miércoles, 31 de enero de 2024

La falacia de los autos eléctricos

Ultimamente algunos líderes mundiales (y locales) han intentado convencernos de los beneficios de los autos eléctricos y la mayoría de las personas (como borregos) se tragan el cuento de que son la mejor opción para reemplazar por completo a los autos de combustión (gasolina, diesel o gas). 

Los carros eléctricos son silenciosos, trabajan con una batería de Litio, Niquel o Cadmio y no sueltan a la atmósfera gases tóxicos, razón por la cual se han propuesto como los salvadores del planeta. 

Ahora bien, mientras que el CO2 y el CO (dióxido de carbono y monóxido de carbono), pueden ser metabolizados por los árboles, no existe ningún organismo que coma Níquel, Litio, Cadmio o alguno de los componentes de las baterías. Los carros de gasolina o gas también necesitan baterías pero son de menor tamaño y requieren de mucha menos cantidad de elementos químicos para su elaboracion que los que necesita un vehículo eléctrico. 

Producir una gran batería (de 40 a 80 KVH) para un vehículo eléctrico, requerirá de un incremento en la minería. Lo contradictorio es que quienes promueven la utilización de carros eléctricos, casi siempre estan también en contra de la minería. ("la ignorancia es atrevida" como diría mi abuela). Será imposible producir autos eléctricos para todo el planeta sin el consecuente incremento de la minería extractiva que permita obtener los minerales para esa baterías. 

La agenda progresista quiere prohibir la minería de petroleos y reemplazarla por la de otros elementos más difíciles aún de extraer. Eso suena a engaño o ignorancia. 

Es cierto que se requiere de la minería cuando se extrae petróleo o gas. La combustión de los derivados del petróleo produce gases que van a la atmósfera y son luego aprovechados por los árboles en un fenómeno llamado fotosíntesis en la que, ayudados por el sol, toman el carbono del aire y incorporan en su metabolismo, produciendo  a su vez oxígeno para el planeta. 

En el caso de los coches eléctricos, habría que incrementar considerablemente la mineria para extraer Litio, Cadmio, Níquel, (¿sigues pensando que es ecológico?). Solo que dichos elementos no pueden ser metabolizados por las plantas, ni por los animales. Cuando la batería de un vehículo eléctrico acaba su vida util, pasa por un proceso en que se reciclan algunas partes, y el resto debe ser depositado en la tierra. Estos elementos  terminan contaminando los rios y mares, igual que hace el mercurio cuando se extrae oro. Es decir, cambiamos un gas que aprovechan las plantas, por unos contaminantes que deben ser enterrados y que tarde que temprano llegarán a las fuentes de agua. No se conoce ningun ser vivo que pueda metabolizar Niquel, Litio o Cadmio, por lo que, a diferencia del CO2 y CO, seguirán contaminando indefinidamente el planeta. 

Imagina si todos los coches de tu ciudad fueran eléctricos: ¿Tu ciudad tiene un lugar seguro para depositar todas esas baterías? Imagino que no. ¿Están preparados todos los países para manejar semejante cantidad de desechos tóxicos?  En algunos países del primer mundo la disposición final de las baterías de los autos eléctricos ya es un problema ambiental severo, y eso que el porcentaje de eléctricos es aún pequeño. 

¿Qué pasará si se cumple la agenda 2030 que pretende acabar con los carros de combustión para que todos los vehículos sean eléctricos? ¿Cuántas minas nuevas habrán de abrirse (con su daño ecológico respectivo) y cuántas fuentes hídricas habrán de contaminarse con los lixiviados ácidos resultantes de las baterías agotadas?

Es falso que los vehículos eléctricos sean más ecológicos que los de combustión. De hecho, es mas costoso desde el punto de vista ecológico producir un vehículo eléctrico. Esos coches no son la solución. Son solo una parte. Hay que reducir la contaminación ambiental, en eso no hay discusión: Debemos  hacer un uso adecuado de los vehículos y favorecer el trasporte público para reducir las emisiones innecesarias. El problema no se resuelve reemplazando todos los vehículos de combustión por eléctricos. 

Incluso, hay medidas mucho más sencillas para reducir la contaminacion vehicular. Por ejemplo rediseñar las vias de nuestras ciudades para que no haya trancones (un trancón que duplica nuestro tiempo de desplazamiento, duplica el tiempo de motor encendido, incrementando al doble la cantidad de gases tóxicos que emite nuestro vehículo). 

Si un lider quisiera reducir la contaminación a la mitad, solo tiene que reorganizar el tránsito para que las personas que se movilizan en vehículos motorizados puedan llegar en el menor tiempo posible a su lugar de destino. Un vehículo apagado no emite gases. Es un hecho evidente y una solución sencilla y económica). 

Debemos fortalecer la siembra de árboles y la protección de la capa vegetal de nuestro planeta, y sobre todo, hay que analizar crìticamente todo aquello que intentan meternos en la cabeza.

En este artículo no me he detenido en mostrar otras desventajas que tienen los vehículos eléctricos, como el inconveniente de requerir mucho tiempo de recarga. ¿Estarías dispuesto a esperar varias horas a que los dos vehículos que adelante de tí cargen sus celdas en la estación, en tanto que en la gasolinería del frente cada cinco minutos se llena un tanque? Hay consideraciones adicionales que hay que tener en cuenta con los vehículos eléctricos. 

A continuación les dejo un video que muestra cifras que los harán pensar. 


 

miércoles, 24 de enero de 2024

Qué es un microrelato

Uno de los temas que hemos visto en el Taller de creación literaria que coordino, es el de los microrelatos o microcuentos. Debo confesar que definir el micro relato no es fácil y no existe un consenso. 

Un microrrelato (también, microcuento) es un texto breve en prosa, de naturaleza narrativa y ficcional que, usando un lenguaje preciso y conciso, se sirve de la elipsis para contar una historia sorprendente a un lector activo.​ 

Los términos microcuento, cuento brevísimo, microrrelato y minicuento son las denominaciones dadas para un conjunto de obras diversas cuya principal característica es la brevedad de su contenido.​

Se caraterizan por: 

  • Extensión breve
  • Por lo general no describen lugares o personajes.
  • Se fundamentan en hechos o acciones (o consecuencias)
  • Tienen un marcado uso de figuras literarias. 
  • Se apoyan en la intertextualidad (lo que no se dice pero el lector conoce)
  • Tienen un desenlace sorpresivo y semi oculto (no directo)
  • Implican la participación del lector. 
  • El título, en ocasiones, hace parte de la  historia.  


Miremos algunas definiciones:  


"... un tipo de relato extremadamente breve. Se diferencia del cuento en que carece de acción, de personajes delineados y, en consecuencia, de momento culminante de tensión (...) No se ajusta a las formas breves de la narración tradicional como la leyenda, el ejemplo, la anécdota. 

Como juego ingenioso de lenguaje, se aproxima al aforismo, al epigrama y a la greguería. Posee el tono del monólogo interior, de la reveladora anotación de diario, de la voz introspectiva que se pierde en el vacío y que, al mismo tiempo, parece querer reclamar la permanencia de la fábula, la alegoría, el apólogo. El desenlace de este relato es generalmente una frase ambivalente o paradójica, que produce una revelación momentánea de esencias.

Por este motivo, pudiera decirse que participa del lirismo del poema en prosa, pero carece de su vaguedad ensoñadora. Se acerca más bien a la circularidad y autosuficiencia del soneto. Porque trata de esencias, participa también de la naturaleza del ensayo. Se distingue de éste, sin embargo, porque algún detalle narrativo lo descubre como ficción".

Dolores Koch,(1986)

 

“un texto narrativo con sentido completo, en el que se cuentan una o más acciones, en un espacio no mayor de veinticinco renglones, contentivo cada renglón de no más de sesenta caracteres, esto es, una cuartilla”.       

Armando José Sequera (1990) 


"... su mínima pero difícil composición, que exige inventiva, ingenio, impecable oficio prosístico y, esencialmente, impostergable concentración e inflexible economía verbal, como señala José de la Colina,  para los que él llama `cuentos rápidos'. La minificción no puede ser poema en prosa, viñeta, estampa, anécdota, ocurrencia o chiste. Tiene que ser ni más ni menos eso: minificción. Y en ella lo que vale o funciona es el incidente a contar. El personaje, repetidamente notorio, es aditamento sujeto la historia, o su pretexto. Aquí la acción es la que debe imperar sobre lo demás". 

Edmundo Valadés (1990) 



A continuación replicamos algunos ejemplos de microcuento.  

TABU
El ángel de la guarda le susurra a Fabián, por detrás del hombro:
-¡Cuidado, Fabián! Está dispuesto que mueras en cuanto pronuncies la palabra zangolotino.
-¿Zangolotino? -pregunta Fabián azorado.
Y muere.
Enrique Anderson-Imbert.
(Las pruebas del caos)

OPUS 8
Júrenos que si despierta, no se la va a llevar -pedía de rodillas uno de los enanitos al príncipe, mientras éste contemplaba el hermoso cuerpo en el sarcófago de cristal-. Mire que, desde que se durmió, no tenemos quien nos lave la ropa, nos la planche, nos limpie la casa y nos cocine.
Armando José Sequera.
(Escena de un Spaguetti Western)

ALAS
Yo ejercía entonces la medicina en Humahuaca. Un tarde me trajeron un niño descalabrado; se había caído por el precipicio de un cerro. Cuando para revisarlo le quité el poncho vi dos alas. Las examiné: estaban sanas. Apenas el niño pudo hablar le pregunté:
-¿Por qué no volaste, m'hijo, al sentirte caer? 
-¿Volar? -me dijo- ¿Volar,  para que la gente se ría de mí?
Enrique Anderson-Imbert
(El grimorio)

Leer otros microcuentos: 

miércoles, 17 de enero de 2024

Reflexiones sobre las incapacidades médicas

En estos días se presentó en un comité al que asisto la discusion acerca de cómo expedir una incapacidad médica si la persona ya ha trabajado parte de su jornada. 

Alguien mencionó que si la persona ha trabajado la mitad de su jornada o más, el médico debe expedir el certificado de su incapacidad para el día siguiente. 

La sustentacion a su postura era que la norma colombiana establece el pago de las dos terceras partes del salario cuando la incapacidad es por enfermedad común. Si ya hubiese trabajado ese día no se lo pagarían completo. 

Yo, por mi parte soy de los que creo que el médico debe expedir el certificado de incapacidad desde el mismo día en que consulta, así le falte una o dos horas para terminar su jornada laboral, o incluso, así haya terminado su jornada.

Estuve consultando al respecto y no hay ninguna norma que defina qué es lo correcto. Me encontré un artículo de la Javeriana, escrito J. C. Castellanos, médico, director de un hospital, que dice lo siguiente: (el subrayado es mío):

El médico podrá emitir una incapacidad prospectiva cuando la atención se presta después de terminar su jornada laboral o escolar; por ello, se puede indicar que el día de inicio es el día siguiente a la fecha de expedición. En los casos en los cuales sea necesario prorrogar una incapacidad y que por trámites administrativos la consulta médica no pueda ser programada una vez finalizada la incapacidad, el médico podrá emitir una incapacidad prospectiva. Esta aseveración solo se fundamenta en el concepto que se presenta en ese artículo, en cuanto siendo un acto médico autónomo y no existiendo reglamentación en contrario, el médico puede expedir ese tipo de incapacidades prospectivas.

Más importante, cuando se trate de las laborales, en cuanto al cumplimiento de los principios éticos de no causar daño y proteger al paciente, en quien la expedición de la incapacidad tiene un detrimento salarial, se le descuente de su nómina normal un porcentaje de un día que fue efectivamente trabajado. Esto no aplicaría si el trabajador laborase en el turno nocturno y sea atendido durante ese horario. El respaldo de esta acción a favor del paciente, además de sustentarse en los principios generales de la ética médica de entender el ser humano de manera integral, evitando el causar daño, se establece de manera tajante en el artículo 6 de la mencionada Ley Estatutaria, que en su literal b establece como elemento esencial del derecho a la salud un principio: “Pro homine. Las autoridades y demás actores del sistema de salud adoptarán la interpretación de las normas vigentes que sea más favorable a la protección del derecho fundamental a la salud de las personas”. 

Incapacidad como acto médico y ley estatutaria de salud. Univ. Med. 2019;60(1).


Soy conciente de que certificar una incapacidad desde el momento en que el médico la diagnostica puede implicar un detrimento en el pago de la jornada ya laborada, pero los argumentos que expondré a continuación son el resultado de más de 30 años de ejecicio médico y de muchos años como perito (asesor especializado) en temas legales. Tomando el mismo argumento del doctor Castellanos, dado que no existe reglamentacion contraria, yo afirmo que la incapacidad debe expedirse desde el mismo dia, no solo porque no hay reglamentacion contraria, sino porque desde la Ley 23 del 1981 (ley de ética médica) se determina que un certificado médico es un acto médico y que como documento legal está obligado a ser verídico y ajustado a la realidad. 


Sientanse en la libertad de acoger o desechar mis planteamientos: 

Incapacidad médica vs certificado de incapacidad

1. Una cosa es la incapacidad, y otra el certificado de incapacidad. 

La Incapacidad médica es la condicion que sufre una persona que le impide desempeñar una labor, ya sea porque lo imposibilita para realizar sus funciones o que empeoraría en el caso de seguirlas haciendo.  Una incapacidad médica no necesariamente tiene que ser diagnosticada por el médico. Atañe exclusivamente al paciente. Alguien que se tuerce un tobillo, puede estar incapacitado para caminar, así no vaya al médico. 

El certificado de incapacidad es el documento en el que un médico certifica, (valga la redundancia), que un paciente no puede desempeñar esa labor, luego de haberlo evaluado. 

2. La incapacidad médica no la determina un médico: La determina la lesión o enfermedad que sufre un paciente. La función del médico es certificar que dicha persona no puede realizar un trabajo debido su condición de salud. (en otras palabras, así el medico no la certifique, la incapacidad está presente.)  No es potestad del médico determinar si el paciente ya dejó de laborar ese día o si aun le quedan horas para terminar su jornada. El médico debe certificar si desde el momento del diagnóstico, el paciente esta en capacidad o no de laborar. 

3. El certificado de incapacidad debe estar acorde con la condición del paciente: si la enfermedad o lesion está presente desde hoy, un médico no puede certificar que la incapacidad estará presente solo a partir del día siguiente, porque eso implicaría que el resto del dia de la consulta, el paciente sí está habilitado para trabajar. 

Al expedir cualquier certificado el médico afirma que le consta lo que certifica. En ningún momento puede expedirse una certificacion que no corresponda con la realidad. Certificar que mañana no podrá trabajar, deja una sospecha sobre si hoy hubiera podido hacerlo. 

Quiero exponer algunos ejemplos que ayudarán a entender por qué el certificado de incapacidad debe iniciar desde que el médico constata la condición de salud que impide trabajar: 

Supongamos que un vigilante de una empresa trabaja de 7:00 am a 5:00 pm. Consulta un lunes a las cuatro de la tarde por un dolor lumbar intenso que le impide trabajar. ¿Desde cuándo está la condicion para no poder trabajar? No hay duda de que el médico puede dar fe de que el paciente tiene una condicion que lo incapacita desde ese momento, así esté terminando su jornada.  

Sigamos suponiendo...  El paciente le dice que le dé la incapacidad a partir del martes porque ya trabajó el día casi completo. ("para que no me descuenten el día de hoy").  ¿Qué pasaría si a las 6 pm se declara un incendio o una inundación en la empresa? ¿Si lo llamaran para ayudar en la emergencia, deberá acudir? Recordemos que la incapacidad fue expedida para el día siguiente. ¿Podrá responder que no irá a la empresa, a pesar de que el médico certificó que su incapacidad será partir del dia siguiente?

Quiero enfatizar en que la condicion de incapacidad estaba presente desde el lunes a las 4 pm. (no desde las 00:00 del dia siguiente). El médico debe certificar que al momento de la consulta ya estaba con limitaciones para las actividades laborales, independiente de la hora en que termine su horario. 

Otro caso: Una mujer consulta por diarrea abundante al medio día. El médico le va a "dar" una incapacidad (recordemos que los médicos no "damos incapacidades", sino que las certificamos), pero la paciente le advierte que está en su día de descanso y le pide que le dé la incapacidad a partir del día siguiente. El médico, para ayudarle, le da la certificación de que al día siguiente amanecerá con diarrea. ¿Qué pretexto daría la mujer si la llamaran a  la 1 pm para cubrir una novedad de personal esa tarde? Es claro que su incapacidad para laborar ya estaba presente desde el momento de la consulta, aunque estuviera de descanso. 

Quiero poner otro ejemplo del que fui protagonista. Un dia, cuando era médico de urgencias,  fui agredido por un paciente a las 11 de la noche de un lunes (mi turno era de 7 pm a 7 am). Un paciente bajo efecto de las drogas tuvo un accidente en su moto, y llegó agitado al servicio. En medio del barullo resulté con una herida en la cara y un gran hematoma en el párpado. Por supuesto, me incapacitaron por el gran hematoma que me impedia ver por un ojo. Fui atendido a las 5 de la mañana del martes, faltando solo dos horas para terminar mi turno. El médico que me atendió dijo -con buenas intenciones- que me fuera a dormir, y que, como yo ya estaba terminando el turno, me "daría" la incapacidad a partir del dia siguiente (miércoles) porque asumía que yo ya había trabajado las 7 horas del martes. Por supuesto tuve que pedir que me la diera desde el mismo día en que fui atendido (Yo debía volverme a presentar a las 7 pm para otro turno nocturno). Mi incapacidad estaba presente a los pocos segundos de la agresión (cuando comenzó la hinchazón) y no a partir de las 00:00 horas del día siguiente. Incluso, si ese día no tuviera que regresar a trabajar en la noche, ya estaba limitado para laborar. Si me hubiera llamado por una emergencia grande en la ciudad, yo no hubiese podido presentarme a servicio. Si hubiera sido una incapacidad por enfermedad común no me hubieran pagado esas horas laboradas.  No hay duda de que el resto del día yo tenia una incapacidad que me impedía hacer cualquier tipo de trabajo, y ese hecho es independiente de si la empresa paga o no las horas laboradas. Ese es un problema jurídico que habrá que solucionar, y pertenece al ámbito económico, no médico. El criterio médico debe ser que la persona está "incapacitada para laborar" y en eso no hay discusión. 

¿Dar incapacidad, o certificar una incapacidad?

Un médico no "da" incapacidades. Simplemente certifica la presencia de ellas. Es incorrecto que un médico certifique que una incapacidad aparecerá al día siguiente. Debe certificar si la incapacidad en el paciente está presente al momento de ser evaluado, aunque ello tenga efecto negativo sobre las deducciones hechas al trabajador. En este aspecto, hay unos vacíos que no han sido resueltos, pero no podemos ser los médicos los que resolvamos el tema económico a costas de expedir una certificación falsa.  

Igual pasa cuando un paciente consulta un domingo en la mañana, (un día en que la mayoría de los trabajadores descansan). ¿Puede un médico certificar que el paciente solo tiene la condicion de incapacidad a partir del lunes? ¡Rotundamente, no!  La incapacidad determinada por la lesión o enfermedad, es una condicion clínica que no depende del documento expedido por el médico. Si la merma de la capacidad para laborar está presente, el médico debe certificarla, independiente del horario de trabajo que tenga el consultante. 

¿Y si el paciente no quiere estar incapacitado?

Ya vimos que la incapacidad médica es una condición propia de la enfermedad del paciente, que certifica el médico, pero que no depende de él. De la misma forma, el médico no puede negar que dicha condición exista por solicitud del paciente. 

Con frecuencia me llegan pacientes que debido a su enfermedad o lesión no está en condiciones de trabajar. En muchos casos me piden que no los incapacite (generalmente porque no quieren ver reducidos sus ingresos). Como médico es mi responsabilidad certificar que un paciente no está en condiciones de laborar, independiente de sus deseos. 

En el caso de una enfermedad contagiosa, no hay duda. Es unánime la idea de que hay que "incapacitarlo" (expedirle el certificado de incapacidad) de todos modos. Pero en las enfermedades no contagiosas, la situación debería ser igual. 

Imaginen una persona con una pierna hichada que debe estar en reposo con la pierna elevada). El empeoramiento de su condicion será responsabilidad del profesional que, siguiendo los deseos del paciente, no expida el certificado de incapacidad. 

Un paciente tiene todo el derecho a renunciar a la incapacidad expedida, pero un médico tiene el deber de no enviar a trabajar a un paciente al que considera que no está en condiciones de hacerlo. En este caso solo hay dos soluciones éticas para el médico: la primera es expedir el certificado de incapacidad, y que el paciente renuncie a tramitarlo ante la empresa, asumiendo su responsabilidad). La otra es que el médico deje constancia en la historia clínica de que hay una limitacion clínica para laborar, y que el paciente se niega a recibir el certificado de incapacidad. En este caso, el médico debería, para evitar un proceso por mala praxis, hacerle firmar un desistimiento al paciente en el cual consta de que le advirtió las consecuencias de no acoger su recomendacion de reposo, y aún así el paciente se negó a estar incapacitado. 

Como pueden ver, estos temas sobre incapacidades no están del todo regulados. Se supone que siempre debe primar el beneficio del paciente. Para muchos médicos prima la condicion de salud y para otros la condicion económica del paciente. He expuesto mis argumentos como médico. Ya ustedes decidirán cual aspecto privilegiarán. 

Lea también la diferencia entre incapacidad médica (incapacidad médica), e incapacidad médico-legal




miércoles, 10 de enero de 2024

Cuando el orden nos da libertad.

En el escudo de la República de Colombia (vigente desde 1834) hay una cinta de oro con una frase que dice:  LIBERTAD Y ORDEN.



Creo que muy pocos se han puesto a pensar lo que ello significa. Dicho lema establece un equilibrio entre las libertades individuales y la obligación de acogerse a las normas. En otras palabras, establece un balance entre los derechos y los deberes. 

Recuerdo que en el primer lustro de los años 90, luego de la Constitucion Política de 1991, en todos los municipios y veredas de Colombia se daban charlas, conferencias, y se dictaban clases sobre los derechos de los colombianos. Entonces, en calidad de director de dos hospitales y como responsable de la salud municipal, hube de apoyar el proceso de socialización de la Constitucion. No olvido a los personeros, a los jueces, a los profesores y demás funcionarios públicos hablar de derechos frente a las comunidades...  pero casi nadie hablaba de deberes.  Se enseñaba a todos a exigir sus derechos, pero a muy pocos se les decía que tenian deberes qué cumplir. 

Ahora estamos viviendo las consecuencias de ello. Es muy frecuente ver en las salas de espera al paciente que llega tarde a una cita gritando: "tengo derecho a ser atendido" y olvidando que tenía el deber de llegar a tiempo a la hora programada; al estudiante que exige el derecho a recuperar la materia perdida, pero no estudió ni hizo sus deberes a lo largo del semestre. Cada vez es más frecuente ver al ciudadano que exige sus derechos cuando se le imparte una multa por tirar basura en una cañada, pero que olvida que tiene el deber de no ensuciar las quebradas. 

Todo "derecho" parte de un "deber" adquirido implícitamente. 

El derecho a la vida parte de la obligación de todos de respetarla.

El derecho al agua potable solo es posible si todos asumimos el deber de no contaminar los rios y afluentes. 

El derecho a la salud, solo es posible si el individuo cuida la suya y no afecta la salud ajena (por ejemplo contaminado el medio ambiente). 

Muchos amigos progresistas insisten en que lo importante son los derechos y las libertades. Pero la libertad solo puede ser ejercida en un ambiente con orden. "Mi libertad limita con el derecho del otro". La libertad ejercida por fuera de un orden determinado es simple y llanamente "delincuencia".

El ejercicio del orden civil es fundamental para ejercer cualquier libertad individual. 

Hace poco me compartieron un video sobre la nueva biblioteca pública de El Salvador. En el video hay una frase que me llamó la atención:  "Estará abierta las 24 horas, y ello es posible, porque ya no hay delincuentes". Me pareció un ejemplo bellísimo de cómo el orden puede llevar a la libertad. El orden que me asegura que podré ejercer mi libertad. De poder acudir a una biblioteca cuando quiera porque el orden me ha dado ese derecho. (ver video abajo)

No es gratuito que nuestro  escudo tenga esa consigna:  "Libertad y Orden" y mucho menos que esté incrita en una cinta de oro. Dicho lema es, en mi concepto, en mensaje más importante del escudo. Es el sueño de esos próceres que sabían que para tener libertad, hay que tener orden.  Ojalá algún día logremos ambos. 






miércoles, 3 de enero de 2024

Frankenstein o el moderno Prometeo.

El año pasado fui invitado a dar una conferencia sobre creatividad y literatura y quise comenzar mi charla con una historia real: 

El 18 de enero de 1803, un joven llamado George Forster fue condenado a la horca en la prisión de Newgate. (Inglaterra). El hombre habia sido encontrado culpable de haber asesinado a su esposa y a su hijo, ahogándolos. 

El hombre caminó hasta el cadalso, se le puso la cuerda en el cuello y se accionó el mecanismo. El cuerpo se agitó por unos minutos hasta quedar inmovil. Un médico subió y luego de examinarlo lo declaró muerto. 

Su cuerpo fue traslado a una casa cercana para hacer un experimento: fue sometido a una corriente galvánica, tal como fue relatado en el TIMES. 

Primero aplicaron el procedimiento en la cara: la mandíbula del criminal fallecido comenzó a temblar, los músculos del rostro se retorcieron terriblemente y se abrió un ojo. Posteriormente, la mano derecha se levantó y se apretó, y las piernas y los muslos se pusieron en movimiento.

Si bien, esto podría ser una simple noticia de un periodico, o un artículo para una gaceta científica, la historia no pasó desapercibida. Unos años más tarde Mary Shelly publicó una novela en la que un científico hacía pasar corriente electrica en el cuerpo construido con restos de cadáveres humanos. 

De allí salió la historia la criatura de Victor Frankestein. En mi charla, que pueden ver en este enlace, analizo el tipo de pensamiento creativo y cómo de cualquier evento se puede crear algo nuevo (Ver conferencia). 

Esta semana les traigo un texto muy interesante sobre la obra de Mary Shelly, que encontré en Facebook, del cual desconozco su autor. Se conceden los respectivos créditos. 


Frankenstein o el moderno Prometeo

El término ‘Ciencia ficción’ fue acuñado en 1924 por el escritor Hugo Gernsback (Los Hugo Awards, se llaman así en su honor). Antes de ello se las solía encasillar en ‘Narrativa especulativa’ o confundirlas con novelas fantásticas. El género en sí es atemporal e imaginario, un abanico tan grande como difusos son sus límites. El hecho que su narrativa deba tener un sustento científico, aunque sea especulativo, no ayuda a acotar los textos que se puedan considerar pertenecientes al género.


Utopía de Tomás Moro en 1516 y Somnium de Johannes Kepler en 1634, son los primeros embriones del género. Otros autores que coquetearon con la ciencia ficción fueron Cyrano de Bergerac, Daniel Jost de Villeneuve, Louis-Sébastien Mercier, el Barón de Münchhausen y Luciano de Samosata. Pese a estos adelantados, hay una coincidencia tácita en reconocer que la Ciencia ficción nació de la mano de Mary Shelley el 17 de junio de 1816.

Mary Wollstonecraft Godwin, una joven londinense cuya madre murió durante su nacimiento, fue criada de manera liberal por su padre, el filósofo y novelista William Godwin, ambos hechos marcarían su carrera literaria. Su relación con Percy Bysshe Shelley fue conflictiva a título personal pero literariamente inspiradora. Percy, al tiempo que era su pareja, mantenía relaciones con su ex esposa y coqueteaba abiertamente con Claire, hermana de Mary. Percy incluía a Mary en toda reunión a la que fuera invitado ‘era un lujo ser acompañado por una joven e inteligente mujer’.

En el comienzo del siglo XIX se vivía el despertar de la revolución industrial, la sociedad erudita debatía las consecuencias morales y científicas de los severos cambios que se avecinaban. En 1814. Mary conoció al joven científico Andrew Crosse, quien aseguraba que con electricidad podía dar vida a objetos inertes y devolverla a humanos fallecidos. Era tal el misterio que envolvía a la electricidad que todo era posible. Se acercaban una sucesión de eventos en la vida de Mary, que sembrarían el gen de su maravillosa obra.

Estando en Suiza, visitó el castillo de Frenkenstein, donde conoció a Johann Conrad Dippel, quien le comentó sobre sus experimentos con cuerpos humanos. Otro hecho importante en la vida de Mary, fue la pérdida de un embarazo a principios de 1816. En esos años era muy común que las mujeres murieran en el parto, o el nacimiento de fetos muertos, transformando el nacimiento de un hijo en un hecho tortuoso y atemorizante. Con todos estos hechos en su mente, Mary y Percy fueron invitados por Lord Byron a pasar unos días en la mansión Villa Diodati, a orillas del lago Lemán en Suiza. En realidad, Byron quería encontrarse con Claire, la hermana de Mary, pero decidió mantener las formas.

El verano de 1816 fue atípico en el hemisferio norte, tan atípico que no hubo verano. Todo el año se vio empañado por un invierno volcánico provocado por la erupción del monte Tambura en Indonesia. Sin poder disfrutar del sol ni el lago, los días de Mary, Percy y Claire en la estancia de la Villa Diodati se fueron tornando tediosos y monótonos. Once días después, se sumaron Lord Byron y su amigo médico, John Polidori.

La noche del 17 de junio, los cinco habitantes se entretuvieron leyendo Fantasmagoriana, una antología de cuentos de terror. Byron interrumpió la monótona velada con una idea: que cada uno escribiera su propia historia de terror y luego la compartieran. El poeta inglés no estaba interesado en lo que pudieran escribir alguna de las jóvenes o el médico sin talento literario. Buscaba lucirse o competir con Percy, pero lo que ocurrió esa noche fue una sorpresa para todos.

Cumplido el plazo los resultados fueron impensados, Byron, Claire y Percy no completaron el pedido, es más, apenas pasaron la primera página. Los dos relatos terminados eran los de Polidori y Mary. El texto del médico hablaba de unos seres similares a los Vampiros, primera referencia literaria que se tenga sobre ese tema. Fue el relato de Mary el que sorprendió a todos, sin nombre aún, había nacido Frankenstein. Los tres amigos coincidieron e insistieron en que el relato debía ser ampliado y publicado.

La novela de terror gótico explora los misterios de la creación, evoca el mito clásico del Titán que crea un hombre de arcilla. A diferencia del mito, no es Dios quien castiga al falso creador, sino su propia criatura. Está presente el miedo a las consecuencias de las nuevas tecnologías y los límites morales de quienes las manejan. El libro Frankenstein o el moderno Prometeo salió a la venta en Londres el 1 de enero de 1818.

En 1831 salió una nueva edición corregida y ampliada en la que participó su esposo Percy. Muchos años después, en la biblioteca Bodleiana de la Universidad de Oxford, se encontró el manuscrito original de 1817, mucho más descarnado y oscuro que la versión definitiva, lo que permitió reediciones que mostraron esa fantasía científica tal cual la pensaba Mary Shelley.