"SOMOS ENANOS EN HOMBROS DE GIGANTES" (Bernardo de Chartres - S. XII)

miércoles, 19 de febrero de 2025

Irrealidad. Microcuento de Carlos Alberto Velásquez C.

Esta semana les traigo un cuento llamado Irrealidad disponible en mi libro Cuentos cortos como la vida misma.  



No se pierdan el lanzamiento el proximo 13 de marzo en la sala Mi Barrio, del parque biblioteca de Belén.  6:00 pm. 


Cuentos cortos como la vida misma


Los invito a adquirirlo comunicándose conmigo al WhatsApp 305 399 79 40

Costo del libro 30.000 + gastos de envío.

miércoles, 12 de febrero de 2025

Darío Fo y su discurso con ocasión del premio nobel.

Hace casi una década, el 13 de octubre de 2016 a sus 90 años de edad, falleció en Milán el Premio Nobel de Literatura de 1997, Darío Fo. Por una especial colaboración del poeta y traductor peruano Luis Rafael Gálvez, aquí va el discurso pronunciado por el memorable dramaturgo en aquella ocasión. 



'Contra jugulatores obloquentes' 

"Los dibujos que les estoy enseñando son míos. Se les han repartido copias de los mismos, ligeramente reducidos. Durante cierto tiempo tuve la costumbre de utilizar imágenes cuando preparaba algún discurso: en lugar de escribirlo, lo ilustro. Esto me permite improvisar, ejercitar mi imaginación, y obligarles a ustedes a utilizar la suya. 

A medida que avance, les indicaré de cuando en cuando dónde estamos en el manuscrito. De ese modo no perderán el hilo. Les será de especial ayuda a los que no entiendan ni el italiano ni el sueco. Los que hablan inglés tendrán una enorme ventaja sobre el resto, ya que imaginarán cosas que yo no he dicho ni pensado jamás. Desde luego, tendremos el problema de las dos risas: los que entiendan el italiano se reirán de inmediato, los que no, tendrán que esperar la traducción al sueco de Anna Barsotti. Y luego están los que no sabrán si reír en la primera ocasión o en la segunda. De cualquier modo: empecemos. 

Señoras y señores, el título que he elegido para esta pequeña charla es 'Contra jugulatores obloquentes', que todos ustedes reconocerán como latín, latín medieval, para ser exactos. Es el título de una ley promulgada en 1221 en Sicilia por el emperador 'ungido por Dios' al que en la escuela se nos enseñó a ver como un soberano extraordinariamente ilustrado, un liberal. 'Joculatores obloquentes' significa ' bufones que insultan y difaman'. La ley en cuestión permitía a todos los ciudadanos insultar a los bufones, golpearles e incluso -si estaban de humor- matarles sin correr el riesgo de ser juzgados y condenados por ello. Me apresuro a asegurarles que esta ley ya no está en vigor, por lo que puedo proseguir sin peligro. 

Señoras y señores, algunos amigos míos, distinguidos hombres de letras, han declarado en diversas entrevistas a la radio o a la televisión: 'Sin duda, el mayor premio lo merecen los miembros de la Academia Sueca por tener el coraje de conceder este año el Premio Nobel a un bufón'. Estoy de acuerdo. El suyo ha sido un acto de valentía que raya la provocación. 

Basta pasar revista al alboroto que ha provocado: sublimes poetas y escritores que normalmente ocupan las esferas más encumbradas y que rara vez se interesan por aquellos que viven y se afanan en planos más humildes, se han visto sacudidos por una suerte de torbellino. Como ya he dicho, aplaudo y coincido con mis amigos. Estos poetas habían alcanzado ya alturas parnasianas cuando ustedes, con su insolencia, les hacen caer tambaleándose a tierra, donde se dan de bruces con el lodo de la normalidad. Insultos y exabruptos se lanzan ahora contra la Academia Sueca, contra sus miembros y sus parientes hasta la séptima generación. Los más enardecidos claman: '¡Abajo el rey?.de Noruega!'. Parece que, en su obcecación, confunden una dinastía con otra. Hay quien aterrizó de mala manera, magullándose sus partes bajas. 

Hay informes que atestiguan que los nervios y el hígado de ciertos poetas han sufrido terriblemente. Durante un par de días, no había farmacia en toda Italia que pudiera proporcionar un tranquilizante. Pero, queridos miembros de la Academia, es hora de admitir que esta vez se han pasado. Quiero decir, venga ya, primero le dan el premio a un negro, luego a un escritor judío, y ahora a un payaso. ¿Qué pasa? Como dicen en Nápoles: '¿pazziàmme?' ¿Han perdido el seso? 

También la alta clerecía ha sufrido sus momentos de locura. Diversos potentados -importantes partidarios del Papa, obispos, cardenales y prelados del Opus Dei- se han subido por las paredes hasta el punto de solicitar la habilitación de la ley que permitía quemar en la hoguera a los bufones. A fuego lento. 

Por otra parte, les puedo decir que hay un gran número de personas que se regocijan conmigo de su decisión. Y por ello quiero darles las gracias más festivas en nombre de una multitud de mimos, bufones, payasos, volatineros y cuentistas. Y hablando de cuentistas, no debo olvidar los de la pequeña ciudad junto al lago Maggiore donde nací y me crié, una ciudad con una rica tradición oral. Estaban los viejos cuentistas, los maestros vidrieros que nos enseñaron a mí y a otros niños el oficio, el arte de tejer fantásticas tramas. Les escuchábamos estallando en carcajadas, carcajadas que se helaban en nuestras gargantas cuando comprendíamos la trágica alusión que se escondía tras cada sarcasmo. Aún recuerdo la historia de la Roca de Caldé. 'Hace muchos años', comenzó a relatar el viejo vidriero, 'allá arriba, en la cumbre de ese escarpado acantilado que se eleva sobre el lago, había una ciudad llamada Caldé. Resultó que esa ciudad se encontraba sobre un espigón suelto de roca que lentamente, día tras día, se deslizaba hacia el precipicio'. Era una ciudad espléndida, con su campanario, una torre fortificada en el punto más alto y un racimo de casas, una junto a otra. Es una ciudad que una vez estuvo allí y que ahora no está. Desapareció en el siglo XV. 

'Eeh', gritaban a sus habitantes los campesinos y pescadores que vivían en el valle."Os estáis resbalando, os vais a caer". Pero los habitantes del risco no les escuchaban, incluso había quien se reía y se burlaba de ellos. "Os creéis muy listos tratando de asustarnos para que salgamos corriendo de nuestras casas y de nuestra tierra, y haceros con ellas. Pero no somos tan tontos". 

De modo que siguieron cuidando sus viñedos, arando sus campos, casándose y haciendo el amor. Iban a misa. Notaban que la roca cedía bajo sus casas, pero no le daban importancia. 'La roca, que busca su sitio. Es normal', decían tranquilizándose unos a otros. Y la roca estaba a punto de hundirse en el lago. 'Cuidado, cuidado, ya tenéis el agua por los tobillos', les gritaba la gente desde la orilla. 'Tonterías, son los manantiales subterráneos; es que hay un poco de humedad', decía la gente de la ciudad y así, sin prisa pero sin pausa, la ciudad entera fue engullida por el lago. Glu?glu?plaf?se hunden?casas, hombres, mujeres, dos caballos, tres burros?.¡iiiiaaaa!?.glu. Impertérrito, el sacerdote escuchaba la confesión de una monja: 'Te absolví? animus?santi?glu?Aame?glu?'. La torre desapareció, el campanario se hundió con campanas y todo: Ding?dong?pam?plof? 

'Incluso hoy, prosiguió el viejo vidriero, si miras al agua desde ese saliente, y si en ese mismo momento estalla una tormenta y los rayos iluminan el fondo del lago, podrás ver -¡por increíble que parezca!- la ciudad sumergida con sus calles intactas, e incluso a sus habitantes caminando de un lado a otro y repitiéndose a borbotones: 'No ha pasado nada'. Los peces se pasean delante de sus narices, incluso se les meten en los oídos. Pero ellos simplemente los apartan: 'No hay nada de que preocuparse. No es más que algún tipo raro de pez que ha aprendido a nadar en el aire'. '¡Achís!'. 'Salud'. 'Gracias?Hay algo de humedad hoy, más que ayer... Pero por lo demás todo va bien'. Han llegado al mismo fondo del lago, pero en lo que a ellos respecta, nada ha ocurrido". 

Aunque sea inquietante, no se puede negar que una historia como ésta aún tiene algo que decirnos. Les repito, les debo mucho a estos vidrieros míos, y ellos -se lo aseguro- les están enormemente agradecidos a ustedes, miembros de esta Academia, por el reconocimiento de uno de sus discípulos. Y expresan su gratitud con una exhuberancia explosiva. En mi ciudad natal la gente asegura que la noche en que llegó la noticia de que uno de sus cuentistas había recibido el Premio Nobel, un horno que había permanecido inactivo durante cincuenta años estalló de pronto en un arco iris de llamas, lanzando al aire -cual traca final- una miríada de astillas de vidrio de colores que luego aparecieron flotando en la superficie del lago exhalando una impresionante nube de vapor. 

Mientras aplauden tomaré un trago de agua. (Volviéndose hacia la intérprete:) ¿Quiere un poco? Es importante que hablen ustedes mientras bebemos, porque si tratan de oír el borboteo del agua, nos atragantaremos y empezaremos a toser. Así que, en lugar de eso, pueden ustedes intercambiarse lindezas como: 'Oh, qué tarde más agradable, ¿no le parece?'. Fin de la interrupción: pasemos a la siguiente página, pero no se preocupen, a partir de ahora iré más rápido. 

Más que otros, esta tarde son ustedes acreedores del solemne y expresivo agradecimiento de un extraordinario maestro de la escena poco conocido, no sólo en Francia, en Noruega o en Finlandia, sino incluso en Italia. Y, sin embargo, hasta Shakespeare fue sin duda el mejor dramaturgo de la Europa del Renacimiento. Me refiero a Ruzzante Beolco, mi mayor maestro junto con Molière: ambos actores y dramaturgos, ambos destinatarios del escarnio de los hombres de letras de su época. Sobre todo, se les despreciaba por llevar a la escena la vida cotidiana, las alegrías y la desesperación de la gente común; la hipocresía y la arrogancia de los ricos y los poderosos, y la injusticia incesante. Y lo que no les podían perdonar era que, al contar estas cosas, hacían reír a la gente. La risa no agrada a los poderosos. Ruzzante, el verdadero padre de la 'Commedia dell´arte', también creó un lenguaje propio, un lenguaje por y para el teatro basado en una variedad de lenguas: los dialectos del valle del Po, expresiones en latín, español, e incluso alemán, mezclados con sonidos onomatopéyicos de su propia invención. Es de él, de Beolco Ruzzante, de quien aprendí a liberarme de la escritura literaria convencional y a expresarme con palabras masticables, con sonidos inusuales, con diversas técnicas de ritmo y respiración, e incluso con el habla absurda y laberíntica del "grammelot". 

Permítanme que le dedique una parte de este prestigioso premio a Ruzzante. 

Hace unos días, un joven actor de gran talento me dijo: 'Maestro, debería tratar de proyectar su energía, su entusiasmo, a la gente joven. Tiene que entregarles el relevo.Tiene que compartir su experiencia y sus conocimientos con ellos'. Franca -mi mujer- y yo nos miramos y dijimos: 'Tiene razón'. Pero, si enseñamos a otros nuestro arte y compartimos esta carga de fantasía, ¿de qué servirá? ¿ A dónde conducirá? En los últimos meses, Franca y yo hemos visitado varias universidades para dirigir una serie de talleres y seminarios con jóvenes. Nos ha sorprendido -por no decir inquietado-descubrir su ignorancia de los tiempos que vivimos. 

Les referimos los juicios en curso en estos momentos en Turquía contra los supuestos culpables de la masacre de Sivas. Treinta y siete intelectuales demócratas de ese país, que se habían reunido en una ciudad de Anatolia para rendir homenaje a un famoso bufón medieval del período otomano, fueron quemados vivos al amparo de la noche, atrapados en su hotel. El incendio fue obra de un grupo de fundamentalistas fanáticos que disfrutaban de la protección de algunos miembros del propio gobierno. En una noche, treinta y siete de los artistas más celebrados del país, escritores, directores, actores y bailarines kurdos, fueron aniquilados. De un solo golpe, estos fanáticos aniquilaron a parte de los exponentes más relevantes de la cultura turca. Miles de estudiantes nos escuchaban. La expresión de sus caras revelaba su asombro e incredulidad. No habían oído hablar de la masacre. Pero lo que más me impresionó es que ni siquiera los profesores presentes conocían el hecho. Ahí tenemos a Turquía, en el Mediterráneo, casi enfrente, insistiendo en unirse a la Comunidad Europea y, sin embargo nadie había oído hablar de la masacre. Salvini, conocido demócrata italiano, tenía razón cuando observó: 'La extendida ignorancia de lo que ocurre es el mayor bastión de la injusticia'. Pero este desconocimiento de los jóvenes les ha sido insuflado por los que tienen la obligación de educarles e informarles: entre los ignorantes y los inconscientes, los maestros de escuela y otros educadores merecen mención de honor. 

Los jóvenes sucumben fácilmente al bombardeo de banalidades y obscenidades gratuitas a que diariamente los someten los medios de comunicación de masas: desalmadas películas televisivas donde en el lapso de diez minutos se ven expuestos a tres violaciones, dos asesinatos, una paliza y una colisión múltiple de diez vehículos sobre un puente que acaba derrumbándose, tras lo cual todos -coches, conductores y pasajeros- se precipitan al mar?Sólo una persona sobrevive a la caída, pero no sabe nadar, de modo que se ahoga, entre los vítores de una masa de curiosos que de pronto irrumpe en la escena. 

En otra universidad representamos una parodia sobre un proyecto -ahora en vías de ser realizado- de manipulación de material genético, o, para ser más precisos, la propuesta del Parlamento Europeo de admitir el derecho de patente de organismos vivos. Percibimos claramente que el tema provocaba un escalofrío entre los presentes. Franca y yo les explicamos cómo nuestros eurócratas, impulsados por poderosas y ubicuas multinacionales, están preparando un plan digno del argumento de una película de horror y ciencia ficción titulada 'El hermano cerdo de Frankenstein'. Están tratando de conseguir la aprobación de una directiva que (¡no se lo pierdan!) autorizaría a las industrias a adquirir la patente de criaturas vivas, o de partes de ellas, creadas con técnicas de manipulación genética que parecen sacadas de 'El aprendiz de brujo'. 

El procedimiento es el siguiente: manipulando la información genética de un cerdo, un científico logra humanizar en cierto modo al cerdo. De este modo resulta mucho más fácil extraer del cerdo el órgano elegido -un hígado, un riñon- y trasplantarlo al hombre. Pero para asegurarse de que los órganos del cerdo no son rechazados, es necesario transferir al hombre ciertas partes de la información genética de dicho cerdo. El resultado: un cerdo humano (muchos de ustedes dirán que ya hay muchos). Y cada parte de esta nueva criatura, de este cerdo humanizado, está sujeta a nuevas leyes de patentes, y quien desee una parte de él tendrá que pagar los derechos de copyright a la empresa que lo 'inventó'. Las enfermedades derivadas del trasplante, monstruosas deformaciones, infecciones?. Todo ello constituyen opciones incluidas en el precio? El Papa ha condenado rotundamente esta monstruosa hechicería genética. La ha tachado de ofensa contra la humanidad, contra la dignidad del hombre, y se ha molestado en subrayar la ausencia total e irrefutable de valor moral del proyecto. Lo sorprendente del caso es que, mientras esto ocurre, un científico americano, un mago notable -seguramente habrán sabido de él por los periódicos- ha logrado trasplantar la cabeza de un mandril. Les cortó la cabeza a dos mandriles y las intercambió. No puede decirse que los mandriles estuvieran en su mejor momento después de la operación. De hecho, les dejó paralizados, y ambos murieron poco después, pero el experimento funcionó, lo que es una gran cosa. Pero, y aquí está la dificultad: este Frankenstein de nuestros días, un tal profesor White, ha sido distinguido entretanto con el título de miembro de la Academia Vaticana de las Ciencias. Alguien debería advertir al Papa. Así que representamos estas farsas criminales ante los chicos de las universidades y se desternillaron de risa. Decían de nosotros: 'Son la monda, se inventan las historias más fantásticas'. Ni por un momento intuyeron siquiera que las historias que les contábamos eran ciertas. Estos encuentros han fortalecido nuestra convicción de que nuestra tarea es -coincidiendo con la exhortación del gran poeta italiano Savinio- 'contar nuestra historia'. 

Nuestra misión como intelectuales, como personas que se suben a un estrado o a un escenario y que, lo que es aún más importante, se dirigen a la gente joven, nuestra misión no es simplemente enseñarles un método, cómo usar los brazos, cómo controlar la respiración, cómo usar el estómago, la voz, el falsete, el contraccampo. No basta con enseñar una técnica o un estilo: tenemos que enseñarles lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Tienen que ser capaces de contar su propia historia. Un teatro, una literatura, una expresión artística que no hable de su propio tiempo no tiene relevancia. 

Hace poco participé con muchas otras personas en una conferencia donde intenté explicar, especialmente a los participantes más jóvenes, los entresijos de un caso judicial italiano particular. El caso original ha dado lugar a siete juicios distintos, cuyo resultado ha sido la condena de tres políticos italianos de izquierda a veintiún años de prisión cada uno, acusados de haber asesinado a un jefe de policía. He estudiado los documentos del juicio -como hice cuando preparaba la Muerte accidental de un anarquista- y en la conferencia relaté los hechos pertinentes, que en realidad son bastantes absurdos, incluso grotescos. Pero en cierto momento me di cuenta de que estaba hablando en el vacío, por la sencilla razón de que mi audiencia ignoraba no sólo el caso, sino lo que había ocurrido cinco años antes, diez años antes: la violencia, el terrorismo. No sabían nada de las masacres perpetradas en Italia, de los trenes volados, las bombas en las plazas o los grotescos juicios que se han celebrado desde entonces. Lo que resulta terriblemente difícil es que, para hablar de lo que está ocurriendo hoy, tengo que empezar por lo que pasó hace treinta años y luego ir avanzando. No basta con hablar del presente. Y, fíjense bien, esto no ocurre sólo en Italia: lo mismo ocurre en todas partes, en toda Europa. Le he intentado en España y me he encontrado con la misma dificultad; lo he intentado en Francia, en Alemania; aún tengo que intentarlo en Suecia, pero lo haré. Para concluir, déjenme compartir esta medalla con Franca. Franca Rame, mi compañera en la vida y en el arte, que ustedes, miembros de la Academia, citan en su razonamiento de la concesión del premio como actriz y autora, ha intervenido en muchos de los textos de nuestro teatro. En estos momentos, Franca está actuando en un teatro en Italia, pero se reunirá conmigo pasado mañana. Su vuelo llega a mediodía; si quieren, podemos ir todos a recibirla al aeropuerto. Franca tiene un agudo sentido del humor, se lo aseguro. Un periodista le hizo hace unos días la siguiente pregunta: 'Bien, ¿qué siente al ser la esposa de un Premio Nobel? ¿Qué siente al tener un monumento en su casa?'. A lo que respondió: 'No me preocupa, ni lo considero una desventaja en absoluto; llevo mucho tiempo ensayando. Cada mañana hago mis ejercicios: me pongo a gatas, y así me voy acostumbrando a ser el pedestal de un monumento. ¡Y soy bastante buena!'. Como les he dicho, tiene un agudo sentido del humor. A veces incluso dirige su ironía contra sí misma. Sin ella a mi lado, donde ha permanecido ya toda una vida, jamás habría realizado el trabajo que ahora consideran digno de este honor. Juntos hemos planeado y puesto en escena miles de obras, en teatros, fábricas ocupadas, en sentadas en universidades, incluso en iglesias no consagradas, en cárceles y en parques, bajo el sol y la lluvia, siempre juntos. Hemos tenido que soportar abusos, asaltos de la policía, insultos de los bienpensantes y violencia. Y es Franca la que ha padecido la agresión más atroz. Ha tenido que pagar más caro que ninguno de nosotros, con su propia integridad física, la solidaridad con los humildes y los derrotados que ha sido siempre nuestra premisa. 

El día en que se anunció que se me iba a conceder el Premio Nobel me encontraba frente al teatro de la Vía di Porta Romana, de Milán, donde Franca, junto con Giorgio Albertazzi, representaba 'El demonio con tetas'. De pronto me vi rodeado de un enjambre de reporteros, fotógrafos y cámaras de televisión. Un tranvía que pasaba por ahí se detuvo inopinadamente, el conductor se bajó a felicitarme, y entonces los pasajeros hicieron lo mismo y se pusieron a aplaudir; todos querían estrecharme la mano y felicitarme?cuando, de pronto, se pararon y, al unísono, gritaron: '¿Dónde está Franca?'. Empezaron a aullar 'Francaaaa', hasta que, poco después, apareció. Estupefacta y con lágrimas en los ojos, bajó a abrazarme. En ese momento, como caída del cielo, apareció una banda tocando sólo instrumentos de viento y tambores. Estaba formada por chiquillos de todos los rincones de la ciudad, y resultó que era la primera vez que tocaban juntos. Tocaron Porta Romana bella, Porta Romana a ritmo de samba. Jamás he oído nada más desafinado, pero fue la música más hermosa que Franca y yo hayamos escuchado nunca. 

Créanme, este premio es para los dos".

miércoles, 5 de febrero de 2025

Voy a dormir. Alfonsina Storni

Muchos conocen la canción "Alfonsina y el mar" que interpreta Mercedes Sossa. Varios hemos cantado esta zamba, compuesta por el pianista argentino Ariel Ramírez y el escritor Félix Luna, y hemos aprendido sus versos.

Algunos saben del suicidio de Alfonsina por esta canción, pero creo que muy pocos conocen que ésta, se basa en el poema con el que la escritora se despidió del mundo.

Esta semana les traigo el poema "Voy a dormir", escrito unos días antes de arrojarse al mar, donde murió ahogada.


Voy a dormir


Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos encardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera,
una constelación, la que te guste:
todas son buenas; bajala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides... Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.

Alfonsina Storni
(1892-1938)


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Alfonsina Storni (Capriasca, 29 de mayo de 1892-Mar del Plata, 25 de octubre de 1938)​ fue una poetisa y escritora argentina vinculada con el modernismo. Ejerció como camarera, actriz, y maestra. Se dio a conocer con sus poesías y algunas obras de teatro en la que promovía el feminismo y el antisonetismo. A su historial medico de depresión se le suma un diagnóstico de cáncer de mama que agravó sus síntomas. Se suicidó en la ciudad de Mar del Plata arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres. Alfonsina consideraba que el suicidio era una elección concedida por el libre albedrío y así lo había expresado en sus poemas dedicados a su amigo y amante, el escritor Horacio Quiroga, que también se había suicidado. Hay versiones románticas que dicen que se internó lentamente en el mar y sirvieron como inspiración para componer la zamba «Alfonsina y el mar», la cual relata el suceso y sugiere el motivo.

  

miércoles, 29 de enero de 2025

El humor de Steven Wright

El humor siempre me ha maravillado.  El buen humor implica inteligencia y un conocimiento de las cosas mas allá de lo simple. 

El buen humor requiere de creatividad, porque lleva al otro a un plano que no había sospechado.  

Esta semana les comparto unas citas muy inteligentes de un comediante, escritor, actor y cineasta norteamericano:  Steven Wright. 


𝕃𝕒𝕤 𝕔𝕚𝕥𝕒𝕤 𝕕𝕖 𝕊𝕥𝕖𝕧𝕖𝕟 𝕎𝕣𝕚𝕘𝕙𝕥:

1 - Mataría por un Premio Nobel de la Paz.

2 - Pidan dinero prestado a los pesimistas; ellos no esperan que se lo devuelvan.

3 - La mitad de las personas que conoces están por debajo de la media.

4 - El 99% de los abogados le dan mala fama al resto.

5 - El 82.7% de todas las estadísticas se realizan sobre la marcha.

6 - La conciencia es la que duele cuando todas tus otras partes se sienten tan bien.

7 - Una conciencia tranquila suele ser un signo de mala memoria.

8 - Si quieres el arcoíris, tienes que aguantar la lluvia.

9 - Todos los que creen en la psicoquinesis, levanten mi mano.

10 - El pájaro que madruga puede obtener el gusano, pero el segundo ratón obtiene el queso.

11 - Casi tuve una novia psíquica... pero ella me dejó antes de que nos conociéramos.

12 - Bien, ¿cuál es entonces la velocidad de la oscuridad?

13 - ¿Cómo saber cuándo te has quedado sin tinta invisible?

14 - Si todo parece ir bien, es obvio que has pasado algo por alto.

15 - La depresión no es más que ira sin entusiasmo.

16 - Cuando todo se te viene encima, estás en el carril equivocado.

17 - La ambición es una mala excusa para no tener suficiente sentido común para ser perezoso.

18 - El trabajo duro da sus frutos en el futuro; pero la pereza da sus frutos ahora.

19 - Tengo la intención de vivir para siempre... al menos hasta ahora.

20 - Si Barbie es tan popular, ¿por qué tienes que comprar a sus amigas?

21 - Las águilas pueden volar, pero las comadrejas no son absorbidas por los motores a reacción.

22 - ¿Qué pasa si te asustas dos veces?

23 - Mi mecánico me dijo: "No pude reparar tus frenos, así que hice que tu bocina sonara más fuerte".

24 - ¿Por qué los psíquicos tienen que preguntarte tu nombre?

25 - Si al principio no lo consigues, destruye todas las pruebas de que lo has intentado.

26 - Una conclusión es el lugar donde te cansaste de pensar.

27 - La experiencia es algo que no se obtiene hasta justo después de necesitarla.

28 - La dureza de la mantequilla es proporcional a la suavidad del pan.

29 - Robar ideas de una persona es plagio; robar a muchos es investigación.

30 - El problema con el acervo genético es que no hay salvavidas.

31 - Cuanto antes te atrases, más tiempo tendrás para ponerte al día.

32 - Cuanto más fría esté la mesa de rayos X, más parte de tu cuerpo debe estar en ella.

33 - Todo el mundo tiene una memoria fotográfica; pero la mayoría simplemente no tienen película.

34 - Si al principio no lo consigues, el paracaidismo no es para ti.



35 - Si su automóvil pudiera viajar a la velocidad de la luz, ¿funcionarían sus luces delanteras?


Steven Alexander Wright (Cambridge, Estados Unidos, 6 de diciembre de 1955), conocido como Steven Wright, es un comediante, actor, escritor y productor de cine estadounidense ganador de un Óscar. Se caracteriza por su voz letárgica y lenta, su humor seco que se vuelve irónico, filosófico y a veces en chistes sin sentido.Fue calificado como el vigésimo tercer comediante más grande por Comedy Central en una lista de los 100 mejores monologuistas. Fue reconocido con el Premio de la Academia por el Mejor Cortometraje por su corto de 1988 The Appointments of Dennis Jennings.



miércoles, 22 de enero de 2025

El primer robot

El 9 de Enero de 1890, nació el escritor Austro Húngaro, Karel Čapek,quien fue el creador de la palabra “Robot”.

Karel Čapek, fue un importante novelista, escritor de cuentos, ensayista y dramaturgo, quien se convirtió en uno de los escritores más importantes del siglo XX, hoy reconocido por acuñar el concepto del “Robot”.

Su obra publicada en 1921, “Robots Universales de Rossum”, narra sobre un brillante científico que por azares del destino, descubre el secreto de la creación de máquinas similares a las humanas que son más precisas y fiables que los seres humanos. Años más tarde las máquinas van a dominar a la raza humana y la amenazan con la extinción.

Čapek inventó la palabra "robot", derivándola de la palabra checa para realizar trabajos forzados.

La palabra robot deriva de “robota”, que en el antiguo eslavo significa "esclavo" o bien del checo “robota” el cual significa "trabajo").

Čapek escribió novelas con tal tema, comoTovárna na Absolutino (1922; El Absoluto at Large); Krakatit (1924; una fantasía Atómica); y Válka s mloky (1936; la guerra con las salamandras ).

Existe la tradición (no escrita) entre los que van a visitar la tumba de Čapek en la ciudad de Praga, en dejar un robot de juguete en su tumba. En la fecha de su muerte es habitual encontrar su tumba adornada con cientos de robots en miniatura.




miércoles, 15 de enero de 2025

Universo 25: ¿una mirada al colapso social?

Lecciones del Experimento "Universo 25": ¿Una Mirada al Colapso Social?

El experimento "Universo 25",  fue conducido entre 1958 y 1962 por el científico estadounidense John Calhoun y es uno de los estudios más fascinantes y perturbadores en la historia de la ciencia. Aunque el objeto de estudio fueron ratones, las conclusiones que arrojó este experimento han servido como una inquietante metáfora del funcionamiento y posible colapso de las sociedades humanas.

El "Paraíso de los Ratones": Un Mundo Ideal con un Final Desolador

John Calhoun diseñó un ambiente controlado conocido como el "Paraíso de los ratones". Este espacio contaba con abundante comida, agua y un entorno ideal para que los roedores vivieran y se reprodujeran sin restricciones externas. El experimento comenzó con cuatro parejas de ratones, que rápidamente comenzaron a reproducirse, alcanzando una población en constante crecimiento. Cuando la población llegó a un número entre 60 y 80 individuos, la comunidad parecía reunirse durante los momentos de alimentación y convivían en paz.  Rara vez había individuos solitarios en la población creciente.

Sin embargo, tras 315 días, este crecimiento acelerado comenzó a desacelerarse de forma significativa. Cuando la población alcanzó los 600 individuos, la dinámica social del grupo cambió radicalmente. Aparecieron jerarquías, disputas por territorio y comportamientos antisociales.

Cambios Sociales y el Surgimiento de los "Miserables"

En este punto, los ratones más fuertes establecieron una jerarquía, dominando a los demás mediante agresiones. Los machos que no lograron integrarse en esta estructura comenzaron a experimentar un "colapso psicológico", mostrando comportamientos apáticos o retraídos. Paralelamente, las hembras, presionadas por el entorno hostil, se volvieron agresivas incluso hacia sus propias crías, descuidando su rol reproductivo.

Este colapso de las dinámicas tradicionales de cuidado y reproducción marcó el inicio de una decadencia irreversible en la población.

Los "Ratones Hermosos" y el Declive Final

A medida que avanzaba el experimento, surgió una nueva clase de roedores que Calhoun llamó "ratones hermosos". Estos individuos evitaban el conflicto, se negaban a reproducirse y pasaban sus días enfocados únicamente en actividades básicas como comer y dormir. En paralelo, aparecieron grupos de "hembras aisladas" que evitaban la interaccion con los machos y en ocasiones atacaban y mataban a sus propias crias. 

Este fenómeno, combinado con el aumento de la mortalidad juvenil, la homosexualidad entre los ratones y casos de canibalismo (a pesar de la abundancia de comida), llevó al colapso total de la colonia. Eventualmente, la reproducción llegó a cero y la población murió por completo. 

Repetición del Experimento y sus Implicaciones

Calhoun repitió el experimento 25 veces, y en cada uno de ellos se obtuvo el mismo resultado: el colapso social y la extinción de la población. Sus hallazgos han sido ampliamente discutidos como un modelo para comprender los desafíos de las sociedades humanas, especialmente en contextos de urbanización extrema, densidad poblacional y pérdida de cohesión social.

Calhoun dentro del "Universo 25" el 10 de febrero de 1970, 651 días después de iniciado el experimento. La acumulación de ratones en un solo estante de comida a pesar de la presencia de otros estantes es un indicador de que el "drenaje conductual" ya existe. (foto tomada de wikipedia)

Lecciones Adicionales:

1. La importancia del estrés y los desafíos como generador de progreso. Calhoun observó que una sociedad en la que los individuos tienen resueltas todas sus necesidades empieza a crecer de forma incontrolable hasta el punto de que la sobrepoblación genera comportamientos deletéreos para la sociedad. (1) 

2. La importancia del propósito y la interacción social: Calhoun observó que la falta de desafíos y roles significativos en un entorno aparentemente ideal puede llevar al deterioro del bienestar psicológico y social en los ratones, lo cual puede inferirse que sucede también en los seres humanos. 

3. La diferenciación entre los individuos: Mientras más pequeño es un grupo es mas facil esta alineados con los mismos objetivos, pero a medida que crece el grupo hay mayores diferencias y menos cohesión. Aunque los recursos sean abundantes, es evidente que en una población de individuos se propende a las diferencias entre ellos. Es natural que cada uno quiera estar en mejores condiciones que los demás, de ahí que las sociedades "igualitarias" generen conflictos, en especial, cuando un individuo se autopercibe como "diferente" y se esfuerza más que los otros. El conflicto surge cuando descubre que en una sociedad igualitaria obtiene los mismos resultados que el que no hizo ningún esfuerzo. En el experimento, aunque todos los individuos tenian las mismas oportunidades para acceder a los recursos, algunos sobresalieron por encima de otros. 

4. El aislamiento y sus efectos: El exceso de recursos y el proteccionismo genera individuos que solo quieren comer y dormir. A largo plazo se evidencia en algunos un aislamiento emocional y social (evidente en los "ratones hermosos" y "las hembras aisladas"). El surgimiento de individuos jóvenes que no quieren interacción con los de su otro género se asocian con un pronto colapso social. 

Reflexión Final

Aunque el experimento "Universo 25" no puede extrapolarse directamente a las sociedades humanas, nos ofrece un marco para reflexionar sobre los riesgos de la superpoblación resultante del exceso de recursos, la falta de propósito y la desconexión social. Está demostrado que el exceso de recursos genera inercia en algunos individuos por lo que otros toman el control. 

Hasta mediados del siglo XIX las sociedades humanas eran autolimitadas porque tenían pocos recursos. El mayor porcentaje de la población estaba en el campo y la densidad poblacional urbana era muy baja. Había que trabajar duro para sobrevivir. Las enfermedades, la falta de educación, el trabajo físico extenuante, eran causa frecuente de mortalidad. La expectativa de vida entonces era de 40 años, en promedio. 

Con el advenimiento de la revolución industrial, los avances científicos y tecnólogicos, las personas dejaron de morir por infecciones y enfermedades; tuvieron acceso a alimentos fáciles de conseguir en cualquier supermercado. El promedio de vida subió a mas de 70 años. Ya las personas no tenian que partirse el lomo para conseguir su comida. Ya no habia que salir a sembrar o a cazar para conseguir sus propios alimentos. No habia que ir hasta el río por agua ni buscar leña para cocinar. Podían trabajar en cómodas oficinas o fábricas.  (semejante a lo que ocurrió en la primera fase del experimento), lo que generó una explosión demográfica. 

En la seguna fase, las ciudades se sobrepoblaron y empezaron los problemas sociales: algunos individuos se relajaron mientras que otros vieron la oportunidad para conseguir más recursos y sobresalir por encima de los otros. 

Con la sobrepoblación se incrementaron los "solitarios" y "aislados". Ya no todos compartían los mismos intereses. Aparecieron los aislados sociales y las familias sin hijos (y con perros). El interés por la procreación disminuyó considerablemente. No es coincidencia que la "cultura" "woke" promueva el  homosexualismo, la aceptacion del aborto, la eutanasia, la ideología de género y sean opositores al modelo de familia tradicional. Recientemente tenemos una generacion de "hombres hermosos" que no quieren tener nada con sus hembras, y una generación de hembras que evita todo contacto con los "machos heteropatriarcales" a quienes les han declarado la guera. Tristemente, ahora somos una sociedad que acepta la muerte activa de sus crías como alto natural. 

Para mi no queda duda. Estamos llegando a la fase final del experimento.  

Ver: 

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(1) El etólogo Desmond Morris plantea la misma hipotesis en su libro El Zoo Humano. Los humanos (al igual que otros animales), funcionamos muy bien en grupos pequeños. Cuando un grupo de hombres, o simios no supera los 60 individuos, no hay robos, atracos, ni daños personales porque cada uno de los individuos hace parte de nuestra historia personal. Los conocemos de toda la vida.  Cualquier conflicto se resuelve facilmente (con ayuda de la misma comunidad/tribu). Pero cuando uno convive con extraños a los que no conoce ni sabe de sus antecedentes ni su historia cualquier interacción humana puede ser estresante.  


miércoles, 8 de enero de 2025

El abuelo nazi: Hernan Casciari

Esta semana un texto de Hernán Casciari, escritor argentino. (tomado de la red.  Se conceden los respectivos créditos.)


EL ABUELO NAZI 

Yo estaba a punto de cumplir once o doce años y mi tía Ingrid, que era muy culta, me regaló dos canastos llenos de libros de su adolescencia. Eran más de cincuenta libros, y mi mamá los metió en el baúl del auto. Estaban en dos bolsas de arpillera.

Pero entonces llegó mi abuelo Marcos, y sin que se lo pidiera nadie, sacó los libros del baúl y los desparramó arriba de una mesa, como si fueran pomelos, o como si fueran cartas gigantes de chinchón. Miró los títulos de los libros, las ilustraciones de las portadas, y empezó a decidir cuáles eran para mi edad y cuáles no.

Mi abuelo Marcos era un tipo muy gordo y muy nazi, y todos en la familia le tenían mucho miedo. Para él, los demás siempre estaban equivocados y él había llegado al mundo para encontrar los errores. No se reía casi nunca, y cuando se reía era una risa que daba miedo.

Para peor yo era su primer nieto y me quería preservar de todo lo malo. Él estaba seguro de que, en muchos de esos libros que me habían regalado, podía haber malas palabras, o escenas chanchas, o cosas para las que yo, a mis once años, no estaba preparado.

Así que se sentó a la mesa, con su cara de escuerzo dueño de la verdad, y empezó a hacer dos pilones de libros.

En un pilón iba poniendo los que yo sí podía leer, y en el otro pilón los que no. Se basaba en los títulos, en las tapas, en el nombre de los autores, en su propia intuición nazi, en sus poquísimas lecturas.

En el montón de los permitidos puso esos libros seriales que se publicaban en los sesenta, del tipo «Jules y Gilles en busca del diamante», «Hardy Boys y el misterio de los seis cachorros de angora». Mierdas… Libros mediocres de los llamados juveniles que se imprimían como churros calientes y las madres les compraban a sus hijitos.

Mientras que en la pila de los libros prohibidos iba poniendo novelas que el hombre suponía demasiado complejas para mi edad, o que sospechaba que podían tener tetas y culos y fornicación.

Puso cada uno de los pilones en las bolsas de arpillera y le dijo a mi mamá que me diera los libros permitidos, y que escondiera de mi vista la segunda bolsa.

Mi vieja, que le tenía miedo a su padre, le hizo caso. Llegamos a casa y desparramó en mi pieza la arpillera ética, la bolsa moral, y a la otra bolsa la llevó al lavadero de casa, atrás del patio. Yo me hice el boludo pero miré bien a dónde Chichita se iba con la bolsa prohibida.

Después empezó el colegio y yo esperé, con paciencia, las tardes en que me dejaban solo en casa. Naturalmente, un día fui al lavadero y empecé a buscar la bolsa. La encontré rápido, detrás de los detergentes y del anticongelante.

Ahí mismo, sentado entre ropa sucia y con olor a jabón Federal, empecé a leer los libros prohibidos: eran novelas de Arthur Conan Doyle, de Oscar Wilde, de Mark Twain, de Chesterton. Libros impresos en hoja de biblia; en muchos casos, obras completas.

Mi abuelo nazi no me había prohibido a Oscar Wilde por «El príncipe feliz», sino por «El retrato de Dorian Gray», que era para adultos y estaba en el mismo tomo. No me prohibía las historias de Tom Sawyer, quiero decir, sino que me prohibía «Un yanqui en la corte del rey Arturo», del mismo autor.

Y los leí… Y los leí.

Tuve un abuelo que me prohibió —justo en el inicio de mi rebeldía— la buena literatura. No la tele, no las drogas, ni el alcohol, ni hacerme socio de Independiente (dios libre guarde). Me prohibió los libros buenos, las historias inmortales.

Tuve esa enorme suerte de principiante. Y se lo tengo que agradecer a él. Porque en la infancia, y en la pre adolescencia, la pasión por las cosas solamente te entra por las puertas del no.

—No toques eso; no hagas eso.

Por eso ahora, que tengo una hija de diez años, no la vuelvo loca para que lea. Es un error. Lo que hago es esconder a Borges en estantes inalcanzables, y meto a Edgar Allan Poe en cajones con llave. Y a los cronopios de Cortázar les pongo una cinta que dice NO TOCAR.

Yo sé que ella, Nina, tarde o temprano se va a sentar sola en casa, en la ansiedad de su infancia, y va entrar como si nada en la clandestinidad.

Hernán Casciari

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Hernán Casciari es un escritor y editor argentino. Conocido por su trabajo de unión entre literatura e internet. Creó la Editorial Orsai y dirige la revista Orsai, de crónica periodística y literatura.


miércoles, 1 de enero de 2025

2025: ¿Hacer o pedir?

Hace muchos años leí en la revista Selecciones del Reader Digest una  supuesta anecdota de un funcionario de la oficina postal de correos. Si bien no he encontrado el texto para reproducirlo, se los resumiré.  (Aclaro que concedo los respectivos derechos a su autor)

Los funcionarios de la oficina postal de correos una vez encontraron en un buzón un sobre dirigido a Santa Clauss en el polo norte. Conscientes de que no podrían hacer llegar la misiva a su destinatario, decidieron abrirla y ver qué podìan hacer con la solicitud. 

Leyeron emocionados la carta que un niño de 10 años le dirigía a Santa Claus, en la que decía que soñaba con poder tener una bicicleta que había visto en una vitrina pero que costaba 100 dólares y sus padres eran muy pobres y no tenían dinero para comprársela. Por eso recurria a Santa, pues quería tenerla para Navidad.  

Los funcionarios fueron tocados en su corazón y aunque no eran personas que ganaran mucho, hicieron una recolecta entre todos los funcionarios (despachadores, carteros,  personal de aseo y otros empleados) para poder regalarte al niño una linda nochebuena. 

Sin embargo, solo consigueron recoger 92 dólares y los enviaron  en un sobre de regreso a la dirección del remitente, deseándole al niño una feliz navidad. 

Una semana después recibieron emocinados otra carta del niño dirigida a Santa Clauss.  Reunieron a todo el personal que habia contribuido con el regalo y abrieron el sobre.  Todos en silencio esperaron que el supervisor la leyera en voz alta. 

"Querido Santa:  Recibí tu sobre y me sentí muy feliz. Sin embargo al abrirlo me quedé muy enojado. Esos desgraciados del correo se robaron 8 dólares. No vuelvas a enviarme nada por correo". 


La historia parece un chiste, pero no lo es. Cientos de personas en mi país se acostumbraron a que hay que regalarle dinero y subsidios, que hay que darles casa gratis, educación gratis, servicios gratis. Cuando por alguna razón el Estado no les cumple, consideran que están siendo vulnerados sus derechos, hacen bloqueos, tumban semáforos y queman carros de personas que sí trabajan. 

Recuerdo que de niño tenia un compañero (no diré su nombre) que evidentemente nunca tenía dinero. Mi mamá siempre me daba suficiente para comprar dos paletas en los recreos. Yo dejaba el dinero para el último recreo y pedia dos paletas (mora o limón, eran mis preferidas). Tomaba una y le ofrecía la otra a mi amigo, que la recibía agradecido.  

Un día, en el último recreo, luego de hacer una larga fila en la "tienda de  Cano", que además de ser el conductor del bus 12 también era el encargado de las ventas, descubrí que no tenia el dinero suficiente en mi bolsillo para comprar las dos paletas. Solo alcanzaba para una. 

Mi "amigo", que siempre me esperaba al lado de la fila, se enojó conmigo porque yo le estaba ofreciendo compartir la paleta entre los dos. (No podría repetir sus palabras exactas. Yo tendría unos diez años, pero si recuerdo que me llamó "amarrado"). No olvido la recriminación que me hizo por no haberle comprado "su" paleta. Fue el final de una amistad y un despertar que agradezco: me prometí que no dejaría que  mis buenas acciones fueran interpretadas por los demás como una obligación mía y como un derecho de ellos.   

Casi ciencuenta años despues, este personaje aun sigue exigiendo que el gobierno le tiene que dar todo. (Sí, seguimos en contacto en un chat de egresados). No diré tampoco su actual profesión, pero pertenece a un gremio que  acostumbra marchar exigiendo al gobierno todo tipo de beneficios, escudados en un supuesta "justicia social". 

Estos resentidos sociales creen que todo el que ha logrado algo, tiene la obligación de compartirlo con ellos. Sin embargo, la "justicia social" para ellos solo aplica a los de arriba, puesno están dispuestos a despojarse de lo que tienen para compartirlo con los que tienen menos. 

Los que me conocen saben que no soy partidario del proteccionismo por parte del Estado. No creo en el eslogan de "Justicia social" que esgrimen los que quieren quitarle a los de arriba, pero se niegan a compatir lo que tienen con los que están abajo. 

Siempre he creido que es un error hacerle creer a la gente que la educación o la salud deben ser gratuitas. Toda buena educación es costosa. La buena salud es costosa. 

¡Sí. La salud y la educación son derechos!  

Pero el médico no trabaja gratis, el maestro tampoco; el bombero, el enfermero o el técnico de la energía deben recibir una retribución por lo que hacen (ese es también su derecho). El metro no es gratis, hay que hacerle mantenimiento, hay que renovar los vagones y pagarle al personal. Hasta el más humilde zapatero hace su trabajo esperando retribución.  Nadie hace su oficio por amor a la humanidad. Nada es gratis. Alguien tiene que pagarlo. 

¿Que lo paguen los ricos? ¡No! La inversión pública debe ser de todos. Por eso es pública. Cada quien debe aportar en la medida de su posibilidades, pero todos tenemos que aportar proporcionalmente. ¡Todos! 

No confundamos la educación o salud pública con la educación y salud gratuita, o el trasporte público con el trasporte gratuito. Los servicios sociales deben ser públicos, pero siempre hay que pagarlos. Nunca podrán ser gratuitos a menos que haya personas que trabajen gratis o que alguien regale los insumos y materiales y eso es muy difícil. 

No conozco el primer profesor de FECODE que promueva la educación gratuita y que esté dispuesto a trabajar gratis de tiempo completo, ni ningún médico o enfermera de un sindicato que estén dispuestos a trabajar sin salario para que la salud sea gratuita. Siempre esperan que alguien más les pague su salario (que es lo que debería ser). 

Recuerdo que en los años 80s el presidente Belisario Betancur, de corte socialista, propuso la entrega de casas de interés social a familias de bajos recursos. La propuesta "Sí se puede" consistía en que cada familia aportara unas horas semanales de mano de obra con uno de sus miembros para que ayudara en la construcción de su propia vivienda (así se daba empleo, y se aseguraba que la casa sería bien contruida ellos mismos vivirían en ella). Solo cuando hay esfuerzo se valoran las cosas. Las que son regaladas son despreciadas por quienes las reciben. 

Los que tuvimos que trabajar mientras estudiábamos, y que ahora somos profesionales que pagamos impuestos, estamos cansados de sostener zánganos que llevan más de 20 semestres en una universidad pública pintando paredes y saliendo a marchar porque no les interesa terminar una carrera que para ellos es gratuita. Los que pagamos a tiempo nuestros impuestos estamos cansados de los que construyen barrios de invasión y tiran la basura a las quebradas para que nosotros paguemos su aseo. Los que trabajamos de sol a sol estamos cansados de que se nombre como gestores de paz a los que secuestraron y estorsionaron a personas inocentes solo porque tenían más dinero que ellos. (y a veces, hasta menos)

Se viene un año económicamente difícil. Un año en el que  muchos politicos agitarán las aguas enarbolando banderas de equidad y justicia para conseguir votos. Muchos apoyarán que el gobierno les regale todo y votarán por estos políticos.  

Millones de ciudadanos trabajaremos duro para poder resolver nuestros problemas, mientras otros se sentarán a esperar que les den ayudas y subsidios que saldrán de los que sí hicimos el esfuerzo. 

Sinceramente espero que este año que viene seamos más los que contruyamos, y que cada vez sean menos los que "piden y piden", esperando vivir de los que "hacemos y construimos". 

Tengo la esperanza en un mundo donde cada quien espere cosechar lo que sembró. 


Los dejo con un fragmento del poema En paz, del mexicano Amado Nervo  que tiene unos versos que son contundentes:


porque veo al final de mi rudo camino

que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje la miel o la hiel de las cosas,

fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:

cuando planté rosales, coseché siempre rosas.


Que el 2025 venga con las oportunidades para poder construir un mejor futuro.