"SOMOS ENANOS EN HOMBROS DE GIGANTES" (Bernardo de Chartres - S. XII)
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miércoles, 20 de julio de 2022

Decálogo del Cuentista: Horacio Quiroga

 Decalogo del cuentista (Horacio Quiroga.)


I
Cree en un maestro —Poe, Maupassant, Kipling, Chejov— como en Dios mismo.

II
Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.

III
Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia.

IV
Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.

V
No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.

VI
Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: «Desde el río soplaba el viento frío», no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.

VII
No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.

VIII
Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.

IX
No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.

X
No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento.
______________

Horacio Silvestre Quiroga Forteza (Salto, Uruguay; 31 de diciembre de 1878-Buenos Aires, Argentina; 19 de febrero de 1937), fue un cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo. Fue uno de los maestros del cuento latinoamericano, de prosa vívida, naturalista y modernista.​ Sus relatos a menudo retratan a la naturaleza con rasgos temibles y horrorosos, como enemiga de las circunstancias del ser humano. Ha sido comparado con el escritor estadounidense Edgar Allan Poe.

miércoles, 11 de mayo de 2022

Taller de Crea-Acción Literaria

El pasado 6 de mayo nació un nuevo espacio para aquellas personas que gustan de escribir. Se trata de un taller de creación literaria en el que los participantes pueden compartir sus textos frente a otros escritores y sobretodo lectores, recibir retroalimentación de ellos y adquirir o mejorar sus habilidades en el arte de la palabra escrita. 

Este Taller Crea-Acción Literaria surgió como iniciativa de la Editorial Libros para Pensar y tiene sus orígenes en Bogotá, donde tiene su escuela para escritores. 

Quienes estén interesados, aquí va la información:

Lugar:  Parque Biblioteca de Belén  Cra. 76 #18A-19

Horario:  Viernes  6:00 - 8:00 pm. 

Inscripciones permanentes.

Pueden hacer la inscripción pueden hacer clic acá o comunicarse con los siguientes teléfonos:  cel. 3007796607 - 3214793451

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Para quienes aún no están seguros, de lo que es un Taller de Creación Literaria, les dejo este artículo: 


¿Qué es un taller de creación literaria?


Un taller de creación literaria es un espacio que permite a sus miembros adquirir y fortalecer competencias y habilidades de narración con la finalidad de generar diferentes tipos de textos, a traves de la reflexión personal y la interacción con otros participantes.

 ¿Qué diferencia hay entre una tertulia y un taller literario?

La tertulia literaria y el taller de literatura parten del amor por las letras. En ambos se leen textos, se analizan y se discuten, pero a diferencia de la tertulia, el taller necesariamente implica el perfeccionamiento del texto con el objetivo de lograr un producto de calidad, de ahí que se le denomine “Taller”. En la tertulia, no necesariamente se trabaja sobre el texto buscando su mejoramiento.  

¿Todos los talleres literarios son iguales?

No. Cada taller literario tiene una dinámica individual. La forma como transcurre un taller literario depende fundamentalmente de tres cosas:

·         El enfoque.

·         El director

·         Los participantes.

El enfoque es el que determina la línea del taller. Existen talleres de creación literaria que pretenden fortalecer las competencias para la creación y generación de ideas para un texto. Básicamente trabajan en función de la imaginación de los participantes y la forma como ellos desarrollan sus textos. Tambien existen talleres de redacción: allí la originalidad del texto está en un segundo plano, porque el enfoque está centrado en la gramática y sintaxis, y en técnicas de redacción. Los hay, también, de edición: En estos talleres se pretende lograr la adquisición de herramientas para la corrección de textos, pulir el producto hasta dejarlo listo.  

Casi todos los talleres toman de todos los enfoques, algunos en mayor proporción que otros. El enfoque prácticamente lo determina el director del tallerIgualmente, la dinámica de grupo hace que si todos tienen mucha imaginación y originalidad, posiblemente se logre mayores resultados trabajando sobre la gramática y sintaxis o sobre la corrección de textos. Pero si los participantes tienen pocas iniciativas, es muy probable que el director le dé un enfoque más lúdico y de imaginación.

Metodología: 

A diferencia de un curso, donde se sigue un derrotero único para todos, un taller permite que cada miembro avance a su propio ritmo. Cada participante trabaja en la medida de sus conocimientos y habilidades bajo la guía de un director (o coordinador) y con la ayuda de los demás participantes. La metodología puede variar en cada sesión dependiendo de la interacción que haya entre todos.

¿Cuál es la duración de un taller?

Eso depende de sus organizadores. Algunos talleres son de tiempo limitado, con una fecha de inicio y de terminación específica. Otros son abiertos y permiten que sus participantes vayan avanzando indefinidamente y por el tiempo que deseen.

El Taller Crea-Acción Literaria es una propuesta de la Editorial Libros para Pensar como un apoyo a los cientos de escritores que llegan a la editorial buscando quién les publique sus ideas. Pretende ayudar a mejorar y perfeccionar las habilidades comunicativas de estos escritores, y del público en general. 

Objetivo del Taller de Crea-Acción Literaria:

Propiciar un espacio donde los participantes puedan generar distintos tipos de textos literarios, a través de ejercicios de lecto escritura, contando con la participación de otros escritores y asistentes, en medio de un ambiente respetuoso de análisis y reflexión académica sobre la creación literaria.

Metodología del Taller Creación Literia de la Editorial Libros para Pensar.

Se harán reuniones presenciales. 

Se comienza con la lectura de un texto corto, relacionado con la teoría literaria. Se discute entre los participantes.

Se continúa con una figura literaria, se ponen ejemplos.

Se pasa luego a establecer un orden de lectura de los textos que tengan los participantes.

Cada escritor leerá su texto sin ser interrumpido y al final de su lectura se analizará, se discutirá  y se darán recomendaciones.

Al final de cada sesión se propone un tema para la siguiente sesión (temas que estimulen la creatividad). Cada participante tendrá la libertad de hacer el ejercicio o proponer otro texto.  

Normas para los participantes.

  • Todos somos lectores. Todos somos aprendices.
  • En toda interacción debe mantenerse el respeto por los demás.
  • Se puede presentar cualquier texto (novela, cuento, ensayo, crónica, poesía, etc.)
  • Se sugiere que los textos a leer sean de no más de 4-5 páginas con el fin de permitir mayor participación de los compañeros.
  • No tomarse ninguna crítica u observación a título personal. Recordar que se trata de opiniones de lectores que pueden o no entender un texto, o pueden estar o no de acuerdo con los planteamientos. Toda recomendación debe estar formulada en términos respetuosos y orientados a la mejora del texto.
  • No es obligatorio traer las tareas propuestas o tener texto para leer. Cada uno avanza a su propio ritmo.
  • Los ejercicios propuestos son para estimular la creatividad y la imaginación. No son obligatorios, pero ayudan cuando no se tiene en mente un tema específico para un texto.
  • Cada escritor es libre de aceptar cualquier sugerencia en la corrección de su texto, o de rechazarla. Sin embargo, se propone escuchar cada observación atentamente, sin rechazarla de plano.

En cada sesión se firmará un registro de asistencia para control interno.

 

Requisitos para la participación

  • Manifestar el interés y compromiso de hacer parte del proyecto.
  • Querer compartir espacio de forma incluyente y respetuosa.
  • Diligenciar datos en el formulario Google:  https://forms.gle/FTEofEYb7C6WhpT27
  • Estar al dia en la mensualidad.


Otros beneficios:

  • Prioridad para publicación en la Editorial libros para pensar.
  • Publicación de las obras en el blog del taller.
  • Participación en una antología anual con los mejores textos del taller.
  • Cada trimestre habrá una sesión en que se invitará a un escritor para que conversen con los participantes.
  • Préstamo de libros en la biblioteca de la editorial.

Bibliografía sugerida:

  • 20 escritores colombianos nos revelan sus secretos de creación. Emilio Restrepo. Libros para Pensar 2020
  • Escritores en su tinta. Fernando Vasquez. Ed Kimpres. 2008
  • El taller de Creación literaria. Luis Fernando Macías. panamericana. 2016. 
  • Saber escribir. Jesus Sanchez Lobato- Angel Cervera -Guillermo Hernandez. Instituto Cervantes. Ed Aguilar. 2007.
  • El juego como método para la enseñanza de la literatura. Luis Fernando Macías. Ed Ideas y palabras. 2008 
  • Logoi - Una gramática del lenguaje literario. Fernando Vallejo. Fondo de cultura económica. 2011 
  • Teoría y Técnica del Cuento. Enrique Anderson Imbert. ED Ariel 2007
  • Métodos de crítica Literaria. Enrique Anderson Imbert. Ediciones de la revista de occidente. 1969
  • Español Correcto para Dummies. Fernando Avila. Ed Norma. 2012
  • Curso De Escritura Creativa. Arenas Martin Abril Paula. Edimat libros. 2006
  • Así se escribe un cuento. Mempo Giardinelli. Capital Intelectual. 2012.
  • Manual Práctico para la Corrección de Estilo. Balakrishnan Manjula. Editorial Verbum. 2015
  • Gramática y estilística. Lucía González de Chavez.
  • Guía para directores de talleres de escritura creativa en cárceles. Red de Escritura Relata 2019
  • Manual De Redacción. Ramirez Capello Enrique. UNIACC 2018
  • Mientras escribo. Stephen King. Plaza & Janez. 2004
  • Zen en el arte de escribir. Ray Bradbury. Ediciones Minotauro 1995.





miércoles, 16 de marzo de 2022

El arte de Jan Van Eyck

Jan van Eyck  (o Johannes de Eyck, Maaseik, c.1390-Brujas, 9 de julio de 1441) fue un pintor flamenco que trabajó en Brujas. Es considerado como uno de los mejores pintores del norte de Europa del siglo XV y el más célebre de los Primitivos flamencos.

A continuación les comparto algunas de sus pinturas, que menciono en mi libro el Retrato del señor Rossi  

Cardenal Niccolò Albergati


Técnica: óleo sobre roble
Dimensiones: 34 x 29,5 cm
Fecha: hacia 1435
Museo de Historia del Arte de Viena


Cardenal Niccoló Albergati - Jan van Eyck
Bosquejo preliminar 1435
Dominio público,



Retrato de Arnolfini y su esposa (El matrimonio Arnolfini)

Giovanni Arnolfini - Giovanna Cenami
Fecha 1434
Técnica Óleo sobre tabla
Dimensiones 82,2 x 60 cm 
National Gallery de Londres

Les dejo un detalle de la anterior obra, en la que quiero resaltar varios aspectos: Primero, la calidad de los trazos en el rostro del hombre, en la lampara que cuelga del techo y en el espejo de la pared. Segundo, el impresionante manejo de la perspectiva, teniendo en cuenta que el espejo del fondo es un "ojo de pescado", es decir un espejo lenticular que deforma la imagen ampliando el centro y alejando lo periférico. Observen la perfección plasmada en ese reflejo. Tercero, Van Eyck fue uno de los pintores que solía escribir en sus pinturas, incluso en varios idiomas, y datar sus cuadros (ver encima del espejo)




Retrato de Giovanni Arnolfini

Fecha hacia 1435
Técnica óleo sobre roble
Dimensiones: 29,0 x 20,0 cm
Gemäldegalerie de Berlín  


Y por último les dejo esta perlita...  ¿A quien se les parece Giovanni Arnolfini?


Vladimir Putin
Presidente de Rusia




Nota:  Las fotos compartidas son de dominio público, y se pueden consultar en las páginas de origen haciendo clic en la respectiva leyenda. 

Les recomiendo comprar mi libro: El retrato del Señor Rossi. 

miércoles, 16 de febrero de 2022

Brevemar. Lina Marcela Cardona García.

Hace poco recibí un regalo maravilloso: Un libro de una amiga, que publicaba su primera obra. 

Apenas leí las primeras páginas, no pude soltarlo, y he vuelto a él varias veces porque sencillamente es un libro excepcional. En sus páginas habla de su infancia, su familia, el amor hacia sus padres y el que recibió de ellos, sus recuerdos, sus amores pasados, su vida, la muerte de su padre... Es un libro muy íntimo y muy bello que quiero compartirles. 


Con el permiso de su autora les traigo este bello texto


Los remedios

Lina Marcela Cardona García

Mi mamá sabía más que los médicos. Cuantos consejos escuchaba de sus amigas o vecinas fueron experimentados en nosotros, los niños. Y eso que para ese tiempo, por fortuna, no existían las redes sociales ni la mensajería instantánea, por donde se propagan las noticias sobre curas inmediatas. Como éramos flacos y paliduchos, y las mamás prefieren a los que son gordos y con las mejillas rosadas, la nuestra dedicó parte de su vida a tratar de aliviarnos y mejorarnos. Yo no era precisamente una muñeca de catálogo: pelo escaso, y con unas uñas que parecían de papel, por lo que entiendo que ella instalara su esperanza en que me compusiera un poco, en que mi hermano también se compusiera.

Se inventaba razones para llevarnos a citas periódicas en el Seguro Social. Llegaba con una lista de dolencias de cada uno, pretendiendo mostrarnos enfermos y casi moribundos a los ojos de los doctores. “Hay que contar todo, todo, en las citas”, aconsejaba. Casi que dirigía la consulta, los galenos asentían sin tiempo de pensar ante semejante ráfaga. Gracias a su obstinación, terminábamos medicados con vitaminas e inyecciones.

Recuerdo el olor de las pastillas de complejo B, que se volvió propio del cajón. Mi mamá decía que servían para estimular el crecimiento del pelo y las uñas. Y apoyaba la medicación con recetas caseras. Tengo un recuerdo, de los iniciales, de una escena de resistencia, cuando ella trataba de aplicarme un ungüento, del que luego supe que era a base de guayaba agria, para aliviar mi primer dolor, el de las llagas.

Después fue el chocolate de ojo, que nos observaban mientras saboreábamos la canela que disfrazaba el gusto a carne. El hígado crudo licuado con moras, para la anemia y para ganar más sangre. Vapores de sauco y eucalipto para la gripa y las enfermedades respiratorias; con una toalla sobre la cabeza para aprovechar bastante el vaho que salía de la ponchera, pero con la precaución de no exponernos al sereno porque nos torceríamos. Jugo de guineo y gelatina sin sabor para la gastritis y el dolor de estómago. Límpido para curar los herpes de la boca. Tan oftalmóloga como era, nos hacía comer zanahoria a diario y en varias preparaciones para ver mejor y, además, frotarnos los ojos con alguna semilla o un huevo caliente para desaparecer un orzuelo.

Entre las prescripciones memorables se encuentran el remedio para engrosar las piernas y el que combatía la falta de hierro. Mi más grande complejo de niña era tenerlas flacas, defecto por el que me gané varios apodos. Pero a mi mamá le dijeron que echarse aceite de pata de res para engrosarlas, que era bendito. Y así, cada noche, me acostaba brillante y con ese olor como a caldo.

Y ¿qué más pertinente que el extracto de herradura para incrementar los niveles de ferritina? Sí, así fue: un agua sin sabor, procedente de un herraje rehervido sería la cura de la anemia que ella suponía evidenciábamos. Rendida por los no resultados, que debían traducirse en tener mejor color, terminó colgando la herradura tras la puerta como amuleto para espantar las malas energías. Siquiera gracias a la defensa de mi papá no llegamos a la boñiga con leche, que le recomendaron para que desarrolláramos defensas.

Ella también era experta en las recomendaciones de reposo y cuidado de enfermedades. Cuando tuve varicela, por ejemplo, me hacía acostarme cubierta de pies a cabeza, para no contagiar a nadie durante la noche. Y cuando sufrí de hepatitis, a mi color amarillo y al encierro, se les sumaron las advertencias. “Si caminas muy rápido, o corres, o te comes algo que tenga grasa, se te va a explotar el hígado”. Por días esperé la gran explosión, como de las caricaturas, pues hurté de la nevera una galleta rellena de chocolate que comí sin pensar en mi muerte.

Y así, una lista larga que evidencia la trayectoria médica y de prescripción de mi madre. Muchas de las recetas las fui olvidando. Aunque si se las pregunto, recibo la explicación de las bondades y las dosis requeridas.

Cuando hablaba de estos remedios y mezclas, mis amigos lloraban de la risa y me consideraban una sobreviviente, más de mi madre que de mis dolencias infantiles. Pero nosotros éramos los pacientes que creíamos ciegamente en ella y en su amor cuidador.

Adulta, en un hospital, esperando noticias sobre una cirugía compleja de mi mamá, era inminente pensar que cuando el origen de uno se enferma, el mundo, como lo conocíamos, tendría que ser diferente: ¿Quién nos cuidaría? Me gustaría haber tenido tantas ocurrencias como ella, y haber estado segura de que llegaría el alivio. Pero yo ya estaba en otros dolores, sobre todo los que producía el miedo a la orfandad y a perder ese amor, para los cuales los remedios con seguridad nunca serán suficientes.

_________

Lina Marcela Cardona García. 
Medellin, 1978. 

Contadora pública de la Universidad de Antioquia, con
especialización en Alta Gerencia de la Universidad de Medellín. Cursó la maestría en Hermenéutica literaria (2016) y el diplomado en edicion de textos (2020) en la Universidad EAFIT.  Actualmente se desempeña como líder de riesgos y controles en una multinacional.  Ha participado en talleres de escritura creativa y cursos literarios como la Escuela de Escritores de Madrid, (2020), Asmedas (desde 2019) con el escritor Luis Fernando Macías, y "Viajeros" con el escritor Pablo Montoya (2021). Hizo parte de la investigación histórica "100 empresarios, 100 historiasde vida: Francisco Luis Jiménez" de la Cámara de Comercio de Medellin.   
Brevemar es su primer libro de relatos y crónicas. 

Lina Marcela Cardona con el profesor 
Luis Fernando Macías,  autor del prólogo


Brevemar,  proyecto ganador en la sexta convocatoria de Fomento y Estímulos para el Arte y la cultura 2021, de la Secretaría de Cultura de Medellín.  

Editorial Otrabalsa - Crónica
ISBN 978-958-49-4445-0
Prólogo de Luis Fernando Macías
Ilustraciones Interiores:  Male Correa. 

miércoles, 9 de febrero de 2022

¡Oh Capitán!, ¡Mi capitán! Poema de Walt Whitman

Muchos de ustedes quizas recuerden la película "La sociedad de los poetas muertos", que protagonizó el genial Robin Williams.  Tal vez reconozcan la famosa frase "¡Oh, Capitain! ¡My Capitain!.

Pues bien, esta semana les traigo el poema completo. 

Creo que vale la pena ponerlos en contexto: Este poema lo escribió Walt Whitman luego del asesinato de Abraham Lincoln en 1865.  Fue publicado ese mismo año en su libro "Hojas de hierba"

Sin más preámbulos, el poema. 

¡O Captain my Captain!


O Captain my Captain! our fearful trip is done;
The ship has weather’d every rack, the prize we sought is won;
The port is near, the bells I hear, the people all exulting,
While follow eyes the steady keel, the vessel grim and daring:


But O heart! heart! heart!
O the bleeding drops of red,
Where on the deck my Captain lies,
Fallen cold and dead.


O Captain! my Captain! rise up and hear the bells;
Rise up—for you the flag is flung—for you the bugle trills;
For you bouquets and ribbon’d wreaths—for you the shores a-crowding;
For you they call, the swaying mass, their eager faces turning;



Here Captain! dear father!
This arm beneath your head;
It is some dream that on the deck,
You’ve fallen cold and dead.



My Captain does not answer, his lips are pale and still;
My father does not feel my arm, he has no pulse nor will;
The ship is anchor’d safe and sound, its voyage closed and done;
From fearful trip, the victor ship, comes in with object won;



Exult, O shores, and ring, O bells!
But I, with mournful tread,
Walk the deck my Captain lies,
Fallen cold and dead.


¡Oh, Capitán, mi Capitán!


¡Oh, Capitán, mi Capitán! Nuestro azaroso viaje ha terminado;
El barco capeó los temporales, el premio que buscamos se ha ganado;
Cerca está el puerto, ya oigo las campanas, todo el mundo se muestra alborozado,
la firme quilla siguen con sus ojos, el adusto velero tan audaz.

Pero, ¡Oh, corazón! ¡Corazón! ¡Corazón!
Oh, se derraman gotas rojas
en la cubierta donde yace mi Capitán
caído, frío y muerto.

¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán! Levántate y escucha las campanas;
levántate —por ti la enseña ondea— por ti suena el clarín;
por ti son las guirnaldas y festones —por ti se apiñan gentes en la orilla;
por ti claman, la inquieta masa a ti se vuelve ansiosa.


¡Escucha, Capitán! ¡Querido padre!
Te pongo el brazo bajo la cabeza;
Un sueño debe ser que en la cubierta
hayas caído frío y muerto.


Mi Capitán no contesta, están sus labios pálidos e inertes;
Mi padre no es consciente de mi brazo, no tiene pulso ya ni voluntad.
El barco sano y salvo ha echado el ancla, el periplo por fin ha concluido;
del azaroso viaje, el barco victorioso regresa logrado el objetivo.


¡Exultad, oh, costas!, y ¡sonad, oh, campanas!
Mas yo, con paso fúnebre recorro
la cubierta donde yace mi Capitán
caído, frío y muerto.



Walt (Walter) Whitman:   (1819 - 1892)

Poeta 
estadounidense, enfermero voluntario, ensayista, periodista y humanista. Su trabajo se inscribe en la transición entre el trascendentalismo y el realismo filosófico, incorporando ambos movimientos a su obra.  Ha sido fuente de inspiracion de miles de escritores. Tal vez uno de los mejores poetas de la lengua inglesa.


miércoles, 15 de diciembre de 2021

Matar al lobo: Novedad literaria

Hace cerca de cinco años escribí un cuento corto sobre un general israelí, Benjamín Goldstein, que en el año 2028 construía una máquina para viajar en el tiempo y matar a Adolf Hitler antes de que se convirtiera en el canciller de Alemania y arrastrara con su locura a la guerra más sangrienta que ha sufrido la humanidad. 

Después fueron apareciendo nuevos capítulos del general en su lucha por impedir la segunda guerra mundial y el holocausto judío. El resultado fue una novela de ciencia ficción que combinaba la historia de la primera mitad del siglo XX con los viajes en el tiempo.   

Este libro quedó en tercer lugar en la convocatoria del Ministerio de Cultura en la modalidad de Obra Inédita (2018), obteniendo "Mención de Honor y suplencia". Por poco gana la beca para ser publicado, pero había dos mejores, y se sabe que algunos libros deben recorrer muchos senderos (a veces fallidos) antes de encontrar la ruta para ser publicados. (Y este es un consejo que le doy a los que apenas comienzan:  No se desesperen. Todo libro, tarde o temprano, encontrará su camino y llegará al lugar que le corresponde). 

El camino recorrido con Matar al lobo fue largo, y lleno de tropiezos. Por muchos años estuve tocando puertas en diversas editoriales. En algunas ni siquiera respondieron. En otras, la respuesta fue un rotundo "No", hasta que por fin, una de ellas creyó en el proyecto de Goldstein: La editorial de la Universidad de Antioquia. 

Luego de varios meses de trabajo, hace pocos días me avisaron que el libro Matar al Lobo ya estaba en las librerías digitales y que próximamente estaría en formato físico. 


Para mi es un orgullo presentarles este libro, pero ello no hubiera sido posible sin la participación de muchas personas a quien debo agradecer. 

En primer lugar, debo empezar agradeciendo a mi familia que pacientemente entendió mis largos trasnochos mientras luchaba con la palabra precisa, la cadencia de una frase, o consultaba e hilvanaba por horas los datos históricos. 

A mi profesor de literatura Luis Fernando Macías quien siempre creyó que el libro sería un éxito y quien me honró con sus palabras en el texto de presentación. 

A mis compañeros del taller de escritores de COMEDAL (a todos, pero muy especialmente a  Sonia Emilce García, Angela Ramirez, y Luisa Fernanda Mesa), quienes me retaban a que cada semana les llevara nuevos capítulos, y siempre estuvieron atentas a detectar las fallas en la sintaxis y los errores en el texto.

Al profesor Nahum Mont quien me escribió animándome a publicarlo por otros medios, cuando no logré acceder a la beca del Ministerio. 

Al profesor Memo Anjel, quien lo leyó desinteresadamente, y me hizo unas excelentes observaciones. Fue él quien me recomendó presentarlo a la Universidad de Antioquia, cuando tantas puertas estaban cerradas.   

De la Universidad de Antioquia debo agradecer a Doris Aguirre, quien en medio de la pandemia me explicó pacientemente los trámites para poner en consideración el libro ante la editorial, a los evaluadores que dieron el aval para el libro y al comité editorial que tomó la decisión de su publicación. 

Debo un agradecimiento muy especial a Silvia García Sierra, mi editora, por sus enormes contribuciones al libro para que saliera sin errores y estuviera mejor escrito. Sin ella, el libro estaría plagado de imprecisiones y errores. Su tremendo ojo crítico y sus vastos conocimientos, evitaron que se publicaran yerros imperdonables. 

Por último quiero agradecer a todo el equipo editorial:  A quien hizo el diseño de portada, a los que hicieron la maquetación y a los que trabajaron en la producción y mercadeo. No los conocí durante el proceso, pero les estoy muy agradecido. 

No queda más que invitarlos a comprarlo y a compartirlo. Estoy seguro que esta novela les encantará. Disfruten este viaje por la historia y por los sueños del general Goldstein y su grupo de valientes voluntarios que contra todo pronóstico dieron sus vidas para Matar al lobo. 




Pueden adquirirlo en la librería de la Universidad de Antioquia, Cooprudea, CIS y Al pie de la letra.  (o escribiendome directamente) . 

A continuación les comparto los enlaces donde lo pueden adquirir en formato digital. En los enlaces siguientes podrán leer los primeros capítulos en forma gratuita. 


Espero se diviertan leyéndolo y quedo atento a sus comentarios.
  


miércoles, 17 de noviembre de 2021

Insectos: cuento de Carlos Alberto Velasquez C

Del libro, Cola de Cerdo, el suicida fallido, esta semana les traigo uno de los cuentos, titulado:  Insectos. 

Espero lo disfruten. 





Este video fue posible gracias a la invitación de mi colega y amigo Emilio Alberto Restrepo y del canal regional Teledonmatías. 

Mi gratitud para ellos.

Si les ha gustado el video, denle "like" y compártanlo con sus amigos.

_____________________


Cola de cerdo, el suicida fallido


ISBN 978-958-49-1505-4
Autor: Velasquez Cordoba, Carlos Alberto
Editorial: Libros para Pensar
Prólogo a cargo de Luis Fernando Macías
Materia: Narración de cuentos
Publicado: 2021-02-07
Número de edición: 1
Número de páginas: 152
Tamaño: 14x21cm.
Encuadernación: Tapa blanda o bolsillo
Soporte: Impreso
Idioma: Español

Pedidos: calveco@une.net.co 

WhatsApp: 305 3997940

También puede ser adquirido en las librerías Resplandor (Centro Comercial Unicentro) y en Librópolis (Centro Comercial Orquídea Plaza), en el Instituto Tecnológico de Artes Eladio Velez (Itagüí) o directamente en la Editorial Libros para pensar.

 


miércoles, 6 de octubre de 2021

La enfermedad en el arte, de la mano de Francisco Javier Barbado.

Hace poco un amigo, médico y empresario, me invitó a grabar con con su empresa unos podcast sobre medicina y literatura. Dentro de los temas que hablamos estuvo un tema apasionante: la relación entre la enfermedad y la literatura. A pesar de que muchos escritores no son médicos, en sus obras describen a la perfección la enfermedad humana. 

Igualmente ocurre con la pintura. Muchos pintores han plasmado la enfermedad en sus obras.  

Hace unos meses me llegó un artículo del Periódico El español, escrito por Marcos Domínguez y Javier Carbajal, titulado "Doctor Barbado, el médico que halla enfermedades en los cuadros de Goya y Velázquez", en el que muestran el impresionante trabajo hecho por el Internista Francisco Javier Barbado, analizando las pinturas del Museo del Prado y descubriendo las enfermedades allí expuestas.

El doctor Javier Barbado es el tercero de
izquierda a derecha (el segundo soy yo)
El artículo me trajo bellos recuerdos y me llenó de emoción:  En 2016 la Pontificia Universidad Javeriana de Cali me invitó a presentar una ponencia sobre literatura y medicina en el I Coloquio Iberoamericano de Medicina Narrativa.  Allí tuve el honor y el placer de conocer al doctor Francisco Javier Barbado Hernández, un medico apasionado por la literatura y el arte, quien nos deleitó con una conferencia en la que mostraba pinturas clásicas en las que la enfermedad estaba presente. 

A continuación trascribo el artículo que relaciono y agrego las imágenes que se mencionan en él. Doy los respectivos créditos a sus autores y a El Español. He sacado las pinturas de la web, no solo las que originalmente trae el artículo, sino otras tantas, con fines didácticos. 

Francisco Javier Barbado, en la entrada al museo del Prado


"Doctor Barbado, el médico que halla enfermedades en los cuadros de Goya y Velázquez" 


Palidez reflejo de una anemia ferropénica, lesiones cutáneas de color ocre en la región frontal izquierda, baja estatura y bocio incipiente. A pesar de ser diagnosticada con pubertad precoz, la paciente tiene más de 350 años. Lo que los médicos de la época posiblemente no sabían es que un compañero suyo elaboraría la historia clínica de la infanta Margarita de Austria y llegaría a una conclusión: la que sería por un breve tiempo (murió a los 21 años) una de las mujeres más poderosas de Europa, hija del rey español Felipe IV y emperatriz consorte del Sacro Imperio Romano Germánico, sufría la enfermedad de Albright.

Las Meninas - Diego Velazquez -  Museo del Prado


A Francisco Javier Barbado le fascina especialmente
Maribárbola, la enana de origen alemán que vino a España para formar parte del servicio de la infanta. "Tiene cabeza grande, macrocefalia; tiene una frente olímpica, amplia, nariz en silla de montar, pómulos agrandados… Es un modelo clínico de acondroplasia".


Sabe de lo que habla. Cuando este exjefe de sección del servicio de Medicina Interna de La Paz dejó de ir al hospital (así es como llama él a la jubilación, porque no ha parado desde entonces), se acostumbró a acudir un par de veces por semana a su museo predilecto, la pinacoteca más grande de España y una de las principales del mundo: el Museo Nacional del Prado. 

Durante dos años paseó por sus pasillos como si fuera la planta de su hospital, y cada cuadro era una cama con uno o varios pacientes a los que visitar. "Cada día pasaba unos 10-12 cuadros, una sala entera". Llenó decenas de libretas con sus observaciones. "Me di cuenta de que había muchos signos físicos de enfermedades que yo había visto". Y es que a su experiencia en el mayor centro hospitalario de España se añadía su participación en el grupo de Enfermedades Minoritarias de la Sociedad Española de Medicina Interna. "Había síndrome de Cushing por todos los lados y muchas enfermedades raras", la mayoría de origen genético, con los Austrias siendo sus abanderados.

"Dice Gregorio Marañón que el factor genético de los Austrias era una bomba autodestructiva. El árbol genealógico y las enfermedades de esta familia no los puedes retener en la cabeza: a veces tienen hasta 15-20 parentescos". Y la pobre infanta Margarita fue una víctima de la consanguinidad.

Barbado acude a Óscar Valtueña, médico que en 1999 diagnosticó a la pequeña. "Él interpreta que el búcaro (el pequeño jarrón que le ofrece en una bandeja la menina María Agustina Sarmiento) es de arcilla, pero en palacio el agua no se ofrecía en estos recipientes porque daba un sabor amargo y cierta podredumbre; la daban en vidrio refrigerado con hielo, así que esto no es para beber. Probablemente masticaba la arcilla para frenar la menstruación: tendría metrorragia por pubertad precoz, característica del síndrome de Albright. Lo veo bastante verosímil, sobre todo por los cuadros posteriores, que también se pueden ver en el Prado". 


Las meninas - Detalle.
Obsérvese el jarrón de arcilla

El segundo paso del doctor Barbado fue comparar sus apuntes con los de otros 'médicos de cuadros' para corroborar sus impresiones, como si estuviera en una junta médica: Castillo Ojugas y su "Una visita médica al Museo del Prado"; Amador Schüller con "La patología en la pintura de Velázquez"; Alejandro Aris y  "La medicina en la pintura"; Martí i Vilalta con "Neurología en el arte"… Por aquel entonces dejó de acudir dos veces por semana para hacerlo 'solamente' una al mes y apuntarse a las visitas didácticas de los amigos del museo. 

Su amplio conocimiento de las obras que allí se encuentran y las patologías que afloran en las mismas lo ha plasmado en numerosas conferencias y artículos en revistas médicas especializadas. EL ESPAÑOL le ha pedido que seleccione cinco cuadros de la pinacoteca para analizarlos en profundidad, obras de Velázquez, Goya, El Bosco, Strozzi y… ¿Leonardo Da Vinci?

El primer cuadro de todos es, por supuesto, Las meninas, del que ya hemos hablado. Para cerrar este capítulo queda hablar del tercer personaje clínicamente más interesante: Nicolasito Pertusato, enano de origen italiano que molesta al perro que está dormitando en primer plano. "Debería tener entre ocho, diez, doce años, quizá más. Lo estudió mucho Gregorio Marañón. Es grácil, aniñado, juguetón… Tiene un psiquismo normal y es proporcionado en las extremidades. Su enanismo hipofisario hoy en día se curaría con hormona de crecimiento".

Enfermedades que cambian con el tiempo

Si hay algún autor estrella en el museo, con permiso de Velázquez, es Francisco de Goya. Es el artista que más obras tiene en el edificio, entre cuadros y cartones para tapices. El doctor Barbado considera que es, de los pintores españoles, quizá el más interesante desde el punto de vista médico, pues "pinta unos niños con enfermedades infecciosas, con tiña, etc. que son ejemplares".

Goya:  Los pobres en la fuente
De entre todas las pinturas del aragonés universal se queda con Los pobres en la fuente, uno de los cartones que pintó para ser trasladado a un tapiz con destino al comedor del Palacio de El Pardo pero que nunca lo hizo. La escena representa una madre y dos niños yendo a rellenar con agua unos cántaros.

Enseguida llama la atención uno de los niños. Es el que está de cara al observador: más bajo, con los brazos cruzados como si estuviera pasando una rabieta. "Lo más importante para nosotros es la facies dismórfica, de progeria, la implantación baja del pelo que se da en el hipotiroidismo", que es la interpretación clásica de la enfermedad. Pero hay más.

"Se ve que la ceja derecha está caída, que es signo de hipotiroidismo; la nariz, un poco en silla de montar; los pómulos, agrandados y la boca de carpa, cuello corto muy metido, hombros redondeados, codos por encima de la cintura… Esto es una enfermedad genética y lo más probable es, siguiendo a los pediatras que han analizado la obra, que sea un síndrome de Noonan", enfermedad descrita en 1962.

Aquí, el erudito doctor hace una puntualización. Igual que en la vida real, los diagnósticos de los cuadros son ejemplos de su tiempo. "En los años 70 estábamos diagnosticando enfermedades que ahora no existen, como el síndrome de Banti, que no es más que una cirrosis hepática con esplenomegalia gigante, hipertensión portal y varices, o la enfermedad de Ayarza, que es enfermedad obstructiva crónica con insuficiencia cardiaca. Tampoco existe ya la púrpura benigna hiperglobulinémica de Waldenström. Pero también han aparecido enfermedades nuevas, como el VIH, el síndrome tóxico, esta pandemia…"

Un ejemplo clásico en los cuadros del Prado es la 'Monstrua' de Juan Carreño de Miranda, que la pintó desnuda y vestida. Se trata de Eugenia Martínez Vallejo, una niña de seis años y 70 kilogramos de peso que, en 1680, fue llevada a la corte para ser contemplada como un espectáculo circense. A pesar de ello, Carreño, a la manera de Velázquez, retrató a la niña con humana dignidad. 


Carreño:  La monstrua vestida y la monstrua desnuda

"Para don Gregorio Marañón era un Cushing de libro", comenta el médico. Se trata de un trastorno hormonal causado por el exceso de cortisol, que provoca una acumulación de grasa en el tronco, una cara redonda y roja, y estrías de color púrpura en la piel. Sin embargo, hoy en día está aceptado que Eugenia Martínez Vallejo padecía de un síndrome de Prader-Willi, un trastorno genético que provoca problemas endocrinos en la infancia, estrabismo y retraso en el desarrollo. "El diagnóstico depende de la época y va cambiando, como en la vida real".

¿Antibióticos o cirugía de cataratas?

No todo van a ser enfermedades genéticas en el Prado. Es más, el interés del cuadro no tiene por qué ser la representación de la enfermedad sino de su sanación milagrosa que, a la vista del conocimiento médico de hoy en día, tiene una explicación perfectamente plausible. Así sucede con La curación de Tobías, de Bernardo Strozzi, pintor italiano del Barroco. 

Se basa en un relato bíblico. Tobit y Ana son judíos que están refugiados en Nínive "y, como tantos refugiados de ahora, vivían hacinados". Durmiendo, a Tobit le cayeron excrementos de ave en los ojos que lo cegaron y le impidieron seguir trabajando. Su hijo Tobías, yendo a cobrar un dinero que le debían a la familia, se encuentra con el arcángel Rafael, que le dice que frote los ojos del padre con la hiel de un pez que pesque en el río Tigris. Al hacerlo, Tobit recupera la visión.

La curación de Tobías  - Bernardo Strozzi- Museo del Prado

En el cuadro de Strozzi, Tobías "parece un residente de primer o segundo año, muy solícito" frotando la hiel sobre los ojos de su padre. Al doctor Barbado le fascinan las pseudoescamas blancas que Tobit tiene en los ojos. "Los oftalmólogos dicen que se trata de una queratoconjuntivitis epidémica con un sobrecrecimiento bacteriano y que, al ser la hiel bactericida, por eso acabó curándose". Y pone como ejemplo a Ramón y Cajal, "que usaba bilis de conejo y veía cómo los neumococos eran destruidos en laboratorio".

No es la única teoría que rodea al cuadro: "Hay un oftalmólogo que sostiene que lo que vemos es una cirugía de catarata, algo que no me convence mucho. La zónula filiar, la estructura que sostiene al cristalino, en los ancianos está muy frágil y la catarata está un poco bailando entre la cámara superior y el cuerpo vítreo. Al frotar vigorosamente los ojos, la catarata se introdujo en el cuerpo vítreo y bueno, consiguió ver mejor. A mí me convence mucho más la otra teoría porque le caen encima excrementos de ave". 

Estafadores y piedras en el cerebro

Si hay una escuela de pintura que sea especialmente interesante desde el punto de vista clínico, esa es la flamenca. El costumbrismo de artistas como Brueghel el Viejo o El Bosco, con cuadros inundados de personajes a cada cual más pintoresco, suscita un interés especial tanto por los diagnósticos que se pueden inferir como por las prácticas, presuntamente médicas, que se observan.

Una de las más chocantes de estas prácticas es la cirugía que se les realizaba a los locos, en el siglo XVI, para curarles de su enfermedad: sacarle una piedra de la cabeza, a la que atribuían su locura. Por supuesto, era una intervención falsa que curanderos y charlatanes escenificaban con la connivencia del loco.

"Muchos se dejaban extraer la piedra de la locura porque la Inquisición les había condenado por ser brujos y herejes, y de esta forma probaban que estaban locos y se podían librar de la hoguera", comenta el exjefe de sección de La Paz, que añade una teoría propia. "Es probable que en las autopsias de algunos de estos locos se encontraran tumores cerebrales calcificados. Basta con que se extrajeran unos cuantos para que asociaran esa 'piedra' con alteraciones".

El Bosco escenificó una de esas operaciones en un cuadro enormemente simbólico, La extracción de la piedra de la locura. Se ve a un charlatán (con un embudo en la cabeza) practicando una incisión a un pobre diablo. Pero de ahí extrae no una piedra sino una flor. "Parece un tulipán: probablemente se lo haya sacado de la manga. Castillo Ojugas dice que es un lirio, símbolo de homosexualidad".

Extracción de la piedra de la Locura.  Museo del Prado


Aquí entra otra cuestión: quién era considerado loco en aquella época, principios del siglo XVI. "Muchas veces solo eran gente con una personalidad distinta y se pensaba que estaban endemoniados. También aquellos con deterioro cognitivo, deficiencia en las facultades mentales, epilepsia y cefaleas. Se creía que al quitarle la piedra iban a mejorar y ahí se acababa el problema, pero todo era una farsa".

La enferma más famosa de la pintura

Finalizamos el recorrido médico por el Museo del Prado con un cuadro de otra pinacoteca. La Gioconda, además del retrato más famoso de la historia, es un "compendio de la Medicina Interna": se le ha diagnosticado más de 20 enfermedades: hiperlipidemia por un xantelasma en el ojo izquierdo, alopecia, parálisis facial periférica, esclerodermia, atrofia muscular, Parkinson, incluso bruxismo y caries. 

"Es de risa", critica Barbado, que descarta todos estos diagnósticos anteriores gracias a un hallazgo menos reciente de lo que parece en la que es su tercera casa, siendo la segunda La Paz: una copia del original que conservaba el Prado en sus almacenes y que, tras una serie de radiografías, se comprobó que era un cuadro que se pintó al mismo tiempo que el de Leonardo Da Vinci.

"Los pentimenti o arrepentimientos -alteraciones en el cuadro que marcan cambios de idea del pintor conforme va realizando su obra- son exactamente iguales a los del original del Louvre. Si Leonardo cambiaba el velo, los dedos u otro detalle, al mismo tiempo lo hacían quien estaba a su lado pintando esta otra versión", probablemente obra de Salai o Francesco Melzi, alumnos del taller de Leonardo más cercanos al maestro.


Gracias a la Mona Lisa del Prado podemos comprobar que todas las patologías que se le han atribuido a la del Louvre no aparecen. "El xantelasma (acumulación de grasa en la piel, bajo el párpado) aquí no aparece, seguramente sería un barniz de la pintura". Tampoco la alopecia, pues la Gioconda del Prado "tiene párpados". Incluso la mano izquierda en forma de garra que podía ser símbolo de una atrofia se observa que "está agarrando pliegues del manto. Podría seguir pero no tiene sentido". 

Solo observa una posible enfermedad: en la mano derecha se ve, tanto en el cuadro del Louvre como en el del Prado, "un nodulito en la mano derecha, puede ser un lipoma o, vaya usted a saber, una contractura muscular. ¡La Gioconda del Prado está más sana que tú y que yo!"

Sin ánimo de polemizar, el doctor critica el exceso de celo de algunos de sus compañeros, empeñados en ver patologías en todos los cuadros. "El San Jerónimo de Marinus es una esclerodermia de libro: esos dedos filiformes, telescopados, típicos de la esclerodermia…" La cuestión es que el artista neerlandés pintaba los mismos dedos en todos sus personajes, "y no todos pueden tener esclerodermia".

Marinus: San Jerónimo

Otras patologías sí están suficientemente claras, como el enanismo, ampliamente representado en la pintura, sobre todo la de Velázquez. Sebastián de Morra, "una acondroplasia de libro", el Niño de Vallecas, "caso de hipotiroidismo", la propia Maribárbola de Las meninas. 

Sebastián de Morra

El niño de Vallecas










Sin embargo, el paciente favorito del doctor Barbado se encuentra en el único Caravaggio del museo: David, vencedor de Goliat. El héroe bíblico aparece sujetando la cabeza del gigante, que acaba de seccionar, mientras se apoya en el pecho de su víctima. "Es una acromegalia de libro, con un gigantismo… Los hombros, la cara, la cabeza… Es el cuadro que más me seduce y simplemente se le ve la cabeza, los hombros y un poco el tórax. Caravaggio pintó con un naturalismo asombroso", comenta, mientras finaliza el paseo por la pinacoteca. En Madrid hace buen tiempo y el Prado, que ha abierto sus puertas hace unos minutos, comienza a llenarse de personas de todas las edades, como si fueran a visitar a familiares después de haber recibido la visita médica del doctor Barbado. A pesar de las enfermedades y los achaques de los años, los cuadros del museo están en un fantástico estado de salud.

Caravaggio:  David vencedor

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Reitero los créditos a El Español, a los autores del artículo y a las páginas de las que he sacado las pinturas (Principalmente de la wikipedia).  Agradezco en especial al doctor Barbado sus fascinantes enseñanzas. 

Finalmente, les comparto un texto escrito por el Dr. Francisco Javier Barbado: Arte y ciencia:  Un relato común de las infecciones, publicado en las memorias del I Coloquio Iberoamericano de Medicina Narrativa. 

Hasta la próxima semana.