miércoles, 3 de julio de 2013

Bach versus reggaeton

Hace unos días leía en una historia clínica de un paciente, una frase que me pareció graciosa en el apartado de antecedentes personales:

Antecedentes Alérgicos : Alérgico a todo lo que dañe el oído.

Aunque la intención del paciente y del médico que hizo la historia clínica era alertar para que no le pusieran medicamentos ototóxicos como los aminoglicósidos, cuando leí la frase me quedé pensando que el paciente posiblemente era también alérgico al reggaeton.

Y es que algunos pensamos que el reggaeton daña el oído.

Los que amamos la música clásica no podemos siquiera intentar comparar una obra de cualquiera de los grandes compositores clásicos con alguno de los estridores repetitivos del reggaeton.  

Quisiera presentarles a continuación la Passacaglia y Fuga en do menor, de Juan Sebastian Bach.

Entiendo que a algunos puede no gustarles la melodía, pero sí tienen que aceptar una cosa: es una obra monumental. Imaginen el cerebro de quien ideó dicha composición.

Incluso, miren que el organista que interpreta dicha obra usa las dos manos y los dos pies al mismo tiempo en la ejecución de la obra.   Eso implica que todo el cerebro tiene que estar conectado con cada uno de los músculos del cuerpo en forma individual.    

¿Se imaginan lo que implica poder ejecutar dicha obra?

Ahora, llegado a este punto, parece que solo hay muy pocos requisitos para ser reggaetonero: tener gafas oscuras, un gran collar, y unos pantalones prestados del abuelo gordo que dejen ver los calzoncillos. Ni siquiera tienen que saber cantar... y mucho menos tienen que saber de música.

Ahí les dejo la inquietud.



Hans-Andre Stamm ejecuta la obra de Bach en el órgano de Stadtkirche in Waltershausen.

Hasta la próxima semana

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