Algunos me conocen como escritor. Otros me han conocido como médico. Algunos me conocieron por mi habilidad de coger goteras de los techos o por mi oportunidad como mensajero. Unos cuantos me han conocido como profesor de reanimacion y trauma o dictando cursos de creatividad y cultura general. Los profesores de mi universidad me conocieron como alumno.
Además de ser bueno contando historias y diagnósticando enfermedades, también sé algunas cositas sobre electricidad, plomería o albañileria. Unos pocos me identificaban como el que les arreglaba el computador cuando se les dañaba, y cuando era joven solía ser el que se encargaba de los cerdos en la finca de un tío. En algunos casos he pintado casas. Sin lugar a dudas, mi familia y amigos más cercanos me conocen por ser buen papá y buen esposo. Estos dos son para mí los principales oficios y los que me llenan de mayor orgullo.
Es increible la cantidad de cosas que puede hacer alguien y todas las formas que existen para uno ganarse la vida.
Nadie es exclusivamente médico o piloto, obrero o gerente. Todos tenemos muchas facetas en las que podemos desempeñarnos.
Recientemente he dictado talleres sobre literatura y una participante me dijo que queria estudiar literatura para ser escritora. Eso es como decir que se quiere estudiar historia antioqueña para saborear un sancocho.
No estoy denigrando de los que estudian literatura. De hecho, quiero estudiarla (formalmente) algún dia. Pero no creo que para escribir bien se deba estudiar literatura. Oscar Wilde solia decir: "No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir, y decirlo".
Creo que no se equivocaba. Sin embargo, debo admitir que no todo el mundo es Oscar Wilde y muchos no son capaces de decir, lo que quieren contar. Pero ello no se aprende en una universidad. Se aprende conversando, hablando, oyendo y escribiendo... ah, y no olvidemos, revisando y corrigiendo.
Muchos me han escuchado decir que escribir es más fácil que hablar. Cuando uno habla dice las cosas como se le ocurren. Escribir te permite revisar cada palabra, cada frase, cada idea para que cuando llegue al destinatario llegue perfecta.
¿Cuántas veces en una conversación decimos algo y luego lamentamos haberlo dicho de una u otra forma? ¿Cuántas, nos arrepentimos de no haber dicho otra palabra diferente o haberlo expresado en distinta forma? Escribir nos da esa oportunidad: de escoger cada palabra, cada frase, cada idea y revisarla, una y otra vez, hasta tener la certeza de que eso era EXACTAMENTE lo que queríamos decir.
Eso no lo enseñan en la universidad. Lo aprende el que quiere, y lo deja pasar el que no.
Es fantástico escribir un texto y luego tener la capacidad de analizarlo desde el punto de vista filológico. Saber que lo que salió fue una sinecdoque, o que se hizo una paronimia, o que la figura utilizada fue un oxímoron. Pero para escribir que "su frialdad quemaba mi corazón" no se requiere saber qué figura literaria es. Se requiere tener algo para decirlo y expersarlo de la mejor forma posible.
A mis alumnos de los talleres los invito a que escriban. No importa si el texto es una crónica, un relato, una estampa, un cuento o una anécdota. Eso, que lo definan los críticos. La creacion literaria es libertad. Si un excelente texto no encaja en un género literario específico, ¿que importa? Tal vez se haya creado un nuevo género.
¿Qué importa saber si el narrador es autodiegético o heterodietético cuando la historia está bien contada y no tiene grietas en su estructura? Es bueno saber la teoría, pero distinguir un narrador en primera persona de uno en tercera persona no te hace buen escritor. Saber cómo se cuenta la historia para que sea clara y atrayente es lo que cuenta.
La mayoría de los grandes escritores escribieron lo que se les ocurría. Muchos no eran egresados de una universidad, y menos doctorados en idiomas. Algunos estudiaron después de ser famosos escritores para perfeccionar lo que ya sabían hacer bien.
Nadie necesita estudiar literatura para escribir buenas historias. Sin embargo, quien deciden estudiar literatura entenderá mejor la forma como se puede escribir, y perfeccionará su arte.
¿Quieres escribir bien? Estudia al ser humano, estudia la naturaleza... estúdiate tu mismo. Conversa, escucha, lee... Vive la vida y crea las vidas que quieres contar.
Para que reflexionen, a continuación les comparto un texto que encontré en la red.
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¿Qué estudiaron los grandes escritores? Esta es una pregunta inquietante ya que el genio y el éxito humano muchas veces son relacionados con los estudios. En la literatura los resultados son bastante disimiles. Compartimos aquí los estudios universitarios que realizaron algunos de los grandes escritores de la historia:
• Edgar Allan Poe: Se enroló en el ejército y pasó brevemente por la Academia militar de West Point, pero no realizó estudios universitarios.
• Ernest Hemingway: No realizó estudios universitarios. Tras graduarse de la secundaria consigue puesto como conductor de ambulancia durante la Primera Guerra Mundial.
• Fiodor Dostoievski: Estudió Ingeniería en la escuela de Ingenieros Militares de San Petersburgo.
• Franz Kafka: Estudió Química en la Universidad de Praga, pero se retiró a las dos semanas. Después intentó estudiar Historia del Arte y Filología Alemana. Finalmente se doctoró en Leyes.
• Gabriel García Márquez: Estudió Derecho aunque no terminó sus estudios. Tras interrumpir sus estudios de derecho se convirtió en periodista pero no estudió para esto.
• Haruki Murakami: Estudió Literatura y Teatro griego en la universidad de Waseda.
• Isaac Asimov: Estudió Bioquímica en la Universidad de Columbia.
• Jorge Luis Borges: No realizó estudios universitarios.
•James Joyce: Estudió lenguas y quiso estudiar Medicina (no lo hizo por razones económicas).
• Juan Rulfo: No realizó estudios universitarios.
• Julio Cortázar: Se formó como Profesor en Letras y obtuvo título como Traductor Público, título que logra en 9 meses cuando el tiempo normal era 3 años. El esfuerzo le provoca síntomas neuróticos.
• Julio Verne: Estudia Derecho pero de inmediato se dedica a escribir.
• J.R.R. Tolkien: Se tituló en Idioma Inglés con énfasis en Lingüística inglesa y Literatura.
• León Tolstoi: Estudió Derecho en la Universidad de Kazan pero abandona los estudios.
• Roberto Bolaño: No realizó estudios universitarios. Se desempeñó en variados oficios como lavaplatos, vigilante nocturno, camarero, en el servicio social de un Ayuntamiento... antes de lograr establecerse como escritor.
• Stephen King: Estudió Inglés en la Universidad de Maine.
• Mark Twain: No realizó estudios universitarios. Fue piloto de barco en el río Mississippi y trabajó en una imprenta, lo que influyó en su carrera literaria.
• Virginia Woolf: No asistió a la universidad, pero recibió una educación informal en casa, aprovechando la vasta biblioteca de su familia.
• Charles Dickens: No realizó estudios universitarios. Trabajó en una fábrica de betún para zapatos a una edad temprana y posteriormente como reportero parlamentario.
• William Faulkner: Asistió brevemente a la Universidad de Mississippi, pero no se graduó.
• Agatha Christie: No realizó estudios universitarios. Recibió educación en casa por su madre y luego asistió a escuelas privadas en París.
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¿Y tú? ¿Cuál es tu pretexto para no escribir?