Para hacer arder el mundo no se necesita que haya mucha gente mala. Basta con uno solo que proponga la maldad como camino y que haya cientos o miles de estúpidos que lo sigan.
Eso explica el holocausto nazi, las guerras, las dictaduras, o las hambrunas por culpa de los políticos.
Hannah Arent ya habia hablado de esto: el alemán promedio no era nazi, pero todo un país se dejó convencer de que era legal atacar judios. La gente buena, también hace cosas malas cuando son engañados.
Para hacer una guerra no se requiere que haya muchos ciudadanos que la deseen; basta con que su lider desee entrar en guerra y que haya miles de partidarios que lo apoyen en su locura creyendo que es lo mejor. Peor aún, basta que un líder, con el pretexto de la paz, fomente la delincuencia, la injusticia y la violencia.
El peligro para un país democrático que irá a elecciones no es que haya un candidato que use la maldad como medio para conseguirlo que desea. Un solo candidato no es peligroso. El peligro real es que a ese candidato lo sigan personas manipulables que crean que su líder hace lo correcto.
En Medellín, hace tan solo unos días, una joven de 19 años, estudiante de química, murió al estallar una bomba que construía. Sus allegados aseguraban que la joven lo hacía "para luchar por los derechos humanos".
¿Acaso es posible que alguien piense que la mejor forma de luchar por los derechos humanos es fabricar bombas que matan gente? Infortunadamente hay personas que así lo piensan... y es que hay mucha gente estúpida que se ha dejado manipular por los que hacen de la maldad una forma de conseguir lo que se proponen.
Destruir un semáforo, quemar un bus, bloquear vias, quebrar vidrios o incendiar edificios públicos bajo el pretexto de que están luchando por la comunidad es absurdo, pero hay muchos estúpidos que creen que eso es lo correcto. (y muchos de estos terroristas son considerados héroes por otro número mayor de pendejos). La manipulación mediática contribuye enormemente a esto.
Los invito a ver este video, que explica por qué hay tanto pendejo siendo manipulado por unos pocos que fomentan el mal; estúpidos que, contra toda evidencia, se niegan a creer que están siendo manipulados, (precisamente porque son pendejos —Idiotas útiles—).
Según veremos adelante, es más peligrosa una persona que actúa con estupidez que con malicia, porque los estúpidos creen de verdad que hacen lo correcto. Además, los malos son pocos, pero los pendejos están a la vuelta de cada esquina, y se reproducen como levadura cuando llegan los tiempos de crisis.
Mil gracias. Bonhoeffer es uno de los grandes ejemplos existenciales de valentía, coherencia y lucidez en los años más oscuros del siglo XX.
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