedó borrada por el orgullo de compartirla ahora con él, hasta el punto de que casi me felicité por mi agudeza. Tal es la fuerza de la verdad, que, como la bondad, se difunde por sí misma. Alabado sea el santo nombre de nuestro señor Jesucristo por esa hermosa revelación que entonces tuve.