Un 26 de agosto, hace casi 15 años, recibimos en urgencias a un niño de 12 años con un paro cardiorespiratorio por sumersión. Estaba en una piscina de un club en el centro de Medellin y lo encontraron flotando. Un médico que estaba allí, inició la reanimación. Al ver que no respondía un mesero lo cargó en hombros por todo el centro de la ciudad hasta llevarlo a la Clínica Medellín.
Allí llegó sin pulso y sin respiración. Su corazón tenía una fibrilación ventricular fina. El personal de salud que estábamos de turno iniciamos nuestro trabajo. Durante más de hora y media estuvimos luchando a pesar de todos los pronósticos en contra. Finalmente el niño salió del paro y una o dos horas después, comenzó a hablar. Decía que no podía ver. Debió ser remitido a otra institución para continuar su recuperación.
A los pocos días su familia me buscó para agradecerme. Se había recuperado completamente y sin ninguna secuela neurológica.
Incluso publicaron una nota de agradecimiento en el periódico El Colombiano. Nota que he guardado con más cariño que todos los diplomas y reconocimientos que tengo.
Hoy, quince años después he recibido un mensaje de su madre. Felipe en junio se graduará en Matemáticas Puras en la Universidad Autónoma de México. En el mensaje de agradecimiento adjunta la fotografía del joven. Ahora es un hombre hecho y derecho. Tiene 26 años y tiene una gran sonrisa que irradia felicidad.
He pedido permiso a esa bella familia para publicar sus mensajes. Lo hago por dos razones:
La primera porque soy yo quien realmente le debo a esta familia. Sus muestras de gratitud van más allá de lo que cualquier medico esperaría. Solo hice lo que debía y ellos durante toda una vida no han cesado de agradecerme por el simple hecho de hacer mi trabajo. Me han dado mucho más de lo que merezco.
Hay otra razón: Fueron muchas las personas que participaron en éste milagro. El médico que inició el manejo, el mesero que lo cargó por mas de cinco cuadras cuando todos lo daban por muerto. Esos fueron los verdadero héroes. Ya en la clínica, recuerdo especialmente al Dr. Juan Fernando Palacio quien estuvo conmigo durante toda la reanimación luchando hombro con hombro por arrebatarle a la muerte el niño que teníamos al frente.
No puedo dejar de mencionar al Dr. Jorge Mejía, pediatra que nos ayudó luego de que el niño había salido del paro. A todo el personal de enfermería que fueron tan diligentes y que actuaron con celeridad (Mariluz Hoyos y muchas mas). Al personal administrativo (en especial Shirley Gaviria) y un montón de personas más que hicieron posible el milagro de la vida. Al Dr Felipe Aguirre del Seguro Social donde fue remitido para continuar el tratamiento, etc.
Solo resta una última reflexión. Ahora que el sector salud se ve amenazado más que nunca. Ahora que todo parece estar en contra de los que escogimos esta profesión, solo quiero decir a mis colegas y a los futuros médicos y enfermeras y a todo el personal que lucha por la vida de los demás: Nunca dejen de luchar por sus pacientes. A pesar de todos los problemas y sacrificios.... VALE LA PENA...
Comparto uno de los muchos mensajes que intercambiamos.
SÍ.... VALE LA PENA...
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Realmente vale la pena. Su trabajo no es en vano. Dios dice en su Palabra: Por tanto, mis amados hermanos, estén firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que su trabajo en el Señor no es en vano. 1 Corintios 15:58
ResponderBorrarDr. Carlos : soy Felipe Maya.
ResponderBorrarLe agradezco también yo a vd. y a todo el personal que colaboró en mi caso.
Les agradezco con mis oraciones y los pongo, siempre que puedo, como ejemplo de diligencia y profesionalidad. Aprovecho también, para unirme a su petición de no dejar de luchar por los pacientes, pues en mi caso, su dedicación cambió la historia.
Un fuerte abrazo y, de nuevo, gracias y mil veces gracias.
Felipe. Para todo el equipo de salud fue una gran satisfacción recibir el mensaje de ustedes. Tan solo hacíamos nuestro trabajo y estamos muy orgullosos de que lo que pudimos hacer. No te imaginas el dia de hoy cuando todo el personal de la clinica leyó esto. Algunas personas que estuvieron presentes, lloraron con el mensaje que ustedes nos transmitieron. De verdad que lo hicimos con mucho cariño y con todo el corazón. Un abrazo bien grande. Somos nosotros los que debemos estar agradecidos. Como te dije una vez luego de aquel accidente. Tuviste una segunda oportunidad que pocos tienen y eso implica una responsabilidad mayor. También implica que eso puede cambiar el mundo. En lo personal estoy muy orgulloso de tus logros. Un abrazo de todo corazón.
BorrarCuando todo lo tengo en contra por la legislación en Colombia con la salud y veo estos mensajes.. recuerdo porque estudié esta amada profesión... gracias profe
ResponderBorrarQue maravilla este testimonio, ahora que lo que se quiere de esta profesión es lo comtrario... VALE LA PENA Salvar vidas este es su finalidad. Gracias Doctor Carlos.
ResponderBorrarNota adicional. hoy, 26 de agosto de 2020, la familia de Felipe me ha contactado de nuevo para recordar esa fecha. Yo soy quien debo estar agradecido.
ResponderBorrarQuerido Dr. Carlos Alberto Velázquez hermoso ese testimonio de responsabilidad en equipo, que terminó salvando la vida de este joven. Sé que como él somos muchos los que tenemos grandes sentimientos de gratitud con usted y su bella profesión. De todo corazón mil gracias.
ResponderBorrarHoy 26 de agosto de 2021, la familia de Felipe ha vuelto a enviar un mensaje de saludo. Me siento bendecido por haber estado allí. Mi gratitud es inmensa con esa familia. Soy yo quien debo estar agradecido.
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