Esta semana les traigo un texto que me enviaron hace mas de 10 años y que he guardado en un cajón. Qué mejor oportunidad de desempolvarlo y hacerlo vigente.
¡MAESTRO!
¡Maestro, qué grande es tu labor! Acaso nadie da cuenta que esa gotita de ciencia mezclada de amor que tú echas en el corazón del niño cada día... El niño... masa moldeable en tus manos, cheque en blanco, lindo capullo... ¿Cómo te afanas, maestro, por verter conocimientos en ese libro abierto! Pero... el tiempo es poco, el programa es largo, y faltan les cosa suficientes para enseñar al niño esa ciencia maravillosa que no se encuentra encerrada en los limites de un libro. Es la ciencia de la Belleza y del Amor.
Maestro: enséñale al niño que el H20 se compone de O e H que es algo indispensable para la vida de los seres creados. Pero enséñale también que el agua canta al saltar entre las peñas en el arroyo, que arrulla en sus pequeñas olas las florecillas que caen de los árboles, que es el espejo del cielo azul.
Es necesario que el niño sepa que el gato es un felino, que el perro es un carnívoro, que la paloma es un ave, pero dile también que los animales son seres sensibles al hambre, la sed y el frío, que necesitan Amor, porque ellos saben amar a veces más que los hombres. ¿Cuántas veces le habrás repetido que los árboles son buenos porque nos dan su madera, su sombra, nos producen oxígeno, pero... . le has hablado de la belleza de su verde-verde y que sangran cuando les maltratamos?
El mar... ¡qué útil al hombre desde los más remotos tiempos! Pero.. ha aprendido el niño a contemplar la ola que explota enfurecida contra el peñasco o besa amorosa la abrasada arena? El viento... ¡cómo purifica la atmósfera y traslada el polen para la reproducción!... pero di al niño que el viento va repartiendo su música de peregrino errante entre los árboles del bosque.
Por favor: un átomo menos de Geografía... y un átomo más de respeto al anciano, al abuelito torpe, al niño mongólico que pasa a su lado. Un átomo menos de matemáticas.. - y un átomo más de AMOR a sus padres, a su maestro, al compañero de clase. Enséñale, en fin, a descubrir el mundo detrás del viento, detrás de las nubes, detrás del mar.
¡Ay, Maestro, qué hermosa hoja en blanco tienes en tus manos!
TARSILA SICILIA
(Española)
Feliz día a todas aquellas personas que nos comparten un poco de sí mismos. Gracias, por siempre.
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