miércoles, 28 de julio de 2021

¿Todo tiempo pasado fue mejor?

¿Es cierto que todo tiempo pasado fue mejor?

Hace poco un amigo escribió un artículo en el que mencionaba que estábamos pasando por la peor crisis de la humanidad en los últimos 100 años. Me permití recordarle la segunda guerra mundial, la crisis de los misiles en Cuba, el advenimiento del SIDA ⎼que se creyó en su momento que acabaría con la humanidad⎼, el ébola, el SARS, la fiebre del Nilo, la AH1N1, la destrucción de la capa de ozono, la guerra fría y la amenaza de una destrucción nuclear masiva que tuvo al planeta en vilo por más de tres décadas.

Olvidamos nuestras crisis del pasado, porque las hemos superado, y magnificamos las que tenemos entre manos. Somos una especie apocalíptica que tiende a creer que nuestro problema actual es el peor, de la misma forma  que un hombre, hastiado de su novia, se queja de ella sin recordar las razones por las que dejó a la anterior.

A continuación les comparto una conferencia de Steven Pinker, que nos muestra con números y cifras cómo está nuestro mundo actual en comparación con el pasado. En la actualidad hay menos pobreza, menos analfabetismo, menos violencia, menos guerras y menos muertes que antes.  Pero los medios de comunicación y nuestros líderes hacen todo lo posible para hacernos creer lo contrario para poder manipularnos. 

Mis agradecimientos a la doctora Manuela Restrepo, quien me habló de esta charla.



Steven Pinker
es un psicólogo experimental, científico cognitivo, lingüista, escritor canadiense, y profesor en Harvard. Es conocido por su defensa de la psicología evolucionista y de la teoría computacional de la mente. Tiene varios libros relacionados con el lenguaje y el funcionamiento de los pensamientos. El más famoso es La tabla rasa. Otros de sus libros son: El instinto del lenguaje, Cómo funciona la mente, En defensa de la ilustración, El mundo de las palabras, Palabras y reglas, y Los ángeles que llevamos dentro
 

Si quieren conocer más sobre el tema los invito a visitar otras entradas de mi blog

miércoles, 21 de julio de 2021

Racismo e intolerancia

El otro dia íbamos en un vehículo, y al llegar a un semáforo en rojo vimos en la esquina a tres personas de color que miraban la señal, como si dudaran, mientras los demás atravesaban la calle sin problemas. 

Cuando el semáforo se puso en verde (para los vehículos), los tres hombres pasaron la calle corriendo, salvándose por poco, de ser atropellados. 

-Esos tres negros se va a hacer pisar- dije, en un comentario suelto. 

Entonces me cayeron encima las personas que iban conmigo:  

-¡Racista!

-¿Quién?

-¡Pues usted!  ¡Racista! ¡intolerante!  - me espetó una joven que iba en el carro

-¿Racista? ¿Intolerante?   ¿Yo? ¿por qué?

-Por la forma en que se refirió a ellos 

Los demás parecían estar de acuerdo con la acusación que se me hacía. Negaban con la cabeza como si desaprobaran mi comentario. 


¡No lo podía creer!  Me estaban llamando racista e intolerante por haber dicho que esos tres habían sido imprudentes. 


¿Hasta donde hemos llegado, que acomodamos el mundo a lo que creemos? ¿Qué ha pasado, que todos últimamente se creen con el derecho de juzgar a los demás y autoproclamarse defensores de unas supuestas minorías que hay que defender?  

Jamás me he considerado ni racista, ni intolerante, y se los hice saber: 

-A ver, señorita: No soy racista, ni mucho menos intolerante. Como la mayoría de los humanos sensatos, tiendo a referirme a las cosas por sus atributos evidentes. Si hubiera sido una anciana, hubiera dicho "esa anciana", si hubieran sido tres "monos" (como le decimos en Colombia a los rubios) hubiera dicho que esos "monos" habían sido imprudentes al cruzar la calle así. Si hubieran sido tres niños, hubiera dicho que esos niños se iban a hacer pisar. Como fueron tres negros, dije que esos negros se iban a dejar pisar. 

Cuando se describen las cosas por sus características físicas, no necesariamente queda implícito algún juicio moral:  Los altos son altos; los bajos, bajos;  los gordos, gordos y los flacos, flacos. Los blancos son blancos y los negros son negros.   

Al referirme a los tres negros que se abalanzaron hacia los carros en el momento en que no debían, no estaba lanzando ningún juicio racista. Estaba describiendo la principal característica física que esos tres hombres tenían en común, y que los distinguía del resto de los transeúntes. 

Mi frase no estableció juicios de valor sobre el color de su piel. Sería ridículo tener que buscar alguna otra característica menos visible para describir a tres únicos hombres negros entre una multitud de blancos.  

Ahora, si te molestaste cuando dije "negro" es porque eres tú quien cree que la palabra "negro" es un insulto. No te hubieras enfadado si yo hubiera dicho: esos tres monos se van a hacer pisar, o esas tres ancianas, o esos tres niños. Te enfadó la palabra "negro" porque consideras, en tu cabeza retorcida, que decir "negro" es un insulto.

No solo eres incapaz de reconocer las principales características físicas de una persona, sino que también desconoces que para muchos negros, es un orgullo tener ese color de piel. 

Tu eres quien estableció un juicio de valor para ese color de piel y los catalogaste por debajo de otro color, asumiendo que yo también lo hacía. Para mi fueron tres negros cruzando la calle y están en la misma categoría que decir tres blancos, tres monos, tres ancianos, tres gordos o tres flacos. 

Tú fuiste la que los catalogaste despectivamente por su color de piel. Tú eres la que usa la palabra "negro" como si fuera un insulto, y te crees moralmente superior por que te abstienes de usarla. 

Permíteme decirte que la racista e intolerante, eres tú. 





miércoles, 14 de julio de 2021

Exorcismo. Cuento

Hace unos meses, la editorial Libros para Pensar, se dio a la tarea de buscar escritores de muchos rincones de Colombia, que quisieran participar en una antología de cuentos.  

De ahí surgió el libro ESO ES... PURO CUENTO

De dicha antología, les comparto uno de mis cuentos publicados: Exorcismo. Espero que sea de su agrado. 

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EXORCISMO


María de la Trinidad ya había sido llevada donde médicos, psicólogos, y psiquiatras debido a su extraño comportamiento. Inicialmente se había pensado que sus cambios eran atribuibles a la adolescencia; se sospechó consumo de drogas, epilepsia o enfermedades psiquiátricas, hasta que un sacerdote amigo planteó la posibilidad de que la joven estuviera poseída por una entidad demoníaca. Eso explicaría por qué tenía actitudes autodestructivas, cambiaba la voz y la mirada, y hablaba en lenguas desconocidas en medio de sus ataques.

Desde el mismo Vaticano comisionaron al padre Cendales, quien llegó de España, a celebrar un rito de exorcismo. Contó con la ayuda del padre Arnulfo, párroco de la iglesia cercana, y amigo de la familia, y de un pequeño grupo de monjas de una comunidad religiosa local.

Los que estuvieron en el exorcismo, describen que fue aterradora la forma como aquel demonio, que dijo llamarse Abnascelón, luchó contra las fuerzas del bien, y se aferró a aquel cuerpo de manera tal, que por momentos dudaron si podrían vencerlo. Parecía que el demonio y María de la Trinidad estaban muy compenetrados. Pero finalmente, al cabo de dos días Abnascelón fue derrotado con un rito que le impediría en un futuro volver a tomar forma.

El caso es que, a partir del exorcismo, María de la Trinidad jamás volvió a levantarse de la cama;  tampoco volvió a comer o a hablar. Los días transcurrían sin esperanza para la familia de la joven, que veía con tristeza cómo aquel cuerpo, una vez alegre y despierto, iba consumiéndose como si no hubiera nadie adentro.

El padre Arnulfo volvió a hablar con el padre Cendales y nuevamente evaluaron a la joven. Sólo había una explicación posible: el exorcismo no sólo había expulsado al demonio maligno, sino que era probable que, al mismo tiempo, el alma de María de la Trinidad, por un error, o por decisión propia, hubiera salido también.

Era imperativo hacer que su alma regresara al cuerpo que yacía en esa cama. 

Desde entonces, lo han intentado todo. Ellos saben que el tiempo está en su contra. Mientras más días pasen, será más difícil hacer reingresar el alma de la joven.

Sin embargo, desde otra dimensión, Abnascelón y María de la Trinidad, celebran el hecho de que ni siquiera en el Vaticano haya un solo experto en Insorcismos.

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Eso es... Puro cuento. 

Antología. Volumen 1
Editorial Libros para pensar
ISBN: 978-958-49-2735-4
Paginas 120
Tamaño 14 x 21 cm
Encuadernación:  Tapa blanda (rústico)


Autores:

  • Alina María Angel Torres (Itagüí – Antioquia, Colombia)
  • Bernidt Esmeralda Marín Romero (Bogotá – Colombia)
  • Carlos Alberto Velásquez Córdoba (Medellín – Antioquia, Colombia)
  • Cruzana Amparo Echeverri (Medellín – Antioquia, Colombia)
  • Édver Augusto Delgado Verano (Bogotá – Colombia)
  • Emilio Alberto Restrepo (Medellín – Antioquia, Colombia)
  • Enrique Posada Restrepo (Medellín – Antioquia, Colombia)
  • Horacio Madrid Mondragón (Bolívar – Valle del Cauca, Colombia)
  • Jaime Alberto Echavarría Córdoba (Medellín – Antioquia, Colombia)
  • Laura María Arango Restrepo (Medellín – Antioquia, Colombia)
  • María Ana Moreno Segura (Guapi - Cauca, Colombia)
  • Piedad Carmenta Rojas Cortés (Roldanillo – Valle del Cauca, Colombia)
  • Sandra Rocío Osorio Mijares (Arauca – Arauca, Colombia)
  • Sonia Emilce García Sánchez (Itagüí – Antioquia, Colombia)

Los interesados en el libro pueden comunicarse al correo calveco@une.net.co o al WhatsApp 305 3997940 


miércoles, 7 de julio de 2021

El humor en los tiempos de cólera. Gonzalo R. Urhán Gil

Conocí al doctor Gonzalo Urhán hace varios años en el taller de literatura promovido por la Cooperativa Médica de Antioquial, COMEDAL. En todo este tiempo siempre nos ha deleitado con sus graciosas historias. 

Para mí es un placer presentarles hoy su libro EL HUMOR EN LOS TIEMPOS DE CÓLERA: una maravillosa colección de cuentos y anécdotas que le ocurrieron cuando era un médico rural, y otras divertidas situaciones de su vida personal, que combinan el humor, la picardía, y la medicina, en unas historias muy humanas. Un libro que narrará historias picarescas, y que les hará pasar muy buenos ratos. 



Como dato adicional, les cuento que la portada de su libro es un óleo del mismo autor,  que tituló "La cascada". 

De su libro les comparto, con la venia de su autor, un cuento de su colección.  
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La encostalada

Me contó una vez Reynaldo, propietario de un quiosco frente al centro de salud, joven alto, musculoso y fuerte, que a él le había tocado colaborarle a un médico rural en este pueblo, en el sentido de conseguir en forma furtiva una compañera para pasar un rato agradable sin que nadie se enterase.

Resulta pues, que el doctor estaba casado con la mujer más celosa del mundo y cuando llegaron a trabajar a la población ella exigió que la casa de vivienda del médico fuese cercana al centro de salud, para así poder espiarlo y saber cuándo él no estaba en su consultorio. Esta conducta mantenía con mucha rabia al médico y pensaba poder jugársela algún día sin que nadie se diera cuenta.

En una ocasión durante la consulta, el doctor conoció a una muchacha muy agradable que le simpatizó y se hicieron buenos amigos, pero él no encontraba como pasar de ahí, ya que los ojos avizores de la esposa estaban pendientes y no podía dar un paso en falso sin ser detectado inmediatamente.

Un buen día tuvo la idea maravillosa de conversar con Reynaldo y le manifestó el deseo de estar con la joven que le encantaba, pero él lo veía imposible.

Reynaldo, hombre comprensivo, le sugirió que él estaba dispuesto a ayudar, siempre y cuando él no comentara nada.

El plan fue el siguiente: el centro de salud quedaba en una pequeña plaza, en el centro de la misma estaba el quiosco de Reynaldo y luego al frente una serie de casas y entre ellas la puerta de un depósito, dónde Reynaldo almacenaba las botellas llenas, vacías y otros artículos del consumo diario.

Para no despertar sospechas, Reynaldo llevaría a la muchacha metida en un costal cargado a sus espaldas a esa pequeña bodega y luego de dejarla allí llamaría al médico para que pasase un rato agradable con la muchacha conquistada.

Así lo hicieron y todo fue un éxito, tanto que el programa fue repetido varias veces y nunca fueron sorprendidos.

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Gonzalo Rafael Urhán Gil

Nace en Medellín el 24 de marzo de 1941.

Hijo de Oliverio Antonio Urhán Ramírez y Blanca Inés Gil Burgos; casado con Luz Ángela Giraldo Henao, con quien tiene cinco hijos. Se gradúa como médico-cirujano en la Universidad de Antioquia. Ejerce su año rural en San Rafael, Antioquia y luego labora como médico general en el municipio de Caucasia; mas adelante trabaja con el Comité de Cafeteros y posteriormente regresa al hospital San Vicente de Paul, donde hace su especialidad en anestesiología.

Inicia su ejercicio como anestesiólogo en el Hospital Pablo Tobón Uribe, luego hace su labor en el Hospital universitario San Vicente de Paul y en el Instituto de Seguros Sociales, por último pasa a la Clínica Soma, en donde permanece por 43 años hasta alcanzar su jubilación.

Ingresa al taller de escritores de Comedal empezando a rememorar y a escribir algunas anécdotas sobre el acontecer médico, la vida familiar y poemas.

Dentro de sus pasiones está la música y la pintura.

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Quienes estén interesados en el libro pueden comunicarse a los teléfonos 2682579 (fijo)  3012260896 (celular)  o al correo aurhan@hotmail.com

Valor del libro  $35.000 
(Envío a domicilio en el Valle de Aburrá $5.000  adicionales)