miércoles, 27 de febrero de 2019

Releyendo el Quijote

A raíz de un curso que se dicta en la Universidad Pontificia Bolivariana, estoy volviendo a leer El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, del genial Miguel de Cervantes Saavedra, esta vez en una versión de Andrés Trapiello, un estudioso que se tomó el trabajo de reescribir la obra en un castellano más moderno, conservando los dichos y refranes, pero aboliendo algunos arcaísmos que hacían difícil su lectura.


De todas las versiones que he leído de El Quijote, esta me ha parecido la mejor, porque permite una lectura más fluida.  Sé que algunos puristas del lenguaje no estarán de acuerdo, pero en mi humilde concepto, el valor de esta versión es que permitirá al ciudadano común leerse la obra "más famosa de la literatura española". Creo que estas comillas dejan muy claro lo que pretendo decir. Muchos dicen conocer la obra de Cervantes, pero pocos, muy pocos, han leído en realidad su más aclamada obra. Podría aventurarme a decir que de todos los profesores de lengua castellana que tuve en mi colegio solo uno de ellos había leído el quijote. El resto, al menos diez de ellos si acaso habrían visto la película. 


Y hablando de películas, quiero compartirles un video que me envió un compañero del curso, que habla sobre la vida del Miguel de Cervantes. 



Si quieren descargar la versión que les mencioné solo hagan clic acá. 


Ver:  Andrés Trapillo: He traducido El Quijote para ese 80% de españoles que no lo han leido

4 comentarios:

  1. Me dejó pensando el comentario sobre los profesores de castellano y si alguno había leído El Quijote, lo digo porque fuimos condiscípulos y compañeros de grupo varios años, entre los profesores de español que tuvimos, me acuerdo de Ricardo Gómez, de don José Sánchez y de Rogelio Palacio, de estos, el único que creo que lo leyó fue don José.

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    1. Concuerdo contigo. Creo que el único que se leyó el Quijote fue don José Sánchez. Y por tu comentario, aunque anónimo, ya creo saber quien escribió esta nota. Pocos tienen tan buena memoria, como para recordar a sus profesores con sus apellido. Recibe un abrazo Juan Darío.

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  2. Muchas gracias Carlos, pero creo que tu confusión es síntoma del cuentista que le coge aprecio a un personaje y le va otorgando cualidades que nunca tuvo.

    Sin embargo si podría recordar a otros tantos como Samuel Bedoya Nieto y su regla para castigarnos en las manos, a nuestro "queridísimo" profesor don Jimy, con su gramatiquilla infantil y uno que otro poema como la venta abandonada que aún retumba en mi memoria (...llegaron en tropel los orejones de vuelta de barbecho y del potrero...) o en el "jardín zoológico" que pronunciaba con una "z" españoleta mientras sus zapatillas de charol rechinaban en el piso y el eco retumbaba por todo el claustro del colegio, a Regimberto con su lobo estepario y su loco de otra parte, pero por supuesto del loco de la Mancha, nada.

    Preguntemos entonces, quien será el escritor anónimo?

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