miércoles, 3 de febrero de 2016

¿Vamos a nadar? La hipótesis del simio acuático

¿Somos simios acuáticos? 

Buscando un tema, me encontré que por ésta época muchos terminan las vacaciones escolares y con ello, acaba el periodo de viajes y diversión. Tuve la oportunidad de pasar unos días en una zona costera con mi familia  y aprovechamos  para disfrutar de mar y piscina

Mirando la fascinación que para los humanos tiene el acto de nadar, recordé algo que había leido en un libro de Desmond Morris hace mas de treinta años (El mono desnudo. 1967). Una curiosa hipótesis de que los humanos habíamos sido en algún momento de nuestra evolución simios acuáticos. 

La hipótesis del simio acuático fue dada a conocer por el biólogo marino Sir Alister Hardy (1896-1985). La hipótesis había sido planteada en 1942 por Max Westenhofer en "Der eigenweg des Menschen". Posteriormente aparecieron otros libros de Elaine Morgan como "The descendt of Woman (1972), The Aquatic Ape (1982) The scars of Evolution (1990) y The aquatic Ape Hypothesis (1197)

Dicha hipótesis promueve la idea de que los antecesores de los humanos se desarrollaron en un ambiente semi acuático, alternando la tierra con el agua por cortos períodos con el fin de huir de depredadores o buscar crustáceos. 




Aunque ésta hipótesis actualmente no está apoyada por la biología ni la antropología actual, es una idea bien interesante. Miren sus postulados: 

Desnudez: De todos los primates, somos los únicos que tenemos un pelo corporal que cubre poca porción de nuestra piel. Los principales mamíferos desnudos son acuáticos, semi acuáticos o subterráneos (ballenas, delfines, morsas, topos, hipopótamos, rinocerontes, etc). Los que están en contra aducen que algunas especies semi acuáticas aun conservan el vello (focas, castores, nutrias, etc.). Además está la hipótesis de que la pérdida de pelo fue una solución para controlar la temperatura corporal, sobre todo en el caluroso día africano. Quienes defienden la teoría acuática dicen que solo la cabeza conservó la mayor parte del pelo para protegerse de los rayos solares mientras que la mayoría del cuerpo estaría cubierto por el agua y no necesitaba vello. Los detractores lanzan su contra-argumento: Y entonces por que hay vello en axilas y pubis?

Bipedismo: Cuando un simio que camina en cuatro patas se mete al agua, adquiere una postura bípeda. Ningún otro mamífero es bípedo como forma predominante de postura. El agua, según la hipótesis, ayudó a que desarrolláramos la capacidad de caminar en dos patas. Ello se ha visto en los bonobos, unos simios que se desplazan ocacionalmente en sus dos patas traseras cuando ingresan al agua. Los contrarios a la hipótesis acuática aseguran que somos bípedos desde que bajamos de los arboles y nos adentramos en las praderas. Se necesitaba estar sobre las patas traseras para poder mirar sobre la vegetación y vigilar los posibles peligros (como los zuricatos). Además se necesitaban los miembros delanteros para poder elaborar y trasportar herramientas y comida. 

Respiración. la mayoría de los mamíferos terrestres carecen de control voluntario de la respiración. Al parecer solo los humanos y los perros podemos hacer apnea para zaumbullirnos y retornar a la superficie para respirar y volver a sumergirnos. En contra está el hecho de que los humanos no somos capaces de mantenernos mucho tiempo bajo el agua sin salir a la superficie. Los mamíferos semi acuáticos pueden permanecer tiempos prolongados (nutria, hipotótamo). 



Grasa corporal. Los humanos tenemos una proporción 10 veces mayor de grasa que los demás mamíferos terrestres. Ello, según la la hipótesis, serviría de aislante térmico en el agua. (así como la capa de grasa de las focas, morsas, etc). En contra está la explicación de que ha sido el desarrollo cerebral que ha permitido el sedentarismo, el que nos ha provisto de grasa extra, sobre todo teniendo en cuenta que nuestro cerebro requiere más energía que la de los demás mamíferos. 

El primer pliegue interdigital. A diferencia de los otros simios, entre el pulgar y el índice, los humanos tenemos mayor tejido. Esa característica tiene validez si pensamos en ello como una especie de membrana parecida a la de los patos. Esta piel entre el índice y el pulgar nos ayuda a nadar con más facilidad. 

Partos acuáticos: El parto en el agua es menos traumático para la madre y el bebé. De hecho en la actualidad se ofrece en algunos hospitales 


Facilidad para la natación: somos una especie que disfruta nadar. Casi instintivamente nadamos. De hecho, bebés que todavía no caminan son capaces de moverse en el agua sin problemas. Por el contrario los chimpancés y otros simios se ahogan con facilidad. 


Figura 1
Distribución del vello corporal. El vello corporal se distribuye hidrodinamicamente a lo largo de nuestro cuerpo, a diferencia de los otros simios. (El vello corporal sigue la dirección de la corriente de agua cuando una persona está nadando, como si el vello estuviera diseñado para disminuir la resistencia al agua. (ver figura 1.  Diagrama de la distribucion del pelo corporal segun Wood-Jones)

Nariz protectora:  El hombre tiene una nariz proyectada hacia adelante con los ofiricios hacia abajo a diferencia de los otros primates que tienen la fosas nasales frontales.  Esta morfologia hace pensar que nuestra nariz es un escudo que evita el ingreso frontal de agua cuando estamos sumergidos.  Los que están en contra de esta teoría alegan que los mamiferos acuáticos estan mejor adaptados ya que pueden cerrar los orificios nasales a voluntad. 


Amor por el agua: ¿Quien lo niega? somos una especie que disfruta de darnos un chapuzón de vez en cuando. 

Como sea, hasta la fecha no se han encontrado fósiles que permitan apoyar la hipótesis del simio acuático. La mayoría de los fósiles apoyan la hipótesis de que siempre hemos sido terrestres. Los que apoyan la hipótesis del mono acuáticos dicen que deben buscarse los fósiles en zonas costeras. Sin embargo en las zonas costeras es menos probable encontrar evidencias fósiles en buen estado. 

Aunque es imposible confirmar o descartar la hipótesis, ante la ausencia de pruebas, en mi opinión la idea de que en algún momento de nuestra evolución hemos sido acuáticos, es simplemente fascinante. 

Por ahora los dejo. Con estos calores quiero ir a darme una zambullida...



Hasta la próxima semana. 

Fuentes

  • Morris, Desmond:  El Mono desnudo. Plaza y Janez 1967
  • Morris, Desmond:  El hombre al desnudo. Círculo de Lectores. 1977
  • Wikipedia.  hipotesis del simio acuático.    

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