"SOMOS ENANOS EN HOMBROS DE GIGANTES" (Bernardo de Chartres - S. XII)
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miércoles, 2 de junio de 2021

¿DEBO apoyar el paro?

Nuestra Constitución Política, la de 1991, ⎼producto de otro proceso de paz fallido por no incluir a todos los actores del conflicto, estableció que lo más importante serían los derechos, pero en su redacción no planteaba el cumplimiento de deberes en la misma medida. Durante su implementación en los años posteriores, se hizo una enorme campaña educativa, en colegios y universidades, hablando sobre los derechos que tenían todos los colombianos y su "derecho" a exigirlos.

 

Así las cosas, treinta años después, tenemos una gran parte de la población a la que le enseñaron a exigir derechos, sin que nadie les haya enseñado que primero hay que cumplir deberes que los hagan posibles. 

Y lo que es peor, creen que solo los demás violan derechos, sin darse cuenta de que, en muchas de sus protestas, violan cientos de derechos de otros. (derecho al trabajo, derecho a la educación, a la movilidad, a la salud,  derecho a pensar diferente y expresarlo sin ser atacados por ello)




Los que nacieron bajo la nueva constitución creen que él único responsable de nuestros derechos es el Estado.


Si eres un ciudadano producto de esa Constitución, y crees que los derechos son obligación solo del Estado,  ¡qué equivocado estás! 

 

—¿Luchas por el derecho a la educación?   Pues alguien  DEBERIA estar educando. (y que sea alguien de calidad, íntegro y ético)

—¿Luchas por el derecho a la salud?  Alguien tiene el DEBER de atender a los enfermos y contar con los recursos para hacerlo.

—¿Crees que tienes derecho al trabajo? Alguien DEBE generar empleo y todos DEBEN permitir que el otro trabaje.

—¿Crees que tienes derecho a un buen salario?  Alguien DEBE producir dinero para poder dar un buen salario.

—¿Derecho a la alimentación? Alguien DEBE cultivar la comida, otro DEBE trasportarla, alguien más DEBE procesarla y muchos más tienen el DEBER de distribuirla y venderla a precios justos.  

—¿Derecho a la vivienda?  Alguien DEBE ser arquitecto, otro DEBE ser electricista y otro albañil.  Alguien DEBERÁ ser minero para extraer los materiales y otro DEBERÁ montar una empresa de cemento.

—¿Derecho a la vida y a la seguridad?   Pues alguien DEBE tener la función de protegerla cuando un delincuente atente contra ella.  Todos DEBEN cumplir la ley. 

—¿Derecho a la educación gratuita?  Pues alguien DEBE enseñar y alguien le DEBE pagar un buen salario al educador. Alguien DEBE pagar por el mantenimiento de las aulas; alguien DEBE construir escuelas colegios y universidades y se les DEBE pagar por ese trabajo.

—¿Luchas contra la corrupción?  Pues todos tienen el DEBER de votar por gente honesta, que representen los intereses de la mayoría. Todos DEBEN responder cuando cometen una infracción en lugar de intentar sobornar al policía que impondrá el comparendo. Todo cargo, público o privado, DEBE ser ocupado por el mejor y no por el que tiene la “rosca”

 

Así es:  para acceder a los derechos, alguien primero debió cumplir con unos deberes.

 

Con el paro los educadores se niegan a dar clases, a pesar de que salen a gritar que la educación es un derecho.  Exigen que la educación sea gratuita, pero ningún educador estaría dispuesto a enseñar gratis. Quizás desconocen que hay una gran diferencia entre la educación pública y la gratuita: Nunca será gratuita porque todo educador tiene el derecho a que se le pague por su trabajo. Aunque el estudiante no pague, la educación tiene un costo y DEBE ser pagado por alguien. Alguien DEBE pagar impuestos para que otro pueda recibir educación “gratuita”.

Por otra parte, hay personal de salud que no atiende a los pacientes porque está en paro (los menos), o porque alguien incumplió el DEBER de pagarles.  En muchos casos están limitados para prestar el servicio porque no tiene insumos para poder hacerlo y ello ocurre porque el Paro escasea y encarece los recursos. (ya de por sí, escasos, porque la economía tambalea y muchos no pagan impuestos y otros se los roban).   

El “paro” que promueves ha quitado el derecho del campesino a recibir sus agroquímicos o el cuido para sus animales; le ha quitado el derecho a que sus productos sean transportados. Han quitado el derecho a los consumidores a recibir legumbres frescas o leche. Muchos de los alimentos se han perdido en los bloqueos que promueves. 

Y eso lo haces supuestamente para que otros tengan derechos que tu mismo estás violando. 

El paro "en defensa de los colombianos menos favorecidos" ("como, por ejemplo, los niños de la Guajira" ⎼como afirmaba alguien ) perjudica al paciente de la ciudad que todos los días debe tomar un bus para ir a una diálisis en una clínica. No puedes usar a los niños wayús como pretexto para tu protesta, al mismo tiempo que impides que los pocos pacientes que podían acceder a los servicios de salud, mueran por falta de ellos. Si dejas que alguien muera, o deteriore su salud por culpa de un bloqueo, eres igual de asesino que el que supuestamente dices combatir. 

Tu “paro” ha hecho que cientos de empleos se pierdan: los conductores de los buses quemados se han quedado sin trabajo, los empleados de los bancos, los celadores o la empleada de los tintos de la sucursal vandalizada, han tenido que irse para su casa, porque les han quitado el derecho al trabajo. Muchas empresas no han recaudado lo previsto debido a tu “protesta”, y no tienen ahora como pagar un salario justo, y han tenido que prescindir de algunos empleados. La delincuencia en las calles se ha incrementado porque las personas que tienen constitucionalmente el DEBER de protegernos están limitadas para usar sus armas y ejercer el poder sobre los delincuentes. 



Olvidas que el gobierno únicamente puede obtener recursos de “la gente que produce”. No es posible pagar a un médico, a una enfermera, a un educador, a un ingeniero que construye un puente, si todo el país no cumple con el DEBER de pagar impuestos.

 

Y no me salgas con que "los políticos durante años se han robado el país". 


Era tu DEBER votar por políticos honestos y no lo hiciste. 

Era tu DEBER contratar al mejor, y contrataste a tu amigo, que no era apto para el cargo. 

Era tu DEBER andar por debajo del límite de velocidad, lo excediste y luego ofreciste un soborno al agente, para no pagar la multa.  

Era tu DEBER ejecutar una acción ciudadana para cambiar el límite de velocidad en una vía porque considerabas que era injusta la restricción, pero decidiste tumbar la cámara de fotomulta. 

Era tu DEBER esperar el trámite en una oficina de gobierno, y preferiste pagar un soborno para que te lo agilizaran.  

Era tu DEBER prestar el servicio Militar y le pagaste a un coronel corrupto para librarte de él y evitar cumplir con tu DEBER. Y, además, luego te quejas de que solo a los pobres les toca el servicio militar. No contento con eso, te burlas del nivel socioeconómico de los soldados a sabiendas que tu lo evadiste porque no te considerabas "del pueblo".

Era tu DEBER estudiar para tu examen y compraste las respuestas para pasar el semestre.  

Era tu DEBER hacer la fila y te colaste porque te considerabas “muy vivo”


Estas protestando por un país en caos y tu eres una de las razones por las cuales este país está en caos. 

 

Tu lucha, en los términos que la planteas actualmente, apesta.  Atenta contra los derechos que dices exigir.

 

Tu protesta, tal como la concibes, te convierte en un violador de derechos. 


El progreso se logra cuando se mejora el nivel de los que están más abajo, y se alcanza los privilegios de los que están arriba. Pero te has dejado convencer por los políticos, de que tienes de destruir a los que han llegado arriba. 

Has creído que si unos pocos no tienen salud, entonces ninguno debería tenerla. Que si unos cuantos no tienen educación entonces los demás tampoco; que si las vías de los campesinos son pésimas, tienes que hacer lo mismo en la ciudad para que todos queden en igualdad de condiciones.  

Te han engañado para que no te des cuenta de que las cosas no se arreglan llevando a todos hasta el nivel más bajo, sino subiendo a todos al nivel más alto.  Tienes tanto odio, que no te percatas de que solo los políticos se benefician con el caos que estas generando. 

El objetivo de una protesta bien pensada es que los que están peor puedan alcanzar el nivel de los que están mejor.  No que los que estén mejor queden también en condiciones pésimas. Con tu protesta, todos perdemos. 


No estoy en contra de la protesta que lleve a un progreso. Estoy en contra de que la gente atente contra los derechos de los demás, bajo el pretexto de que están luchando por los derechos de todos, y asumiendo el rol de representantes de una presunta población desprotegida, mientras que con sus acciones perjudican a los que dicen proteger.   

 

Cuando uses la lógica, luches por tus derechos cumpliendo tus deberes y dejando que los demás cumplan con los suyos, entonces avísame. Te apoyaré como es mi DEBER.




miércoles, 19 de mayo de 2021

Cómo saber lo que es verdad

En meses recientes, mis redes sociales y los grupos virtuales en los que me muevo han tenido una gran profusión de noticias falsas y de discusiones entres los participantes debido a temas de salud o política.  

Cada vez es más frecuente encontrar enfrentamientos verbales entre los miembros de un grupo debido a que hay diferencias de opinión. Lo triste es que pelean por defender su "opinión" y cada vez hay menos argumentos que puedan llevar a un sano debate. 

El día que preparaba el tema para esta semana, alguien mandó una fotografía de dos personas encañonando a otra contra una pared. La fotografía decía que un grupo indígena había "capturado a un francotirador" que había atentado contra una misión médica. Según quien mandaba la foto, "esa era la prueba" de que había "infiltrados del gobierno" en las protestas.  


Personalmente yo no vi ninguna "prueba" en la fotografía.  Esta pudo ser real, pero también pudo tratarse de una fotografía antigua o tomada fuera de contexto, incluso, puede ser un montaje. Más aún, los tres personajes de la fotografía tenían la cara cubierta y ningún distintivo que los identificara de uno o de otro grupo. ¿Cómo saber si realmente la foto corresponde con lo que decía el texto? No niego que la foto pueda ser real, pero no tengo certeza de ello y no tengo elementos para descartar ni apoyar la hipótesis plateada. Si al menos conociera al fotógrafo, podría saber su versión de lo que ocurrió, o al menos de lo que el cree que ocurrió. 

El problema es que los que la vieron, y tenían la misma postura política de quien la envió, asumieron que ello era una prueba absoluta e irrefutable. No tengo herramientas para decir si la foto es real o no. A simple vista podría serlo, pero luego de una analisis profundo, uno descubre que no hay evidencias concretas que le permitan a uno tener certeza y defender una postura. 

Desde un punto de vista científico, una fotografía  no constituye ninguna prueba de nada si no se tienen otros elementos probatorios. Una cosa son los indicios y otra muy diferente las pruebas. (ver Un pajaro dando RCP ¿Falso o verdadero?)

La inferencia de certeza, no debería depender de las creencias sino de la capacidad de establecer causalidad. Por ejemplo, cuando me tomo una leche y me da diarrea, tiendo a pensar que fue la leche la que me produjo la enfermedad.  Pero, ¿y si hace una semana tomé agua contaminada y apenas ahora empezaron los síntomas de una parasitosis y la diarrea después de la ingesta de la leche fue tan solo la manifestación de una enfermedad que estaba en periodo de incubación? Es probable que la irritación intestinal no sea producida por la leche sino por los parásitos que ingerí, y que la diarrea cuando tomo leche, sea la consecuencia de no haber hervido el agua de hace una semana. 

Toda investigación empieza con una sospecha. Pero la causa y el efecto no siempre son visibles. Una demostración requiere algo más que la simple sospecha. Nuestro cerebro está biologicamente predispuesto para asumir cosas sin tener comprobación científica. Por mucho tiempo se creyó que el café daba cancer de pulmón porque se veía que muchas de las personas con cancer solían tomar café. Ahora se sabe que no es cierto. Que era el humo del cigarrillo que fumaban mientras tomaban café el que lo producía. Transcurrió mucho tiempo antes de que se pudiera descartar al café como causa.

Por eso esta semana les quiero traer este video que muestra las fallas que tenemos en nuestra forma de interpretar la información. Espero les sea de utilidad. 

Hasta la próxima semana... y recuerden:  No coman cuento

Si quieres profundizar en el tema te recomiendo leer....

También te recomiendo revisar mi sección sobre Pensamiento Crítico 



miércoles, 11 de noviembre de 2020

Sean Connery y el Nombre de la Rosa

Hace poco murió Sean Connery uno de los mejores actores del siglo XX.  Fue el primero en encarnar al Agente 007, personaje del magistral Ian Fleming. Trabajó en cientos de películas, entre las que vale la pena mencionar las primeras de James Bond, La roca,  Los intocables, Highlander, El nombre de la rosa, Indiana Jones y la última cruzada, La caza del octubre rojo, Descubriendo a Forrester, entre otras. 

Esta semana quiero recordarlo en una de sus mejores películas, El nombre de la Rosa, que fue basada en la novela de Umberto Eco. 

Desde la primera vez que leí el libro, en sus múltiples relecturas, y todas las veces que he visto la película, jamás he tenido duda de que Sean Connery es el mejor William de Baskerville que hubiera podido existir jamás. No imagino a otro actor en ese papel. 

Sin más preámbulos, los dejo con la película. Espero que la disfruten. 



___________________

Sean Connery (Thomas Sean Connery) Actor y productor de cine británico,  nacido en Edimburgo 1930, muerto en Nassau (Bahamas) en 2020. Ganador de un premio Oscar, dos premios BAFTA y tres premios Globo.  


Sobre la película:   El nombre de la Rosa (1986) es una película de drama y suspenso con tintes policiacos, producida entre Alemania, Francia e Italia, dirigida por Jean-Jacques Annaud. Trata de una serie de muertes sospechosas que ocurren en una abadía del norte de Italia durante el Medioevo. 


Sobre el libro:  El nombre de la Rosa. Es una novela histórica y de misterio escrita por  Umberto Eco, y publicada en 1980. Está basada en una serie de crímenes que ocurren en una abadía del norte de Italia en el año 1327 y hasta la cual llega el franciscano William de Baskerville con su novicio Adso de Melk. 

El libro es un documento histórico impresionante, ademas de crear una trama maravillosa de carácter policíaco, nos envuelve en una reflexion sobre el poder de los libros. A pesar de que la película esta muy bien lograda, no sería posible plasmar todo el contenido del libro, ya que el texto tiene un montón de datos históricos y descripciones que no pueden ser mostradas en una película. 

El nombre de la Rosa es un libro que recomiendo completamente. Pueden descargarlo haciendo click en este enlace. 


Nota adicional:  para que se animen a leer el libro, quiero trascribir un aparte del primer capítulo donde William (o Guillermo ) de Baskerville muestra toda su capacidad deductiva.  Esta escena con Brunello no aparece en la película. 


Mientras nuestros mulos subían trabajosamente por los últimos repliegues de la montaña, allí donde el camino principal se ramificaba formando un trivio, con dos senderos laterales, mi maestro se detuvo un momento, y miró hacia un lado y hacia otro del camino, miró el camino y, por encima de éste, los pinos de hojas perennes que, en aquel corto tramo, formaban un techo natural, blanqueado por la nieve.

—Rica abadía —dijo—. Al Abad le gusta tener buen aspecto en las ocasiones públicas.

Acostumbrado a oírle decir las cosas más extrañas, nada le pregunté. También porque, poco después, escuchamos ruidos y, en un recodo, surgió un grupo agitado de monjes y servidores. Al vernos, uno de ellos vino a nuestro encuentro diciendo con gran cortesía:

—Bienvenido, señor. No os asombréis si imagino quién sois, porque nos han avisado de vuestra visita. Yo soy Remigio da Varagine, el cillerero del monasterio. Si sois, como creo, fray Guillermo de Baskerville, habrá que avisar al Abad. ¡Tú — ordenó a uno del grupo—, sube a avisar que nuestro visitante está por entrar en el recinto!

—Os lo agradezco, señor cillerero —respondió cordialmente mi maestro—, y aprecio aún más vuestra cortesía porque para saludarme habéis interrumpido la persecución. Pero no temáis, el caballo ha pasado por aquí y ha tomado el sendero de la derecha. No podrá ir muy lejos, porque al llegar al estercolero tendrá que detenerse. Es demasiado inteligente para arrojarse por la pendiente…

—¿Cuándo lo habéis visto? —preguntó el cillerero.

—¿Verlo? No lo hemos visto, ¿verdad, Adso? —dijo Guillermo volviéndose hacia mí con expresión divertida—. Pero si buscáis a Brunello, el animal sólo puede estar donde yo os he dicho.

El cillerero vaciló. Miró a Guillermo, después al sendero, y, por último, preguntó:

—¿Brunello? ¿Cómo sabéis…?

—¡Vamos! —dijo Guillermo—. Es evidente que estáis buscando a Brunello, el caballo preferido del Abad, el mejor corcel de vuestra cuadra, pelo negro, cinco pies de alzada, cola elegante, cascos pequeños y redondos pero de galope bastante regular, cabeza pequeña, orejas finas, ojos grandes. Se ha ido por la derecha, os digo, y, en cualquier caso, apresuraos.

El cillerero, tras un momento de vacilación, hizo un signo a los suyos y se lanzó por el sendero de la derecha, mientras nuestros mulos reiniciaban la ascensión.

Cuando, mordido por la curiosidad, estaba por interrogar a Guillermo, él me indicó que esperara. En efecto: pocos minutos más tarde escuchamos gritos de júbilo, y en el recodo del sendero reaparecieron monjes y servidores, trayendo al caballo por el freno. Pasaron junto a nosotros, sin dejar de mirarnos un poco estupefactos, y se dirigieron con paso acelerado hacia la abadía. Creo, incluso, que Guillermo retuvo un poco la marcha de su montura para que pudieran contar lo que había sucedido. Yo ya había descubierto que mi maestro, hombre de elevada virtud en todo y para todo, se concedía el vicio de la vanidad cuando se trataba de demostrar su agudeza y, habiendo tenido ocasión de apreciar sus sutiles dotes de diplomático, comprendí que deseaba llegar a la meta precedido por una sólida fama de sabio.

—Y ahora decidme —pregunté sin poderme contener—. ¿Cómo habéis podido saber?

—Mi querido Adso —dijo el maestro—, durante todo el viaje he estado enseñándote a reconocer las huellas por las que el mundo nos habla como por medio de un gran libro. Alain de Lille decía que
omnis mundi creatura
quasi liber et pictura
nobis est in speculum

pensando en la inagotable reserva de símbolos por los que Dios, a través de sus criaturas, nos habla de la vida eterna. Pero el universo es aún más locuaz de lo que creía Alain, y no sólo habla de las cosas últimas (en cuyo caso siempre lo hace de un modo oscuro), sino también de las cercanas, y en esto es clarísimo. Me da casi vergüenza tener que repetirte lo que deberías saber. En la encrucijada, sobre la nieve aún fresca, estaban marcadas con mucha claridad las improntas de los cascos de un caballo, que apuntaban hacia el sendero situado a nuestra izquierda. Esos signos, separados por distancias bastante grandes y regulares, decían que los cascos eran pequeños y redondos, y el galope muy regular. De ahí deduje que se trataba de un caballo, y que su carrera no era desordenada como la de un animal desbocado. Allí donde los pinos formaban una especie de cobertizo natural, algunas ramas acababan de ser rotas, justo a cinco pies del suelo. Una de las matas de zarzamora, situada donde el animal debe de haber girado, meneando altivamente la hermosa cola, para tomar el sendero de su derecha, aún conservaba entre las espinas algunas crines largas y muy negras… Por último, no me dirás que no sabes que esa senda lleva al estercolero, porque al subir por la curva inferior hemos visto el chorro de detritos que caía a pico justo debajo del torreón oriental, ensuciando la nieve, y dada la disposición de la encrucijada, la senda sólo podía ir en aquella dirección.

—Sí —dije—, pero la cabeza pequeña, las orejas finas, los ojos grandes…

—No sé si los tiene, pero, sin duda, los monjes están persuadidos de que sí. Decía Isidoro de Sevilla que la belleza de un caballo exige «ut sit exiguum caput et siccum prope pelle ossibus adhaerente, aures breves et argutae, oculi magni, nares patulae, erecta cervix, coma densa et cauda, ungularum soliditate fixa rotunditas». Si el caballo cuyo paso he adivinado no hubiese sido realmente el mejor de la cuadra, no podrías explicar por qué no sólo han corrido los mozos tras él, sino también el propio cillerero. Y un monje que considera excelente a un caballo sólo puede verlo, al margen de las formas naturales, tal como se lo han descrito las auctoritates, sobre todo si —y aquí me dirigió una sonrisa maliciosa— se trata de un docto benedictino…

—Bueno —dije—, pero, ¿por qué Brunello?

—¡Que el Espíritu Santo ponga un poco más de sal en tu cabezota, hijo mío! — exclamó el maestro—. ¿Qué otro nombre le habrías puesto si hasta el gran Buridán, que está a punto de ser rector en París, no encontró nombre más natural para referirse a un caballo hermoso?

Así era mi maestro. No sólo sabía leer en el gran libro de la naturaleza, sino también en el modo en que los monjes leían los libros de la escritura, y pensaban a través de ellos. Dotes éstas que, como veremos, habrían de serle bastante útiles en los días que siguieron. Además, su explicación me pareció al final tan obvia que la humillación por no haberla descubierto yo mismo quedó borrada por el orgullo de compartirla ahora con él, hasta el punto de que casi me felicité por mi agudeza. Tal es la fuerza de la verdad, que, como la bondad, se difunde por sí misma. Alabado sea el santo nombre de nuestro señor Jesucristo por esa hermosa revelación que entonces tuve.

miércoles, 26 de agosto de 2020

Angeles escondidos: Sandra Porras.

Esta semana les traigo un magnífico texto sobre los ángeles que viven entre nosotros y esa extraña costumbre de juzgar anticipadamente a los demas. 

Su autora tiene una bellísima voz y hace ella misma el montaje de sus textos. 

Espero lo disfruten. 




...y de "ñapa" les traigo este otro texto para reflexionar 



La Autora:
https://www.instagram.com/lapislazulicare/https://www.instagram.com/lapislazulicare/

acceder a @lapislazulicare

miércoles, 3 de junio de 2020

El nuevo decameron

Esta semana quiero compartir con ustedes un texto que escribí, muy relacionado con los miedos y temores frente a la Pandemia que atravesamos, y con el que participé en la Convocatoria de Estímulos Especiales UNIDOS POR LA VIDA 2020 del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia (ICPA). El jurado ha tenido la deferencia de concederme el premio.

La convocatoria proponía enviar un texto relacionado con la pandemia por COVID-19 y que tuviera una extensión entre dos y cinco páginas. Mi propuesta, que me place compartirles a continuación, es un pequeño relato con varios microcuentos, que espero sean de su agrado. 

EL NUEVO DECAMERON

Carlos Alberto Velásquez Córdoba ©

A las 4:50 pm comenzaron a conectarse los primeros y a aparecer en las pantallas. Algunos muy bien peinados y pulcramente vestidos, otros, por el contrario, con camisetas raídas y el pelo desordenado. Pero no importaba. Como todos los jueves desde hacía más de cinco años, acudían a su taller semanal de literatura. Ni siquiera la cuarentena obligatoria los había hecho renunciar; solo que habían tenido que recurrir a la tecnología para poder reunirse en forma virtual en los últimos dos meses.
Una vez cumplidos los saludos de rigor, el moderador, buen escritor y mejor profesor, dio por iniciada la sesión.
—Bueno, comencemos que ya son las cinco.  ¿Quién empieza leyendo su texto?
—¡Yo!—, respondió Carlos, a lo que el moderador apagó los otros micrófonos

LA PESTE NEGRA
La peste había llegado por el mar y entró al país para quedarse. Las ciudades caían por decenas; nobles y campesinos morían por igual. La gente de las ciudades veía cómo La Muerte se llevaba a sus familiares y luego regresaba por ellas.  Algunas ciudades levantaron empalizadas y construyeron murallas para evitar que La Muerte entrara a sus casas.
Entonces el rey y sus cortesanos se aprovisionaron de víveres y decidieron cerrar el acceso al castillo. Con grandes vigas y largos clavos aseguraron todas las puertas. La madera de las mesas sirvió para tapar cualquier ventana al exterior. No dejaron ningún resquicio por donde pudiera entrar La Muerte. Adentro, iluminados con velas y antorchas, el rey y sus cortesanos comenzaron a bailar, a beber y comer hasta hartarse convencidos de que La Muerte no podía entrar al castillo.
Después de unas semanas, la alegría se volvió aburrimiento. A los primeros días de desenfreno siguieron otros de tedio y tristeza. Estaban cansados de sentirse encerrados.
Todos murieron adentro. Sin embargo, La Muerte nunca entró al castillo. Por una rendija, sin que nadie se diera cuenta, se les había escapado La Vida.

“Muy bien, Carlos”, aclamaron algunos cuando se habilitaron los micrófonos. Alguien dijo que le recordaba un cuento de Poe, varios sugirieron alguna que otra corrección. En los monitores de todos se veía la cara de orgullo de su autor.
—¿Quién sigue? —dijo el profesor luego de dar su concepto y redondear algunas ideas.
—¡Sigo yo! —Dijo Santiago, y comenzó a leer su cuento—. Se titula pandemia. 

 PANDEMIA
Un día la Muerte llamó a su amiga la Epidemia, y le dijo:
—Hay muchos humanos en el planeta.  ¡Son más de siete mil millones!  Quiero que inventes una pandemia que solo los afecte a ellos y que los vaya matando hasta reducir su número.
Semanas después, la Muerte regresó.
—¿Qué pasa? ¿Por qué aún hay tanto humano vivo? Necesito que mueran muchos más.
—Mi señora —respondió Epidemia—, esos humanos son muy listos.   Descubrieron que si se esconden en sus casas la enfermedad no los encuentra. Y es que tuvieron ayuda: Hygeia, la diosa griega les enseñó sobre el lavado de manos y el aislamiento como forma de prevenir su contagio.
—...mmm.  Tenemos que hacer algo. Aún son muchos. ¿Sabes qué?  Llama a la otra griega, Panacea, y dile que invente una vacuna.
—Pero señora, eso antes lograría el efecto contrario.  ¡Podrán prevenir la enfermedad!
—Te equivocas Epidemia. Conozco a los humanos desde mucho antes de que fueran creados. Les daremos solo un millón de vacunas. Con la ayuda de Egoísmo y Miseria, ellos mismos se matarán entre sí por conseguirlas. 
—¿Y si no funciona? ¿Qué tal si Panacea decide hacer vacunas suficientes para todos los humanos?
—Entonces les enviaremos a la Mentira y la Ignorancia.  Los mismos humanos se encargarán de que nadie se vacune. Morirán de todos modos.

“Magnífico”, respondió Sonia; “Me gustó tu cuento”, dijo Javier. Y así, fueron participando cada uno. Era notorio que aquellos hombres y mujeres, acostumbrados a escribir de todo, habían coincidido en el mismo tema. Tal era el efecto que la pandemia y la cuarentena había producido en ellos en solo unos meses. Alberto, por su parte, leyó otro texto titulado:  "Como las arenas del desierto"

 “COMO LAS ARENAS DEL DESIERTO”.
Se dice que cuando Sem, el hijo de Noé, estaba limpiando el Arca, encontró tras unas tablas un pequeño cofre que al parecer tenía escondido su padre. Picado por la curiosidad iba a abrirlo, cuando un grito lo sobresaltó.
—¡No lo abras!
—¡Qué susto me diste, padre!  ¿Qué guardas aquí?
—Es algo que me fue confiado. Y no debe ser abierto por ahora.
—Pero, ¿y qué es?
—¿Recuerdas que Dios le dijo a nuestro padre Adán “¿Sed fecundos, creced y multiplicaos, como las arenas del desierto”?
—Claro, eso es lo que nos has enseñado; a mí y a mis hermanos.
—A mi muerte, elegiré a uno de ustedes para que guarde el cofre, y que así se haga de generación en generación. Y un día, cuando seamos tantos como las arenas del desierto, llegará el momento de abrirlo.
—¿Pero ¿qué hay adentro?
—No lo sé, hijo mío.  Y espero que nunca llegue el día de saberlo.

Luego de elogios y críticas, cada uno fue leyendo su texto. Sonia, una comedia sobre una ciudad que fue maldecida por un indigente, originando una epidemia. Ángela, sobre una trágica violación en un hogar durante el confinamiento. Cada uno leía y los demás opinaban. El último en leer fue Jacobo.
—El mío también es un cuento corto. —anunció—. Lo titulé "orfandad" 

ORFANDAD
Riiing,  Riing
—¡Aló?
—Buenos días, estoy buscando al señor Fredy Tangarife —dijo una voz femenina.
— ¿Quién lo necesita?
—Estamos llamando del Hospital General de Medellín. Necesitamos hablar con el señor Fredy Tangarife.
—¿Para qué lo necesita?
—¿Es usted don Fredy? El que busco está casado con Sofía y es padre de Clara, Roberto y Juan.
El hombre prefirió guardar prudente silencio. La mujer que llamaba tenía información muy concreta y sintió curiosidad.  La voz de la mujer continuó.
—Es con respecto al señor José Restrepo.
—¿Quién?
—José Restrepo.
—No, no lo conozco.
—Mire, soy Mónica, una de las enfermeras que atendió a don José. Desde hace una semana estaba hospitalizado por Coronavirus. Se agravó y unos minutos antes de su muerte me dio su teléfono y me pidió que lo llamara. Dijo que quería disculparse por haberlo abandonado en el orfanato, hace cincuenta y un años, luego de la muerte de su madre.
—Creo que hay un error. Yo no tengo padre.
—Entonces, ¿usted sí es Fredy Tangarife, y quedó huérfano de niño?
—Se trata de un error, señorita. Por favor no vuelva a llamarme. No soy el que busca…
—En la semana que estuve cuidándolo, Don José me habló mucho de usted— insistió la mujer—. Me contó por qué lo había llevado al Orfanato San José donde permaneció usted hasta que cumplió los catorce años y fue trasladado a un centro juvenil. Que se casó a los 22 y tuvo tres hijos: Clara, Roberto y Juan. Me habló de los tres nietos que usted tiene, los de su hijo Roberto; que Clara se casó hace diez años y aún no tiene hijos, y que Juan todavía está en la universidad. Me contó que Usted aún trabaja en la fábrica de empaques y que hace un año lo ascendieron como supervisor. Don José estaba muy orgulloso de que usted se hubiera convertido en un hombre de bien y quería decírselo algún día, pero le faltó valor. Deseaba que usted supiera que siempre estuvo desde la sombra, acompañándolo y cuidándolo.
—No señorita.  Está hablando con la persona equivocada. Yo no soy ese, a quien usted busca.
—Pero, don Fredy... Necesitamos saber qué hacer con el cuerpo, y con las pocas pertenencias de su papá...
—¡Ya le dije que se trata de un error!
—Pero, don Fredy... Entiendo que pueda usted estar confundido, pero…
¡Clic!
—¡Maldita Pandemia! —dijo Fredy en voz baja, aun con el auricular en la mano —, dejarlo a uno huérfano por segunda vez...

Cuando el moderador abrió nuevamente los micrófonos para que opinaran sobre el texto leído, fue el mismo Jacobo quien apagó el suyo. 
Algunos se apresuraron a dar sus impresiones, pero poco a poco fueron callando al descubrir que Jacobo, sin percatarse de que la cámara de su portátil permanecía encendida, lloraba desconsoladamente como si fuera un chiquillo.



Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia (ICPA).
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miércoles, 8 de enero de 2020

Fiesta de Epifanía y la Befana

El 6 de enero se celebra  la adoración de los Reyes Magos, también llamada la Epifanía, que según el diccionario significa Revelación, manifestación o aparición. 



Esta fecha hace referencia a la primera epifanía según la tradición cristiana: cuando Dios, hecho niño, se revela a los Reyes Magos. La otras dos epifanías son la revelación a San Juan Bautista en el Jordán y la manifestación ante sus discípulos en la bodas de Caná. 



Volviendo al 6 de enero, se cree que realmente no eran Reyes ni mucho menos Magos. La palabra “Magoi” significa "Sabios", pero ha sido interpretada como "Magos". 

Esta semana quiero compartirles un texto de mi amigo y colega John Jairo Salas que nos habla de una variación en la tradición de los Reyes Magos. Los invito a leer este artículo sobre la epifanía y la historia de la BEFANA.  (trascribo un fragmento con dos o tres acotaciones personales)


LA BEFANA  

Por John Jairo Salas Tavera 
(tomado de cafetinotas  
Ed 235 dic 2019)

En el mundo cristiano, las festividades de Navidad, terminan el 6 de enero, con la llegada de los Reyes Magos al portal de Belén, es decir, la primera de las epifanías y en muchos países, los adultos intercambian regalos y los niños reciben dulces y juguetes como en la noche de navidad.


Pero en Italia, la fiesta del 6 de enero tiene una particularidad, no son los Reyes los que entregan los regalos a los niños; allí es una anciana que vuela sobre una escoba portando una bolsa de dulces y pequeños juguetes para los niños que se han portado bien y otra bolsa llena de carboncitos para los que se portaron mal.



Cientos de años antes de la era cristiana, los antiguos romanos celebraban el inicio del año, realizando fiestas en honor al dios Jano y a la diosa Strenia. Eran fiestas agrarias, que celebraban el fin de un año y el comienzo de otro. Solían representar al año viejo como una mujer anciana y demacrada porque arrastraba los problemas y las calamidades del año y que se quemaba el último día del año y aparecía una mujer joven y hermosa, la diosa de la salud y protectora los bosques que repartía frutos y ramitos en señal de prosperidad para el año nuevo.

En honor del dios Jano (el dios de los inicios, del que proviene la palabra enero -January-) intercambiaban pequeños regalos y miel con dátiles para augurar a los amigos un año más dulce que el anterior y realizando hogueras para quemar los malos recuerdos del año que finalizaba.


En honor de la diosa Strenia, las festividades se prolongaban hasta diez días, invitando a los amigos a cenar, intercambiando ramas de olivo o de laurel, procedentes del bosque sagrado de dicha diosa, como augurio de fortuna y felicidad. (De esta diosa deriva el verbo “estrenar” y nuestra costumbre de los aguinaldos)



Al dios Jano lo representaban con dos caras y la diosa Strenia como a una hermosa hada protectora de los bosques consagrados a ella.

Esta función de traer regalos también la cumplen El Niño Jesús, Santa Claus, Los Reyes Magos, Papá Noel, Babo Natale y San Nicolás, pero resulta que en Italia es el único lugar del mundo en el que el personaje es una mujer. Se denomina “La Befana” y al parecer el vocablo deriva de “epifanía”

Cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial del imperio, condenó todas las fiestas paganas, por considerar que evocaban dioses falsos. Pero las costumbres estaban tan arraigadas que siguieron celebrándose hasta el siglo XII pese a la prohibición. Entonces la Iglesia utilizó otro recurso: “cristianizó” las fiestas, reemplazándolas por hechos representativos para la fe.

Fue así como joven y hermosa diosa Strenia, se convirtió en una anciana, que volaba en una escoba... La Befana.



De la versión cristiana de esta fiesta, se tienen registros desde el siglo XIII y dice la leyenda que Los Reyes Magos, cuando seguían la estrella, preguntaron a una anciana el camino correcto. Ella les dio la información, pero les preguntó qué buscaban. Le respondieron que querían llevarle regalos a un Niño Bueno que nacería en un hogar humilde y la invitaron a acompañarlos. La anciana no quiso ir con ellos, pero luego lo pensó mejor, preparó una bolsa con dulces y juguetes y salió para tratar de alcanzarlos. No pudo dar con ellos y entonces se dedicó a entregar sus presentes a los niños buenos que se topaba en el camino, con la esperanza de encontrar al Niño Jesús.



Esta es la italianísima tradición de la “La Befana”

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Las falacias

Hace algunos años, se creía que el acceso al conocimiento nos haría más inteligentes.  Ahora se sabe que eso no es cierto.  El internet es una fuente inagotable de conocimiento, pero también de estupidez. 

El humano promedio del siglo XXI sigue utilizando analogías falsas y aplicando erróneamente silogismos para apoyar sus creencias como se hacía en la edad media. Tenemos la tendencia a evitar hacer un análisis lógico de lo que nos presentan, y usar atajos mentales que no siempre resultan correctos. A eso le llamamos falacias. (Razonamientos que parecen lógicos pero no lo son). 

A continuación, les comparto un video sobre las falacias y expongo algunas de las más conocidas. 

Ad hominem: latín «contra el hombre», atacar al que discute y no a su argumentación. p. ej.: «El expresidente Uribe ha sido asociado con los paramilitares, por lo que cualquier planteamiento suyo sobre economía debe ser desechado»). 

Argumento ad verecundiam (argumento de autoridad).  Se cree ciegamente en lo que una persona dice, simplemente porque es famosa o tiene un título importante. p. ej.: «El doctor Wilkinson es un renombrado especialista y si él dice que la "chicha-life" sirve para adelgazar, hay que creerle». O: «El expresidente Santos recibió el nobel de la paz, por lo tanto, sus opiniones sobre la paz son infalibles»

Argumento de consecuencias adversa. Exagerar las consecuencias para convencer. p. ej.: «Si no aplicamos la pena de muerte a todos los violadores, llegará el dia en que ninguna mujer estará a salvo)»

• Ad ignorantiam  (llamada a la ignorancia); la declaración de que todo lo que no ha sido demostrado debe ser cierto, y viceversa (es decir: «No hay una prueba confirmada de que los ovnis no estén visitando la Tierra; por tanto, los ovnis existen... y hay vida inteligente en todas partes en el universo» o «La prueba de que el hombre invisible existe, es que nadie lo ha visto». 

Esta impaciencia con la ambigüedad puede criticarse con la frase: la ausencia de prueba no es prueba de ausencia.

•  Afirmación del consecuente Se invierten los términos del argumento.  El más común es el silogismo de Sócrates. 

Los hombres tienen barba. Sócrates tiene barba, entonces Sócrates es un hombre. (Aquí el silogismo falla, porque Sócrates puede ser un chivo). 

En Colombia hace algún tiempo ocurrió con el proceso de Paz: Se acusaba de querer la guerra a quienes no estaban a favor de los puntos específicos del acuerdo. (La realidad es que se puede querer la paz, pero no estar de acuerdo con los puntos del acuerdo, tal como fue planteado). 

Un argumento especial, (argumento circular). Para salvar una proposición en un problema retórico profundo, se recurre a una frase de cajón (p. ej.: «¿Como puede gustarte la música actual, si todo tiempo pasado fue mejor?»  O «¿Como puedes desconfiar de Dios por haber permitido que te diera un cáncer? Recuerda que los caminos de Dios son misteriosos.»

Pedir la pregunta, llamado también asumir la respuesta. Generalmente la pregunta no está fundamentada en conocimiento sino en una opinión que no ha sido demostrada contundentemente. (p. ej.: «¿Debemos estar a favor del uso del glifosato cuando se sabe que el glifosato causa muertes?»  (en el caso de este herbicida, su uso adecuado se ha considerado seguro para los humanos, pero quien hace la pregunta ya tiene una respuesta sesgada para obligar al otro a apoyarlo, so pena de estar a favor de que haya muertes.) 

Selección de la observación, llamada también enumeración de circunstancias favorables. Consiste en solo ver el punto de vista que nos sirve. (Según Francis Bacon, contar los aciertos y olvidar los fallos). Por ejemplo: «El proceso de paz fue un éxito porque los lideres guerrilleros ya están en el senado y no en el monte dando bala». (se omite el hecho de que, aunque haya líderes en el congreso no hubo paz (solo fue un éxito para ese guerrillero que consiguió una curul), y que una gran cantidad de disidentes sigue delinquiendo, las muertes siguen ocurriendo, y los cultivos de coca han crecido exponencialmente a pesar de que los jefes guerrilleros estén en el congreso).  También ocurre si al revés se dice que el proceso fue un rotundo fracaso, basado únicamente en los últimos planteamientos. 

Estadísticas de números pequeños, falacia parecida a la selección de la observación. Por ejemplo: «Dicen que una de cada cinco personas es china. ¿Cómo es posible? Yo conozco cientos de personas y ninguna de ellas es china.» O: «Mi hermana y mi prima tomaron herbalife y cada una adelgazó 15 kilos». o «Los estudios demuestran que, en Islandia, las personas de raza negra son más felices porque no se suicidan»(La falacia desconoce que la mayoría de la población en Islandia son de raza blanca, por lo que es muy raro encontrar personas de raza negra que se hayan suicidado en dicho país

Incomprensión de la naturaleza de la estadística: Falacia muy similar a la anterior. (p. ej.: «Una encuesta a los pacientes con cáncer de pulmón demostró que el 90% tomaban café. Entonces el café produce cáncer de pulmón».  (se desconoce que hay un sesgo de asociación. Muchos de los que fuman suelen hacerlo acompañados por un café). Esta falacia está muy relacionada con la confusión entre asociación estadística y la causalidad.

Inconsistencia (p. ej.: Considerar que el derecho a remuneración doble por trabajar los días festivos es un logro del socialismo sin tener en cuenta que el capitalismo fue el que permitió que se tuviera un salario, y olvidando que antes del capitalismo el campesino o el artesano no recibía salario fijo sino solo remuneración por venta de servicios y que no había incremento si trabajaban un día festivo).

Non sequitur: «no sigue», en latín (p. ej.: Creer que nuestro equipo de fútbol favorito ganará si todos rezamos a Dios, sin tener en cuenta que los adversarios también rezarán al mismo Dios).

Post hoc, ergo propter hoc: en latín, «después de esto, luego a consecuencia de esto» (p. ej.: «Si tus plantas crecen mejor al regarlas con agua que con Coca-Cola, tus hijos no deberían tomar Coca-Cola» (Puede que sea verdad que la Coca-Cola sea mala para los niños, pero el planteamiento tiene un fallo enorme. Si tus plantas crecen mejor con abono orgánico, entonces, también sería adecuado darles abono a tus hijos, de acuerdo con la falacia Ergo procter hoc). 

Pregunta sin sentido (p. ej.: ¿Qué ocurre cuando una fuerza irresistible choca con un objeto inamovible? Pero si existe algo así como una fuerza irresistible no puede haber objetos inamovibles, y viceversa); O el eslogan de un banco hace unos años: «Entra a un mundo sin límites». ¿De verdad, es posible entrar a un mundo que no tiene límites? ¿Cómo sabré si estoy adentro si no hay límites? O "Si el universo es infinito, ¿puede haber algo más allá del universo?".

Exclusión del medio o falsa dicotomía: considerar sólo los dos extremos en un continuo de posibilidades intermedias (p. ej.: «Si no estás de acuerdo con el proceso de paz, es porque quieres guerra» O: «El que no quiere a su país lo odia.» O: «Si no eres parte de la solución, eres parte del problema»).

Confusión de correlación con causalidad (confusión de causa y efecto) (p. ej.: «Una encuesta muestra que la mayoría de las personas que han adelgazado han tomado herbalife, lo que comprueba que el Herbalife sirve para adelgazar.» (la falacia consiste en que el que quiere adelgazar tomará herbalife, restringirá su dieta y hará ejercicio. No hay ninguna prueba de que el adelgazamiento sea por herbalife y no por otra causa, como mejorar la dieta o hacer ejercicio). 

Hombre de paja: caricaturizar una postura para facilitar el ataque (el ejemplo típico es caricaturizar al presidente comparándolo con un cerdo.) Es más fácil caricaturizar al hombre que rebatir sus planteamientos. O «¿Cómo puedes estar de acuerdo con esos ignorantes que creen que fulanito es inocente?» (se ataca la postura ("ignorantes") para que el otro no se quiera hacer de su lado). 

Prueba suprimida, o media verdad (p. ej.: El senador U.... es responsable de las muertes de inocentes, la prueba es que tiene diez investigaciones en curso por la Fiscalía». (la falacia consiste en creer que ser investigado es sinónimo de ser culpable. Solo se podrá asegurar una culpabilidad cuando se haya confirmado culpabilidad) O: Jesús Santrich es culpable porque se voló. Posiblemente sea culpable de los crímenes de los que se le acusa, pero el haberse fugado no comprueba nada). 

Palabras equívocas (p. ej.: Un ejemplo reciente fue cuando se dijo que el gobierno anterior redujo la pobreza a la mitad, cuando en realidad lo que se hizo fue bajar el umbral de salario para definir el nivel de pobreza. Anteriormente era "pobre" quien ganara menos de un salario mínimo, y luego el gobierno bajo el umbral para que solo se considerara "pobre" al que ganara menos de medio salario mínimo, sacando automáticamente del "nivel de pobreza" a un porcentaje de la población). O la costumbre frecuente de los medios de comunicación de llamar a los asesinatos "actos de intolerancia" para restarle importancia al hecho. 

Concluyendo, los humanos a veces tendemos a ahorrarnos la reflexión y el análisis. Tendemos a caer fácilmente en sesgos cognitivos y a sacar conclusiones apresuradas. Es nuestro deber tratar de evitar caer en el juego.   

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