miércoles, 15 de enero de 2014

Ay, Diomedes Diaz

Hace unas semanas murió el compositor y cantante (?) Diomedes Diaz. Inmediatamente hubo una explosión de opiniones encontradas frente a este polémico personaje.  


Una de las discusiones más interesantes las leí en Facebook:  
Desconocer el valor artístico de Diomedes Díaz por su detestable comportamiento personal es como negarse a aceptar el valor de Maradona como futbolista porque consumía droga.
El error está en quienes convierten a músicos o futbolistas en modelos de comportamiento. Hay cientos de ejemplos de artistas detestables, incluso criminales. Y ambas cosas no son excluyentes, nos guste o no.
(Carlos Pala. - Cantautor)

Mi modesta contribución a esta discusión decía más o menos así. 
Sin embargo, cada vez necesitamos artistas que podamos imitar. Si no, qué gracia tiene ser artista si no es para exaltar valores humanos. Lo contrario no sería arte.
Llegado a este punto tengo que admitir que jamás había analizado la letra de un vallenato. Nunca me ha gustado la música vallenata. (ni siquiera me sé alguno). Luego del análisis de Pala, pensé que aunque la vida personal de Diomedes era completamente reprochable, a lo mejor su "arte" podría redimirlo. 

Después tuve la oportunidad de leer una columna de Samuel Arango M. publicada en El Colombiano el 13 de Enero de 2014.  "Los 'valores' de Diomedes" en la sección de Opinión

Por primera vez tuve conciencia de las letras de las canciones de Diomedes y descubrí el mensaje de su "obra"

Trascribo algunas partes de sus canciones. 
"¡Ay… dicen que cometí un delito y de pronto hasta me condenan porque le dañé el cofrecito a una complaciente morena. ¡Ay… dicen que soy el sinvergüenza más grande que tiene la tierra y con ese pocón de mujeres cualquiera se mete en problemas…".
"…Yo siempre complazco a la mujer porque es que me gusta de verdad, desde el primer día que la probé nunca la he dejado de probar…".
"Mujereando, toda la vida viviré, mujereando, enamorado del amor, mujereando, porque la vida sin mujer no tiene objeto ni razón, mujereando…".
"…¡Ay… vivo trabajando señores pero a veces paro un ratico, cumplo con mis obligaciones y le doy de come´al pajarito…".
"…Si me hubiera metido a cura más grande sería mi pecado porque así con sotana y todo más de una me hubiera llevado…".
"…El hombre es el que trabaja, la que manda es la mujer, tiene un as bajo la falda que siempre te hace perder. De qué sirve tener plata, muchos lujos por demás, sin tener a una muchacha pa podértela gozar…".

"…Dicen que es el sexo débil de débil no tiene nada, porque ellas vienen al mundo, vienen armadas con su vaina. Por eso es que en este mundo la mujer es la que manda pero ellas consiguen todo siempre con la misma vaina…".
"…Hoy derrocho de salud y de placer, de parranda y de mujer…".
"…Por eso la plata que caiga en mis manos la gasto en mujeres, bebidas y bailando…".
"…Que te perdone yo que te perdone como si yo fuera el santo cachón. Mira mi cara, ve, yo soy un hombre y no hay que andar repartiendo perdón…".
Estos no son los valores que quiero inculcar a mis hijos. Esos no son los versos con los quiero enamorar a mi mujer.. 

Esas canciones están plagadas de insultos a la mujer y son un claro mensaje machista. De arte no tienen nada, (Pues hasta bien desafinado que cantaba...). 

Queda claro que lo único de valor en estas canciones era la destreza del acordeonero.  


Ay, Diomedes, ni tu obra te podrá redimir.  

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