miércoles, 20 de septiembre de 2023

Dios es matemático.

 "Todas las personas creemos en algo. 
y yo creo... que me tomaré un café"


Hablando en serio, todas las personas tienen algún tipo de creencia. Incluso, cuando los ateos y los agnósticos, (que dicen no creer en nada), se van a dormir, ponen sus alarmas para despertar al día siguiente. ¡creen que habrá un mañana! ¡Eso es tener FE!

Yo soy una persona profundamente creyente. Me criaron en la religión católica que profesaba mi familia y de ahí he tomado cosas muy buenas. No soy practicante (de los que van a misa), pero creo en un Dios algo parecido al que creían mis antepasados. Solo que mi Dios es científico y matemático. 

Creo en la ciencia y en la verificación científica de los hechos. Eso me convierte en un "creyente" muy extraño porque estoy dispuesto a cambiar mis conceptos a medida que las evidencias muestren otras cosas. 

Entonces, usted no cree en nada一 suelen decirme. Yo les respondo que creo en un principio básico que es inmutable independiente del tiempo o del espacio. Que existe desde antes de que el universo fuera creado y será verdadero mucho después. Creo en Dios, creo en las matemáticas y en sus leyes. ¡Creo en pi (π)!


Verán: si tomamos un círculo y medimos su circunferencia, encontraremos que ésta mide lo mismo que si tomamos el diámetro (dos veces el radio) y lo multiplicamos por pi (π). (3.14159265359....)


En otras palabras, la circunferencia de un círculo equivale a 2.π.r.  Eso es una verdad absoluta que ha existido antes de la creación de los humanos y será cierta eones después de que se destruya el universo. Es verdad en mi ciudad, en cualquier país, en Marte o Saturno, en una galaxia lejana o en cualquier lugar que podamos imaginar.

Y así pasa en general con la matemática: Si tenemos dos elementos (2), la mitad siempre será la unidad (1). Dos, partido en dos, siempre será uno (2/2=1). ¡Verdad irrefutable! Si a cinco objetos le restamos uno, siempre quedarán cuatro. La raíz cuadrada de nueve siempre será tres. En todo el universo, y fuera de él, existe un orden que será eterno. 

¡Dios existe!, ¡alabado sea Dios!

Las matemáticas me permiten creer que existe un orden lógico y natural que es inmutable. Dios no me va a hacer ganar en un examen si le rezo con fervor, ni me hará ganar la lotería, ni va a volver vencedor a mi equipo favorito, pero sí me va a dar herramientas para saber que tengo mayor probabilidad de ganar un examen si estudio los temas, o que, a mayor cantidad de boletas, tengo mayor probabilidad estadística de ganar el permio mayor.  

Este dios también es implacable. Convierte en pobres a los que gastan más de lo que reciben. Provoca la muerte al que, ignorando la ley de la gravedad, se lanza desde lo alto de un edificio (gravedad= 9.8 mt/seg²). Mi Dios determina qué animales vuelan y cuales no pueden, qué arboles resistirán un viento fuerte y en cuales se quebrará su tallo. 

Dios determina el tamaño de los planetas y sus órbitas. Define cuándo una montaña debe expulsar fuego o cuándo es tiempo de una avalancha. Sus fórmulas intrincadas manejan la temperatura de los ecosistemas y determinan qué organismo sobrevive o no a una enfermedad. Es un Dios terrible y a la vez benévolo, pues nos permite conocer algunas de sus leyes para que tratemos de alcanzarlo. 

Dios existe, se los aseguro. Está ahí, en cada cosa que pasa. Y estará ahí por siempre. 

A continuación, les comparto un interesante video que los va a poner a pensar. (Doy los créditos respectivos a BBC mundo y Laura García). 



 



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