miércoles, 29 de mayo de 2019

Ser escritor, según Abelardo Castillo

A continuación una recopilación de textos que encontré en la red.  Se trata de una serie de consejos dados por Abelardo Castillo para ser escritor. 




PARA SER ESCRITOR

- Podrás beber, fumar o drogarte. Podrás ser loco, homosexual, manco o epiléptico. Lo único que se precisa para escribir buenos libros es ser un buen escritor. Eso sí, te aconsejo no escribir drogado ni borracho ni haciendo el amor con la mano que te falta ni en mitad de un ataque de epilepsia o de locura.

- Un albañil puede habitar la casa que construye, decía más o menos Sartre, un sastre usar el traje que ha hecho: un escritor no puede ser lector de su propio libro. Un libro es lo que los lectores ponen en él. Ningún escritor puede agregar un sentido nuevo a sus propias palabras. Si puede hacerlo, debería escribir el libro otra vez.

- Lo mejor que se ha dicho sobre el cuento es lo que Edgar Poe escribió en su ensayo sobre Nathaniel Hawthorne. No pienso facilitarte las cosas reproduciéndolo. Tendrás que encontrarlo solo. Un escritor es un buscador de tesoros. Los descubre o no. Esa es la única diferencia entre la biblioteca de un escritor y el mueble del mismo nombre de las personas llamadas cultas.

- Podrás corregir tus textos o no corregirlos. Toltstoi escribió siete veces Guerra y Paz; Stendhal terminó La Cartuja de Parma en cincuenta y dos días. El único problema es cómo se las arregla uno para ser Toltstoi o Stendhal.


- Cuidado con las computadoras. Todo se ve tan prolijo que parece bien escrito.

- Nadie escribió nunca un libro. Sólo se escriben borradores. Un gran escritor es el que escribe el borrador más hermoso.

- Los novelistas y los editores creen que una novela es más importante que un cuento. No les creas. Sólo es más larga.

- Los cuentistas afirman que el cuento es el género más difícil. Tampoco les creas. Sólo es más corto. El cuento es difícil únicamente para aquellos que nunca deberían intentarlo. Para Poe era facilísimo, para Cortázar, Chéjov o Hemingway también.

- No intentes ser original ni llamar la atención. Para conseguir eso no hace falta escribir cuentos o novelas, basta con salir desnudo a la calle.

- Podrás escribir: "Volvió a verla tres días más tarde", pero sólo a condición de saber perfectamente (aunque no lo digas) qué le pasó a tu personaje en esos tres días, y por qué fueron tres días y no una semana o un año.

- No es lo mismo ambigüedad que confusión. Un historia debe tener siempre un único final. Si quisiste sugerir dos o más desenlaces, esos desenlaces son un único final: se llama ambigüedad. Si nadie entiende ni medio se llama confusión.

- No describas sino lo esencial. La posición de un pie, en casi todos los casos, es más importante que el color de los zapatos.

- Lo que llamamos estilo sucede más allá de la gramática. No es lo mismo decir: "ahí está la ventana" que "la ventana está ahí". En un caso se privilegia el espacio; en el otro, el objeto. Toda sintaxis es una concepción del mundo.

- En el origen del conocimiento y de la literatura está el acto de contar. La crítica de la razón pura nos cuenta lo que Kant pensaba de los límites de la razón; los versos de La Eneida, la epopeya del Lacio; el teorema de Pitágoras, el cuadrado de la hipotenusa. El hombre es el única animal que cuenta.

- Cortázar solía decir que empezaba sus cuentos sin saber adonde iba. No le creas. En sus mejores cuentos lo sabía perfectamente, aunque no supiera que lo sabía.

- Los grandes novelistas aconsejan ignorar el final de la historia, no tener nada claro qué hará el personaje en el próximo capítulo, no atarse a un plan previo. A ellos sí podrás creerles, pero con moderación. Digamos, hasta llegar a la página 150. Más allá de eso, saber tan poco de tu propio libro ya es mera imbecilidad.

- Cuidado con Borges, Kafka, Proust, Joyce, Arlt, Bernhard. Cuidado con esas prosas deslumbrantes o esos universos demasiado intensos. Se pegan a tus palabras como lapas. Esa gente no escribía así: era así.


- Lo que dice Borges sobre los sinónimos es verdad: no existen. Can no es lo mismo que perro ni la palabra ramera tiene la dignidad de la palabra puta. Pero yo te recomiendo un buen diccionario de sinónimos. Uno quiere escribir: "habló en voz baja". Como eso no le gusta lo reemplaza por "voz queda", que es espantoso. Hojea el diccionario de sinónimos al azar y en cualquier parte encuentra la palabra pálida. Entonces escribe: "habló con voz pálida", lo que está muy bien.

- Nunca adjetives en orden decreciente, nunca digas: "Era una montaña titánica, enorme, alta". Si no te das cuenta por qué, nadie puede ayudarte. Si adjetivaste en la dirección correcta tampoco te creas un gran estilista. Tal vez buscabas el último adjetivo y te olvidaste de borrar los otros dos.

- Nunca escribas que alguien tomó algo con ambas manos. Basta con escribir las manos y a veces es suficiente una sola. La gente en general tiene cara, no rostro. No asciende las escaleras, sube por ellas. No penetra a las recámaras, entra en los dormitorios. Evitarás los ventanales y sobre todo los grandes ventanales. Dicho sea de paso, las ventanas no son de cristal, son de vidrio. Lo mismo los vasos. No digas que alguien empezó a cantar o a vestirse si no estás dispuesto a que termine de hacerlo. En los libros la gente empieza a reírse o a llorar en la página 3 y da la impresión de seguir así hasta que se muere. Sé ahorrativo: si lo que viene al galope es un jinete, no hace falta el caballo. La inversa no se cumple. La palabra caballo viene misteriosamente sin jinete.

- En general cuesta tanto trabajo escribir una gran novela como una novela idiota. El esfuerzo, la pasión, el dolor, no garantizan nada. Es desagradable pero es así. No abandones la cama sin pensar en esto.

- No cualquier cosa, por el mero hecho de haberte sucedido, es interesante para otro. Esto vale tanto para escribir como para conversar.

- No defiendas tu libro argumentando que los críticos son escritores frustrados. Lo verdaderamente peligroso de un crítico es que sea un crítico frustrado.

- Leer una gran novela o un gran cuento es tan hermoso como haberlos escrito. Si nunca lo sentiste, no escribas ficciones ni, por el amor de Dios, te dediques a la crítica literaria.

- No publiques todas las estupideces que escribas. Tu viuda se encargará de eso.

- No creas en las máximas de los escritores. Tampoco en éstas. Lo que cautiva de una máxima es su brevedad; es decir, lo único que no tiene nada que ver con la verdad de una idea.


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Ser escritor recoge escritos breves del argentino Abelardo Castillo (1935-2017), dramaturgo, cuentista notable, formador de escritores en talleres literarios. El libro, editado por Seix Barral,  incluye perfiles de escritores, consejos, memoria sobre el oficio, anécdotas, críticas.

miércoles, 22 de mayo de 2019

La maestría de Leonardo

Hace algún tiempo mi hermano, conocedor de mi pasión por Leonardo, el polímata florentino,  me regaló un libro:  Leonardo da Vinci:  Cara a Cara del escritor español Christian Gálvez. 


Hoy por cosas del destino, llegó a mí un video del BBVA con el autor del libro en cuestión, hablando sobre la genialidad de Leonardo. 

Espero les guste. 




Vea también en este blog: 



miércoles, 15 de mayo de 2019

El maletin de urgencias. Capítulo 1. Saberes y prácticas.

Quiero compartirles un excelente trabajo investigativo que hizo el doctor Carlos Guillermo Gutiérrez, cirujano de la Universidad de Antioquia, quien como trabajo de grado de su especialización, quiso hacer una recopilación de la historia de la Medicina en Medellín.  

Como resultado de su trabajo, en 2011 la Universidad de Antioquia sacó el primer producto. Un bellísimo estuche en forma de maletín de urgencias con dos CD sobre la historia de la Medicina regional.  Posteriormente sacó otro CD con la continuación  del proyecto.  

El proyecto aún no está finalizado. El doctor Gutiérez continua recopilando información. 

A continuación les dejo el primer capítulo.  Próximamente les compartiré los siguientes capítulos.  




El maletín de urgencias. Capítulo 1.  Saberes y prácticas.

Este capítulo nos muestra cómo el desarrollo de la medicina tuvo un papel fundamental en las transformaciones de la ciudad de Medellín.  Conoceremos ademas la influencia del doctor José Ignacio Quevedo, quien realizó la primera cerárea utilizando cloroformo como anestésico; del doctor Tomás Quevedo, quien ejerció la medicina sin cobrar honorarios; y del doctor Manuel Uribe Angel quien fuera parte activa en la fundación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Antioquia en 1872.

Idea Original Dr. Carlos Guillermo Gutierrez Trujillo.  
Universidad de Antioquia. 2011

Reproducido con permiso del Autor.

PD.  Hoy, 15 de mayo se celebra el dia del maestro.  Que sea este video tambien un homenaje a los maestros que abrieron camino y nos compartieron sus conocimientos. 

miércoles, 8 de mayo de 2019

La enfermería: Angeles entre nosotros.

Durante mas de la mitad de mi vida he convivido con ángeles.  Ángeles verdaderos.  No los que pretenden mostrarnos los mercaderes de ilusiones, con alas de plumas y espadas luminosas, a los que hay que encenderles velas y rezarles oraciones. 

Me refiero a ángeles de verdad, que a pesar de no ser personajes alados, nos llevan a volar y nos protegen con sus alas .

Miren el video y lo comprenderán.



Toda mi gratitud y admiración por las enfermeras. 


miércoles, 1 de mayo de 2019

Solo imagina

No se quien hizo este genial montaje.  

Solo quisiera imaginar que algún día puede ser real. 



Posdata:   si alguien sabe su autor por favor me lo hace saber para darle los respectivos créditos.