El 3 de diciembre se conmemora el día panamericano del Médico.
Sir Samuel Luke Fildes, The Doctor. 1891. Galeria Tate |
Fildes (1843-1927) pinta un niño pequeño en un interior rústico recostado sobre los almohadones de dos sillas, su pálido rostro iluminado por la lámpara de cristal sobre la mesa. El doctor, vestido con un traje de chaqueta, se sienta al lado de la cama improvisada mirando hacia abajo a su paciente con preocupación. El padre del niño, de pie en el fondo con la mano en el hombro de su mujer cuyas manos están entrelazadas como si rezara, ve el rostro grave del médico. Su humilde estilo de vida es evidente por los elementos de estaño, el trozo de alfombra en el suelo de piedra y su ropa harapienta. La extensión de la enfermedad del niño puede ser intuida por la botella de medicina medio vacía sobre la mesa, el tazón y jarro en el banquillo utilizado para aliviar la temperatura de aquel. Los trozos de papel en el suelo podrían ser recetas prescritas por el médico.
Fildes describe la preocupación del médico por su paciente, aún a sabiendas de que todo está en su contra.
En contraste, ahora en pleno siglo XXI, cuando la tecnología permite escudriñar mas el cuerpo humano, nuestros pacientes se sienten menos satisfechos con la forma en que son atendido por los "doctores".
Hay muchos "doctores" y muy pocos médicos. Pensamos que ser "tecnológicos" es mejor que ser "humanos". Se nos olvida que el buen médico requiere conocimientos pero también amor.
Hace poco conversaba con otro colega sobre la crisis que hay en la salud, y dentro de la conversación surgió una reflexión contundente:
Hay dos tipos de médicos. Los que hacen lo que el paciente necesita y los que hacen lo que le conviene al asegurador.
Hoy quiero hacer un homenaje a los verdaderos médicos.
Aquellos que lo son de corazón.
Feliz día del médico.
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