A finales de cada año siempre hay pensamiento apocalíptico. El final de un año es, para muchos, el fin del mundo a pequeña escala.
Pues bien, en 1992 leí un excelente cuento de Luis Dueñas Gallo que trataba sobre el fin del mundo. Fue publicado en el suplemento dominical de El Colombiano el 27 de diciembre de 1992 y estuvo guardado entre mis papeles hasta el día de hoy que lo encontré, (o quizás el me encontró?).
Les comparto este fantástico cuento.
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Miguel: toque la trompeta, ¡por favor!
Por Luis Dueñas Gallo
(...) -¡Esto es el colmo!
-Es cierto. Ya se pasó de la raya. Les dimos nuestro apoyo y hora se han vuelto locos.
-Es increíble. Vamos a detener esta horrible amenaza. Navegante: ¡rumbo 7.18.3.9, coordenadas 30.08 y 577.09! Es increíble.
-Yo te lo advertí. Kor: no estaban preparados para tanto. Ya hemos tenido experiencias muy parecidas con otros de su misma clase.
-De todos modos, no se puede desconocer que algunos experimentos han sido todo un éxito.
-¿Cuándo llegamos?
-Llegaremos a tiempo, no te preocupes. La federación no aceptará la pérdida de ese planeta; es realmente valioso.
-Aún no comprendo: ¿Cómo pudimos permitirles conocer ciertas cosas?
-La "segunda oportunidad", todos la merecen.
-Sí, todos, menos nosotros. Si esos estúpidos acaban con su mundo antes que se lo impidamos, ya puedes ir pensando en nuestra "segunda oportunidad". Lo único cierto es que no podemos fallar.
-Kor, necesito hablar con usted.
-Sí, capitán, en seguida.
-¿Cómo ve la situación? ¡Dígame!
-Para serle franco, muy delicada señor. No debimos darles nunca la oportunidad de conocer ciertas formas de energía. Ya en el año 1945, fecha local, exactamente en el X.HH. 27449.4.55.C, fecha intergaláctica, intentaron hacerse pedazos. Realmente es muy duro este trabajo. Siempre he dicho que los experimentos con esa clase de formas biológicas pseudosensoriales deberían ser suspendidos.
-Estoy de acuerdo con usted, Kor. Yo mismo lo expuse ante la federación en la pasada reunión, pero no fue aceptada mi propuesta. Los experimentos han continuado y continuarán hasta que, como en este caso, se ponga en peligro el equilibrio de una galaxia entera.
-Capitán, ¡hemos llegado!
-Muy bien... ¡Navegante!
-Sí, capitán... Es tal como lo habíamos previsto. La fecha local es 31 de diciembre del año 1999. Los dos grupos más desarrollados han hecho uso de sus armas. En algunos segundos, según su medida de tiempo, el planeta entero volará en fragmentos. Lo que no tuvieron tiempo de pensar, puesto que realmente no lo han hecho nunca, fue en las consecuencias de la reacción en el espacio. Si esos absurdos artefactos estallan, esta parte de la galaxia estará perdida.
-Bien... ¡inicien la intervención! ¡inmediatamente! No tenemos más remedio. Hicimos lo posible para que alcanzaran un día nuestro grado evolutivo; sin embargo, tenemos que aceptar que nunca pasarán de ese estado biológico pseudosensorial. El experimento fue un fracaso. Tenemos que salvar el planeta con el fin de que después de limpio, sirva para otros experimentos con bichos menos repulsivos y dañinos...
-¡Miguel Arcángel!
-¿Sí, capitán?
-¡Toque la trompeta...! Bajemos a juzgar a vivos y muertos.
Este cuento es maravilloso, gracias por compartirlo!!!
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