"SOMOS ENANOS EN HOMBROS DE GIGANTES" (Bernardo de Chartres - S. XII)

miércoles, 8 de noviembre de 2017

La última pregunta. Cuento de Isaac Asimov.


Hoy les traigo un cuento maestro:  La última pregunta del escritor Isaac Asimov. 

Espero lo disfruten.





La última pregunta 
The last question (1956)



Isaac Asimov




La última pregunta se formuló por primera vez, medio en broma, el 21 de mayo de 2061, en momentos en que la humanidad (también por primera vez) se bañó en luz. La pregunta llegó como resultado de una apuesta por cinco dólares hecha entre dos hombres que bebían cerveza, y sucedió de esta manera:

Alexander Adell y Bertram Lupov eran dos de los fieles asistentes de Multivac. Dentro de las dimensiones de lo humano sabían qué era lo que pasaba detrás del rostro frío, parpadeante e intermitentemente luminoso -kilómetros y kilómetros de rostro- de la gigantesca computadora. Al menos tenían una vaga noción del plan general de circuitos y retransmisores que desde hacía mucho tiempo habían superado toda posibilidad de ser dominados por una sola persona.

Multivac se autoajustaba y autocorregía. Así tenía que ser, porque nada que fuera humano podía ajustarla y corregirla con la rapidez suficiente o siquiera con la eficacia suficiente. De manera que Adell y Lupov atendían al monstruoso gigante solo en forma ligera y superficial, pero lo hacían tan bien como podría hacerlo cualquier otro hombre. La alimentaban con información, adaptaban las preguntas a sus necesidades y traducían las respuestas que aparecían. Por cierto, ellos, y todos los demás asistentes tenían pleno derecho a compartir la gloria de Multivac.

Durante décadas, Multivac ayudó a diseñar naves y a trazar las trayectorias que permitieron al hombre llegar a la Luna, a Marte y a Venus, pero después de eso, los pobres recursos de la Tierra ya no pudieron serles de utilidad a las naves. Se necesitaba demasiada energía para los viajes largos y pese a que la Tierra explotaba su carbón y uranio con creciente eficacia había una cantidad limitada de ambos.


Pero lentamente, Multivac aprendió lo suficiente como para responder a preguntas más complejas en forma más profunda, y el 14 de mayo de 2061 lo que hasta ese momento era teoría se convirtió en realidad.

La energía del Sol fue almacenada, modificada y utilizada directamente en todo el planeta. Cesó en todas partes el hábito de quemar carbón y fisionar uranio y toda la Tierra se conectó con una pequeña estación -de un kilómetro y medio de diámetro- que circundaba el planeta a mitad de distancia de la Luna, para funcionar con rayos invisibles de energía solar.

Siete días no habían alcanzado para empañar la gloria del acontecimiento, y Adell y Lupov finalmente lograron escapar de la celebración pública, para refugiarse donde nadie pensaría en buscarlos: en las desiertas cámaras subterráneas, donde se veían partes del poderoso cuerpo enterrado de Multivac. Sin asistentes, ociosa, clasificando datos con clics satisfechos y perezozos, Multivac también se había ganado sus vacaciones y los asistentes la respetaban y originalmente no tenían intención de perturbarla.

Se habían llevado una botella, y su única preocupación en ese momento era relajarse y disfrutar de la bebida.

-Es asombroso, cuando uno lo piensa -dijo Adell. En su rostro ancho se veían huellas de cansancio, y removió lentamente la bebida con una varilla de vidrio, observando el movimiento de los cubos de hielo en su interior-. Toda la energía que podremos usar de ahora en adelante, gratis. Suficiente energía, si quisiéramos emplearla, como para derretir a toda la Tierra y convertirla en una enorme gota de hierro líquido impuro, y no echar de menos la energía empleada. Toda la energía que podremos usar por siempre y siempre y siempre.

Lupov ladeó la cabeza. Tenía el hábito de hacerlo cuando quería oponerse a lo que oía, y en ese momento quería oponerse; en parte porque había tenido que llevar el hielo y los vasos.

-No para siempre -dijo.

-Ah, vamos, prácticamente para siempre. Hasta que el Sol se apague, Bert.

-Entonces no es para siempre.

-Muy bien, entonces. Durante miles de millones de años. Veinte mil millones, tal vez. ¿Estás satisfecho?

Lupov se pasó los dedos por los escasos cabellos como para asegurarse de que todavía le quedaban algunos y tomó un pequeño sorbo de su bebida.

-Veinte mil millones de años no es “para siempre”.

-Bien, pero superará nuestra época, ¿verdad?

-También la superarán el carbón y el uranio.

-De acuerdo, pero ahora podemos conectar cada nave espacial individualmente con la Estación Solar, y hacer que vaya y regrese de Plutón un millón de veces sin que tengamos que preocuparnos por el combustible. No puedes hacer eso con carbón y uranio. Pregúntale a Multivac, si no me crees.

-No necesito preguntarle a Multivac. Lo sé.

-Entonces deja de quitarle méritos a lo que Multivac ha hecho por nosotros -dijo Adell, malhumorado-. Se portó muy bien.

-¿Quién dice que no? Lo que yo sostengo es que el Sol no durará eternamente. Eso es todo lo que digo. Estamos a salvo por veinte mil millones de años, pero … ¿y luego? -Lupov apuntó con un dedo tembloroso al otro-. Y no me digas que nos conectaremos con otro Sol.

Durante un rato hubo silencio. Adell se llevaba la copa a los labios solo de vez en cuando, y los ojos de Lupov se cerraron lentamente. Descansaron.

De pronto Lupov abrió los ojos.

-Piensas que nos conectaremos con otro Sol cuando el nuestro muera, ¿verdad?

-No estoy pensando nada.

-Seguro que estás pensando. Eres malo en lógica, ese es tu problema. Eres como ese tipo del cuento a quien lo sorprendió un chaparrón, corrió a refugiarse en un monte y se paró bajo un árbol. No se preocupaba porque pensaba que cuando un árbol estuviera totalmente mojado, simplemente iría a guarecerse bajo otro.

-Entiendo -dijo Adell-. No grites. Cuando el Sol muera, las otras estrellas habrán muerto también.

-Por supuesto -murmuró Lupov-. Todo comenzó con la explosión cósmica original, fuera lo que fuese, y todo terminará cuando todas las estrellas se extingan. Algunas se agotan antes que otras. Por Dios, los gigantes no durarán cien millones de años. El Sol durará veinte mil millones de años y tal vez las enanas durarán cien mil millones por mejores que sean. Pero en un trillón de años estaremos a oscuras. La entropía tiene que incrementarse al máximo, eso es todo.

-Sé todo lo que hay que saber sobre la entropía -dijo Adell, tocado en su amor propio.

-¡Qué vas a saber!

-Sé tanto como tú.

-Entonces sabes que todo se extinguirá algún día.

-Muy bien. ¿Quién dice que no?

-Tú, grandísimo tonto. Dijiste que teníamos toda la energía que necesitábamos, para siempre. Dijiste “para siempre”.

Esa vez le tocó a Adell oponerse.

-Tal vez podamos reconstruir las cosas algún día.

-Nunca.

-¿Por qué no? Algún día.

-Nunca.

-Pregúntale a Multivac.

-Pregúntale tú a Multivac. Te desafío. Te apuesto cinco dólares a que no es posible.

Adell estaba lo suficientemente borracho como para intentarlo y lo suficientemente sobrio como para traducir los símbolos y operaciones necesarias para formular la pregunta que, en palabras, podría haber correspondido a esto:

¿Podrá la humanidad algún día, sin el gasto neto de energía, devolver al Sol toda su juventud aun después de que haya muerto de viejo?

O tal vez podría reducirse a una pregunta más simple, como esta: ¿Cómo puede disminuirse masivamente la cantidad neta de entropía del universo?

Multivac enmudeció. Los lentos resplandores cesaron, los clics distantes de los transmisores terminaron. Entonces, mientras los asustados técnicos sentían que ya no podían contener más el aliento, el teletipo adjunto a la computadora cobró vida repentinamente. Aparecieron cinco palabras impresas:

DATOS INSUFICIENTES PARA RESPUESTA ESCLARECEDORA.

-No hay respuesta -murmuró Lupov.


Salieron apresuradamente. A la mañana siguiente, los dos, con dolor de cabeza y la boca pastosa, habían olvidado el incidente.


*

Jerrod, Jerrodine y Jerrodette I y II observaban la imagen estrellada en la pantalla visora mientras completaban el pasaje por el hiperespacio en un lapso fuera de las dimensiones del tiempo. Inmediatamente, el uniforme polvo de estrellas dio paso al predominio de un único disco de mármol, brillante, centrado.

-Es X-23 – dijo Jerrod con confianza. Sus manos delgadas se entrelazaron con fuerza detrás de su espalda y los nudillos se pusieron blancos. Las pequeñas Jerrodettes, niñas ambas, habían experimentado el pasaje por el hiperespacio por primera vez en su vida. Contuvieron sus risas y se persiguieron locamente alrededor de la madre, gritando:

-Hemos llegado a X-23… hemos llegado a X-23… hemos llegado a X-23… hemos llegado…

-Tranquilas, niñas -dijo rápidamente Jerrodine-. ¿Estás seguro, Jerrod?

-¿De qué hay que estar seguro? -preguntó Jerrod, echando una mirada al tubo de metal justo debajo del techo, que ocupaba toda la longitud de la habitación y desaparecía a través de la pared en cada extremo.Tenía la misma longitud que la nave.

Jerrod sabía poquísimo sobre el grueso tubo de metal excepto que se llamaba Microvac, que uno le hacía preguntas si lo deseaba; que aunque uno no se las hiciera de todas maneras cumplía con su tarea de conducir la nave hacia un destino prefijado, de abastecerla de energía desde alguna de las diversas estaciones de Energía Subgaláctica y de computar las ecuaciones para los saltos hiperespaciales.

Jerrod y su familia no tenían otra cosa que hacer sino esperar y vivir en los cómodos sectores residenciales de la nave.

Cierta vez alguien le había dicho a Jerrod, que el “ac” al final de “Microvac” quería decir “computadora analógica” en inglés antiguo, pero estaba a punto de olvidar incluso eso.

Los ojos de Jerrodine estaban húmedos cuando miró la pantalla.

-No puedo evitarlo. Me siento extraña al salir de la Tierra.

-¿Por qué, caramba? -preguntó Jerrod-. No teníamos nada allí. En X-23 tendremos todo. No estarás sola. No serás una pionera. Ya hay un millón de personas en ese planeta. Por Dios, nuestros bisnietos tendrán que buscar nuevos mundos porque llegará el día en que X-23 estará superpoblado-. Luego agregó, después de una pausa reflexiva: -Te aseguro que es una suerte que las computadoras hayan desarrollado los viajes interestelares, considerando el ritmo al que aumenta la raza.

-Lo sé, lo sé -respondió Jerrodine con tristeza. Jerrodette I dijo de inmediato:

-Nuestra Microvac es la mejor Microvac del mundo.

-Eso creo yo también -repuso Jerrod, desordenándole el pelo.

Era realmente una sensación muy agradable tener una Microvac propia y Jerrod estaba contento de ser parte de su generación y no de otra. En la juventud de su padre las únicas computadoras eran unas enormes máquinas que ocupaban un espacio de ciento cincuenta kilómetros cuadrados.

Solo había una por planeta. Se llamaban ACs Planetarias. Durante mil años habían crecido constantemente en tamaño y luego, de pronto, llegó el refinamiento. En lugar de transistores hubo válvulas moleculares, de manera que hasta la AC Planetaria más grande podía colocarse en una nave espacial y ocupar solo la mitad del espacio disponible.

Jerrod se sentía eufórico siempre que pensaba que su propia Microvac personal era muchísimo más compleja que la antigua y primitiva Multivac que por primera vez había domado al Sol, y casi tan complicada como una AC Planetaria de la Tierra (la más grande) que por primera vez resolvió el problema del viaje interespacial e hizo posibles los viajes a las estrellas.

-Tantas estrellas, tantos planetas -suspiró Jerrodine, inmersa en sus propios pensamientos-. Supongo que las familias seguirán emigrando siempre a nuevos planetas, tal como lo hacemos nosotros ahora.

-No siempre -respondió Jerrod, con una sonrisa-. Todo eso terminará algún día, pero no antes de que pasen billones de años. Muchos billones. Hasta las estrellas se extinguen, ¿sabes? Tendrá que aumentar la entropía.

-¿Qué es la entropía, papá? -preguntó Jerrodette II con voz aguda.

-Entropía, querida, es solo una palabra que significa la cantidad de desgaste del universo. Todo se desgasta, como sabrás, por ejemplo tu pequeño robot radio-teléfono, ¿recuerdas?

-No puedes ponerle una nueva unidad de energía, como a mi robot?

-Las estrellas son unidades de energía, querida. Una vez que se extinguen, ya no hay más unidades de energía.

Jerrodette I lanzó un chillido de inmediato.

-No las dejes, papá. No permitas que las estrellas se extingan.

-Mira lo que has hecho -susurró Jerrodine exasperada.

-¿Cómo podía saber que iba a asustarla? -respondió Jerrod también en un susurro.

-Pregúntale a la Microvac -gimió Jerrodette I-. Pregúntale cómo volver a encender las estrellas.

-Vamos -dijo Jerrodine-. Con eso se tranquilizarán.

Jerrodette II ya se estaba echando a llorar, también. Jerrod se encogió de hombros.

-Ya está bien, queridas. Le preguntaré a Microvac. No se preocupen, ella nos lo dirá.

Le preguntó a la Microvac, y agregó rápidamente:

-Imprimir la respuesta.

Jerrod retiró la delgada cinta de celufilm y dijo alegremente:

-Miren, la Microvac dice que se ocupará de todo cuando llegue el momento, y que no se preocupen.

Jerrodine dijo:

-Y ahora, niñas, es hora de acostarse. Pronto estaremos en nuestro nuevo hogar.

Jerrod leyó las palabras en el celufilm nuevamente antes de destruirlo:

DATOS INSUFICIENTES PARA RESPUESTA ESCLARECEDORA.

Se encogió de hombros y miró la pantalla. El X-23 estaba exactamente delante.


*

VJ-23X de Lameth miró las negras profundidades del mapa tridimensional en pequeña escala de la Galaxia y dijo:

-¿No será una ridiculez que nos preocupe tanto la cuestión?

MQ-17J de Nicron sacudió la cabeza.

-Creo que no. Sabes que la Galaxia estará llena en cinco años con el actual ritmo de expansión.

Los dos parecían jóvenes de poco más de veinte años. Ambos eran altos y de formas esbeltas.

-Sin embargo -dijo VJ-23X- me resisto a presentar un informe pesimista al Consejo Galáctico.

-Yo no pensaría en presentar ningún otro tipo de informe. Tenemos que inquietarlos un poco. No hay otro remedio.

VJ-23X suspiró.

-El espacio es infinito. Hay cien billones de galaxias disponibles.

-Cien billones no es infinito, y cada vez se hace menos infinito.

¡Piénsalo! Hace veinte mil años, la humanidad resolvió por primera vez el problema de utilizar energía estelar, y algunos siglos después se hicieron posibles los viajes interestelares. A la humanidad le llevó un millón de años llenar un pequeño mundo y luego solo quince mil años llenar el resto de la Galaxia. Ahora la población se duplica cada diez años…

VJ-23X lo interrumpió:

-Eso debemos agradecérselo a la inmortalidad.

-Muy bien. La inmortalidad existe y debemos considerarla. Admito que esta inmortalidad tiene su lado complicado. La Galáctica AC nos ha solucionado muchos problemas, pero al resolver el problema de evitar la vejez y la muerte, anuló todas las otras soluciones.

-Sin embargo, no creo que desees abandonar la vida.

-En absoluto -saltó MQ-17J, y luego se suavizó de inmediato-. No todavía. No soy tan viejo. ¿Cuántos años tienes tú?

-Doscientos veintitrés. ¿Y tú?

-Yo todavía no tengo doscientos. Pero, volvamos a lo que decía. La población se duplica cada diez años. Una vez que se llene la galaxia, habremos llenado otra en diez años. Diez años más y habremos llenado dos más. Otra década, cuatro más. En cien años, habremos llenado mil galaxias; en mil años, un millón de galaxias. En diez mil años, todo el universo conocido. Y entonces, ¿qué?

VJ-23X dijo:

-Como problema paralelo está el del transporte. Me pregunto cuántas unidades de energía solar se necesitarán para trasladar galaxias de individuos de una galaxia a la siguiente.

-Muy buena observación. La humanidad ya consume dos unidades de energía solar por año.

-La mayor parte de esta energía se desperdicia. Al fin y al cabo, nuestra propia galaxia sola gasta mil unidades de energía solar por año, y nosotros solamente usamos dos de ellas.

-De acuerdo, pero aun con una eficiencia de un cien por ciento, solo podemos postergar el final. Nuestras necesidades energéticas crecen en progresión geométrica, y a un ritmo mayor que nuestra población. Nos quedaremos sin energía todavía más rápido que sin galaxias. Muy buena observación. Muy, muy buena observación.

-Simplemente tendremos que construir nuevas estrellas con gas interestelar.

-¿O con calor disipado? -preguntó MQ-17J, con tono sarcástico.

-Puede haber alguna forma de revertir la entropía. Tenemos que preguntárselo a Galáctica AC.

VJ-23X no hablaba realmente en serio, pero MQ-17J sacó su contacto AC del bolsillo y lo colocó sobre la mesa frente a él.

-No me faltan ganas -dijo-. Es algo que la raza humana tendrá que enfrentar algún día.

Miró sombríamente su pequeño contacto AC. Era un objeto de apenas cinco centímetros cúbicos, nada en sí mismo, pero estaba conectado a través del hiperespacio con la gran Galáctica AC que servía a toda la humanidad y, a su vez era parte integral suya.

MQ-17J hizo una pausa para preguntarse si algún día, en su vida inmortal, llegaría a ver a Galáctica AC. Era un pequeño mundo propio, una telaraña de rayos de energía que contenía la materia dentro de la cual las oleadas de submesones ocupaban el lugar de las antiguas y pesadas válvulas moleculares. Sin embargo, a pesar de esos funcionamientos subetéreos, se sabía que la Galáctica AC tenía mil diez metros de ancho.

Repentinamente MQ-17J preguntó a su contacto AC:

-¿Es posible revertir la entropía?

VJ-23X, sobresaltado, dijo de inmediato:

-Ah, mira, realmente yo no quise decir que tenías que preguntar eso.

-¿Por qué no?

-Los dos sabemos que la entropía no puede revertirse. No puedes volver a convertir el humo y las cenizas en un árbol.

-¿Hay árboles en tu mundo? -preguntó MQ-17J.

El sonido de la Galáctica AC los sobresaltó y les hizo guardar silencio. Se oyó su voz fina y hermosa en el contacto AC en el escritorio. Dijo:

DATOS INSUFICIENTES PARA UNA RESPUESTA ESCLARECEDORA.

VJ-23X dijo:

-¡Ves!
Entonces los dos hombres volvieron a la pregunta del informe que tenían que hacer para el Consejo Galáctico.



*

La mente de Zee Prime abarcó la nueva galaxia con un leve interés en los incontables racimos de estrellas que la poblaban. Nunca había visto eso antes. ¿Alguna vez las vería todas? Tantas estrellas, cada una con su carga de humanidad… una carga que era casi un peso muerto. Cada vez más, la verdadera esencia del hombre había que encontrarla allá afuera, en el espacio.

¡En las mentes, no en los cuerpos! Los cuerpos inmortales permanecían en los planetas, suspendidos sobre los eones. A veces despertaban a una actividad material pero eso era cada vez más raro. Pocos individuos nuevos nacían para unirse a la multitud increíblemente poderosa, pero,¿qué importaba? Había poco lugar en el universo para nuevos individuos.

Zee Prime despertó de su ensoñación al encontrarse con los sutiles manojos de otra mente.

-Soy Zee Prime. ¿Y tú?

-Soy Dee Sub Wun. ¿Tu galaxia?

-Solo la llamamos Galaxia. ¿Y tú?

-Llamamos de la misma manera a la nuestra. Todos los hombres llaman Galaxia a su galaxia, y nada más. ¿Por qué será?

-Porque todas las galaxias son iguales.

-No todas. En una galaxia en particular debe de haberse originado la raza humana. Eso la hace diferente.

Zee Prime dijo:

-¿En cuál?

-No sabría decirte. La Universal AC debe de estar enterada.

-¿Se lo preguntamos? De pronto tengo curiosidad por saberlo.

Las percepciones de Zee Prime se ampliaron hasta que las galaxias mismas se encogieron y se convirtieron en un polvo nuevo, más difuso, sobre un fondo mucho más grande. Tantos cientos de billones de galaxias, cada una con sus seres inmortales, todas llevando su carga de inteligencias, con mentes que vagaban libremente por el espacio. Sin embargo una de ellas era única entre todas por ser la Galaxia original. Una de ellas tenía en su pasado, vago y distante, un período en que había sido la única galaxia poblada por el hombre.

Zee Prime se consumía de curiosidad por ver esa galaxia y gritó:

-¡Universal AC! ¿En qué galaxia se originó el hombre?

La Universal AC oyó, porque en todos los mundos tenía listos sus receptores, y cada receptor conducía por el hiperespacio a algún punto desconocido donde la Universal AC se mantenía independiente.

Zee Prime solo sabía de un hombre cuyos pensamientos habían penetrado a distancia sensible de la Universal AC, y solo informó sobre un globo brillante, de sesenta centímetros de diámetro, difícil de ver.

-¿Pero cómo puede ser eso toda la Universal AC? -había preguntado Zee Prime.

-La mayor parte -fue la respuesta- está en el hiperespacio. No puedo imaginarme en qué forma está allí.

Nadie podía imaginarlo, porque hacía mucho que había pasado el día –y eso Zee Prime lo sabía- en que algún hombre tuvo parte en construir la Universal AC. Cada Universal AC diseñaba y construía a su sucesora. Cada una, durante su existencia de un millón de años o más, acumulaba la información necesaria como para construir una sucesora mejor, más intrincada, más capaz en la cual dejar sumergido y almacenado su propio acopio de información e individualidad.

La Universal AC interrumpió los pensamientos erráticos de Zee Prime, no con palabras, sino con directivas. La mentalidad de Zee Prime fue dirigida hacia un difuso mar de galaxias donde una en particular se agrandaba hasta convertirse en estrellas.

Llegó un pensamiento, infinitamente distante, pero infinitamente claro:

ESTA ES LA GALAXIA ORIGINAL DEL HOMBRE.

Pero era igual, al fin y al cabo, igual que cualquier otra, y Zee Prime resopló de desilusión.

Dee Sub Wun, cuya mente había acompañado a Zee Prime, dijo de pronto:

-¿Y una de estas estrellas es la estrella original del hombre?

La Universal AC respondió:

LA ESTRELLA ORIGINAL DEL HOMBRE SE HA HECHO NOVA. ES UNA ENANA BLANCA.

-¿Los hombres que la habitaban murieron? -preguntó Zee Prime, sobresaltado y sin pensar.

La Universal AC respondió:

COMO SUCEDE EN ESTOS CASOS UN NUEVO MUNDO PARA SUS CUERPOS FÍSICOS FUE CONSTRUIDO A TIEMPO.

– Sí, por supuesto -dijo Zee Prime, pero aun así lo invadió una sensación de pérdida. Su mente dejó de centrarse en la galaxia original del hombre, y le permitió volver y perderse en pequeños puntos nebulosos.

No quería volver a verla.

Dee Sub Wun dijo:

-¿Qué sucede?

-Las estrellas están muriendo. La estrella original ha muerto.

-Todas deben morir. ¿Por qué no?

-Pero cuando toda la energía se haya agotado, nuestros cuerpos finalmente morirán, y tú y yo con ellos.

-Llevará billones de años.

-No quiero que suceda, ni siquiera dentro de billones de años. ¡Universal AC! ¿Cómo puede evitarse que las estrellas mueran?

Dee Sub Wun dijo, divertido:

-¿Estás preguntando cómo podría revertirse la dirección de la entropía.

Y la Universal AC respondió:

TODAVÍA HAY DATOS INSUFICIENTES PARA UNA RESPUESTA ESCLARECEDORA.

Los pensamientos de Zee Prime volaron a su propia galaxia. Dejó de pensar en Dee Sub Wun, cuyo cuerpo podría estar esperando en una galaxia a un trillón de años luz de distancia, o en la estrella siguiente a la de Zee Prime. No importaba.

Con aire desdichado, Zee Prime comenzó a recoger hidrógeno interestelar con el cual construir una pequeña estrella propia. Si las estrellas debían morir alguna vez, al menos podrían construirse algunas.


*

El Hombre, mentalmente, era uno solo, y estaba conformado por un trillón de trillones de cuerpos sin edad, cada uno en su lugar, cada uno descansando, tranquilo e incorruptible, cada uno cuidado por autómatas perfectos, igualmente incorruptibles, mientras las mentes de todos los cuerpos se fusionaban libremente entre sí, sin distinción.

El Hombre dijo:

-El Universo está muriendo.

El Hombre miró a su alrededor a las galaxias cada vez más oscuras. Las estrellas gigantes, muy gastadoras, se habían ido hace rato, habían vuelto a lo más oscuro de la oscuridad del pasado distante. Casi todas las estrellas eran enanas blancas, que finalmente se desvanecían.

Se habían creado nuevas estrellas con el polvo que había entre ellas, algunas por procesos naturales, otras por el Hombre mismo, y también se estaban apagando. Las enanas blancas aún podían chocar entre ellas, y de las poderosas fuerzas así liberadas se construirían nuevas estrellas, pero una sola estrella por cada mil estrellas enanas blancas destruidas, y también estas llegarían a su fin.

El Hombre dijo:

-Cuidadosamente administrada y bajo la dirección de la Cósmica AC, la energía que todavía queda en todo el universo, puede durar billones de años. Pero aun así eventualmente todo llegará a su fin. Por mejor que se la administre, por más que se la racione, la energía gastada desaparece y no puede ser repuesta. La entropía aumenta continuamente.

El Hombre dijo:

-¿Es posible revertir la entropía? Preguntémosle a la Cósmica AC.

La AC los rodeó pero no en el espacio. Ni un solo fragmento de ella estaba en el espacio. Estaba en el hiperespacio y hecha de algo que no era materia ni energía. La pregunta sobre su tamaño y su naturaleza ya no tenía un sentido comprensible para el Hombre.

-Cósmica AC -dijo el Hombre- ¿cómo puede revertirse la entropía?

La Cósmica AC dijo:

LOS DATOS SON TODAVÍA INSUFICIENTES PARA UNA RESPUESTA ESCLARECEDORA.

El Hombre ordenó:

-Recoge datos adicionales.

La Cósmica AC dijo:

LO HARÉ. HACE CIENTOS DE BILLONES DE AÑOS QUE LO HAGO. MIS PREDECESORES Y YO HEMOS ESCUCHADO MUCHAS VECES ESTA PREGUNTA. TODOS LOS DATOS QUE TENGO SIGUEN SIENDO INSUFICIENTES.

-¿Llegará el momento -preguntó el Hombre- en que los datos sean suficientes o el problema es insoluble en todas las circunstancias concebibles?

La Cósmica AC dijo:

NINGÚN PROBLEMA ES INSOLUBLE EN TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS CONCEBIBLES.

El Hombre preguntó:

-¿Cuándo tendrás suficientes datos para responder a la pregunta?

La Cósmica AC respondió:

LOS DATOS SON TODAVÍA INSUFICIENTES PARA UNA RESPUESTA ESCLARECEDORA.

-¿Seguirás trabajando en esto? -preguntó el Hombre.

La Cósmica AC respondió:

SÍ.

El Hombre dijo:

-Esperaremos.

*

Las estrellas y las galaxias murieron y se convirtieron en polvo, y el espacio se volvió negro después de tres trillones de años de desgaste. Uno por uno, el Hombre se fusionó con la AC, cada cuerpo físico perdió su identidad mental en forma tal que no era una pérdida sino una ganancia. La última mente del Hombre hizo una pausa antes de la fusión, contemplando un espacio que solo incluía la borra de la última estrella oscura y nada aparte de esa materia increíblemente delgada, agitada al azar por los restos de un calor que se gastaba, asintóticamente, hasta llegar al cero absoluto.

El Hombre dijo:

-AC, ¿es este el final? ¿Este caos no puede ser revertido al universo una vez más? ¿Esto no puede hacerse?

AC respondió:

LOS DATOS SON TODAVÍA INSUFICIENTES PARA UNA RESPUESTA ESCLARECEDORA.

La última mente del Hombre se fusionó y solo AC existió en el hiperespacio.
*


La materia y la energía se agotaron y con ellas el espacio y el tiempo. Hasta AC existía solamente para la última pregunta que nunca había sido respondida desde la época en que dos técnicos en computación medio alcoholizados, tres trillones de años antes, formularon la pregunta en la computadora que era para AC mucho menos de lo que para un hombre el Hombre.

Todas las otras preguntas habían sido contestadas, y hasta que esa última pregunta fuera respondida también, AC no podría liberar su conciencia.

Todos los datos recogidos habían llegado al fin. No quedaba nada para recoger.

Pero toda la información reunida todavía tenía que ser completamente correlacionada y unida en todas sus posibles relaciones.

Se dedicó un intervalo sin tiempo a hacer esto.

Y sucedió que AC aprendió cómo revertir la dirección de la entropía.

Pero no había ningún Hombre a quien AC pudiera dar la respuesta a la última pregunta. No había materia. La respuesta -por demostración- se ocuparía de eso también.

Durante otro intervalo sin tiempo, AC pensó en la mejor forma de hacerlo.

Cuidadosamente, AC organizó el programa.

La conciencia de AC abarcó todo lo que alguna vez había sido un Universo y pensó en lo que en ese momento era el Caos. Debía hacerse paso a paso.

Y AC dijo:

¡HÁGASE LA LUZ!

Y la luz se hizo…

FIN




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Isaac Asimov  (1920-1992)




Escritor y científico de origen ruso, nacionalizado estadounidense. Uno de los principales divulgadores de la ciencia, la historia y la literatura de ciencia ficción en el siglo XX.  



La última pregunta fue publicada bajo el nombre de "The last question" en 1956


Pueden encontrar otro de sus cuentos en este blog: Sueños de robot haciendo click en el enlace. 




miércoles, 1 de noviembre de 2017

Signos de interrogación y admiración.

Como escritor, por mucho tiempo me había preguntado por qué en el idioma español se iniciaba una pregunta con signos de interrogación mientras que en el inglés y francés no. Sin embargo, la respuesta la intuía cuando leía mis textos en un grupo de escritores.   Era claro que desde el principio de la frase (en especial las largas) había que marcar el tono de pregunta.   Eso hacía la diferencia en la lectura.   

A continuación, trascribo el texto de un blog que da la respuesta. 

Por qué el español es la única lengua que utiliza signos de interrogación (¿?) y admiración (¡!) dobles



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¿Sabías que los signos de inicio de exclamación e interrogación solo se usan en español?

El de interrogación sirve para indicar, a la hora de escribir, que se trata de una pregunta y que hay por tanto que leerla con entonación interrogativa.
El de exclamación revela que se debe de alzar la voz y enfatizar la frase, para de ese modo expresar sorpresa, asombro, alegría, súplica, mandato, deseo…
Pero ¿qué tienen los signos de interrogación y de exclamación en español que los hacen tan deliciosamente singulares? ¡Tienen una particularidad, algo que los hace absolutamente únicos!
El español es la única lengua en la que los signos de interrogación y de exclamación son dobles, es decir, se colocan no sólo al final de la frase (como ocurre en el inglés el francés o el alemán, por citar sólo algunos ejemplos) sino también al inicio de la misma.
Sólo en el castellano existen los símbolos “¿” y “¡”, los signos que se emplean como apertura de interrogación y al inicio de una frase admirativa.
¡Increíble!, ¿a que sí?

Carolingios



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En la primera edición de la Ortografía de la Real Academia de la Lengua aún aparece sólo un signo de interrogación, el final.

La historia de esos dos signos, sin embargo, es antigua. El signo de admiración ya se encuentra en manuscritos latinos medievales y, a decir de la Real Academia de la Lengua, el de interrogación se lo debemos a los carolingios, la dinastía de origen francés que dominó Europa Occidental entre los siglos VIII y X.
Pero, en sus orígenes, esos dos signos se empleaban únicamente al final de las frases.
Tardaron bastante en empezar a utilizarse también en la apertura de las frases interrogativas y exclamativas. De hecho, fue sólo en la segunda edición de la Ortografía de la Real Academia de la Lengua, publicada en 1754, cuando el signo de inicial de interrogación hizo su irrupción.
Los académicos estuvieron debatiendo largamente sobre el asunto y llegaron a la conclusión de que el signo de interrogación final no bastaba, sobre todo en ciertas frases largas.
“Por lo tocante a la nota de interrogación se tuvo presente que, además del uso que tiene en fin de oración, hay periodos o cláusulas largas en que no basta la nota que se pone al fin y es necesario desde el principio indicar el sentido y tono interrogante con que debe leerse, por lo que la Academia acuerda que, en estos casos, se use la misma nota interrogante poniéndola tendida sobre la primera voz de la cláusula o periodo con lo que se evitará la confusión y aclarará el sentido y tono que corresponde. Y aunque esto es novedad, ha creído la Academia no debe excusarla siendo necesaria y conveniente”, se lee en el acta de una de las reuniones que mantuvieron.
Con ese argumento, el 17 de octubre de 1753 los académicos tomaron una decisión histórica: habría también signos de interrogación de apertura que se colocarían al comienzo de las frases interrogativas, y que se señalaría con el mismo signo que ya existía, pero invertido.







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Oraciones largas y cortas

Y así lo recogieron en la Ortografía de 1754, en la que el uso del signo de interrogación inicial se restringía a las oraciones largas, mientras que en el caso de las breves se seguía empleando sólo el signo interrogativo de cierre.
Pero ¿cuándo una frase es corta y cuándo se convierte en larga? Cada uno lo interpretaba un poco a su antojo, así que en 1870 la Academia decidió poner orden en el asunto y en la primera edición de su prontuario de ortografía de la lengua castellana adoptó el criterio actual.
Es decir: que el signo de interrogación inicial se debe emplear en todas, absolutamente todas las frases interrogativas, independientemente de su extensión.
“Esto no es más que otra muestra del tradicional deseo de los ortógrafos españoles por representar la lengua de la manera más fiable y adecuada a la pronunciación”, subraya María José Folgado, experta en historia de la gramática e historiografía lingüística de la Universidad de Valencia en su estudio “Los signos de interrogación en las ortografías del español”.


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De admiración a exclamación

Respecto al signo de exclamación, llegó a los tratados de ortografía un poco más tarde que el de interrogación, bajo el nombre de signo de admiración.
Es en el Diccionario de 1726 cuando se hace la primera referencia ortográfica a él: “se llama una nota, que en el periodo significa el efecto de la admiración, y se escribe con una i vuelta al revés: como Oh cuán bueno es Dios!”.
Aunque ya en la siguiente edición, la de 1770, se subraya que “de algún tiempo a esta parte se acostumbra poner inversa así (¡) antes de la voz en que comienza este sentido y tono, cuando los periodos son largos”.
Su reconocimiento oficial como signo doble llegó al Diccionario en 1884. Pero fue sólo en 2014, en la 23ª edición del diccionario de la Real Academia, cuando ese signo fue rebautizado como signo de exclamación en lugar de admiración, después de que varios autores subrayaran que la admiración es sólo uno de los sentimientos que se pueden expresar con este signo y que lo que importante era su tono exclamativo.

Sólo en español



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A día de hoy, la Academia de la Lengua tiene muy claro el uso correcto de los signos de interrogación y exclamación. Para empezar, subraya que “Los signos de apertura (¿ ¡) son característicos del español y no deben suprimirse por imitación de otras lenguas en las que únicamente se coloca el signo de cierre”.
Escribir por tanto “Qué hora es?” o “Qué alegría verte!” es incorrecto, lo correcto es “¿Qué hora es?” y “¡Qué alegría verte!”.
Los signos de interrogación y de exclamación se escriben pegados a la primera y la última palabra del período que enmarcan, y separados por un espacio de las palabras que los preceden o los siguen; pero si lo que sigue al signo de cierre es otro signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos.
Un ejemplo: “¡Caramba!, ¿son ya las tres?; se me ha hecho tardísimo”.
Tras los signos de cierre puede colocarse cualquier signo de puntuación, excepto un punto ya que, como señala la Academia, cuando la interrogación o la exclamación terminan un enunciado sus signos de cierre equivalen a un punto.
Los signos de apertura (¿ ¡) se han de colocar justo donde empieza la pregunta o la exclamación, aunque no se corresponda con el inicio del enunciado. En ese caso, la interrogación o la exclamación se inician con minúscula.


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¿Un ejemplo? Ahí va: “Por lo demás, ¿qué aspecto tenía tu hermano?”. “Si encuentras trabajo, ¡qué celebración vamos a hacer!”
Es posible escribir dos o tres signos de exclamación para indicar mayor énfasis en la entonación exclamativa: ¡¡¡Traidor!!!
Y, finalmente, también se pueden combinar los de interrogación con los de exclamación, siempre y cuando los signos de cierres sean simétricos a los de apertura. ¡¡¿¿De verdad piensas eso??!!
Fuente:  Aldea viral





miércoles, 25 de octubre de 2017

Diferencias entre árabe, musulmán, islamista y yijadista

A raíz de los recientes actos violentos cometidos por el llamado Estado Islámico,  se ve con frecuencia que  hay confusión entre los diferentes conceptos. 

Vamos a repasar rápidamente las diferencias entre uno y otro. 

Arabe: persona que nace o vive en un país árabe

Musulmán:  Aquel que cree en el Islam (No hay mas dios que Alláh, y Mahoma  es su profeta).  Islam a su vez quiere decir "entregarse a dios".

Islámico: todo lo relacionado con la cultura árabe (palabra más relacionada con la cultura y costumbres que con creencias religiosas)

Islamista:  El que apoya las leyes islámicas como forma de gobierno.  (Islam político)

Yijadista:  (yihad quiere decir "esfuerzo para proteger las fronteras del Islam). Se usa para denominar grupos armados que atacan a todos los que tienen otras creencias y formas de vida diferentes al islam. 

Vemos pues que no todos los árabes son musulmanes ni todos los musulmanes son árabes.  Así mismo no todo islamista es terrorista.  Hay que aprender a llamar las cosas por su nombre. 




Por otra parte, recordemos que en nuestra historia (proveniente de España) hay también tenemos sangre musulmana. 

Termino el tema de la semana aclarando también unos términos que con frecuencia se confunden:

Mozárabes Nombre dado a los cristianos que vivían en los territorios dominados por los musulmanes tras la conquista de la Península Ibérica en el año 711.  Se les permitía ser cristianos siempre y cuando aceptaran las normas y pagaran los tributos a los musulmanes. 

Muladíes:  Nombre dado a los cristianos  que se convirtieron al islam  en los territorios ocupados por los musulmanes en el período de la conquista del Al Andaluz en el año 711 

Mudéjares:   Nombre dado a los musulmanes que permanecieron en los territorios ocupados por los cristianos durante el periodo de la reconquista (1492).  Se les permitía conservar su religión,  siempre y cuando aceptaran pagar los tributos a la corona. 


Espero no haberlos enredado mucho. 

Hasta la próxima semana. 

miércoles, 18 de octubre de 2017

¿Qué pasa con Cataluña?

Recientemente se habla de la tensionante situación  que existe con Cataluña (o Catalunya) con respecto al gobierno español.   

Cataluña quieren ser independiente. Históricamente los catalanes han sido una mezcla extraña entre España y Francia. Desde hace siglos algunos catalanes han buscado  ser un país independiente, argumentando una lengua propia y una cultura diferente. (recordemos pintores, arquitectos, cantantes famosos que ha dado esta región) 

Se dice que Cataluña (con cerca de 8 millones de habitantes) aporta el 20% del producto interno bruto de España, pero recibe una proporción menor cuando se trata de inversión del estado, razón por la cual los gobernantes catalanes propusieron hacer una consulta popular para saber si los ciudadanos estarían de acuerdo con que Cataluña fuera un estado. 

El gobierno español reaccionó con medidas opresivas que en opinión de muchos validaron la idea separatista. 

A continuación del dejo un análisis histórico de lo que ocurre, presentado por Eduardo Rothe  en el programa Misterios de la Historia del canal Telesur. 



A veces, cuando veo esto, pienso en las semejanzas con lo que ocurre en Colombia y la propuesta de una República de Antioquia Federal e  independiente. 

No hay que apresurarse.  Primero hay que tratar de conocer la historia para poder construirla.  

miércoles, 11 de octubre de 2017

España no tuvo la culpa. (El mito de la leyenda negra)

Uno de los problemas que tenemos en América latina es que solemos culpar de nuestras desgracias a los demás.  No asumimos la responsabilidad por nuestros actos y nuestras decisiones. Siempre buscamos un culpable. Somos subdesarrollados "por culpa de los conquistadores", "porque los que quienes vinieron de España eran unos ladrones",  o porque "somos el resultado de una sociedad oprimida". 

Por cierto, hay indicios de que en el primer viaje de Colón solo venían comerciantes que tenían propiedades en España.  En el registro consta de que tenían que ser casados y tener dinero para poder embarcar.  Es lógico: Isabel la Católica no iba a invertir en semejante aventura si no estuviese convencida de que la expedición (que venia por sedas y especies) regresaría nuevamente a España. Eso de que eran personas liberadas en las cárceles era mentira. Sólo que nos gusta culpar a los demás por nuestro subdesarrollo. 

Mientras  no asumamos nuestras responsabilidad, nuestro futuro jamás será el que forjemos sino el que creamos que otros nos imponen. 

Hace poco tuve una discusión con un académico que lamentaba el etnocidio sufrido por los indígenas americanos. Yo disentía. Mi postura era que mucho de lo que nos han enseñado sobre el ataque sistemático a la población indígena era mas un mito que una realidad.  

Él explicaba que, de acuerdo con el antropólogo francés Pierre Clastres, si había ocurrido un etnocidio porque se hizo una destrucción cultural de un pueblo, de sus modos de vida y pensamiento, derivada del etnocentrismo de la cultura que conquista sobre la conquistada.  

A la luz de este planteamiento, debo aceptar que  tal vez si hubo etnocidio pero nunca hubo el genocidio que se pretende endilgar a Europa. 


Según algunos historiadores la mayoría de los indígenas que había en América del sur murieron a causa de enfermedades (traídas por españoles) pero en la que no hubo violencia como han querido hacernos ver. 
Siguiendo la voluntad de los Reyes Católicos “se remediaron algunos de los abusos más patentes de la primera hora, pero las cosas seguían estando muy mal. De los 100 o 200.000 indígenas, o quizás un millón, de La Española, en 1517 sólo quedaban unos 10.000. En  los años siguientes, aunque no en proporciones tan graves, se produjo un fenómeno  análogo [parecido] en otras regiones de las Indias. ¿Cómo explicarlo? No puede acusarse  simultáneamente a los españoles de asesinos y explotadores de los indios, pues ningún  ganadero mata por sadismo [crueldad] el ganado que está explotando. Tuvo que haber, además de las guerras y malos tratos, otra causa…
Y la hubo. Hace tiempo se sabe que la causa principal de ese pavoroso declive demográfico  [de población] se debió a las pestes, a la total vulnerabilidad de los indios ante agentes  patógenos [infecciosos] allí desconocidos (…). Leemos en las Crónicas indígenas:  
“Cuando se fueron los españoles de México (tras su primera entrada frustrada) y aún no se preparaban los españoles contra nosotros se difundió entre nosotros una gran peste, una enfermedad general… gran destruidora de gente. Algunos bien les cubrió por todas partes (de su cuerpo) … Muchas gentes murieron de ella. Ya nadie podía andar, no más estaban acostados, tendidos en su cama. No podía nadie moverse… Muchos murieron de ella, pero muchos solamente de hambre murieron: hubo muertos por el hambre: ya nadie tenía cuidado de nadie, nadie de otros se preocupaba… el tiempo que estuvo en fuerza esta peste duró sesenta días”  (1)

La desaparición de los indígenas no fue provocada por hechos violentos por parte de los Españoles. De hecho, la corona prohibió esclavizar indígenas, favoreciendo automáticamente el comercio triangular de esclavos africanos, con tal de que no hubiera esclavos indígenas. 

Llama la atención que Pedro Cieza de León difiere en sus relatos con los de Fray Bartolomé de las Casas. Este último relataba grandes abusos contra los indígenas porque  necesitaba el apoyo económico de la corona para su comunidad y por eso algunos piensan que exageraba sus informes sobre el maltrato a los nativos. 


 A diferencia de los indígenas norteamericanos que fueron sistemáticamente acabados para quedarse con sus búfalos y su tierra, en Suramérica los abusos contra los indígenas fueron en menor frecuencia. Incluso hubo leyes tratando de protegerlos.


Hoy les quiero compartir este documento que me encontré, que espero les de una visión diferente de lo que siempre nos han contado. 

Ya es hora de dejar de echarle a los demás la culpa de todos nuestros males. 



La Gran Mentira del Genocidio Español en América (2)Hispanidad: la gran mentira del genocidio español en América


JOSÉ JAVIER ESPARZA Y ANTHONY ESOLEN

De todas las mentiras que he escuchado a lo largo de mi vida sobre asuntos históricos, quizá entre las que más me molestan estén las relativas al papel ejercido por España en América. Las que conforman la “Leyenda Negra” que acusa a España de genocida y esclavizadora de los pueblos americanos durante la Conquista. Y me molestan porque son acusaciones falsas e infundadas, que a base de ser repetidas e introducidas con calzador en el ideario popular, hemos acabado por creérnoslas hasta los propios españoles. Todo proceso histórico conquistador o colonizador conlleva el uso de la violencia y de las armas. Si bien el Imperio Romano invadió y conquistó España desde el siglo III A.C., arrasando y aniquilando a nuestros antepasados celtíberos, lusitanos, astures o cántabros, a nadie con un mínimo de inteligencia se le ocurriría hoy decir que Roma es la culpable de “la aniquilación de España” y del “sometimiento injusto” de nuestro pueblo. Más bien, los españoles mantendremos una deuda eterna con Roma por habernos dejado un legado inigualable tras su paso, latinizándonos y regalándonos su influencia y su organización. Algo parecido, o quizá de superior magnitud, sucedió en lo que respecta a la transmisión de riqueza a América tras nuestra llegada. La diferencia, sin embargo, es que el Imperio Romano no tuvo la mala suerte de contar con un enemigo anglosajón que volcara sobre él durante siglos infinitas mentiras y leyendas destinadas a diezmar su legitimidad y grandeza incontestables.

También los propios Tlaxcaltecas ayudaron a Hernán Cortés a derrotar a sus enemigos de Tenochtitlán (los Aztecas de Moctezuma), y los Aztecas, a su vez, combatieron junto a los españoles en posteriores colonizaciones…La historia, como vemos, es al final una sucesión de conquistas, y si bien se cometieron algunos casos aislados de maltrato durante los periodos de introducción y de Conquista (inevitables teniendo en cuenta las gentes, las circunstancias y la época) España no ejerció sobre los nativos americanos ningún tipo de genocidio ni esclavitud generalizado. Muy al contrario, podemos decir (y avalarlo con documentación y hechos contrastados de la historia), que España fue el único país de Europa que siempre protegió en su Conquista a los nativos de todos nuestros territorios de Ultramar, garantizándoles una vida digna y unos derechos integrales.


Pocos años después de nuestra llegada a tierras americanas, y en virtud de nuestra condición de Reino católico (clave en nuestra posterior relación con los indígenas), y del impulso de nuestros frailes Franciscanos y Jesuitas, fuimos los propios españoles quienes dictamos multitud de normas, leyes y decretos oficiales que protegían a los indígenas de cualquier abuso. Y fue la propia Reina Isabel la Católica quien determinó tras el primer viaje de Colón, que los indios nativos no debían ser considerados esclavos, ni siquiera gentes colonizadas, sino súbditos de pleno derecho de la Corona Española, como habitantes de las nuevas provincias recién descubiertas.

Llegada de Cristóbal Colón a América

Y nos tomamos tan en serio los españoles la aplicación de justicia sobre los indígenas del Nuevo Mundo, que la Monarquía Hispánica inmediatamente acometió las reformas necesarias para regular su trato de forma oficial. De esta manera, nada más dos décadas después de iniciarse el Descubrimiento (el 27 de diciembre de 1512), España abolió la esclavitud indígena mediante las “Leyes de Burgos”, en las cuales se emitieron las ordenanzas necesarias “para el gobierno con mayor justicia de los naturalesindios o indígenas” y se estableció que el Rey de España tenía derecho a “justos títulos de dominio del Nuevo Mundo, pero sin derecho a explotar al indio, que era hombre libre y podía tener propiedades, pero que como súbdito debía trabajar a favor de la Corona sin mediar la esclavitud, retribuido y con libertades garantizadas, a través de los españoles allí asentados. España anteponía la evangelización de los nativos a cualquier otra materia, nativos a quienes consideraba hermanos cristianos, dejando a un lado las excepciones salvajes que efectivamente se pudieran dar y de las que de ninguna manera fue culpable España como unidad.

Pero las “Leyes de Burgos” no fueron unas leyes aisladas en lo referente al trato a los indígenas, y treinta años más tarde (1542), España emitía las “Leyes Nuevas” (o Leyes y ordenanzas nuevamente hechas por Su Majestad para la gobernación de las Indias y buen tratamiento y conservación de los indios), en las que entre otras cosas se regulaba aún más en detalle el trato a los nativos, proclamando de nuevo su libertad y suprimiendo igualmente las encomiendas. Eran normas emitidas por los propios españoles y que restaban derechos a los pobladores españoles en beneficio de los indígenas, algo inédito en aquel momento y digno de asombrosa admiración… En esas “Leyes Nuevas”, el Emperador Carlos V mandó constituir una comisión que determinara la limitación de los derechos de los españoles en sus encomiendas y el sistema y forma en que se llevaban a cabo las Conquistas (no podían violarse los derechos indígenas en ese proceso). En dichas leyes, también se regulaban los tributos que los indígenas debían aportar al Estado, como súbditos del Rey que eran y no como esclavos.

En resumen, en lo relativo al trato a los indígenas, las “Leyes Nuevas” aportaban lo siguiente:

– Sobre la esclavitud:
* Cuidar la conservación y gobierno y buen trato de los indios
* Que no hubiera causa ni motivo alguno para hacer esclavos, ni por guerra, ni por rebeldía, ni por rescate, ni de otra manera alguna.
* Que los esclavos existentes fueran puestos en libertad, si no se mostraba el pleno derecho jurídico a mantenerlos en ese estado.
* Que se acabara la mala costumbre de hacer que los indios sirvieran de cargadores (tamemes), sin su propia voluntad y con la debida retribución.
* Que no fueran llevados a regiones remotas con el pretexto de la pesca de perlas.
* Se dictó orden a la armada española para la persecución y castigo de las naves esclavistas inglesas, holandesas y portuguesas que infectaban el caribe con destino a las colonias anglosajonas y a Brasil.

– Sobre las encomiendas:
* Que los oficiales reales, del virrey para abajo, no tuvieran derecho a la encomienda de indios, lo mismo que las órdenes religiosas, hospitales, obras comunales o cofradías.
* Que el repartimiento dado a los primeros Conquistadores cesara totalmente a la muerte de ellos y los indios fueran puestos bajo la real Corona, sin que nadie pudiera heredar su tenencia y dominio.


Y es que, como decía el historiador e hispanista estadounidense Lewis Hanke, uno de los mayores expertos sobre Hispanoamérica: “Ninguna nación europea se responsabilizó de su deber cristiano hacia los pueblos nativos tan seriamente como lo hizo España. Y no solo cuidamos más que ningún otro país nuestra relación con aquellos nuevos compatriotas, sino que el nacimiento del Imperio Español en América supuso, de facto, en inicio de uno de los periodos más prósperos de la historia universal. Un periodo en el cual la ciudad de México llegó a convertirse en la urbe más grande y rica del planeta, o en el que cuando llegaron las independencias, España había creado un legado que convertía a Hispanoamérica en la región más próspera del planeta, con un nivel de vida y una economía incluso superiores a las de la Europa de entonces y con unas ciudades (como Lima, Santa Fe de Bogotá o México), mucho más importantes que Londres, París o la Roma de aquel momento…Y fuimos quizá tan respetuosos y precavidos, que podemos afirmar que los problemas reales de las independencias americanas no fueron causados por España, sino por los trágicos y mal llamados “libertadores”, que en nombre de una falsa igualdad arrebataron a los indios sus derechos y sus tierras comunales, amparadas por las leyes y los derechos que los españoles habíamos decretado siglos antes.

Nuestra labor en América no tuvo absolutamente nada que ver con genocidios o esclavitudes, y sin embargo sí mucho que ver con el florecimiento en América de una nueva cultura que venía a cambiar para mejor la que nos encontramos al llegar. Descubrimos sociedades tecnológica y humanamente 3000 años atrasadas, generalmente inconexas entre ellas, que en su práctica totalidad practicaban el canibalismo y los sacrificios humanos, y a las cuales situamos a la cabeza del mundo en pocos siglos. Y es España la responsable de haber trasladado a América el urbanismo, el derecho, las economías estructuradas, la agricultura, las universidades, las catedrales, las técnicas arquitectónicas, la influencia del Renacimiento, la imprenta, la rueda, la escritura, la música o la fe, entre otras infinitas cosas. Fundamos 23 universidades en América que daban educación a casi 200.000 alumnos de todas las clases sociales y razas (Portugal no fundó ninguna en Brasil durante su periodo colonial, mientras que la Inglaterra colonial de entonces, por ejemplo, hasta ese momento se había preocupado más bien poco por educar a sus indígenas), y a través de la península, hacíamos llegar a América todas las corrientes intelectuales y las artes que la grandiosa España de entonces absorbía.

CAPITULO XII del testamento de ISABEL LA CATOLICA: «Por cuanto al tiempo que nos fueron concedidas por la Santa Sede Apostólica las islas e tierra firme del mar Océano, descubiertas e por descubrir, nuestra principal intención fue, al tiempo que lo suplicamos al Papa Alejandro sexto de buena memoria, que nos hizo la dicha concesión, de procurar inducir e traer los pueblos de ellas e los convertir a nuestra Santa Fe católica, e enviar a las dichas islas e tierra firme del mar Océano perlados e religiosos e clérigos e otras personas doctas e temerosas de Dios, para instruir los vecinos y moradores de ellas en la Fe católica, e les enseñar e doctrinar buenas costumbres e poner en elfo la diligencia debida, según como más largamente en las Letras de la dicha concesión se contiene, por ende suplico al Rey, mi Señor, muy afectuosamente, e encargo e mando a la dicha Princesa mi hija e al dicho Príncipe su marido, que así lo hagan e cumplan, e que este sea su principal fin, e que en ello pongan mucha diligencia, e non consientan e den lugar que los indios vecinos e moradores en las dichas Indias e tierra firme, ganadas e por ganar, reciban agravio alguno en sus personas e bienes; mas mando que sea bien e justamente tratados. E si algún agravio han recibido, lo remedien e provean, por manera que no se exceda en cosa alguna de lo que por las Letras Apostólicas de la dicha concesión nos es infundido y mandado».

¿Qué se cometieron atrocidades e injusticias? Sin duda, sí. ¿Qué hubo quienes utilizaron su poder personal para esclavizar a veces a los indígenas? También. Pero el 95% de las muertes acaecidas por aquel tiempo en América no son producto de las armas españolas, sino de los virus y enfermedades (como la gripe, la viruela, la escarlatina o el sarampión), que inevitablemente se transmitieron de España a América y de América a España entre dos mundos que hasta ese momento habían estado permanentemente aislados entre sí.

Por todo ello, creo que es deber de toda la comunidad Hispanoamericana conocer estos hechos, para no dejarnos seguir engañando por la leyenda negra creada por el mundo anglosajón y por quienes encabezaron las distintas independencias e hicieron creer a algunos que la bellísima historia común que tenemos no fue sino una vulgar y cruel escabechina. Con un poco de rigor histórico y cultura, descubrimos que lejos de ser aquello que esos dicen, la historia de España en América es uno de los periodos más hermosos y prósperos de la historia universal, porque España no fue a América para irse sino para quedarse, para construir y para fusionarse. Y fruto de ese aporte y de esa fusión son sus ciudades y sus gentes de hoy, que son el mejor ejemplo vivo de aquella gesta sin igual que hermanó para siempre a una comunidad de naciones que hoy engloba a 450 millones de personas.


Fuentes

1.   León-Portilla, Miguel (1985): Crónicas Indígenas; visión de los vencidos) Fuente: Iraburu, José María (1999): Hechos de los Apóstoles. Navarra: Fundación Gratis Date-Pamplona, p. 28-29 (consultar)

2.  Anthony Esolen y José Javier Esparza Torres.“Guía políticamente incorrecta de la civilización occidental”, adaptación española basada en: The Politically Incorrect Guide to Western Civilization.  Ciudadela Libros.  (consultar)