miércoles, 20 de septiembre de 2017

Voy a demandar a mis pacientes

Este texto me lo encontré en la red, y quise compartirlo con ustedes.  

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Estamos en una época especialmente difícil para la medicina llena de demandas algunas justificadas y otras realmente tontas y es cuando pienso...

Me gustaría poder demandar:

1. Al paciente diabético e hipertenso que no se apega al tratamiento, que no sigue su dieta, que cree que las pastillas son mágicas sin poner de su parte, que cree que me engaña cuando realmente se miente a sí mismo, demandarlo por que causa una gran fuga de dinero a este país y de esos impuestos de los que dicen que me pagan yo también soy con tributaria.

2. Al los padres, hij@s según sea el caso que nunca cuidaron debidamente de los suyos pero en momento de gravedad me exigen resultados rápidos por enfermedades de larga data y es que esta visto que aquellos que no brindaron atención a sus familiares son los que quieren tranquilizar la conciencia exigiéndole al personal de salud a gritos y maltratos resultados rápidos.

3. A las adolescentes que se embarazan y ponen en peligro su vida, y es que no les basta un embarazo en la adolescencia, es común ver ahora que tienes 18 años y 3 hijos.


4. Aquellas señoras con antecedentes de riesgo obstétrico como; preclampsia, eclampsia, hipertensión arterial crónica, múltiples cesáreas que aunque le digas que deben esperar un periodo adecuado les vale y no se cuidan con nada aun cuando les ofreces distintas alternativas, pero cada vez que llegan complicadas nos culpan a nosotros. 

5. Aquellas irresponsables que no llevan control prenatal, el gobierno les da todo ya no hay justificación.

6. Al esposo que sigue esperando al varoncito aun cuando ya tiene 5 niños y su esposa con 4 cesáreas, cuando la esposa fallece no lo culpan a el, nos culpan de nuevo a nosotros.

7. Aquella madre que no lacta por que le da flojera, o por que se le van a caer las "chichis", y solo son amas de casa entonces su único trabajo es educar y cuidar a su familia.

8. A la madre inconsciente que le da chocolate, huevo, frijol, coca a su bebé cuando este aun no esta en edad adecuada para esos alimentos, pero me exige que atienda rápido el llanto de su bebe por que no la deja dormir.

9. A la prensa que, sin siquiera saber nada de medicina y peor aun, no se toma la molestia de investigar, crea sensacionalismo amarillista para desprestigiar mi profesión, y es que deberíamos empezar a contra demandar por difamación.

11. Al que se auto médica, y cuando se pone más grave llega exigiéndome que lo resuelva rápidamente. Al que me trata como si fuera tienda de auto servicio exigiéndome medicamentos que no necesita. 




12. Al que tiene tiempo para consultar pero llega a urgencias por un dolor de garganta o de espalda de hace 2 semanas o mas tiempo y cuando le explicas que eso no es urgencia se indigna. No es que no le quiera atender pero cuando llega una urgencia real usted ya me a robado tiempo.

13. A la industria farmacéutica y compañeros médicos por que también ustedes han contribuido a la prostitución de mi carrera dando consultas a 25 pesos pero dando medicamentos que el paciente no necesita, originando la creencia que entre mas medicamentos mejor, al médico que da antibiótico a lo tonto ustedes también son una mafia.




14.Pero sobre todo al gobierno que a creado un pueblo que cree que se merece todo, que siempre exige derechos sin saber que tiene obligaciones, al gobierno que promete salud a costa de sus trabajadores, que crea hospitales pero no contrata al personal suficiente para atenderlo, al que paga por cada hijo que tiene la población, al que arma espectáculos para desprestigiar mi profesión.

Pero no puedo demandar a nadie por que entonces seria un flojo que no tiene que hacer, por que gano "miles" de pesos, por que escogí esta profesión para servir me tengo que aguantar y callar.

Elegí servir, pero no elijo callar, ya no mas....


MD. Keila Luciney*

*  He encontrado varias fuentes diversas con el mismo texto. En algunos casos el autor se identifica como Dr. Nestor A. Mendoza en otras a la doctora Keila Luciney. Desconozco quien es su verdadero autor. 

Hice algunas correcciones ortográficas, pero traté de dejar las mismas palabras y modismos. 


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