¡O Captain my Captain! O Captain my Captain! our fearful trip is done; The ship has weather’d every rack, the prize we sought is won; The port is near, the bells I hear, the people all exulting, While follow eyes the steady keel, the vessel grim and daring: But O heart! heart! heart! O the bleeding drops of red, Where on the deck my Captain lies, Fallen cold and dead. O Captain! my Captain! rise up and hear the bells; Rise up—for you the flag is flung—for you the bugle trills; For you bouquets and ribbon’d wreaths—for you the shores a-crowding; For you they call, the swaying mass, their eager faces turning; Here Captain! dear father! This arm beneath your head; It is some dream that on the deck, You’ve fallen cold and dead. My Captain does not answer, his lips are pale and still; My father does not feel my arm, he has no pulse nor will; The ship is anchor’d safe and sound, its voyage closed and done; From fearful trip, the victor ship, comes in with object won; Exult, O shores, and ring, O bells! But I, with mournful tread, Walk the deck my Captain lies, Fallen cold and dead. | ¡Oh, Capitán, mi Capitán! ¡Oh, Capitán, mi Capitán! Nuestro azaroso viaje ha terminado; El barco capeó los temporales, el premio que buscamos se ha ganado; Cerca está el puerto, ya oigo las campanas, todo el mundo se muestra alborozado, la firme quilla siguen con sus ojos, el adusto velero tan audaz. Pero, ¡Oh, corazón! ¡Corazón! ¡Corazón! Oh, se derraman gotas rojas en la cubierta donde yace mi Capitán caído, frío y muerto. ¡Oh, Capitán! ¡Mi Capitán! Levántate y escucha las campanas; levántate —por ti la enseña ondea— por ti suena el clarín; por ti son las guirnaldas y festones —por ti se apiñan gentes en la orilla; por ti claman, la inquieta masa a ti se vuelve ansiosa. ¡Escucha, Capitán! ¡Querido padre! Te pongo el brazo bajo la cabeza; Un sueño debe ser que en la cubierta hayas caído frío y muerto. Mi Capitán no contesta, están sus labios pálidos e inertes; Mi padre no es consciente de mi brazo, no tiene pulso ya ni voluntad. El barco sano y salvo ha echado el ancla, el periplo por fin ha concluido; del azaroso viaje, el barco victorioso regresa logrado el objetivo. ¡Exultad, oh, costas!, y ¡sonad, oh, campanas! Mas yo, con paso fúnebre recorro la cubierta donde yace mi Capitán caído, frío y muerto. |
miércoles, 9 de febrero de 2022
¡Oh Capitán!, ¡Mi capitán! Poema de Walt Whitman
miércoles, 29 de diciembre de 2021
La pluma estilográfica. Cuento de Carlos Alberto Velásquez
Desde mucho antes de que el húngaro, nacionalizado en Argentina, Ladislao Biro inventara en 1938 el primer bolígrafo, la gente de clase solía escribir con plumas.
Las aves habían sido por muchos siglos una fuente inagotable de instrumentos para la escritura. Bastaba de una buena pluma, el filo de una navaja para darle punta, un recipiente con tinta, y una mano prolija unida a un buen cerebro para que un texto pudiera salir a la luz.
Pero entre el bolígrafo actual, como lo conocemos, y la pluma de ave, hubo un invento que trasformó la escritura. En 1827 un inventor rumano tuvo la magnífica idea de crear una pluma metálica unida a un pequeño recipiente que podía contener tinta. Lo llamó pluma estilográfica o pluma fuente.
Agradecimientos al doctor Emilio Alberto Restrepo y al canal regional Teledonmatías quienes hicieron posible este video.
Si les ha gustado, denle "like" y compártanlo con sus amigos.
_____________________
Autor: Velasquez Cordoba, Carlos Alberto
Editorial: Libros para Pensar
Prólogo a cargo de Luis Fernando Macías
Materia: Narración de cuentos
Publicado: 2021-02-07
Número de edición: 1
Número de páginas: 152
Tamaño: 14x21cm.
Encuadernación: Tapa blanda o bolsillo
Soporte: Impreso
Idioma: Español
Puede ser adquirido en las librerías Resplandor (Centro Comercial Unicentro), en Librópolis (Centro Comercial Orquídea Plaza), en el Instituto Tecnológico de Artes Eladio Velez (Itagüí), Librería Grámmata, o en la Editorial Libros para pensar. (envío a domicilio)
miércoles, 22 de diciembre de 2021
De ineptos, inodoros y submarinos
A veces uno encuentra noticias tan insólitas que cuesta creerlas.
Una de ellas, que me encontré recientemente en la web, es la de un hombre que fue al baño y hundió el submarino alemán en el que viajaba.
Quizás muy pocos se han puesto a pensar como se suelta un inodoro cuando uno está dentro de un submarino sumergido. Pues bien, durante la segunda guerra mundial, una de las preocupaciones de los ingenieros de cualquier bando, era la forma como debían descargar los desechos de los sumergibles. Dado que sería poco práctico mantener los desechos adentro, decidieron que descargarían en el mar.
Al principio solo se podían vaciar los sanitarios cuando se estuviera en la superficie para evitar que el agua entrara, pero a medida que la guerra avanzaba, y con ella la tecnología, se buscó la forma de poder vaciar los inodoros sin que el agua del mar entrara a la nave a pesar de la alta presión en el exterior. Entonces se idearon una serie de válvulas que se tendrían que abrir y cerrar en estricto orden para que los desechos salieran, en lugar de que el agua de las profundidades entrara.
El submarino U-1206 en el mar del Norte |
El procedimiento era tan complejo, que era necesario destinar una sola persona para que aprendiera el orden y manipulara las palancas y válvulas sin ningún riesgo. Sin este experto, nadie podría ir al baño.
Pero como no hay nada a prueba de ineptos, sucedió algo insólito: El 6 de abril de 1945, (a un mes de la capitulación de Alemania), el U-1206 alemán partió del puerto noruego de Kristiansand hacia el mar del norte, con el fin de atacar las naves aliadas. El capitán de dicho submarino era Karl Adolf Schlitt, quien estaba novato en el cargo.
Capitán Karl Adolf Schlitt |
Cuando estaban cerca a las costas de Escocia, Schlitt tuvo la necesidad de ir al baño y sintió que no podía esperar al encargado. A más de 100 metros de profundidad el capitán comenzó a abrir y cerrar las palancas y llaves, cometiendo un grave error: Abrió la válvula del retrete al mismo tiempo que la válvula exterior.
El agua salada entró al sumergible e hizo contacto con las baterías que estaban debajo del inodoro. La reacción entre éstos hizo que se liberaran gases tóxicos (cloro gaseoso) por todo el interior de la nave. El capitán dio la orden de salir a la superficie para ventilar el submarino pero la aviación británica alcanzó a divisar el sumergible nazi y le disparó inmediatamente. Un tripulante falleció por los impactos y otros tres se ahogaron.
El capitán Schlitt ordenó la evacuación total en botes salvavidas. Treinta y seis miembros fueron salvados por pequeñas embarcaciones y otros diez llegaron a la orilla y fueron capturados por las fuerzas aliadas.
Sin embargo hay otra versión. Según el informe del capitán, éste adjudica los problemas a la falla de una válvula. Tiempo después afirmó que se encontraba reparando los daños que había recibido el submarino en uno de los motores de diésel cuando le informaron que había un problema en el retrete. Acudió al llamado y el desenlace ya es conocido. Según parece, esta es la versión oficial.
Llama la atención que el submarino U-1206 no tuvo bajas durante los ocho días que estuvo de patrullaje pero terminó hundiéndose de la manera más insólita.
Los restos del U-1206 en el Mar del Norte |
Independientemente de si el hundimiento del submarino fue por un error humano o no, quiero terminar esta historia con una reflexión:
Rodéate de gente capacitada, pide ayuda cuando no sepas hacer algo... y evita a los ineptos...
¡Son la cagada... !
Fuente
miércoles, 15 de diciembre de 2021
Matar al lobo: Novedad literaria
miércoles, 10 de noviembre de 2021
¿Qué es, en realidad, la historia clínica?
Los médicos, y en general el personal de la salud, vemos a la historia clínica como una obligación. Creemos que luego de examinar el paciente, sentarnos a escribir es una pérdida de tiempo.
Pero les tengo una noticia. La historia clínica no es el hecho de sentarse a escribir en un papel o en un computador.
La historia clínica es una investigación detallada que el profesional de salud hace para conocer la enfermedad que aqueja al paciente, las preguntas que hace, la información que logra sustraer y el análisis que hace de esa información.
El papel o el archivo son tan solo la evidencia de que se hizo una historia clínica.
La historia clínica es el arte de ver, oír, entender y describir la enfermedad humana.
Los invito a ver esta amena conversación que tuve con mi amigo el doctor Sebastián Alba Ospina, gerente de la empresa Revive.
Espero la disfruten
miércoles, 8 de septiembre de 2021
El infinito en un Junco. Irene Vallejo
33
Tú, que lees este libro, has vivido durante algunos años en un mundo oral. Desde tus balbuceos con lengua de trapo hasta que aprendiste a leer, las palabras solo existían en la voz. Encontrabas por todas partes los dibujos mudos de las letras, pero no significaban nada para ti. Los adultos que controlaban el mundo, ellos sí, leían y escribían. Tú no entendías bien qué era eso, ni te importaba demasiado porque te bastaba hablar. Los primeros relatos de tu vida entraron por las caracolas de tus orejas; tus ojos aún no sabían escuchar. Luego llegó el colegio: los palotes, los redondeles, las letras, las sílabas. En ti se ha cumplido a pequeña escala el mismo tránsito que hizo la humanidad desde la oralidad a la escritura.
Mi madre me leía libros todas las noches, sentada en la orilla de mi cama. Ella era la rapsoda; yo, su público fascinado. El lugar, la hora, los gestos y los silencios eran siempre los mismos, nuestra íntima liturgia. Mientras sus ojos buscaban el lugar donde había abandonado la lectura y luego retrocedían unas frases atrás para recuperar el hilo de la historia, la suave brisa del relato se llevaba todas las preocupaciones del día y los miedos intuidos de la noche. Aquel tiempo de lectura me parecía un paraíso pequeño y provisional —después he aprendido que todos los paraísos son así, humildes y transitorios—.
Su voz. Yo escuchaba su voz y los sonidos del cuento que ella me ayudaba a oír con la imaginación: el chapoteo del agua contra el casco de un barco, el crujido suave de la nieve, el choque de dos espadas, el silbido de una flecha, pasos misteriosos, aullidos de lobo, cuchicheos detrás de una puerta. Nos sentíamos muy unidas, mi madre y yo, juntas en dos lugares a la vez, más juntas que nunca pero escindidas en dos dimensiones paralelas, dentro y fuera, con un reloj que hacía tictac en el dormitorio durante media hora y años enteros transcurriendo en la historia, solas y al mismo tiempo rodeadas de mucha gente, amigas y espías de los personajes.
En esos años, fui perdiendo los dientes de leche, uno a uno. Mi gesto favorito mientras ella me contaba cuentos era menear un diente tembloroso con el dedo, sentirlo desprenderse de sus raíces, bailar cada vez más suelto y, cuando finalmente se partía soltando unos hilos salados de sangre, colocármelo en la palma de la mano para mirarlo —la infancia se estaba rompiendo, dejaba huecos en mi cuerpo y añicos blancos por el camino, y el tiempo de escuchar cuentos acabaría pronto, aunque yo no lo sabía—.
Y, cuando llegábamos a episodios especialmente emocionantes —una persecución, la proximidad del asesino, la inminencia de un descubrimiento, la señal de una traición—, mi madre carraspeaba, fingía un picor de garganta, tosía; era la señal pactada de la primera interrupción. Ya no puedo leer más. Entonces me tocaba suplicar y desesperarme: no, no lo dejes aquí; sigue un poquito más. Estoy cansada. Por favor, por favor. Interpretábamos la pequeña comedia, y luego ella seguía adelante. Yo sabía que me engañaba, claro, pero siempre me asustaba. Al final, una de las interrupciones sería de verdad, y ella cerraría el libro, me daría un beso, me dejaría a solas en la oscuridad y se entregaría a esa vida secreta que viven los mayores por la noche, sus noches apasionantes, misteriosas, deseadas; ese país extranjero y prohibido para los niños. El libro cerrado se quedaría sobre la mesilla, callado y terco, expulsándome de los campamentos del Yukón, o de las orillas del Misisipi, o de la fortaleza de If, de la posada del Almirante Benbow, del monte de las Ánimas, de la selva de Misiones, del lago de Maracaibo, del barrio de Benia Kirk, en Odesa, de Ventimiglia, de la perspectiva Nevski, de la ínsula Barataria, del antro de Ella Laraña en la frontera de Mordor, del páramo junto a la mansión de los Baskerville, de Nijni Nóvgorod, del castillo de Irás y No Volverás, del bosque de Sherwood, del siniestro laboratorio de anatomía de Ingolstadt, de la arboleda del barón Cosimo en Ombrosa, del planeta de los baobabs, de la misteriosa casa de Yvonne de Galais, de la guarida de Fagin, de la isla de Ítaca. Y, aunque yo abriese el libro en el lugar oportuno, señalado por el marcapáginas, no serviría de nada, pues solo vería líneas llenas de patas de araña que se negarían a decirme una mísera palabra. Sin la voz de mi madre, la magia no se hacía realidad. Leer era un hechizo, sí; conseguir que hablasen esos extraños insectos negros de los libros, que entonces me parecían enormes hormigueros de papel.
__________
Irene Vallejo Moreu (Zaragoza, 1979) es una filóloga y escritora española. Ha recibido numerosos premios literario, entre otros, el Premio Nacional de Ensayo 2020 por su libro El infinito en un junco.
_________________
1. Como ustedes saben, no suelo publicar textos ajenos sin permiso de los autores. He enviado una solicitud a la autora de este bello fragmento, para compartirlo en el blog, pero no he recibido respuesta aún. He decidido publicarlo porque me gusta creer que alguien que ama tanto los libros no se negaría a compartir esta vivencia con otras personas.
miércoles, 1 de septiembre de 2021
La historia de la Historia Clínica
La historia clínica siempre ha sido la cenicienta de la atención médica. Los profesionales se quejan de tener que hacerla, como si la historia clínica fuera solamente escribir en un papel o en un computador.
Pero en esta conferencia, veremos que la historia clínica es la protagonista, junto con el paciente, de cualquier atención en salud.
El papel o el archivo al que, erróneamente llamamos "historia clínica", es tan solo una parte: el registro, ⏤la evidencia⏤ de que se hizo una investigación completa y detallada.
Como lo exponía Pedro Laín Entralgo, "la historia clínica es el arte de ver, oír, entender y describir la enfermedad de un paciente".
miércoles, 28 de julio de 2021
¿Todo tiempo pasado fue mejor?
Hace poco un amigo escribió un artículo en el que mencionaba que estábamos pasando por la peor crisis de la humanidad en los últimos 100 años. Me permití recordarle la segunda guerra mundial, la crisis de los misiles en Cuba, el advenimiento del SIDA ⎼que se creyó en su momento que acabaría con la humanidad⎼, el ébola, el SARS, la fiebre del Nilo, la AH1N1, la destrucción de la capa de ozono, la guerra fría y la amenaza de una destrucción nuclear masiva que tuvo al planeta en vilo por más de tres décadas.
A continuación les comparto una conferencia de Steven Pinker, que nos muestra con números y cifras cómo está nuestro mundo actual en comparación con el pasado. En la actualidad hay menos pobreza, menos analfabetismo, menos violencia, menos guerras y menos muertes que antes. Pero los medios de comunicación y nuestros líderes hacen todo lo posible para hacernos creer lo contrario para poder manipularnos.
Steven Pinker es un psicólogo experimental, científico cognitivo, lingüista, escritor canadiense, y profesor en Harvard. Es conocido por su defensa de la psicología evolucionista y de la teoría computacional de la mente. Tiene varios libros relacionados con el lenguaje y el funcionamiento de los pensamientos. El más famoso es La tabla rasa. Otros de sus libros son: El instinto del lenguaje, Cómo funciona la mente, En defensa de la ilustración, El mundo de las palabras, Palabras y reglas, y Los ángeles que llevamos dentro.
miércoles, 30 de junio de 2021
Cementerio de San Pedro. Parte 8
El 24 de junio de 1935, Carlos Gardel, el "zorzal criollo", falleció en Medellín, en un accidente ocurrido en el "campo de aviación de las Playas", actualmente conocido como Aeropuerto Enrique Olaya Herrera. Durante algún tiempo, los restos de Gardel estuvieron enterrados en el Cementerio de San Pedro, para luego ser trasportados en una larga travesía hasta la Argentina. La cuidad de Medellín rindió y sigue rindiendo homenaje a este cantante de tangos. En el siguiente video se hablará de su tumba en el Cementerio de San Pedro y de cómo este personaje continúa influenciando la ciudad.
También en este capítulo se muestra el homenaje a Francisco Antonio Zea, quien naciera en Medellín y fue uno de los próceres de la independencia. Se cuenta que fue uno de los que mandó fundir las campanas de la Iglesia de la Veracruz para hacer municiones contra los realistas. También fue embajador de Colombia y miembro del Congreso.
- Cementerio de San Pedro. Parte 1
- Cementerio de San Pedro. Parte 2 y 3
- Cementerio de San Pedro Parte 4
- Cementerio de San Pedro. Parte 5
- Cementerio de San Pedro. Parte 6
- Cementerio de San Pedro. Parte 7
Ver otras esculturas:
miércoles, 23 de junio de 2021
Cementerio de San Pedro. Parte 7
Hoy les tengo la séptima y penúltima parte de la serie sobre el Cementerio de San Pedro, una realización hecha por la Universidad Pontificia Bolivariana en cabeza del profesor Hernán Darío Gil Alzate.
En este capítulo el tema es Carlos E. Restrepo, quien fue presidente de la república.- Cementerio de San Pedro. Parte 1
- Cementerio de San Pedro. Parte 2 y 3
- Cementerio de San Pedro Parte 4
- Cementerio de San Pedro. Parte 5
- Cementerio de San Pedro. Parte 6
Ver otras esculturas:
miércoles, 26 de mayo de 2021
Cementerio de San Pedro. Parte 6
Esta semana damos continuidad a las historias sobre el Cementerio de San Pedro, presentadas por el profesor Hernán Darío Gil Alzate.
En este capítulo se habla de la historia de Pedro Justo Berrío, y su importancia en la historia de Medellín y Antioquia. Este hombre es el mismo al que se le bridó tributo en la Plaza Mayor (lo que ahora se conoce como Parque de Berrío).- Cementerio de San Pedro. Parte 1
- Cementerio de San Pedro. Parte 2 y 3
- Cementerio de San Pedro Parte 4
- Cementerio de San Pedro. Parte 5
Ver otras esculturas:
miércoles, 5 de mayo de 2021
Cementerio de San Pedro. Parte 5
Esta semana continúo con la serie de videos sobre la historia del Cementerio de San Pedro, de la mano del profesor Hernán Darío Gil Alzate.
En este video se habla de Luis Eduardo Yepes, fundador de Almacenes LEY (nombre tomado por las siglas de su nombre), y que llegó a constituir por mucho tiempo el almacén de cadena más grande de Colombia. Nótese que el mausoleo asemeja una caja fuerte.Ver otras esculturas:
miércoles, 21 de abril de 2021
Cementerio de San Pedro. Parte 4
En este video conoceremos la historia del mausoleo de José María Sierra, más conocido como don Pepe Sierra, el arriero más rico del país, quien se considera uno de los genios de las finanzas públicas y privadas en Colombia durante de la Regeneración y los primeros años del siglo XX, notable por su enorme y pragmático ingenio para hacer y manejar grandes capitales. Don Pepe Sierra perteneció a una sencilla familia de campesinos. Su educación no sobrepasó las primeras letras, pero su prepotencia fue legendaria. Se relatan en el video una serie de anécdotas curiosas del personaje.
Escucharemos la historia del mausoleo de Pedro Nel Ospina, militar y político colombiano que fue presidente de Colombia (1922-1926), Ingeniero de minas, industrial, docente, periodista, escritor, militar y comerciante. Hijo del ex presidente Mariano Ospina Rodríguez, fue un gran promotor del cultivo del café en Colombia.
Veremos también imágenes del Ángel de la Muerte ubicado en el mausoleo de la familia De Bedout. El ángel tiene la espada con la punta hacia abajo. Algunos dicen que en la noche ven que el ángel cambia la espada de posición.
Ver otros videos de la serie:
Ver otras esculturas:
miércoles, 14 de abril de 2021
¿Es segura la vacuna contra el coronavirus?
Hay un adagio popular que dice que "es mejor prevenir que curar".
Consecuente con eso, es mejor evitar una enfermedad que buscar una cura cuando ya nos ha dado.
Desde hace miles de años, en el oriente descubrieron que si se tomaban las costras de la viruela de una persona infectada, se hacía un polvillo con ellas, y se soplaba en la nariz de una persona (Variolización), la viruela se presentaba en una forma benigna y se podía prevenir el contagio en el futuro con la consecuente muerte o secuelas que la enfermedad implicaba.
Posteriormente, en 1776, el inglés Eduardo Jenner descubrió que quienes ordeñaban vacas que habían tenido viruela, eran inmunes a la viruela humana. De manera que hizo un bellísimo experimento. Tomó suero de una mujer enferma con viruela de vaca (por eso se llama "vacuna") y lo inoculó en una escara que hizo en el brazo de un niño. El niño desarrolló una viruela leve, y quedó inmune a la viruela humana. Lo más bonito de todo es que tomó el suero del niño y lo aplicó en otros, y descubrió que desarrollaban una leve enfermedad (sin secuelas y sin muerte), quedando inmunes a la viruela humana.
A partir de entonces, se hizo una campaña mundial, inicialmente ordenada por el rey Carlos IV de España y dirigida por el médico español Javier de Balmis, para vacunar a todo el mundo contra la viruela. (Ver Real expedición filantrópica de la vacuna contra la viruela). Esta fue la primera campaña mundial de vacunación de la historia, y fue financiada por el gobierno.
Gracias a la vacuna y a miles de personas que vieron en esta estrategia una forma de combatir la enfermedad, se siguió con la investigación y el desarrollo de mejores vacunas hasta el punto de que la OMS en 1980 declaró que la viruela se había erradicado a nivel mundial.
Se ha demostrado que la vacunación es la estrategia más costo-efectiva en la lucha contra las enfermedades infecto-contagiosas. Sin embargo a pesar de los avances tecnológicos y educativos en el siglo XXI, aún existen muchas personas que dudan de las vacunas.
Esta semana me quiero referir al temor que muchas personas tienen frente al vacunación con la de AstraZeneca.
Para quienes aun dudan de todas las vacunas, debo remitirlos a mi entrada del 2 de noviembre de 2020 en la que explicaba cómo era el proceso de hacer una vacuna y en qué fase se encontraba la investigación en ese momento. (Vacuna contra el COVID-19)
Entendiendo que las vacunas son la mejor estrategia, paso al siguiente punto:
No hay duda de que una de las vacunas más controvertidas ha sido la de AstraZeneca. Se sabe que la vacuna fue suspendida temporalmente en varios países porque se encontró que estaba relacionada con 30 muertes por trombosis luego de su aplicación (en ese momento).
Tengo amigos que por esa noticia se niegan a dejarse aplicar esa vacuna, sin entender que una cosa es la asociación y otra la causalidad. Hasta la fecha, no se ha podido comprobar que la vacuna haya sido la que produjo las trombosis, dado que muchos de los fallecidos tenían riesgo de tener trombosis (aun sin la vacuna). Sí se sabe que la vacuna induce un estado de inflamación (como toda vacuna) que puede empeorar las condiciones pro-trombóticas en los individuos susceptibles.
Pero la vacuna no es la única que potencialmente podría producir trombosis. Recuerden que hace un año, los medios de comunicación se rasgaban las vestiduras porque el SARS-Cov-2 (COVID-19) estaba produciendo trombosis.
Ahora miremos con calma los números:
- Se sabe que el COVID-19 produce la muerte entre un 2% y un 3% de la población infectada (la mayoría de las muertes son por trombosis o falla ventilatoria).
- La vacuna AstraZeneca se asoció con 30 muertes, de un total de 17 millones de vacunados. (según los reportes iniciales)
- De cada millón de personas contagiadas por COVID, morirán 20.000 personas.
- De cada millón de vacunados con AstraZeneca, morirán menos de dos personas.
- En la Colombia con 50 millones de vacunados, tendremos 90 muertes provocadas por la vacuna.
- En la Colombia con 50 millones de contagiados por COVID, tendremos 1 millón de muertos.
Alguien decía en estos días, que la culpa de que tantas personas no se quisieran vacunar, la tenían los medios de comunicación.
Los medios han dado las cifras. Hasta ahí está bien. El daño lo han hecho los "opinadores oficiales" que son ignorantes del tema. Es común escuchar periodistas denigrando de la vacuna sin hacer un análisis juicioso de los beneficios y riesgos, incapaces de ver el asunto en perspectiva.
La gente "del común" no interpreta las cifras en conjunto y deja que cualquier ignorante en este tema opine e influya en sus decisiones.
Esto no se trata de un concurso de opiniones. Se trata de tomar los datos y analizarlos bien y sacar conclusiones propias. No podemos dejar que cualquier ignorante nos diga lo que tenemos que pensar.
La información está disponible, y las cuentas están muy claras.
Fuentes:
- University of Cambridge: Winton Centre for Risk and Evidence Communication
- Diario el Pais
- La real expedición filantrópica de la vacuna (Xavier de Balmis/Josep Salvany): 1803-1806. Rev. chil. infectol. [Internet]. 2009