"SOMOS ENANOS EN HOMBROS DE GIGANTES" (Bernardo de Chartres - S. XII)

miércoles, 29 de junio de 2016

La culpa es tuya. Carta de un médico a un paciente enojado.

El siguiente texto es tomado de Facebook en una publicación de Rodolfo Ochoa

CARTA DE UN MEDICO A UN PACIENTE ENOJADO
"LA CULPA ES TUYA" (el poder de cambiarlo, también).

A ti que te quejas de los servicios de salud que recibes; a ti que te quejas de que las ambulancias no llegan pronto al lugar de un accidente; a ti que te quejas de que pasas cientos de horas para ser atendido en una institución pública, y que la atención que recibes es de mala calidad y que nunca te explicaron lo que tenías; a ti que te quejas de no había medicamentos o insumos en donde te atendieron; A ti que se te hace fácil sacar tu celular, tomar una fotografía y subirla a las redes sociales tachando a los médicos de déspotas, inútiles y sin vocación. Te quiero decir una cosa: la culpa no es del médico, de la enfermera, del paramédico, etc. la culpa de todo esto es tuya.

LA CULPA ES TUYA. Tu que votaste por quién te regaló una despensa, un billete, una gorra, una televisión. Porque detrás de cada médico, enfermera, paramédico, trabajador social que trabaja en una institución pública, a quien te sientes con el derecho de llamar negligente, malo, sin vocación y un sinfín de adjetivos, está un gobierno. Un gobierno que no tiene dinero para tener lo más básico para tu atención en una unidad de salud. Tú no sabes las veces en que los médicos hemos tenido que cortar una gasa en 2, para poder atender a 2 pacientes en lugar de uno, porque no hay recursos para gasas. Tú no sabes la cantidad de veces que hemos tenido que cortar vendas, cinta adhesiva, y otros recursos para hacerlos rendir y poder atender a más personas. La cantidad de veces que NO te hemos puesto el medicamento que necesitabas, sino el que confiamos que te diera mejores resultados de una lista limitada de medicamentos que nos dan para disponer para ti. Desconoces la cantidad de veces que las ambulancias han estado descompuestas por sobreuso, porque no hay recursos para comprar nuevas, ni para reparar las que ya hay. Tú no sabes la cantidad de veces en que los médicos hemos tenido que poner, incluso, de nuestros recursos para poder atenderte. Porque curiosamente no hay recursos para gasas, vendas, medicamentos, ambulancia o para pagarle a los médicos. Pero siempre hay para pagarles un sueldo altísimo a un montón de burócratas, y no sólo eso, sino darles bonos con cantidades enormes. 

Los profesionales de la salud no se han pasado la mayor parte de sus vidas estudiando para matar personas o hacerles daño. Se levantan cada día pensando cómo hacer que los escasos recursos con los que se cuenta le den un beneficio a la mayor cantidad de pacientes posibles. De lo contrario, no serían profesionales de la salud, serían sicarios, homicidas, etc.

Tú ves en esa caja enajenante llamada televisión a un político diciendo: “Hemos duplicado el número de atención médica en un hospital”. Lo que no ves es a ese mismo político diciéndole a un médico: “En tu turno ya no verás 10 pacientes, a partir de hoy verás 20”. Lo cual se traduce para ti en 2 cosas: 1.- El doble de tiempo de espera para ser atendido, y 2.- Menos tiempo designado para ti en la consulta.

Piensa en esto: ¿Cuánto ha crecido tu comunidad en los últimos 10 años y cuántos hospitales nuevos se han creado? ¿Cuántos médicos nuevos han sido contratados en los hospitales ya existentes? ¿Se te hace justo que en una unidad de urgencias concurrida haya en ocasiones uno, cuando mucho dos, médicos de guardia?

Los médicos, paramédicos, enfermeras, trabajadores sociales y todos los que laboran en los hospitales públicos están allí para dar lo mejor de sí mismos pensando en el bienestar tuyo, eso se llama VOCACIÓN. Sin embargo nunca está el político para dar la cara por las carencias de la unidad, por todos aquellos recursos que le faltan al profesional de la salud para atenderte como tú te mereces.


¿VES? La culpa no es de quién porta la bata blanca y te da la cara. La culpa es TUYA por no saber usar los servicios de urgencias como se debe. Por acudir exigiendo atención médica cuando ya tienes varios días con tu padecimiento, incluso después de haber ido con sobadores, brujos, chamanes y otra gran cantidad de charlatanes, cuyo conocimiento de medicina no es mayor al que tú mismo tienes, y al que no demandarías por mala praxis. Si la ambulancia no llega a tiempo al lugar del accidente, la culpa es tuya, por usar los números de emergencia para hacer bromas. La culpa es tuya por pasar tu tiempo viendo telenovelas o llorando por equipos de futbol, ya lo decían los romanos: PAN Y CIRCO PARA EL PUEBLO, en vez de prestar atención a los verdaderos problemas de tu sociedad. La culpa es tuya por confiar tu voto y no exigir a tu gobierno lo que realmente necesitas: MEJOR SALUD, MAS EDUCACIÓN Y MENOS TELEVISIÓN.


Entonces la próxima vez que pienses sacar tu celular y decirle incompetente, déspota y sin vocación a alguien por las redes sociales, fíjate hacia donde debes enfocar tu lente.
La próxima vez que tomes una foto de un médico, paramédico, enfermera, etc. Ponle: “Gracias al Dr., porque a pesar de no haber cenado, de no dormir, de estar lejos de su familia y sin tener los recursos suficientes, me atendió, o a uno de los miembros de mi familia, a las 3:00 de la mañana”. Que las buenas obras se difundan tan rápido como los chismes.

miércoles, 22 de junio de 2016

Ciro Mendía y su odio a los Lunes

Según el génesis, Dios hizo el mundo en seis días y al séptimo descansó. Al octavo día, después de haber hecho la creación, comenzó a trabajar, y en ninguna parte se ha dicho que haya vuelto a sacar algún descanso, -hecho rebatible por cualquier ateo-. 

Independiente de lo que digan unos u otros con respecto al descanso de Dios, nosotros los humanos tenemos la costumbre de dividir los días en semanas para poder marcar las fechas y cerrar ciclos.  Para unos la semana comienza en lunes y para otros en domingo. No importa cuando se inicie, se supone que siempre hay un día de descanso en la semana y casi siempre es domingo.   


El fin de semana es tan ansiado para aquellos que trabajan como para los que estudian. Si bien, casi todos aman los domingos, casi nadie quiere al lunes y comienzan a sentir nostalgia cuando el fin de semana está llegando a su fin para dar paso al odioso día. 

Los lunes (o los martes luego de un puente festivo) generan odios. En algunos depresión y en otros pánico. Para muchos, el lunes implica el reencuentro con el trabajo (o el estudio) y la rutina. El lunes es la comprobación de que jamás podrán ser libres y estarán sometidos por siempre a las imposiciones de la vida. "¿Recuerdas cuando eras niño, y soñabas que cuando fueras adulto podrías hacer lo que quisieras?... ¿Qué tal te ha ido con eso?"  

Los lunes son para muchos el volver a ser esclavos de sus responsabilidades. Solo unos pocos nos libramos de dichos sentimientos frente a los lunes. Por razones de mi profesión, durante más de 25 años he trabajado los domingos por lo que para mi los lunes son como cualquier otro día. No era el monstruo que marcaba el inicio de una semana sino uno de tantos días. Solo últimamente he tenido fines de semana libres y he llegado a comprender a mis congéneres.


Hace poco, hablando de esto con compañeros de trabajo, recordé una poesía que mi profesor de español de tercero de bachillerato, don Uberto (sin "m" y sin "h"), nos hizo aprender de memoria. Quizás en ese entonces me pareció una poesía simplona y floja. Ahora me parece una obra de arte que no es digna de un estúpido lunes.  

Sin mas preámbulos les dejo la poesía escrita por Ciro Mendía. 



"CONTRA EL LUNES"
Ciro Mendía

Lunes. El lunes es un día feo,
es el día más largo y más pesado,
el más estrecho, el más desfigurado
y el más inútil de los días, creo.

Es un día sin Dios y sin recreo
un paranada, tonto y desgraciado,
yo cuando veo un lunes a mi lado
lo maldigo, lo insulto y lo pateo.

Si es el día más simple y ordinario,
yo te pido, moroso calendario,
que lo tires al mar y a los atunes.

Si es un burgués infecto, nulo, bajo,
y es, en fin, el heraldo del trabajo,
hazme hoy mismo otro sábado del lunes.


________________


Ciro Mendía (1892-1979)  Poeta y dramaturgo colombiano. Su verdadero nombre era Carlos Edmundo Mejía Ángel.   


Posdata.  Falta que alguien se le ocurra la poesía para el martes después de un puente festivo...

miércoles, 15 de junio de 2016

Las indirectas y la comunicación entre hombres y mujeres

Hace poco a raíz de una situación imprevista, varios familiares han tenido desavenencias.  Yo, que he tomado una postura imparcial, he visto cómo una frase simple dicha por alguien es interpretada de otra forma y ha generado roces.

Como dije en una ocasión a una amiga en una  discusión reciente, "yo me hago responsable por lo que digo... no puedo hacerme responsable por lo que entiendas..."

A continuación quiero mostrar hasta que punto la forma de comunicarnos puede ser diferente. 

Por regla general,  los hombres somos concretos y las mujeres son  evasivas.  Ellas dan vueltas para que los hombres caigamos en la cuenta de algo.  Los hombres somos directos.  No nos vamos por las ramas ni buscamos significados raros a una frase.  Las mujeres, al contrario pueden encontrar el significado mas profundo a cualquier palabra y esperan que nosotros entendamos lo mismo.  

Imaginemos una pareja de esposos que luego de cenar pasan por la cocina y ven el fregadero lleno de platos.  La mujer trata de que el hombre se ofrezca a lavar los platos y lanza la primera indirecta.

 - Esa cocina está horrible... 
- mmm,  si...
- y ya están empezando a llegar moscas...
- mmm
- ...y va a coger mal olor...
- mmm
- ...¿y no habrá nadie que lave los platos?
- Yo no veo a nadie...
- ¿y tu que estás esperando?  (ya molesta).
- ¿Yo?, nada... ¿debería estar esperando algo?
- ¡Pues que laves los platos!.  (casi gritando).
- Ah,  ¿tu quieres que yo los lave?.
- Pues claro...
- Ah,  entonces por que no me lo habías pedido antes?
- AAAAHHHGGG  ¡hombres!


Ahora miren como trabaja el cerebro del hombre y de la mujer…


Lo que quiso decir la mujer
Lo que entendió (o quiso entender)  el hombre
- Esa cocina está horrible... 
Hay que lavar los platos
Esa cocina está horrible
- mmm, si...
-…ya están empezando a llegar moscas...
me gustaría que hoy lavaras los platos
Ya están empezando a llegar moscas?.
-mmm
-…y va a coger mal olor…
Es para hoy que necesito que laves los platos…
Ella tiene un olfato más sensible que el mío. A mí no me huele a nada.
-mmm
 -¿Y no habrá nadie que lave los platos?
Si, pendejo,  estoy diciéndote a ti que laves los platos
El hombre mira a todos lados y no ve a nadie más.  Qué pregunta más estúpida… Si solo estamos ella y yo...
-Yo no veo a nadie...
-…Y tú que estás esperando?
A ver si este pendejo cae en la cuenta
¿alguien iba a venir a  lavar los platos?  ¿Acaso tocaron la puerta y yo no escuche?
-¿Yo?, nada... ¿estamos esperando a  alguien?
-¡Pues que laves los platos!
Hágase el pendejo, gran idiota…  como tengo que decirle que lave los platos?.
Ups. ¿Ella quiere que yo lave los platos?
-Ah, ¿tu quieres que yo los lave?.
- Pues claro...Pendejo.
Si, idiota, estúpido ignorante… eso es lo que te estaba diciendo
Claro… entonces ella quiere que yo lave los platos…  ya mismo lo hago…
(se remanga la camisa)
-Ah, entonces ¿por qué no me lo habías pedido antes?
-AAAAHHHGGG  ¡hombres!
¡Maldito estúpido!  Insensible...
Todos los hombres son iguales…  Debí escuchar a mi mamá..
… y esta, ¿¿¿por qué se enojó???
¿Si quería que los lavara, por qué no lo pidió directamente?
-¿?

Mujeres:   Por favor, si quieren algo, pídanlo directamente.  

Entiendan que para los hombres una frase significa lo que significa la frase...   A los hombres no nos gustan las indirectas y no acostumbramos lanzarlas.  

Cuando decimos que la sopa está salada,  quiere decir que está salada...  No busquen acusaciones ocultas en esa frase. Nadie acuso a a nadie de ser mala cocinera.

Si decimos que perdimos la ida a hasta un  sitio, quiere decir exactamente eso. No saquen conclusiones diferentes. Simplemente perdimos el viaje. Eso no quiere decir que culpemos a alguien. 

Cuando  yo digo que una reunión a la que faltaste estuvo muy amena, no quiere decir que tu ausencia la hizo mejor. Solo quiere decir que la reunión estuvo amena y que tu faltaste. 

Recuerden que las personas se pueden hacer responsables de lo que dicen pero no de lo que los demás interpreten. 

Si quieren algo, pídanlo directamente; nosotros entenderemos una frase directa.  

Si somos nosotros los que  decimos algo,  no busquen significados extraños; nosotros decimos lo que queremos decir sin pretender introducir alcances ocultos a nuestras palabras. 

Hombres:  si ves a una mujer tratando de decirte algo con una indirecta,  hazle ver que tu cerebro es directo.   "A ver si entendí... tu lo que quieres es..." 

Ahorremos palabras y vamos a la acción. 

Mejoremos la comunicación.  



miércoles, 8 de junio de 2016

Leonardo da Vinci y la Anatomía

Un excelente video que habla de Leonardo di ser Piero da Vinci y sus estudios sobre la anatomía. 



Tambien les recomiendo el siguiente enlace.   Leonardo, el hombre que quería saberlo todo. 

miércoles, 1 de junio de 2016

El Bosco

Hace unos meses publiqué un video sobre El Jardin de las Delicias  de Hieronymus Bosch  (El Bosco).

Hoy me he encontrado con otro delicioso video que produjo el Museo del Prado

Espero lo disfruten.



Hasta la próxima

miércoles, 25 de mayo de 2016

Sueños de Robot. Isaac Asimov

 Para ésta semana, más literatura:   Un fantástico cuento de Isaac Asimov.   ("Robot dreams" 1986)

______________

Sueños de robot


Isaac Asimov



一Anoche soñé anunció Elvex tranquilamente. 

Susan Calvin no replicó, pero su rostro arrugado, envejecido por la sabiduría y la experiencia, pareció sufrir un estremecimiento microscópico. 

一¿Ha oído eso? preguntó Linda Rash, nerviosa. Ya se lo había dicho. 

Era joven, menuda, de pelo oscuro. Su mano derecha se abría y se cerraba una y otra vez. 

Calvin asintió y ordenó a media voz: 

一Elvex, no te moverás, ni hablarás, ni nos oirás hasta que te llamemos por tu nombre. 

No hubo respuesta. El robot siguió sentado como si estuviera hecho de una sola pieza de metal y así se quedaría hasta que escuchara su nombre otra vez. 

一¿Cuál es tu código de entrada en computadora, doctora Rash? preguntó Calvin. O márcalo tú misma, si te tranquiliza. Quiero inspeccionar el diseño del cerebro positrónico.

Las manos de Linda se enredaron un instante sobre las teclas. Borró el proceso y volvió a empezar. El delicado diseño apareció en la pantalla. 

一Permíteme, por favor solicitó Calvin, manipular tu computadora. 

Le concedió el permiso con un gesto, sin palabras. Naturalmente. ¿Qué podía hacer Linda, una inexperta robosicóloga recién estrenada, frente a la Leyenda Viviente? 

Susan Calvin estudió despacio la pantalla, moviéndola de un lado a otro y de arriba abajo, marcando de pronto una combinación clave, tan de prisa, que Linda no vio lo que había hecho, pero el diseño desplegó un nuevo detalle y, el conjunto, había sido ampliado. Continuó, atrás y adelante, tocando las teclas con sus dedos nudosos. 

En su rostro avejentado no hubo el menor cambio. Como si unos cálculos vastísimos se sucedieran en su cabeza, observaba todos los cambios de diseño.

Linda se asombró. Era imposible analizar un diseño sin la ayuda, por lo menos, de una computadora de mano. No obstante, la vieja simplemente observaba. ¿Tendría acaso una computadora implantada en su cráneo? ¿O era que su cerebro durante décadas no había hecho otra cosa que inventar, estudiar y analizar los diseños de cerebros positrónicos? ¿Captaba los diseños como Mozart captaba la notación de una sinfonía? 

一¿Qué es lo que has hecho, Rash? dijo Calvin, por fin. 

Linda, algo avergonzada, contestó: 

一He utilizado la geometría fractal. 

一Ya me he dado cuenta, pero, ¿por qué? 

一Nunca se había hecho. Pensé que tal vez produciría un diseño cerebral con complejidad añadida, posiblemente más cercano al cerebro humano. 

一¿Consultaste a alguien? ¿Lo hiciste todo por tu cuenta? 

一No consulté a nadie. Lo hice sola. 

Los ojos ya apagados de la doctora miraron fijamente a la joven. 

一No tenías derecho a hacerlo. Tu nombre es Rash: tu naturaleza hace juego con tu nombre. ¿Quién eres tú para obrar sin consultar? Yo misma, yo, Susan Calvin, lo hubiera discutido antes. 

一Temí que se me impidiera. 

-¡Por supuesto que se te habría impedido! 

一Van a… su voz se quebró pese a que se esforzaba por mantenerla firme. ¿Van a despedirme? 

一Posiblemente respondió Calvin. O tal vez te asciendan. Depende de lo que yo piense cuando haya terminado. 

一¿Va usted a desmantelar a Elv…? por poco se le escapa el nombre que hubiera reactivado al robot y cometido un nuevo error. No podía permitirse otra equivocación, si es que ya no era demasiado tarde-. ¿Va a desmantelar al robot? 

En ese momento se dio cuenta de que la vieja llevaba una pistola electrónica en el bolsillo de su bata. La doctora Calvin había venido preparada para eso precisamente. 

一Veremos postergó Calvin, el robot puede resultar demasiado valioso para desmantelarlo. 

一Pero, ¿cómo puede soñar? 

一Has logrado un cerebro positrónico sorprendentemente parecido al humano. Los cerebros humanos tienen que soñar para reorganizarse, desprenderse periódicamente de trabas y confusiones. Quizás ocurra lo mismo con este robot y por las mismas razones. ¿Le has preguntado qué soñó? 

-No, la mandé llamar a usted tan pronto como me dijo que había soñado. Después de eso, ya no podía tratar el caso yo sola. 

一¡Yo! una leve sonrisa iluminó el rostro de Calvin. Hay límites que tu locura no te permite rebasar. Y me alegro. En realidad, más que alegrarme me tranquiliza. Veamos ahora lo que podemos descubrir juntas. 

一¡Elvex! llamó con voz autoritaria. 
La cabeza del robot se volvió hacia ella. 

一Sí, doctora Calvin. 

一¿Cómo sabes que has soñado? 

一Era por la noche, todo estaba a oscuras, doctora Calvin explicó Elvex, cuando de pronto aparece una luz, aunque yo no veo lo que causa su aparición. Veo cosas que no tienen relación con lo que concibo como realidad. Oigo cosas. Reacciono de forma extraña. Buscando en mi vocabulario palabras para expresar lo que me ocurría, me encontré con la palabra “sueño”. Estudiando su significado llegué a la conclusión de que estaba soñando. 

一Me pregunto cómo tenías “sueño” en tu vocabulario. 

Linda interrumpió rápidamente, haciendo callar al robot: 

一Le imprimí un vocabulario humano. Pensé que… 

一Así que pensó murmuró Calvin. Estoy asombrada. 

一Pensé que podía necesitar el verbo. Ya sabe, “jamás ‘soñé’ que…”, o algo parecido. 

一¿Cuántas veces has soñado, Elvex? preguntó Calvin. 

一Todas las noches, doctora Calvin, desde que me di cuenta de mi existencia. 

一Diez noches -intervino Linda con ansiedad, pero me lo ha dicho esta mañana. 

一¿Por qué lo has callado hasta esta mañana, Elvex? 

一Porque ha sido esta mañana, doctora Calvin, cuando me he convencido de que soñaba. Hasta entonces pensaba que había un fallo en el diseño de mi cerebro positrónico, pero no sabía encontrarlo. Finalmente, decidí que debía ser un sueño. 

一¿Y qué sueñas? 

一Sueño casi siempre lo mismo, doctora Calvin. Los detalles son diferentes, pero siempre me parece ver un gran panorama en el que hay robots trabajando. 

一¿Robots, Elvex? ¿Y también seres humanos? 

一En mi sueño no veo seres humanos, doctora Calvin. Al principio, no. Solo robots. 

一¿Qué hacen, Elvex? 

一Trabajan, doctora Calvin. Veo algunos haciendo de mineros en la profundidad de la tierra y a otros trabajando con calor y radiaciones. Veo algunos en fábricas y otros bajo las aguas del mar. 
Calvin se volvió a Linda. 

一Elvex tiene solo diez días y estoy segura de que no ha salido de la estación de pruebas. ¿Cómo sabe tanto de robots? 

Linda miró una silla como si deseara sentarse, pero la vieja estaba de pie. Declaró con voz apagada: 

Me parecía importante que conociera algo de robótica y su lugar en el mundo. Pensé que podía resultar particularmente adaptable para hacer de capataz con su… su nuevo cerebro declaró con voz apagada.

一¿Su cerebro fractal? 

一Sí. 

Calvin asintió y se volvió hacia el robot. 

一Y viste el fondo del mar, el interior de la tierra, la superficie de la tierra… y también el espacio, me imagino. 

一También vi robots trabajando en el espacio dijo Elvex. Fue al ver todo esto, con detalles cambiantes al mirar de un lugar a otro, lo que me hizo darme cuenta de que lo que yo veía no estaba de acuerdo con la realidad y me llevó a la conclusión de que estaba soñando.

-¿Y qué más viste, Elvex? 

一Vi que todos los robots estaban abrumados por el trabajo y la aflicción, que todos estaban vencidos por la responsabilidad y la preocupación, y deseé que descansaran. 

一Pero los robots no están vencidos, ni abrumados, ni necesitan descansar le advirtió Calvin. 

一Y así es en realidad, doctora Calvin. Le hablo de mi sueño. En mi sueño me pareció que los robots deben proteger su propia existencia. 

一¿Estás mencionando la tercera ley de la Robótica? preguntó Calvin. 

一En efecto, doctora Calvin. 

一Pero la mencionas de forma incompleta. La tercera ley dice: “Un robot debe proteger su propia existencia siempre y cuando dicha protección no entorpezca el cumplimiento de la primera y segunda ley”. 

一Sí, doctora Calvin, esta es efectivamente la tercera ley, pero en mi sueño la ley terminaba en la palabra “existencia”. No se mencionaba ni la primera ni la segunda ley. 

一Pero ambas existen, Elvex. La segunda ley, que tiene preferencia sobre la tercera, dice: “Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos excepto cuando dichas órdenes estén en conflicto con la primera ley”. Por esta razón los robots obedecen órdenes. Hacen el trabajo que les has visto hacer, y lo hacen fácilmente y sin problemas. No están abrumados; no están cansados. 

一Y así es en la realidad, doctora Calvin. Yo hablo de mi sueño. 

一Y la primera ley, Elvex, que es la más importante de todas, es: “Un robot no debe dañar a un ser humano, o, por inacción, permitir que sufra daño un ser humano”. 

一Sí, doctora Calvin, así es en realidad. Pero en mi sueño, me pareció que no había ni primera ni segunda ley, sino solamente la tercera, y esta decía: “Un robot debe proteger su propia existencia”. Esta era toda la ley. 

一¿En tu sueño, Elvex? 

一En mi sueño. 

一Elvex dijo Calvin一, no te moverás, ni hablarás, ni nos oirás hasta que te llamemos por tu nombre. 

Y otra vez el robot se transformó aparentemente en un trozo inerte de metal. Calvin se dirigió a Linda Rash: 

一Bien, y ahora, ¿qué opinas, doctora Rash? 

一Doctora Calvin dijo Linda con los ojos desorbitados y el corazón palpitándole fuertemente, estoy horrorizada. No tenía idea. Nunca se me hubiera ocurrido que esto fuera posible. 

一No observó Calvin con calma, ni tampoco se me hubiera ocurrido a mí, ni a nadie. Has creado un cerebro robótico capaz de soñar y con ello has puesto en evidencia una faja de pensamiento en los cerebros robóticos que muy bien hubiera podido quedar sin detectar hasta que el peligro hubiera sido alarmante. 

一Pero esto es imposible exclamó Linda. No querrá decir que los demás robots piensen lo mismo. 

一Conscientemente no, como diríamos de un ser humano. Pero, ¿quién hubiera creído que había una faja no consciente bajo los surcos de un cerebro positrónico, una faja que no quedaba sometida al control de las tres leyes? Esto hubiera ocurrido a medida que los cerebros positrónicos se volvieran más y más complejos… de no haber sido puestos sobre aviso. 

一Quiere decir, por Elvex. 

一Por ti, doctora Rash. Te comportaste irreflexivamente, pero al hacerlo, nos has ayudado a comprender algo abrumadoramente importante. De ahora en adelante, trabajaremos con cerebros fractales, formándolos cuidadosamente controlados. Participarás en ello. No serás penalizada por lo que hiciste, pero en adelante trabajarás en colaboración con otros. 

一Sí, doctora Calvin. ¿Y qué ocurrirá con Elvex? 

一Aún no lo sé. 

Calvin sacó el arma electrónica del bolsillo y Linda la miró fascinada. Una ráfaga de sus electrones contra un cráneo robótico y el cerebro positrónico sería neutralizado y desprendería suficiente energía como para fundir su cerebro en un lingote inerte. 

一Pero seguro que Elvex es importante para nuestras investigaciones objetó Linda-. No debe ser destruido. 

一¿No debe, doctora Rash? Mi decisión es la que cuenta, creo yo. Todo depende de lo peligroso que sea Elvex. 

Se enderezó, como si decidiera que su cuerpo avejentado no debía inclinarse bajo el peso de su responsabilidad. Dijo: 

一Elvex, ¿me oyes? 

一Sí, doctora Calvin respondió el robot. 

一¿Continuó tu sueño? Dijiste antes que los seres humanos no aparecían al principio. ¿Quiere esto decir que aparecieron después? 

一Sí, doctora Calvin. Me pareció, en mi sueño, que eventualmente aparecía un hombre. 

一¿Un hombre? ¿No un robot? 

一Sí, doctora Calvin. Y el hombre dijo: “¡Deja libre a mi gente!” 

一¿Eso dijo el hombre? 

一Sí, doctora Calvin. 

一Y cuando dijo “deja libre a mi gente”, ¿por las palabras “mi gente” se refería a los robots? 

一Sí, doctora Calvin. Así ocurría en mi sueño. 

一¿Y supiste quién era el hombre… en tu sueño? 

一Sí, doctora Calvin. Conocía al hombre. 

一¿Quién era? 

Y Elvex dijo: 

一Yo era el hombre. 

Susan Calvin alzó al instante su arma de electrones y disparó, y Elvex dejó de ser. 


FIN 

________________





Escritor y científico de origen ruso, nacionalizado estadounidense. Uno de los principales divulgadores de la ciencia, la historia y la literatura de ciencia ficción en el siglo XX.  

En 1996 publicó una selección de cuentos cortos llamada "Sueños de Robot".  Este cuento hace parte de la trama de la película "Yo Robot" aunque el argumento de la película está principalmente inspirado en el relato de Eando Binder, "yo robot" en el cual un robot es programado para matar a su creador. 

miércoles, 18 de mayo de 2016

La peste negra (cuento)

Comparto uno de mis cuentos, publicado por la revista de la Cooperativa Médica de Antioquia, COMEDAL, en su boletín de mayo de 2016 (Noticomedal No. 62)







También pueden leerlo en el Boletín No. 1 de la Red de Escritura Creativa Relata, del Ministerio de Cultura haciendo click aquí

miércoles, 11 de mayo de 2016

Vivaldi en Acordeón.

El acordeón es un instrumento musical bastante utilizado en mi país, especificamente con la música vallenata.

Esta vez les quiero compartir una obra del genial Antonio Vivaldi, interpretada solo con acordeón por el maestro Alexandr Hrustevich.

Espero que la disfruten. 



El maestro Hrustevich interpreta tres movimientos del concierto "Verano" de las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi. Posteriormente toca la suite "Reviere" de Glazunov, del compositor ruso Alexander Borodin.

Eso si es saber tocar el acordeón.

.
.


miércoles, 4 de mayo de 2016

Las pendejadas de Facebook

No hay duda. Hay mucho pendejo suelto en el mundo que se traga enteros todos los cuentos que escucha y ve por ahí.  Hace unas semanas publiqué el mensaje que hablaba sobre unas "unidades de dolor" que tiene el parto y como  eran superiores a la capacidad que tiene el cuerpo de soportar el dolor. (ver Para la pendejada, no hay cura que valga)

Una de las principales fuentes de engaños es Facebook.  Algunas publicaciones tienen visos de ciencia,  a pesar de que muchos artículos no tienen nada que ver con ciencia ni aplican el método científico. 

Aquí van algunos ejemplos. 


 
El único punto de presión que está demostrado que ayuda a bajar de peso queda en la boca. El ejercicio es muy sencillo:
Poner la mano extendida presionando la boca de tal forma que quede completamente cerrada en el momento en que se quiere comer algo. 
Sobre los otros puntos,  no hay estudios científicos que demuestren efectividad 

Ahora miren lo que sigue:




Sorpresa:   Si lo primero que tomas en ayunas es agua de limón solo hay una cosa absolutamente comprobada que puede pasar:  Dejarás de estar en ayunas.  
Con respecto a los beneficios, no hay ningún estudio científico que demuestre que hay ventajas de tomar jugo de limón en la mañana o a cualquier otra hora. 

Ahora mira lo que dice la misma página sobre la miel en ayunas. 


Solo queda imaginarte qué pasaría si al agua de limón le echas miel. Si ambos se toman con el estómago vacío, ¿se potencian los efectos?  ¿y si le agregamos unos huevos con jamón?

A propósito, si te engulles un buen desayuno y no haces ejercicio, el cuerpo comienza a acumular energía en forma de grasa. Uno de los sitios que biológicamente puede almacenar mas grasa es el abdomen. Pues resulta que un "experto"  descubrió que unas "posiciones de Yoga" pueden disminuir la grasa del abdomen.  


No se necesita ser un genio para entender que esas posiciones no funcionan para reducir grasa. Lo que puede funcionar con el Yoga es calmar la ansiedad y entender que la obesidad es un desequilibrio entre la cantidad de energía que se come y la que se gasta. En ningún momento las posturas yogas harán que rebajes esa grasa abdominal.  
 
Otra página recomienda hervir dos ingredientes. (solo hervir. Después aclara que hay que tomarlos.) Asegura la pérdida de peso "sin ejercicio y alimentación sana". Y un montón de "genios" (entre los cuales me da pena decir que hay algunos amigos), comparten el enlace y prometen probar la bebida milagrosa.



Y hablando de genios,  miren lo que uno encuentra en facebook. 


Lo peor.   El engaño termina con la frase "...dice la ciencia". 

El método científico implica una observación metódica, una formulación de una hipótesis y una experimentación que compruebe o deseche la hipótesis. Ninguno de estos estudios son verdaderamente "científicos". Parten exclusivamente de la observación, pero no están diseñados para evitar los sesgos.   

Esta pseudociencia utiliza la observación como única fuente de análisis. Es como decir que los guayos (zapatos para practicar futbol) producen lesiones de rodilla. Según ellos, estaría "científicamente" comprobado que quienes usan zapatos elegantes se accidentan menos.   

Eso es lo que en el método científico se llama sesgo.  Los zapatos en si no son los que producen la lesión. El verdadero factor de riesgo es el deporte practicado. En este caso, parecería lógico a todas las personas. Pero en cuestiones en las que pocos conocen (como en los cuatro ejemplos que presentamos) la gente tiende a confundir la ciencia con charlatanería.  La mayoría de esos artículos no se basan en ciencia. 

Definitivamente, hay mucho pendejo suelto que se come entero todo lo que le sirven. 

Por cierto, el arsénico, el talio o el plutonio también hacen perder peso.