Y tenía razón. Aunque en las últimas elecciones en Colombia (2018), ganó el candidato en el que yo confiaba, me asusta pensar que muchos votaron sin saber realmente por quien estaban votando. Muy pocos de los que votaron por el conocía su plan de gobierno, así como la mayoría de los que votaron por el otro candidato tampoco habían leido sus propuestas y la habían analizado con raciocinio.
Así ocurrió cuando ocho años atrás las personas votaron por un candidato que había jurado sobre mármol que no subiría los impuestos, frente a su oponente que había explicado que para mejorar el país tendría que subirlos. En ese entonces, la gente votó por el que prometía hacer cosas, pero no tenía idea de donde sacaría el dinero (Por supuesto, luego de ganar, sí aumentó los impuestos).
La democracia es peligrosa porque la gente vota con el corazón, con el estómago, o con el hígado. Muy pocos reflexionan y la mayoría se dejan llevar más por sus intuiciones que por la razón. Algunas veces el resultado de la democracia es beneficioso, pero en otras ocasiones puede ser peligroso.
Aquí les dejo este video que expone las razones por las que Sócrates no confiaba en la democracia, que es el punto que quiero mostrar.
Posdata. Aun sigo creyendo que la democracia es el mejor sistema de gobierno, pero me asusta que haya tantos imbéciles, porque aunque a veces acierten, también pueden llegar a elegir la opción equivocada.
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