"SOMOS ENANOS EN HOMBROS DE GIGANTES" (Bernardo de Chartres - S. XII)

miércoles, 5 de octubre de 2011

San Francisco de Asis y la oración por la paz.

Pensando en un tema para esta semana  caí en la cuenta de que el 4 de octubre se conmemora el día de San Francisco de Asis. 

Automáticamente pensé en traerles como regalo la Oración de la Paz, atribuida al santo.


Pues bien,  cuando fui a buscar la conocida oración descubrí una cosa que pocos saben. Al parecer su autoría no fue de San Francisco. Según la Wikipedia, un académico francés de nombre Christian Renoux, siguió la pista a dicha oración y descubrió que su primera publicación (como poema anónimo) se remontaba a diciembre de 1912, en una revista católica francesa.  

Dicha publicación había sido fundada en octubre de 1901 por el sacerdote  y periodista Auguste Bouquerel (1855-1923). Renoux llama la atención sobre el hecho de que Bouquerel puede ser su autor.

En la Wikipedia hay un interesante recuento de la historia conocida de dicha oración. La pueden consultar haciendo click aqui.

El texto de la oración dice así.


Señor, haz me un instrumento de tu paz
donde haya odio, que yo lleve el amor,
donde haya ofensa, que yo lleve el perdón,
donde haya discordia, que yo lleve la unión,
donde haya duda, que yo lleve la fe,
donde haya error, que yo lleve la verdad,
donde haya desesperación, que yo lleve la esperanza,
donde haya tristeza, que yo lleve la alegría,
donde haya tiniebla, que yo lleve la luz.
Oh, maestro, haz que yo nunca busque
ser consolado, sino consolar,
ser comprendido, sino comprender,
ser amado, sino yo amar.
Porque es dando como se recibe,
es perdonando, como se es perdonado,
y muriendo se resucita a la vida eterna.

Sin embargo, a pesar de haberse desvelado el mito, creo que dicha oración resume muy bien el pensamiento de San Francisco.  

Francisco de Asis (Francesco d' Assisi) nació en Asís (Italia) el 5 de julio de 1182 y murió en en la misma ciudad el 3 de octubre de 1226.   

Era hijo de un rico comerciante, pero en su juventud decidió abandonar todas sus riquezas para vivir en la más estricta pobreza. Fue el fundador de la Orden Franciscana y de la orden de las hermanas de Santa Clara (Mas conocidas como las hermanas Clarisas). Rápidamente sus enseñanzas se fueron dando a conocer por Europa y atrajo muchos seguidores. Viajó a Egipto y a otros sitios de Asia tratando de convertir a los musulmanes al cristianismo.  

San Francisco creía que se debía vivir de forma simple y sin apegarse a los bienes materiales, en armonía con la naturaleza. Algunos seguidores confundieron sus enseñanzas y generaron disturbios porque atacaban a los ricos por considerarlos que no seguían las enseñanzas de Jesús. Hay que entender que era la edad media y había una gran lucha de poderes. Algunas sectas como los fraticcelli mendicanti incluso llegaron a ser perseguidos por la inquisición por considerarse herejes. Se les acusaba de asesinar a los obispos y sacerdote ricos que no querían seguir el voto de pobreza. Ello ocurría en plena edad media, cuando la iglesia aumentaba su poder económico y hacía ostentación de riqueza en medio de una gran pobreza de toda la población. Dicha situación es ampliamente expuesta en la novela de Umberto Eco "El nombre de la Rosa".

San Francisco, por supuesto estaba en contra de toda violencia, y varias veces tuvo que comparecer ante el papa para explicar que su orden franciscana predicaba el amor.  

San Francisco fue el primer caso conocido en la historia en recibir los estigmas de Cristo. Es decir, las señales externas de la crucifixión. Fue canonizado en 1228 y su festividad se celebra el 4 de octubre.

Si quieres saber más de Francisco te recomiendo consultar su biografía haciendo click en el este enlace.

Hay muchas historias en torno a San Francisco.  Una de ellas es la de El Hermano Sol y la hermana Luna. Otra historia, quizá la más conocida es la del Hermano Lobo... pero esas leyendas las dejaremos para otra semana quizás.

Hasta la vista.... y sean instrumentos de paz. 

Fuentes: 
  • Wikipedia.  La oración por la Paz.    San francisco de Asis.  
  • Umberto Eco.  El Nombre de la Rosa.

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