"SOMOS ENANOS EN HOMBROS DE GIGANTES" (Bernardo de Chartres - S. XII)

miércoles, 29 de noviembre de 2023

La elección del narrador frente a la verosimilitud de un relato

LA ELECCION DE UN NARRADOR FRENTE A LA VEROSIMILITUD DE UN RELATO


Por Carlos Alberto Velásquez Córdoba


Hace poco un compañero de un taller leyó un cuento en el que un personaje en primera persona relataba cómo fue su transformación de humano a animal. Un cuento muy bien narrado con una historia fascinante. Sin embargo, al final el personaje relata que desde que terminó la transformación “perdí conciencia de mí mismo”. 

Observé que había una gran brecha con ese final, pero varios asistentes, incluido el profesor, me acusaron de no entender que ello era una ficción y de apegarme a las leyes de la lógica que, naturalmente, “pueden ser transgredidas en la literatura”.

En ese momento intenté explicar que había un contrasentido, teniendo en cuenta que se trataba de un narrador autodiegético, es decir, un personaje en primera persona que narra su historia desde su propia vivencia. No es posible, que narre lo que le ocurrió si ya no es consciente de sí mismo. Sencillamente, no podría. El autor en cuestión, hombre muy inteligente y sagaz me advirtió que el cuento no terminaba allí, que había una segunda parte y que, al avanzar yo entendería. Espero ansioso el siguiente capítulo para ver cómo explicará que a pesar de haber perdido la conciencia de sí mismo, el narrador pudo contar su pasado. ¿Si ahora es un animal y perdió la conciencia de que era humano, como es que relata que lo fue? ¿Será que alguien le contó que alguna vez había sido humano y por eso pudo relatarlo? ¿Será que más adelante vuelve a ser humano y puede recordar que lo había sido al inicio? ¿entonces, una vez convertido en humano tendrá consciencia de que fue animal? Será interesante ver qué recurso utiliza.

En la literatura mundial hay muchas referencias a humanos que se vuelven animales. 

El sapo y la princesa es un buen ejemplo. En todo caso el sapo nunca deja de tener conciencia de que es un príncipe convertido en humano. En la princesa pavo real, cuento de la literatura oriental, por el contrario, el animal no es consciente de que era humana hasta que vuelve a serlo. Incluso hay relatos con personas que fueron convertidas en árboles, pero no se pierde la conciencia de haber sido humano. Un árbol que pierde la conciencia de haber sido un humano, no podría relatar que lo fue.

Sí, es cierto que las leyes de la lógica se transgreden en la literatura. Lo que no se puede es transgredir las leyes que la misma literatura ha definido. De ahí viene el concepto de verosimilitud, que es muy diferente al de realidad. La verosimilitud va mucho más allá porque hace posible lo imposible, pero exige que sea creíble.

En muchas ocasiones la elección del narrador determina la verosimilitud. Hace algunos años en un taller, otra escritora planteaba una escena en la que una mujer con un trastorno severo de memoria (Síndrome de Alzheimer) narraba en primera persona que, estando en una cafetería, ella le preguntaba al mesero “¿Qué día es hoy?” y que cada vez que él pasaba, ella le volvía a hacer la misma pregunta porque no era consciente de haberlo preguntado antes. Mi comentario de entonces era que, si de verdad la persona tenía Alzheimer, no podría recordar que había hecho la pregunta. Mi sugerencia para ese texto era que ella le preguntara “una sola vez” al mesero y fuera él quien le respondiera que la pregunta ya la había hecho seis veces. Si ella sufría de Alzheimer, ¿cómo iba ella a relatar que hizo seis veces una pregunta que no podía recordar haber hecho? 

Hay que tener en cuenta que desde el punto de vista del narrador autodiegético es imposible saber cosas de las que no se tienen conciencia o no se tienen memoria.  En otras palabras, un personaje que no tiene conciencia de su pasado, no puede relatarlo. 

Para explicar mejor mi punto les mostraré un ejemplo.

Nací en la ciudad de Medellín. Me crie en el barrio San Benito. Fui el mayor de tres hijos. Estudié en el colegio de los Hermanos Cristianos y luego pasé a la universidad donde estudié medicina. Desde la infancia solía practicar ciclismo, hasta que un día antes de graduarme como médico, tuve un accidente en carretera. Perdí el control de la bicicleta y caí a un hueco. Me golpeé fuertemente la cabeza contra una piedra, y sufrí un daño cerebral irreparable. A partir de aquel momento perdí la memoria y desde entonces no recuerdo quien soy. Ahora vago por el mundo intentando averiguar cuál es mi pasado.

En este caso la historia está completa: Tiene un principio, un nudo y un desenlace. Está cronológicamente descrita. Se narra la infancia del personaje, el trasegar por el colegio y lo que estudiaba en la universidad, hasta un día antes de graduarse como médico. En la narración relata que tenía desde la infancia la afición al ciclismo y cuenta que tuvo un aparatoso accidente que le produjo un trauma cerebral. El final de la historia es muy triste: quedó sin memoria. El lector desprevenido ve que hay una historia completa. Un buen lector detectaría el error.

La falla en el argumento es que, si no tiene memoria, no podría contar la historia a menos que haya un comodín. Es decir, que en algún momento del relato diga que puede referir lo que no recuerda porque alguien se lo dijo o lo averiguó de algún modo. De lo contrario, no podría relatar lo que no hace parte de su esfera consciente. En el ejemplo anterior es claro que aún no ha podido averiguar cuál es su pasado, por tanto, no podría contar, en primera persona, nada que haya ocurrido antes del golpe.

El autor debe encontrar la manera de narrar la historia de otra forma. Puede ser a través de un cambio de narrador y hacer que un externo cuente el relato; (alguien que conozca el pasado del personaje antes de que perdiera la memoria, y lo que sucedió después), o buscar un recurso externo en el que el personaje cuente la historia en primera persona aclarando que la información que tiene de lo que no recuerda fue obtenida de una fuente externa.

Aunque es cierto que las leyes de la lógica se pueden trasgredir en la literatura, cualquier construcción ficcional requiere que el mundo que se inventa tenga coherencia dentro de sus propias reglas. No basta con que los datos que configuran la historia estén completos. Hay que hacer que una historia parezca verosímil desde la forma misma cómo se relata.

Carlos Alberto Velásquez Córdoba

miércoles, 22 de noviembre de 2023

El principal error al escribir un diálogo

Esta semana quiero hablarles de un error muy frecuente en literatura, y del que me declaro culpable. Tardé muchos años en descubrirlo y por eso quiero compartirlo.  

En los textos de escritores novatos, y aun en los consagrados, es frecuente encontrar diálogos mal construidos porque suelen escribir lo que el lector debe saber y no lo que los personajes deben decir.

En un diálogo real una persona muchas veces calla lo que piensa, ya sea porque es prudente hacerlo, o porque lo que ha de decir ya es conocido por la otra persona con la que conversa. Aún más: después de una discusión es común descubrir que quedaron muchas cosas por decirse, porque la dinámica de una conversación no siempre transcurre como se planea. Con frecuencia una persona quiere decir algo y la conversación toma otro rumbo y se queda sin expresarlo.

Es inverosímil, por ejemplo, que una pareja de ancianos con cincuenta años de casados se siente en el balcón de su casa a describirse mutuamente cómo estaban vestidos en el día de su matrimonio, cómo era el carro en que fueron de la iglesia hasta su casa, y se relaten en un diálogo los pormenores de su luna de miel, ¡como si el otro no lo supiera!

Puede que el escritor quiera que el lector se entere de cómo fue su matrimonio y su luna de miel, pero no suena verosímil que la pareja converse relatándose mutuamente los hechos que ambos vivieron, en un diálogo que es completamente innecesario. Esas conversaciones no se dan en la vida real. Si el autor quiere que el lector se entere de lo que ocurrió hace cincuenta años, debe buscar otra estrategia. 

Suena artificiosa una conversación donde los personajes tienen que hablar de un tema con el único propósito de informar al lector, cuando en la vida real, la conversación sería mucho más fluida y sin tanto detalle irrelevante para los que dialogan.

Un buen diálogo literario no debe decir lo que los personajes recuerdan o piensan (con intención de ilustrar al lector), sino lo que los personajes conversarían si fueran reales. Y hay que recordar un axioma fundamental: Un diálogo verdadero no dice todo lo que el personaje piensa o sabe. Dice lo que el personaje necesita decir en el contexto de una conversación. 

Hace poco leí un libro de cuentos de una escritora de vasta experiencia. Había un relato en el que a una mujer le roban un carro. La víctima llegaba a un taller en busca de su mecánico de confianza, pero encontraba cerrado el local. De repente, un hombre la aborda apuntándole con un arma, y le dice que se baje del auto. 

La mujer en cuestión le responde:

—Por qué me vas a quitar el carro, lo conseguí con mi trabajo, lo necesito para visitar a los clientes y conseguir las pautas de publicidad... Me va a quitar lo que he conseguido con mi esfuerzo, está bien, lléveselo, pero déjeme sacar unos candelabros y una chaqueta que no son míos, están en la maleta.

¿En un atraco real una mujer narraría al asaltante el uso cotidiano que le da al vehículo? ¿le contaría que el carro fue conseguido con el dinero resultante de su trabajo? ¿le confiaría que el carro que pretenden robarle lo usa para visitar clientes y conseguir pautas publicitarias?

Alguien podría argumentar que conoce un caso verídico de alguien que no solo lo pensó, sino que tuvo todo el tiempo de decirlo en medio de un atraco, y que tuvo la fortuna de tener un atracador que muy amablemente escuchó la explicación completa sin impacientarse (de todo se ve). 

Pero en literatura, se trata de construir un texto sea creíble. Y lo verídico y lo verosímil no siempre van de la mano. 

Cuando en una historia literaria hay algo que el lector debe conocer, el escritor debe encontrar la mejor forma de hacérselo saber. No siempre es el personaje quien debe proveer esa información. A veces es necesario que el narrador cuente lo que el personaje no expresaría en una conversación real.  

El principal error al escribir un diálogo es hacer que los personajes digan algo que nunca dirían, con el único propósito de informar al lector. 

En otras palabras:  

En un diálogo literario un personaje no dice lo que el lector necesita saber, sino lo que el personaje necesita decir. 

Hasta la próxima semana. 

miércoles, 15 de noviembre de 2023

Limitarianismo

Hace unos días una amiga me envió un video sobre una tesis (¿económica? o ¿sociológica?) llamada Limitarianismo.

En un video, creado por la DW se expone una tesis llamada limitarianismo (ver video). Empieza aclarando que no se trata de socialismo ni comunismo (permítaseme reir a carcajadas), sino una teoría en la que se plantea que hay que limitar la riqueza "porque la riqueza excesiva perjudica a la sociedad, la economía y el planeta" y por eso se pide que se limite la riqueza y que el dinero sobrante se destine al estado o al medio ambiente.

El video tiene un punto que no tiene discusión. Por encima de cierto nivel de riqueza, no se puede incrementar el nivel de vida. Si un rico extremo duplicara sus ganancias, su vida no cambiaría sustancialmente. Eso es muy cierto. Hay ricos que ya "lo tienen todo" y si ganaran más les sería imposible disfrutar más cosas de las que ya disfruta. Por encima de cierto nivel de ganancias calidad de vida ya no mejora.

En lo que falla la tesis es en proponer que les quiten a los ricos sus excedentes.

Todo sistema social requiere de personas que jalonen la economía. Aun en sociedades que no usaban dinero, toda interacción social se fundamentaba en que alguien tenía algo que otro no. Si yo tengo gallinas y dispongo de huevos, pero no tengo madera para una mesa, puedo hacer un trueque, o utilizar monedas: entrego mis huevos para conseguir la madera.

En todas las sociedades desde primitivas hasta avanzadas siempre ha funcionado así. Si soy un indio cazador, y debo internarme en la selva para conseguir comida, lo más lógico es que le dé una porción al que me cuida los hijos mientras estoy fuera de la aldea. (intercambio de servicios). Si fuera esa persona, con tiempo para cuidar los niños de la tribu, puedo comer del jugoso filete de capibara que consiguió el cazador. En muchos grupos humanos hay personas que no pueden hacer algo específico, pero saben hacer otras cosas distintas. Ese intercambio de servicios y mercancías se llama economía y está muy por encima de las ideologías.

El acumular riqueza no es una buena opción para nadie. Si yo acaparo la carne, se me descompone. A nadie le interesa acumular madera si lo que necesita es huevos. Por eso la mayoría de los individuos que tienen un exceso de elementos con valor comercial, buscan la forma de crecer en el negocio, más que acaparar.

Una persona que no es rica trata de adquirir bienes y servicios de otros, ofreciendo bienes o servicios que sí posee. (llámese conocimiento o trabajo en forma de mano de obra). Esto lo explicó Karl Marx, pero los marxistas no lo entendieron y lo convirtieron en una excusa para odiar. El intercambio de saberes, servicios y productos hace que una sociedad se consolide y prospere.  

¿Y los ricos? Ellos tienen más que lo que necesitan. Entonces, ¿qué pasa con sus excedentes? 

Desde mi punto de vista solo tienen tres opciones.

Opción 1. Lo invierten en nuevos proyectos: creación de nuevas empresas, nuevas líneas de negocio, nuevas fábricas, diversificar su portafolio de servicios, etc. (con lo que genera nuevos empleos y mueve la economía, de paso ayudando a que más pobres tengan sustento).

Opción 2. Compra bienes y servicios: compra de yates, caballos, relojes Rolex, autos Ferrari, viajes a sitios exclusivos, entre otros. Para que se produzcan dichos bienes debe haber astilleros, ensambladoras, fabricas, aerolíneas, industrias turísticas. Cientos, miles de personas tendrán empleo como veterinarios, mecánicos, pulidores, meseros, cocineros, pintores, etc. Incluso, puede comprar fincas y llenarlas de ganado. Para su mantenimiento requerirá de personal, veterinarios, transportadores, carniceros, etc.  En cualquier caso, los pobres se benefician con trabajo digno. Además, la produccion de ganado implica más disponibilidad de comida. Ningún rico inteligente compra reses para dejar que mueran sin obtener ganancia. Cuando un rico compra bienes y servicios se mueve la economía y genera empleo en quienes le proveerán los bienes.

Opción 3. El rico guarda su dinero en un banco o bajo la almohada sin el interés de gastarlo, solo acumularlo. En este caso no compra nada, no invierte en nada. Simplemente este individuo desaparece para la economía, lo que no hace daño a nadie. Supongamos que compra tierras y no las siembra, simplemente deja que la naturaleza las reclame. ¿Acaso eso no es lo que quieren los ecologistas? ¿y el dinero? Si el dinero está guardado y no circula, no cuenta dentro del sistema.

La opción menos probable es que un rico guarde su dinero. Precisamente se hizo rico, invirtiéndolo y no guardándolo.

Entonces, los promotores de limitarianismo proponen que repartir el dinero que a los ricos les sobra. Hay que dejar claro que, para un rico, ningún dinero sobra, ellos lo invierten o compran cosas. Y eso está muy bien. ¿Y si lo guardaran? No hay problema.

¿Como la existencia de un dinero guardado que nadie usa puede empeorar la economía? No la afecta para nada. El que construye mesas, seguirá vendiendo mesas, el que vende huevos, seguirá vendiéndolos a precios bajos porque no hay un aumento de moneda circulante en el sistema. ¿Pero qué pasa si yo vendía huevos a 1000 pesos que era lo que la gente podía pagar y de un momento a otro, mis compradores tienen un millón de pesos para comprar huevos, resultante de una inyección gratuita de dinero? Pues, simplemente yo incremento el precio de mis huevos a un millón. A eso se le llama inflación. Rápidamente el sistema se equilibra y nuevamente hay ricos y pobres. Los verdaderos ricos utilizarán la opción 1 o la 2 con sus excedentes.

¿Qué importa que un dinero esté guardado? ¡Que los ricos guarden lo que quieran! No afecta la economía.

¿Cuál es el problema si los ricos ganan más de lo que pueden comprar? Solo los envidiosos (comunistas y socialistas - y uno que otro capitalista) pedirán que lo repartan. El resto sabemos que los ricos, en su afán de crear dinero, establecerán nuevos negocios, crearan empleo y moverán la economía para que la gente tenga una forma digna de ganar dinero por su trabajo sin pedirlo regalado.

Si somos consecuentes con lo expuesto, los ricos ya lo están repartiendo. Cada que un rico abre una nueva sucursal, inventa viajes al espacio, crea una empresa de ventas online, produce una nueva version de un teléfono inteligente está dando empleo a miles y millones de personas, desde el minero que extrae níquel en una mina en un país apartado, el técnico que ensambla equipos, el que hace mantenimiento a un avión o el piloto que trasporta al gerente de una multinacional a una reunion en otro continente. Ahí, cada rico está repartiendo su dinero (en forma de salario o pago) a cambio de servicios y bienes que producen los menos ricos.

Es un error muy grave pensar en que la riqueza es limitada. Eso induce a creer que hay que repartirla. El verdadero visionario es el que enseña a producir riqueza a partir de la oportunidad y el conocimiento. No se requiere quitarle a nadie nada. La innovación puede hacer que un producto sea mejor y más valorado. Yo puedo vender huevos, o puedo vender un omelet por el doble del valor si mi producto es lo suficientemente bueno. Y si me va bien, puedo crear una cadena de restaurantes que vendan desayunos exquisitos, hasta el punto de sentarme en mi casa a recibir las ganancias, ¿qué tiene de malo eso, si habrá gente trabajando en mis restaurantes y recibiendo beneficios de lo que yo inventé?

¿Por qué razón, alguien tiene que quitarme el dinero que yo produje con mi innovación?

En resumen, el limitarianismo es una tesis que solo pueden apoyar los envidiosos.

Eso de poner límite a la riqueza solo se le ocurre a alguien que no es capaz de producirla.


miércoles, 8 de noviembre de 2023

Carta a los palestinos de Gaza

El siguiente texto me lo envió una amiga. Supuestamente fue escrito por don Joan Manuel Serrat a los palestinos de Gaza.

El mismo día que publiqué esta entrada, varios amigos me mostraron que el texto no es de Joan Manuel Serrat sino de alguien llamado Noa. Desconozco la veracidad de su autoría, pero me pareció un texto digno de compartir. 

Así que, de acuerdo con lo prometido, retiro el nombre de don Joan Manuel y dejo claro que es de otra persona. 



Carta de Noa de Joan Manuel Serrat

 A Los Palestinos De Gaza.

Es con el corazón apesadumbrado que les escribo hoy. Gaza está ardiendo. La frontera con Israel está bajo fuego. Niños en ambos lados de la frontera están aterrorizados, traumatizados, heridos en cuerpo y alma. ¡Valiosas vidas se pierden a cada instante! ¡Corre la sangre!

¡Abundan el dolor y las lágrimas!

Lamentablemente eso nos es familiar, demasiado. Estoy sentado en mitad de la noche en mi hogar catalán junto al mar. Ese mar que es nuestro, el Mediterráneo, nuestra cultura, el de nuestro pueblo andariego, el de los sin hogar, los nostálgicos, los constructores, los sobrevivientes.

Nuestros sueños son como las olas, y dialogan con la luna y las estrellas sobre la eternidad.

Desde ese fatídico día de 1995 cuando asesinaron a Rabin, dediqué gran parte de mi vida pública a cantar y a hablar por la paz entre judíos y palestinos.

Vi el proceso de paz levantarse y caer como los senos de una mujer respirando durante la noche. Vi muchas oportunidades desperdiciadas. Lamentablemente mucha obstinación, ignorancia y estrechez de miradas se cruzaron por el camino. Un absurdo orgullo pisoteó numerosas esperanzas. Canté y hablé. A veces discutí y abracé a extraños. Muchas veces me conmoví hasta las lágrimas e hice los amigos más inesperados. Amigos por quienes cruzaría fronteras bajo fuego para darles protección. Y hoy yo digo esto: tenemos un enemigo común, un enemigo terrible, y tenemos que unirnos para vencerlo. Ese enemigo es el fanatismo, amigos míos. Ese enemigo es el extremismo en todas sus grotescas manifestaciones. Ese enemigo está encarnado por todos aquellos que colocan a Dios por encima de la vida, que pretenden que Dios es su espada y su escudo y que combaten por él. Todos ellos son víctimas de un horrible fanatismo. Yo a menudo hablé contra el fanatismo en mi país, porque lo considero detestable.

Muchas veces arriesgué mi carrera y mi bienestar en esa lucha. Ahora veo el horrible rostro del fanatismo, veo sangre en sus manos y conozco uno de sus muchos nombres: Hamas.

Ustedes conocen a este terrible monstruo. Saben que viola a vuestras mujeres y envilece a las inocentes mentes infantiles. Ustedes saben que educa para el odio y la muerte.

Ustedes saben que es chauvinista y violento, codicioso y egoísta, y que se nutre de vuestra sangre mientras evoca el nombre de Alá en vano, se oculta como un ladrón y utiliza a inocentes como escudos humanos, utiliza mezquitas como arsenales, miente y estafa, y los usa a ustedes como rehenes. ¡Yo sé que eso es verdad y que ustedes lo saben! Pero no pueden hablar por miedo. Pero yo sí puedo hablar.

Tengo el privilegio de vivir en una democracia donde las mujeres no son objetos, sino ministros, donde un cantante puede decir lo que se le antoja. Yo sé que ustedes no tienen ese privilegio (pero estoy seguro de que algún día lo alcanzarán, inshalla).

Yo sé que ustedes están hartos de ser mantenidos como rehenes por ese demonio, esa terrible bestia, que está en Gaza, pero también está en Irak, en Afganistán y en todas partes. ¡Pero ustedes son un pueblo destinado a florecer en paz! ¡Su majestuosa historia ofrece abundantes testimonios de creatividad en la literatura, la ciencia, la música!

A veces los veo en las calles, haciendo manifestaciones de apoyo a los monstruos, gritando muerte a los judíos, muerte a Israel. Pero yo no les creo. ¡Sé dónde está vuestro corazón! Está donde está el mío, con mis hijos, con la tierra, con el cielo, con la música, con la esperanza. Yo sé que en el fondo de vuestros corazones ustedes desean la derrota de la bestia llamada Hamas que los ha aterrorizado y asesinado, que ha convertido a Gaza en un estercolero de pobreza, enfermedad y miseria, y los ha sacrificado en su sangrienta locura de orgullo y codicia.

Mis hermanos, lloro por ustedes y también por nosotros. Lloro por mis compatriotas que sufren por las bombas de ETA arrojadas en todas partes. Lloro por los soldados secuestrados y muertos, por las familias enlutadas, por la inocencia perdida para siempre. Pero lloro especialmente por ustedes porque conozco vuestro sufrimiento. Sólo espero que Israel pueda hacer la tarea que debe ser hecha y finalmente logre librarlos de este cáncer de fanatismo llamado Hamas. Y espero que un resto de compasión aún exista en sus corazones para que dejen de usarlos a ustedes y sus hijos como escudos humanos.

Y quizás tengan una oportunidad de caminar despacio el uno hacia el otro y daros tímidamente las manos, miraos en los ojos llenos de lágrimas y deciros con voz ahogada: "Shalom, salam. Ya basta. Ya basta, hermano mío".

¿Quieres un café? Quédate un poco, hablemos, conocemos las palabras y las canciones y sabemos cuál es el camino.
 
Shalom. Salam. Con un corazón quebrado que aún añora el amor. 


Vuestro amigo, Noa  J.M.Serrat


miércoles, 1 de noviembre de 2023

Cuentos en la tarde. Aura Echeverri


Cuentos en la tarde.

Conversar con Aura Echeverri Uribe es maravilloso. Y aunque no todos puedan tener ese privilegio, acercarse a ella a través de sus libros es tener una conversación íntima con una persona que ha vivido una buena vida, “buena”, en el sentido de la bondad.

Aura Echeverri hace parte de esos pocos seres que puede transmitir la ternura y el amor en una mirada, en un abrazo, en una sonrisa, o en una palabra. Conversar con Aura es volver a esas tardes de chocolate y abuelos, es sentir el aroma de las flores y los eucaliptos, y el trinar de los pájaros en una tarde soleada. 

Cuando uno lee los libros de aura se contagia de su amor por la naturaleza, por las cosas simples y maravillosas que hacen de la vida un milagro. Se siente uno como en un sueño mágico donde descubre la vida campestre con sus calmas y tribulaciones, con sus remansos y sus torbellinos. 

He tenido el privilegio de conocer a Aura y conversar con ella.  He leído casi todos sus libros: novelas, cuentos, poesías, y lo primero que uno descubre es que su autora es un alma noble que ve la vida con gratitud y con amor. En sus obras se vive ese espíritu de una Antioquia grande, la que soñaron Carrasquilla o Manuel Mejía Vallejo, con ese estilo costumbrista que también la caracteriza a ella. Algunas de sus novelas son denuncias de temas muy complejos: secuestros, asesinatos, traiciones, ambición, pero a la vez de redención: siempre en sus historias hay un héroe, un personaje que vive para los demás y que busca por todos los medios servir a los otros. En las historias de Aurita hay la esperanza de que todo puede ser mejor. 

Este nuevo libro de cuentos es un reencuentro con nuestro pasado. El lector entrará cuentos, relatos, estampas, y reflexiones que nos evocarán esas historias que contaban nuestros ancestros, cargadas de sabiduría y de amor.

Aura es una escritora de mucha trayectoria, ha sido alumna de los grandes, como Mario Escobar Velásquez y Luis Fernando Macías.  Ha recibido múltiples reconocimientos en el ámbito literario.  Por eso me sentí honrado cuando me pidió que le hiciera un prólogo para su nuevo libro. Su corazón es grande como sus historias.  Y cuando se leen sus cuentos uno siente que también es grande, porque ha sido transformado por ella.

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Aura Echeverri Uribe es licenciada en Didácticas y dificultades del aprendizaje Escolar, Egresada de la fundación universitaria CEIPA. Se define como Maestra de corazón y publicista de profesión.

Algunos de sus cuentos han sido publicados en las memorias del Taller de escritores Amedas,

En 2015 obtuvo el premio del Club Rotario de Envigado y en 2017 el Premio CIPE al mérito Literario (Envigado).

Otros libros publicados:
  • Cuentos de la tradición oral para niños,
  • Retrato de Bárbara Uribe Restrepo
  • Cuentos para gente sin edad
  • La sombra
  • Al paso del tiempo
  • Refranes en una noche de luna
  • Juana Balboa, desplazada y perseguida
  • La máscara de doble cara
  • La cobra maligna
  • Amor tardío
  • Tierra violentada